[Ecuador] Juicio político y «muerte cruzada»: pugna interburguesa y dictadura democrática del Capital. Se avecina una nueva revuelta

 

El juicio político contra el presidente banquero Lasso que tuvo lugar antes de ayer, 16 de mayo de 2023, en la Asamblea Nacional del Ecuador no es más que una pugna interburguesa y una pantomima democrática: una nueva pelea entre patrones, sus políticos y sus abogados para adueñarse del botín del Estado y del botín del petróleo (ej. FLOPEC), arguyendo que lo hacen «en beneficio del pueblo». Porque el Estado ecuatoriano depende principalmente de la renta petrolera. Entonces, el fondo de este problema en realidad no es político, legal ni mucho menos «moral», sino que es un conflicto de intereses económicos o materiales entre diferentes fracciones de la clase capitalista de este país, en estos tiempos de crisis generalizada, que se está resolviendo bajo una forma política.

Por su parte, la izquierda del Capital de todos los colores (verdeflex, arcoíris y rojiamarilla) que, de manera ilusa y oportunista, apoyó el juicio político y dijo estar «vigilante» desde la vereda, también forma parte de esta pugna interburguesa y pantomima propia de la democracia sin comillas, a la cual además dice «defender». Decimos sin comillas, porque la democracia en realidad es la dictadura invisibilizada y normalizada del Capital y su Estado sobre el proletariado. Dictadura democrático-burguesa, entonces, en la que derecha e izquierda no son contrarias, sino complementarias, alternantes… y cómplices, así la izquierda diga lo contrario, tanto dentro como fuera de la Asamblea Nacional. La «muerte cruzada» decretada democrática y legalmente por el derechista Lasso el día de ayer, 17 de mayo de 2023, también demuestra en los hechos y una vez más que la democracia es la dictadura de la burguesía.

Por lo tanto, ni juicio político ni «muerte cruzada»: no hay nada que apoyar por parte de la clase trabajadora que habita la región ecuatoriana, quien todavía es la gran perdedora y la gran ausente en toda esta situación, porque sus condiciones materiales de existencia se han empeorado, pero al mismo tiempo porque su conflictividad también ha bajado. Sin embargo, cuando ésta aparezca en escena lo hará por otros motivos, con sus propias reivindicaciones y sus propios métodos de lucha. Siendo entonces posible que patee el asqueroso tablero de ajedrez político de la clase dominante y su séquito.

Posible escenario «pesimista» en un futuro inmediato: puesto que Lasso ya activó la «muerte cruzada» (Decreto Ejecutivo 741) para no ser destituido de su cargo, con lo cual se convierte prácticamente en dictador civil con el apoyo de las Fuerzas Armadas y la policía, eso podría detonar un nuevo Paro Nacional o revuelta popular en los próximos 6 meses, misma que quizás podría «salirse de control», no sólo al Estado sino a la izquierda, hasta llegar a ser una huelga general e insurreccional. Decimos quizás, porque las condiciones aún no están dadas para ello, pero podría haber sorpresas. Más bien, dado que la burguesía ya se ha blindado, armado y anticipado con sus últimos Decretos Ejecutivos 707 (libre porte de armas) y 730 (militarización del Estado), eso también podría terminar en una masacre de la clase trabajadora que se levante. Masacre cometida no sólo por policías y militares, sino también por paramilitares y sicarios de las bandas de narcotraficantes. Por desgracia, tal como están las cosas de graves en el país, ésto último podría ser lo más probable en tal escenario. Sea como fuere, el futuro es incierto… y turbio.

A lo mejor podría darse una revuelta masiva parecida a la que ocurrió hace unos meses en Perú, con la obvia diferencia de que no sería para defender al presidente destituido por el poder legislativo, sino para presionar que se vaya y lo reemplace otro: ya no el actual vicepresidente Borrero, sino… ¿Nebot, Correa o Iza? En cualquier caso, todo seguiría girando alrededor del Estado capitalista y su sistema político-electoral, mientras que los proletarios de todas las «razas» lanzados a las calles seguirían siendo carne de cañón y luego de urna en la pugna interburguesa.

