El rechazo a quienes huyen de una situación que originó un sistema que únicamente proporciona hambre, miseria y violencia visceral; solo puede sustentarse en la fortaleza y defensa del mundo del Capital y sus excrementos morales, jurídicos y económicos.
Hoy, se trate de venezolanos, sirios u hondureños; los proletarios desplazados en distintos rincones del planeta padecen los ataques histéricos por parte de todos los frentes cívicos y políticos, donde la ideología ciudadanista se manifiesta con toda su fuerza material. Siempre partiendo de una misma base que afirma positivamente los nauseabundos de esta civilización;
– Defensa de la propiedad
– Defensa del nacionalismo
– Defensa del trabajo asalariado
– Defensa del Estado y su jurisdicción
– Defensa de las fronteras
– Defensa de los aparatos represivos (milicia, policía, cárceles, guardias fronterizos)
– Defensa de la segregación racial
– Defensa de los valores ciudadanos, del orden, de la familia, del individualismo y las buenas costumbres
– Defensa del desarrollo y del progreso
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Pero los proletarios en lucha que nos reconocemos en comunidad y como clase antagónica a este mundo de la mercancía; rechazaremos siempre enérgicamente todas las campañas burguesas que pretendan enjuiciar y condenar a otros explotados.
Por eso, en contraparte; siempre afirmaremos que:
No hay solución al problema de los éxodos migratorios dentro de los fundamentos y estructuras de los Estados capitalistas, porque son ellos quienes los originan. Es el capital quien crea enormes masas sobrantes deambulando en el desempleo y la precariedad; es el capital quien bajo la administración de la burguesía bolivariana ha matado de hambre y reprimido brutalmente al proletariado en Venezuela; es el capital quien lanza bombas en las ciudades sirias de Alepo y Yemen, es el capital quien por medio de la Casa Blanca envió escuadrones de la muerte a Centroamérica en los años 80s y promovió la pugna política del 2009 que incrementó la crisis en Honduras. En suma, el capital crea la catástrofe que propicia las migraciones y cuando ya no puede controlarlas recurre a sus aparatos ideológicos y a la fuerza del Estado, infundiendo miedo y confusión para que los fundamentos del sistema permanezcan inalterables.
La identidad nacional es una falacia, no hay ninguna invasión migratoria, la única invasión existente es la del capitalismo que impone su poder asesinando mediante el trabajo esclavizador, sus guerras imperialistas, y destruyendo la naturaleza con su desarrollo industrial; Por consiguiente, el enemigo no es ni será jamás el inmigrante, sino la burguesía, el capitalismo, los Estados nacionales y sus partidarios. ¡La única solución radica en reanudar la lucha de clases contra la dictadura de la economía!
¡Solidaridad internacionalista con los refugiados y perseguidos de esta guerra que el capitalismo ejerce contra la humanidad!
***Agrupación punto de quiebre***
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