La formación de la individualidad capitalista

Traducimos el siguiente epígrafe del libro La préhistoire du capital de Alain Bihr por su valor de síntesis en lo que respecta a la formación del individuo capitalista, los rasgos propios de su subjetividad y las prácticas que la provocan y reproducen. Nos parece interesante dentro de una reflexión más amplia, que da cuenta de cómo el capitalismo tiene en su lógica la completa disgregación de la comunidad a partir de la categoría histórica del individuo, cómo la afirmación de éste como algo antagónico a la comunidad es la afirmación de la lógica capitalista, cómo la definición misma de esta categoría es la «personificación del capital». El comunismo anárquico superará esta oposición destruyendo al individuo —corazón de la democracia— para afirmar nuestras individualidades en común. [Colectivo Barbaria]

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El desarrollo precedente permite ver con toda claridad que las diferentes formas del capital mercantil medieval se distinguían muy poco las unas de las otras —lo cual es sin duda un signo de su carácter juvenil. En efecto, a menudo son los mismos (individuos, familias, compañías) los que, a partir de la acumulación monetaria conseguida gracias al comercio mayorista, practican la usura, se asocian a las operaciones bancarias de crédito público o privado, arriendan impuestos, cierran contratos de seguros y se lanzan (¡ya!) a especular sobre los títulos privados o públicos, a lo cual incluso se añade a veces el desarrollo de actividades protoindustriales bajo la forma de manufacturas, ya sean fragmentadas o concentradas. Para ellos se creó el término comerciante-banquero y Jean Favier no dudó en hablar de «hombres de negocios» [1]. La expresión podría parecer anacrónica si no señalara un fenómeno sociológico indudable y de una gran importancia: la formación de la individualidad capitalista. Se trata de un tipo nuevo de individuo que es «la personificación del capital» (en aquel momento mercantil), para retomar los términos con que Marx lo define, es decir, un individuo que se dedica en cuerpo y alma a la valorización y a la acumulación del capital, entregándole a este último la voluntad, la imaginación y la inteligencia sin las cuales esta valorización y esta acumulación serían imposibles. Un individuo cuya subjetividad, lejos de reducirse meramente al auri sacra fames (la maldita sed de oro) en busca del beneficio y del lucro, se muestra compleja y presenta diferentes facetas contrarias o incluso contradictorias.

En primer lugar, esta subjetividad contiene el espíritu de aventura. Ya hemos visto que los vikingos supieron mostrar tanta audacia en sus empresas comerciales como en sus conquistas guerreras, tanta tenacidad en el comercio como en el saqueo. Sin duda los primeros comerciantes terrestres fueron también, al menos en parte, aventureros, siervos que escapaban del mando de su señor feudal, vagabundos desarraigados, personas errantes, que no dudaban en hacerse en un momento dado ladrones o saqueadores, como el Godric de Finchale cuya epopeya es narrada por Herni Pirenne [2], que pasa de vagabundo a vendedor ambulante, después a ser un rico comerciante primero terrestre y luego marítimo, y a hacerse finalmente un eremita que será santificado tras su muerte. Este espíritu de aventura continúa mucho después de aquellos tiempos heroicos en que los comerciantes, seguramente no sin cierta vacilación, se lanzaban una y otra vez a nuevas empresas donde a menudo arriesgaban su fortuna personal e incluso su vida —cómo no recordar aquí la figura legendaria del veneciano Marco Polo. Volveremos a encontrar este espíritu en los «grandes descubrimientos» del final del siglo XV, que serán obra también de navegantes comerciantes o de navegantes impulsados por la perspectiva de abrir nuevas vías comerciales. Sigue leyendo

[Panfleto] Omnia Sunt Communia (Todo es de todxs)

«Panfleto editado por algunxs proletarios para ser difundido en la marcha de los pobres la cual en su llamado exclama: “LOS POBRES DE CHILE MARCHAN CONTRA LAS MIGAJAS DE LA DEMOCRACIA”. Se insta a la difusión tanto física como digital del mismo»


En efecto, allí expuse abiertamente ante los príncipes que el pueblo entero tiene el poder de la espada y también la llave para abrir y cerrar, y decía, apoyándome en el texto de Daniel, del Apocalipsis, de los Romanos y de los Reyes (Dt 7, 27; Ap 6, 15; Rom 13, 1; Sam 8, 7), que los príncipes no son señores, sino servidores de la espada. No pueden hacer lo que les place, sino lo que es justo. Por eso, de acuerdo con la buena práctica tradicional, el pueblo tiene que estar presente cuando alguien es juzgado según la ley de Dios. Y ¿por qué? Si la autoridad intentara pervertir el juicio, entonces los cristianos allí presentes deberían rechazarla y no consentir en su tropelía, porque Dios pedirá cuentas de la sangre del inocente (Sal 79 (78), 10). La mayor abominación sobre esta tierra es que nadie se preocupe de los que pasan necesidad, aunque los poderosos hagan lo que les plazca, tal como se halla escrito en Job 41.

El infeliz pelotillero (Lutero), en oposición al texto de Pablo a Timoteo (1, 7), quiere cubrirse con Cristo y con una falsa bondad. Sin embargo, en su libro sobre los tratados comerciales, afirma que los príncipes, confiadamente, pueden unirse a los ladrones y todo tipo de gente de mala vida. En el mismo libro no dice ni palabra sobre el origen de todas las formas de latrocinio. Sin duda, es un heraldo que quiere ganar méritos con la sangre derramada, con la finalidad de obtener bienes temporales. No debería olvidarse, sin embargo, que Dios ha mandado no poner los ojos sobre ellos.