Excepto y sólo excepto si es que acontece un desbordamiento de ese posible estallido social, en el cual el proletariado comience a actuar como clase autónoma y antagonista. Lamentablemente, eso no ha pasado en las últimas revueltas, al menos aquí en Ecuador. Y es probable que tampoco ocurra en una nueva revuelta, pero en cambio podría ser su «caldo de cultivo». Porque para ello aún falta más golpes del enemigo (ej. una nueva reforma laboral), batallas y derrotas aleccionadoras como clase; así como también, más rupturas, saltos, «nuevos actores» y sorpresas.

Por ejemplo, si es que los trabajadores petroleros de aquí siguiesen el ejemplo de acción directa y autoorganización de los trabajadores petroleros de Irán, haciendo huelgas y tomas a mano propia, porque sólo ellos pueden hacerlo. Lo mismo los trabajadores de los demás sectores estratégicos de la economía. Eso sí sería golpearle al Capital y al Estado donde realmente les duele: en el terreno de la producción de valor y en su tasa de ganancia. Ahí es donde realmente radica y se juega el poder de clase, no en el Palacio de Carondelet ni en la Asamblea Nacional. Todo lo demás es andarse por las ramas. Lo cual no quiere decir que los demás sectores de la clase trabajadora no salgan a luchar. Tienen que hacerlo. Y lo van a hacer, más aún si este gobierno decreta una nueva reforma laboral, tal como ya lo ha anunciado aprovechando la «muerte cruzada». Pero sobre todo, nuestra clase tiene que aprender al calor de sus luchas para no volver a cometer los mismos errores, sino para avanzar o dar saltos hacia adelante.

Ahora bien, por más análisis críticos y llamamientos a la acción que hoy hagan las diferentes organizaciones de izquierda (y ultraizquierda) de esta región contra el gobierno del banquero sociópata Lasso, sólo el mismo desarrollo impersonal y contradictorio de la crisis capitalista y la lucha de clases real tendrán la última palabra. Si salimos a las calles a luchar por nuestras vidas y nos juntamos con otros, será como unos nadies más, a hacer lo que se pueda hacer y a aprender lo que se tenga que aprender para próximas batallas como clase. Teniendo siempre presente que la solidaridad, la autoorganización y la acción directa de masas son nuestras mejores armas.

Proletarios Hartos De Serlo

Quito, 18 de mayo de 2023

[Folleto] APORTES CRÍTICOS A LOS PRINCIPIOS POLÍTICOS REVOLUCIONARIOS DEL PROLETARIADO DEL GEC

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Publicamos a continuación una discusión de los años 2011-2012 en torno a un texto que produjo el disuelto Grupo de Esclarecimiento Comunista (GEC) -de Perú-, seguido del respectivo balance crítico que plasmó el también disuelto grupo Proletarios Salvajes -de Ecuador- en torno a éste. Consideramos que es un aporte bastante cualitativo que sigue vigente, sobre todo en el actual contexto donde imperan significativas debilidades, huecos y faltas de ruptura en el autodenominado movimiento revolucionario. Si bien, sabemos que los problemas del terreno práctico no se resolverán mecanicamente con la lectura de un texto, es un error por otra parte, demeritar su importancia de estos materiales,  pues nos guste o no; el legado escrito de los compañeros -que están o estuvieron- acompaña el proceso de continuidad y profundización de la perspectiva revolucionaria que nos permite romper el aislamiento y luchar en comunidad contra esta sociedad del capital.

No en vano Marx se refería al proletariado como “el partido destructor” o “el partido de la subversión”, a la vez que como el “portador del comunismo”. Y es que solo mediante esta negatividad radical, subversiva, autoabolicional y creadora es que nuestra clase puede destruir el capitalismo y construir o crear el comunismo.
El proletariado no solo es revolucionario por la posición estructural que ocupa dentro del modo de producción capitalista como único productor de plusvalía, de capital o de “toda la riqueza de este mundo”. Sino fundamentalmente por la posición histórica que ha ocupado y ocupa en la lucha de clases contra el capital como negación, antagonismo, irrupción, ruptura, destrucción y superación absoluta y viviente de la sociedad burguesa del trabajo, el dinero, las clases (empezando por sí mismo), el Estado, las ideologías y los fetiches. El principio de “el proletariado es revolucionario o no es nada” debería entenderse entonces como que “el proletariado es la destrucción de esta sociedad y, por tanto, es también su propia destrucción”.

[Ecuador] ¡Nuestras Vidas antes que sus Ganancias! ¡Abajo el «paquetazo», el gobierno, el Capital y el Estado!

