No al racismo de Estado Abajo el Capital y sus fronteras

La muerte de Mbaye Ndiaye el jueves 15 de marzo, mientras huía de una redada de la Policía Municipal de Madrid (como reconocieron inicialmente medios de comunicación como El Mundo o Europa Press, haciéndose eco de la misma jefatura de la Policía), no es un hecho ni puntual ni casual. Y es importante entender el porqué.

Son continuas las redadas que sufren los «manteros» de origen africano en todas las grandes ciudades de la región española como Madrid. Los perros guardianes del capital defienden con uñas y dientes la correcta circulación de las mercancías, el altar de la propiedad privada, la ley y el orden de nuestra miseria. Esa es la raíz de la tan cacareada legalidad democrática, la defensa de los negocios de los grandes centros comerciales, la garantía estatal de que el capital seguirá manteniendo su democrática tasa de beneficio en contra de nosotros.

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Boletín Oveja Negra N° 54

-Aborto: Cuestión social,- Carta de Diego Parodi, -Ni carceles ni presidentes, -Francia:¡combate ahora!, -Reseñas de los libros: «El trabajo es un crimen» de Herman J. Shuurman y «La tragedia de Chicago» de Ricardo Mella.

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Contra la catástrofe capitalista

La catástrofe capitalista sigue agudizándose en todas partes, alcanzando cotas cada vez más incompatibles con la vida en el planeta. Guerra generalizada a lo largo del mundo, hambruna masiva, intensificación de la explotación, cascada ininterrumpida de suicidios, cosificación de toda relación social, violencia entre y contra proletarios (violencia sexista, violencia racista, violencia contra niños y viejos…), cárceles atiborradas, destrucción de la Tierra, alimentación cada vez más tóxica, destrucción de la salud, etc. El antagonismo entre el capitalismo y la vida nunca fue tan devastador. Tampoco hubo nunca una desproporción tan grande entre la imperiosa necesidad de una revolución social y la poca tentativa de asumirla.

El único sujeto capaz de dar solución a los problemas de hoy mediante una transformación radical de la sociedad, el proletariado, se muestra incapaz de acabar con toda esa catástrofe. Pese a lo que padece y vive en sus carnes, pese a que una y otra vez se rebela contra las condiciones de vida que sufre, provocando estallidos sociales que hacen tambalear la paz social en tal o cual lugar, como los que recientemente vivimos en Irán o Nicaragua, existen toda una serie de factores que impiden a ese sujeto afirmarse como fuerza internacional para imponer su solución revolucionaria ante los grandes problemas que hoy padecemos.

Décadas de contrarrevolución y paz social han descuartizado al proletariado, potenciando los procesos y mecanismos de reproducción capitalista que velan la existencia misma de las clases sociales (sobre todo la del proletariado), desmembrando así la crítica unitaria desarrollada históricamente por esta clase social. La misma totalidad capitalista sobre la que se despliega la realidad que vivimos aparece fragmentada por una serie de ideologías que parcializan cada problema que este sistema genera, buscando una solución particular a cada uno de ellos. Como consecuencia, se alzan movimientos específicos que abordan esos problemas parciales y tratan de resolverlos. Pero no sólo no hay ninguna solución posible a cada problema tomado por separado, sino que además esa fragmentación altera al mismo tiempo el contenido real de esos problemas. Se constituye así la ideología de la opresión del hombre sobre la mujer, la opresión de la raza blanca sobre las demás razas, la destrucción de la naturaleza por el ser humano…, codificando la realidad bajo esos parámetros ideológicos. Al luchar a través de una categoría parcial, los distintos movimientos se sitúan en el plano de grupos específicos que compiten entre sí por un mayor reconocimiento de derechos por parte del Estado. La competencia entre mercancías se expresa políticamente como la competencia entre identidades separadas, todo en beneficio de las políticas “transversales” del valor y su gestión estatal. Se desplaza así la crítica unitaria del capitalismo, crítica que contiene en su seno la denuncia de cada aspecto, no como parcialidad, sino como expresión de una totalidad que determina cada parte y cuestiona el orden social que reproduce todos esos problemas. Sigue leyendo

Boletín La Oveja Negra #53

-Licitaciones represivas y precariedad laboral. Reflexiones sobre la actualidad laboral y de lucha en Argentina. – Terrorista es el Estado. –Palabras de lucha. Difundimos y actualizamos distintas situaciones atravesadas en las cárceles del Estado argentino: Facundo Jones Huala, Diego Parodi, Cárcel de mujeres de Ezeiza

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¡De Gaza a Irán y al resto del mundo… abajo los explotadores!

BOLETÍN: Guerra de Clases #6

La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases.[1]

Desde la supresión y cooptación del último intento revolucionario global en los años 60 y 70 del siglo pasado, el dominio ideológico de la burguesía es casi total en la mayor parte del mundo: el nivel de la actividad organizada de clase es muy bajo y su expresión diaria se limita a actos de subversión individual o, en el mejor de los casos, huelgas y disturbios locales. En este texto queremos poner de relieve los acontecimientos que han sacudido a Irán en las últimas semanas, acontecimientos que van mucho más allá, del contexto de una región que constantemente y durante mucho tiempo ha estado a la vanguardia de la lucha de clases mundial, a pesar (y en contra) de la enorme concentración de capacidad asesina capitalista que se ha desatado allí. ¡Queremos subrayar la naturaleza de clase de estas luchas y la importancia de las rupturas con el orden capitalista que expresan nuestros camaradas en Irán!