Date cuenta: nuestros señores y nuestros príncipes se hallan en el origen de cualquier tipo de usura, de robo y de estafa, ya que se apoderan de todo lo que existe como si fuera de su propiedad. Los peces en el agua, los pájaros en el aire, las plantas en la tierra: todo tiene que pertenecerles. Después de eso, proclaman los mandamientos de Dios al pueblo: Dios ha mandado que no debes robar. Con la mayor sinvergüenza del mundo, sin embargo, este mandamiento no vale para ellos.

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[Publicación] Comunidad de Lucha N°1

Link: Agitación inmanente

«Nueva publicación agitativa desde el territorio dominado por el Estado chileno. Se agradece su difusión en la web e impreso en formato físico.¡ A propagar la agitación por la revolución social!»

 Primero número de la publicación agitativa Comunidad de Lucha, cuyo contenido es:

 – Contra el Papa, sus anfitriones y sus falsos críticos

– ¿Cambio de gobierno? Con la izquierda o con la derecha: es el mismo Capital golpeándonos

– Resistencia contra el Estado y autonomía mapuche a ambos lados de la cordillera

Contra el Papa, sus anfitriones y sus falsos críticos
 
“Ni en dioses, reyes ni tribunos / está el supremo salvador. Nosotrxs mismos realicemos / el esfuerzo redentor”. La Internacional, 1871
 

La Iglesia Católica es una de las organizaciones represivas que con más éxito ha perpetuado la dominación del humano por el ser humano. En su ya milenaria existencia, ha ejercido el terror y la persecución sobre numerosas comunidades, destacándose su colaboración y participación en el genocidio de millones de nativos durante la conquista de América, de África y de Asia. No puede olvidarse tampoco la cacería desatada por la Inquisición en contra de quienes se consideraba rebeldes o un peligro –principalmente mujeres a las que se definía como “brujas” por su cercanía a la naturaleza–, imponiendo de este modo el control represivo sobre el cuerpo y las ideas, dominando los cuerpos y las acciones cotidianas; en otras palabras, preparando el terreno para la posterior dominación capitalista.

Durante el siglo pasado, la Iglesia fue un pilar fundamental de la dominación capitalista y de la contrarrevolución mundial. Gracias a su alianza con el régimen fascista de Mussolini consiguió su actual Estado Vaticano, y una serie de privilegios que con los años lograron posicionarla –mediante su banco– como uno de los mayores capitales financieros del mundo. La Iglesia no sólo apoyó públicamente el régimen Nazi –episodio hoy bastante olvidado– sino que ayudó a financiarlo y, después de su caída, dio cobijo a varios genocidas y exterminadores que entraron a formar parte de las filas del sacerdocio. No pretendemos resumir aquí toda la lista de horrores que la Iglesia ha infringido sobre la especie humana, solamente queremos hacer notar el siguiente hecho: aún cuando se encubra, detrás de una máscara místico-religiosa, una de las principales actividades de la Iglesia como institución es la mantención de la paz social necesaria para la perpetuación de la dominación. Ya sea en el esclavismo romano, en la servidumbre feudal o en la actual esclavitud asalariada, la Iglesia siempre ha estado allí en la cima de la estructura jerárquica; ya fuesen emperadores, reyes o capitalistas, siempre los explotadores han encontrado un aliado fiel en la Iglesia.

La actual visita del Papa debe, en consecuencia, ser comprendida y analizada con todo su peso histórico. Es necesario arrancar el velo que alegremente difunden capitalistas, tecnócratas y policías por los medios de engaño de masas para ver el verdadero propósito de la visita del líder del Estado Vaticano: afirmar la paz social del capital en Chile cuestionada visiblemente por las comunidades mapuche que actualmente se encuentran en resistencia a la represión militar del Estado chileno. Recordemos además que la visita del anterior Papa Juan Pablo II –ferviente anti-comunista–, fue para consolidar la transición desde la dictadura cívico-militar hacia una democracia capitalista moderna.

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[Panfleto]: ¡Que se vayan todos!

* Repartido el lunes de 18 de diciembre de 2017 en Rosario y Buenos Aires

Este lunes 18 de diciembre la Cámara de Diputados intentará nuevamente convertir en ley la propuesta de modificación del sistema de actualización de los haberes jubilatorios. Tras una seguidilla de arremetidas exitosas contra el salario del proletariado, esta reforma se convirtió en el punto de discordia del plan de austeridad y acumulación, y en muchas ciudades del país la furia se ve en las calles.

Pero tenemos que ser sinceros, y es por eso que afirmamos que estamos movilizados en solidaridad con nuestros viejos, ya que para los y las trabajadoras jóvenes las jubilaciones parecen un cuento de otra época. Quienes hace dos, cinco o diez años ingresamos al mercado laboral no podemos ni concebir que pasará en nuestra tercera edad, si en nuestra inmediata cotidianidad saltamos de un trabajo precario y mal pago a otro.

Fue la CGT —que hoy nos invita a salir la calle— la que hace solo unos días puso su firma para una reforma que hace de esa precarización ley. Y son ahora ellos, junto a otros reformistas varios, los que no cuestionan ni por un momento el corazón de la actual reforma: el aumento de la edad jubilatoria. Esto, que para empresarios y administradores del Estado se define como un problema demográfico y de recaudación, lo debemos traducir en la realidad de que la cantidad de dinero que debe recibir la población jubilada excede al dinero que aporta la población laburante.

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