El nuevo “paquetazo” del gobierno de Moreno-Roldán-Martínez-Romo-Jarrín sólo enriquece aún más a los empresarios y sus políticos, mientras que a la clase trabajadora (que incluye a los informales y los desempleados) nos precariza y empobrece aún más. Es decir, aumenta nuestra explotación y nuestra miseria. Por eso salimos a las calles a protestar.

Si la gente se enferma y se muere, no es culpa de la gente sino de este gobierno y de las Cámaras Empresariales que, con sus medidas para proteger sus ganancias, nos obligan a salir a las calles a trabajar y a protestar, arriesgando así nuestras vidas. Nos están quitando todo: trabajo, salud, vivienda, educación, etc. También nos están quitando el miedo, hasta que éste cambie de bando social.

Esta no es “la crisis del coronavirus”. Es la crisis del capitalismo. La crisis sanitaria y económica actual no ha hecho más que desnudar esta cruda y antigua verdad: el capitalismo mata a los explotados y oprimidos, a los proletarios, pero salva a los ricos y poderosos, a los burgueses. Las clases sociales existen. La lucha de clases también y, de hecho, es lo que mueve a la historia y a esta sociedad.

No conformes con su “ley de apoyo humanitario” para ellos y de nueva esclavitud para nosotros, este gobierno recién aprobó otra ley que permite a las Fuerzas Armadas y la Policía usar armas letales para reprimir la protesta social, a lo que le llama “uso progresivo de la fuerza”. Es decir, no conformes con matarnos de coronavirus, de hambre y de aislamiento, ahora también nos quieren matar a balazos si es que protestamos. Esto no es “fascismo” ni “falsa democracia”. Esto es la democracia, sin comillas: sí, porque en realidad la democracia es la dictadura de los ricos sobre los pobres, de la burguesía sobre el proletariado. El único y gran terrorista es el Estado.

Si bien los recientes escándalos públicos de corrupción (sobreprecios) por parte de altos funcionarios de este gobierno son indignantes y repugnantes, el problema no es la corrupción. El problema es el capitalismo, sistema que se basa en la desposesión de los medios materiales de vida a la gran mayoría de la población para que una minoría de propietarios y empresarios explote su fuerza de trabajo y acumule capital mediante la producción y la venta de mercancías. La corrupción sólo es un mecanismo secundario de acumulación de capital. “Lícito” o “ilícito”, el enriquecimiento se basa en la explotación.

Las instituciones, las leyes y las elecciones son inventos y armas de los ricos y poderosos para mantener y legitimar su poder sobre nosotros los explotados y oprimidos. Por lo tanto, no se trata de luchar por la “inconstitucionalidad” de tal y cual ley ni por un “gobierno popular”, porque eso sólo es jugar su juego en su cancha y darles más poder. Entonces, dejemos de luchar por esas migajas del Estado capitalista llamadas “derechos democráticos”. Luchemos por reapropiarnos y poner en común todo lo existente, porque los trabajadores lo hemos producido todo, por lo tanto, todo debería ser nuestro, para todos, sin necesidad de jefes, representantes ni intermediarios partidarios ni sindicales. La emancipación de los trabajadores será obra de los propios trabajadores. Con autoorganización, apoyo mutuo y acción directa.

Minneapolis y todo EE.UU. arden en llamas. La revuelta proletaria estalla en las entrañas de la gran bestia mundial. Sus detonantes son la violencia policial y el racismo. Pero sus causas son el capitalismo y la sociedad de clases. Por lo tanto, para abolir el racismo y la violencia policial, hay que abolir el capitalismo y la sociedad de clases, allá y en todo el mundo. EE.UU. no es el único país en el cual el proletariado de todas las “razas”, nacionalidades, sexos y edades se vuelve a rebelar en las calles: también hay fuertes protestas en Inglaterra, Alemania, Francia, Grecia, Hong Kong, México, Honduras, Brasil, Chile… Porque los proletarios no tenemos patria, y porque así como se contagia la pandemia del Capital, así también se contagia la revuelta social. Aun así, esta es necesaria pero no es suficiente: para acabar con todos los males que hoy aquejan a la humanidad y la naturaleza, la revuelta ha de criticarse y superarse a sí misma para transformarse en revolución social mundial. Porque sólo ésta puede frenar la actual catástrofe capitalista que nos está matando y regenerar la Vida sobre nuevas bases.