Mientras que el gran conflicto imperialista, que las superpotencias globales y regionales libran desde hace varios años en Irak y Siria[2] a través de sus representantes locales, al mismo tiempo están entrando en un estado de limbo temporal, mientras las facciones burguesas, los ejércitos y las milicias que sirven a sus intereses también se están lamiendo las heridas, armándose y preparándose para la próxima ronda de carnicería, de carne de cañón del proletariado… y sus políticos y medios de comunicación están ocupados reinterpretándola como una imagen de victoria, para vendérsela a “sus ciudadanos”, reforzando y amarrando las correas que atan a nuestra clase al espectáculo democrático… el proletariado en la región está empezando a levantar la cabeza de nuevo.

En diciembre, miles de proletarios furiosos salieron a las calles en todo el Kurdistán iraquí y se enfrentaron con policías y unidades de Peshmerga. En la provincia de Sulaymaniyah los manifestantes se quemaron hasta los cimientos de la sede Peshmerga, así como la de los principales partidos políticos (los del lado del gobierno y la oposición).[3] Las oficinas de los partidos oficiales fueron quemadas también en el pueblo de Koye en la provincia de Erbil. Las razones inmediatas de su rabia fueron el terrible estado de los servicios básicos, el suministro interrumpido o inadecuado de agua potable y electricidad y varios meses de salarios no pagados, especialmente en el sector público. Durante los disturbios, al menos cinco de los manifestantes fueron asesinados por las fuerzas represivas del Estado y cientos resultaron heridos o detenidos.[4]

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Califato & barbarie… ¿La lucha final? (texto completo)

Como hacemos regularmente con textos de los cuales no necesariamente reivindicamos la totalidad de los contenidos, ni obligatoriamente la dinámica militante o el cuerpo programático de sus autores (ya sean colectivos o individuos), reproducimos en nuestro blog el nuevo artículo de Tristán Leoni sobre el Estado islámico y el conflicto sirio-iraquí.

Creemos que este artículo, a pesar de su forma un tanto “académica” y su estilo “objetivista” (con múltiples referencias periodísticas que se supone le dan un barniz de “seriedad”), compila y sintetiza toda una serie de información y lecturas importantes, y también es de gran relevancia para muchas discusiones militantes a nivel internacional sobre las evoluciones de estos últimos años del frente político-militar de la “guerra civil en Siria” y la muy mediática “guerra contra el terror” y “contra el Estado Islámico” en particular. (TRIDNIVALKA)

DESCARGA: Texto completo en PDF

Publicado en: https://www.autistici.org/tridnivalka/

Fuente en francés: https://ddt21.noblogs.org/

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Poco a poco, voy haciendo una lista del alfabeto de ruinas…
Todo esto significa algo.
No puede carecer de sentido.
La guerra no habla.

David B., La lectura de las ruinas, 2001

¿Podemos leer las ruinas tal como las líneas de la mano? La capital política del Estado Islámico (EI) cayó el 17 de octubre de 2017, epílogo anunciado de una batalla que comenzó cuatro meses antes. Sin embargo, por una buena razón, no vimos a multitudes alegres en las calles para dar la bienvenida a los liberadores. Durante este período, la población pasó de 300 mil habitantes (incluyendo un tercio de refugiados) a casi cero. En el campo del “Bien” siendo precisos, según se informa, sólo entre uno y dos mil civiles han muerto bajo los bombardeos; los demás han huido de los combates y ahora intentan sobrevivir en las carreteras o en los campos de refugiados.

La captura de Raqqa fue altamente simbólica ya que la ciudad, en manos del EI desde junio de 2013, había sido su capital política (aunque su administración se hubiera transferido varios meses antes a Mayadine, 175 km aguas abajo del Éufrates). Un mes más tarde, en Abu Kamal, una batalla de importancia estratégica (a la que volveremos después) marcó verdaderamente el final del Califato como entidad territorial proto-estatal.

El colapso del EI parece cerrar un paréntesis, el de la confrontación entre el mal y el resto del mundo; a partir de ahora, la actualidad siria será parecida a la del conflicto inicial, esa guerra civil que terminó y siguió a la contestación social de 2011.[1] A pesar de los años de un proceso de libanización en el que se enfrentaron cientos de milicias y grupos armados más o menos apoyados por potencias extranjeras, el conflicto está llegando a su fin.

Los proletarios no tenían otras opciones que quitarse del camino, emigrar o elegir algún campo (entre ellas la profesión de soldado, la única en tensión en la región, con la ventaja de proporcionar un salario y comida). Ahora, sin embargo, con la “normalización” acercándose, se está preparando una explotación más racional y clásica de toda esa mano de obra docilizada por las lluvias de bombas y ruinas.

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