¡EL CAPITALISMO MATA: MATEMOS AL CAPITALISMO!

¡AUTOORGANIZACIÓN, APOYO MUTUO Y ACCIÓN DIRECTA!

¡REVUELTA Y REVOLUCIÓN! ¡COMUNISMO O EXTINCIÓN!

Unos proletarios cabreados de la región ecuatoriana por la revolución comunista y anárquica mundial 

proletarioscabreados@riseup.net

Quito, 8 de junio de 2020

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Contra el nuevo «paquetazo» de este gobierno explotador y asesino, ¡hagamos una nueva revuelta proletaria!

El nuevo “paquetazo” del gobierno ya es un hecho en este país: reducción de los salarios y de la jornada de trabajo, despidos masivos, recorte del presupuesto para la educación y la salud, privatizaciones, y aumento del precio de la gasolina, por ende, de todos los productos de la canasta básica. Todo esto, en medio de la actual crisis sanitaria y económica. Por lo tanto, la gente de a pie que si no trabaja no come (la mayoría de la población) debería levantarse en contra de estas medidas tal como lo hizo en Octubre. Sí: deberíamos hacer una nueva revuelta, gente, porque estas medidas son peores que las de Octubre: nos precarizan y empobrecen aún más de lo que ya estamos, mientras los empresarios y sus políticos siguen acumulando más riqueza y poder a costa de nuestra explotación y dominación; es decir, a costa de robarnos, engañarnos y reprimirnos.

Es más, todo lo que ha hecho este gobierno empresarial, mafioso y asesino de Moreno-Sonnenholzner-Martínez-Roldán-Romo-Jarrín durante los últimos meses, aprovechándose de la pandemia y la cuarentena obligatoria, es mucho peor y condenable que lo que hizo en Octubre (miles de contagiados, muertos, presos y despedidos). Por eso mismo, en las últimas semanas y días, nuestra clase trabajadora (que incluye a los informales y los desempleados) ya reaccionó protestando en las calles, a pesar del coronavirus y la dictadura sanitaria impuesta por el Estado. Y lo más probable es que continúe protestando en los próximos días y semanas, como debe ser. Pero no se sabe hasta cuándo ni hasta dónde.

En caso de acontecer una nueva revuelta en este país, es posible que, así como en la Revuelta de Octubre del año pasado se luchó por la derogatoria del Decreto Ejecutivo 883, esta vez se luche por la derogatoria de los Decretos Ejecutivos 1053 y 1054. Todas las izquierdas de aquí, o la mayoría de ellas, estarán de acuerdo en ello. Sin embargo, esta vez no hay que conformarnos con migajas legales e institucionales, gente. Eso de por sí ya fue y ya sería una derrota, aunque parezca lo contrario. Es decir, no hay que conformarnos con luchar por la “inconstitucionalidad” de tales leyes ni fantasear con elecciones presidenciales y un “gobierno obrero, campesino, indígena y popular”, como lo hacen las organizaciones de la izquierda del Capital. Porque las leyes, las elecciones y las instituciones son armas del Estado de los ricos y poderosos contra nosotros los explotados y oprimidos. No se puede combatir y destruir este sistema en su mismo terreno y con sus propias armas. Eso es “darle más poder al Poder”. Por el contrario, hay que hacer real aquella consigna que se ha escuchado en las últimas protestas: “con la fuerza de los trabajadores, romper las leyes de los explotadores”; y romper todo su poder económico, político, militar, mediático e ideológico.

Las revueltas proletarias deben criticarse a sí mismas, aprender de sus propios errores, tensionar y superar sus propias contradicciones, para no quedar atrapadas en el terreno de la clase explotadora y dominante, sino para romper con el orden establecido y transformarse en la revolución social que hoy en día es más necesaria y urgente que nunca, dada la actual crisis total del sistema capitalista que está destruyendo a la humanidad y la naturaleza. La revolución social, no para poner en el poder a ningún partido político de izquierda, sino para defender y regenerar la Vida misma que hoy está en riesgo.

Claro que para lograr algo así hay que empezar luchando por unas demandas mínimas (de trabajo, salud, vivienda, educación, tiempo libre) y con un mínimo de autoorganización colectiva (de la bioseguridad, la alimentación, el transporte, la comunicación y la autodefensa). Pero también hay que ir más allá de esto: hay que superar los propios límites de la revuelta. Al fin y al cabo, la revolución es la generalización y radicalización de todas las reivindicaciones o necesidades de los explotados y oprimidos para dejar de serlo. Y la organización es la organización de las tareas que esta lucha de clases para abolir la sociedad de clases exige. En la cual, el apoyo mutuo y la solidaridad han sido, son y serán nuestras mejores armas.

Entonces, si salimos a protestar a las calles a pesar del riesgo de contagio, el toque de queda y la amenaza de represión legal por parte del gobierno, que no sólo sea por rabia, hambre, desesperación y con la Revuelta de Octubre en la memoria (lo cual es totalmente legítimo y valioso). Salgamos a protestar a las calles con algunas ideas claras y autocríticas, gente: no luchemos por esas migajas democráticas del Estado de los ricos y poderosos llamadas “derechos”, ni tampoco como rebaños de ningún partido ni sindicato de izquierda que diga ser nuestro “líder y salvador”. Luchemos con cabeza y mano propias como los nadies que lo queremos todo. Porque los nadies, es decir los proletarios y las proletarias, hemos producido todo lo que existe y, por lo tanto, podemos destruirlo todo (las ruinas no nos dan miedo) y podemos crear algo totalmente nuevo y mejor que lo destruido, por y para nosotros mismos, sin necesidad de jefes, representantes ni intermediarios.

Todo esto, no es una cuestión de ideología política; es una cuestión de vida o muerte en estos tiempos de crisis económica, sanitaria, ecológica y civilizatoria. Tarde o temprano, hasta los “apolíticos” y “neutrales” que se creen “clase media” saldrán a protestar a las calles por esta razón. Todo lo dicho aquí, además, aplica no sólo para Ecuador y para la coyuntura local que se está abriendo, sino para todo el mundo (desde Chile hasta China) y para toda esta época. Por lo cual, hacemos un llamado a desatar la revuelta proletaria sin vuelta atrás aquí y en todas partes.

¡ABAJO EL PAQUETAZO, EL GOBIERNO, EL CAPITAL Y EL ESTADO!

¡NO LUCHEMOS POR MIGAJAS NI PACTOS!

¡LUCHEMOS SIN JEFES, REPRESENTANTES NI INTERMEDIARIOS!

¡CONTRA LA EXPLOTACIÓN Y LA MUERTE, VAMOS HACIA LA VIDA!

¡LA REVOLUCIÓN ES LA VIDA!

Unos proletarios cabreados de la región ecuatoriana por la revolución comunista y anárquica mundial   –   Quito, 25 de mayo de 2020

La Oveja Negra #66 – EN TIEMPO DE REVUELTAS: CHILE Y ECUADOR

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NRO. ESPECIAL (32 páginas)

¡VAMOS HACIA LA VIDA!
Reemergencia global de la lucha
Una acción común contra el Capital

REVUELTA EN ECUADOR
Solidaridad
Represión y criminalización
Carta desde el pasado
Breve balance
Un mes después del Paro Nacional…

REVUELTA EN CHILE
«¡Evade!»
¿Guerra?
¿Vuelta a la normalidad?
Sobre las asambleas constituyentes
Notas provisionales…
Esto no termina…
Cuadros:
Primer detenido bajo la Ley de Seguridad Interior del Estado por las revueltas de octubre: Roberto Campos
Izquierda en Ecuador, derecha en Chile
Contra el patriotismo

Anexos:
• Haití: ¡Viv Revolisyon!
• Bolivia: Revuelta y Golpe de Estado

Apuntes críticos sobre la coyuntura actual en Ecuador un mes después del Paro Nacional, desde los dos bandos de la lucha de clases

Terrorismo de Estado: eso es el Capitalismo organizado.

Desde el bando del Gobierno o del Estado burgués: 

1. Existe represión selectiva, tanto legal como policial y mediática, contra dirigentes indígenas, sindicales y estudiantes, brigadistas médicos incluidos, que participaron en el Paro, a modo de venganza y “castigo ejemplar”.

2.  Las FF.AA. de este país se están preparando para la Contrainsurgencia: se trata de una declaración de guerra del Estado contra los luchadores sociales arriba mencionados y, en especial, contra los supuestos “19 grupos violentos” y “células anarquistas” (inexistentes), a las cuales están rastreando y van a erradicar, dicen. Al igual que ha pasado en otros países, el Estado ecuatoriano se está inventando un nuevo enemigo interno para justificar su brutal e hipócrita terrorismo y para atemorizar a la población, porque en el fondo tiene miedo de las masas proletarias después del Paro, de lo que son capaces de hacer y de que vayan a hacerlo de nuevo. Para lo cual, pide que se cambien algunas leyes y que les den más dinero y equipamiento. Para colmo, Presidencia le rinde homenaje a policías y militares en el Palacio de Carondelet por su “excesiva generosidad” en el “uso progresivo de la fuerza” durante el Paro; Palacio que, por cierto, sigue rodeado con rejas y alambres de púas. Además, les está dando “terapia” a los policías que se quedaron “traumados” por haber sido “secuestrados” durante el Paro… sí claro, pobrecitos. Lo dicho: brutal e hipócrita terrorismo de Estado. Sigue leyendo

REVUELTA INTERNACIONAL CONTRA EL CAPITALISMO MUNDIAL

La revuelta proletaria ha explotado a lo largo del mundo confluyendo violentamente en diferentes rincones del mismo. Chile, Ecuador, Irak, Haití, Francia, Líbano, Hong Kong, Colombia, Bolivia, Honduras, Argelia, Sudán… son algunos de los lugares donde en estos últimos meses hemos salido a las calles desatando toda la cólera acumulada durante años. Bastó el anuncio de una subida del subte en Chile, de la tasa de combustible en Francia, del precio del pan en Sudán, un impuesto en las llamadas por redes sociales y en la gasolina en Líbano, o que quitaran los subsidios al combustible en Ecuador, para que como en Irak o Haití, saliéramos desesperados y furiosos ante la imposibilidad absoluta de vivir.

La insaciable sed de ganancia de la burguesía mundial está llevando a la vida en la Tierra a límites inimaginables, la contradicción entre las necesidades de valorización y la vida humana explosionan desde hace años en revueltas que hoy, con la concentración en el tiempo de decenas de revueltas, anuncian una nueva agudización del antagonismo de clases a nivel internacional. Cada barricada, cada protesta que se alza contra los sucesivos aumentos de nuestra explotación, cada corte de ruta, cada saqueo, es un llamamiento del proletariado mundial a luchar contra el deterioro de nuestras condiciones de vida, a extender y afirmar la negación de este mundo, a empuñar y levantar de nuevo la bandera de la revolución social.

Lo que nos anuncian las revueltas que hoy se generalizan por el mundo capitalista no es otra cosa que la reemergencia del proletariado, el regreso del viejo topo que nunca dejó de cavar. La llamada primavera árabe, la revuelta social en Grecia, en Turquía, en Ucrania, o las recientes luchas en Brasil o Venezuela, eran la antesala de un movimiento internacional e internacionalista que hoy lleva el miedo a todos los representantes del capitalismo mundial e insufla esperanzas y fuerzas a los proletarios de todo el planeta.

Desde el gobierno de turno que ejecuta las medidas que imponen las necesidades económicas y suponen siempre una subida de los precios de lo imprescindible para vivir; desde el patrón que nos explota directamente en el trabajo sacándonos nuestra última gota de energía; desde el mercado que nos arroja al desempleo en un mundo en el que si no tienes billetes en el bolsillo sobras y vas directo el matadero; pasando por el banco, o mejor dicho, por los bancos mundiales que aumentan nuestro grado de explotación con todo tipo de medidas de expoliación que hace que esos mismos billetes valgan cada vez menos en nuestras manos; desde cada chute más de ganancia que ejecuta la burguesía mundial a costa de envenenar el aire, el agua, la tierra, nuestra sangre o lo que comemos, pasando por todas esas innumerables organizaciones, sindicatos y partidos de izquierda y de derecha que representan “alternativas” al interior del capital y que sirven para perpetuarnos en nuestra condición de esclavos… a todos y cada uno de ellos van siendo señalados por el fuego de la revuelta como responsables de nuestros sufrimientos, como representantes del capitalismo mundial.

La potencia que ha mostrado nuestra clase en estos meses ha conseguido trastocar incluso los encuadramientos que en algunos lugares la burguesía lograba imponer para fagocitar nuestra lucha. En Hong Kong, el encuadramiento interburgués recula por la fuerza de la lucha internacional que arrincona algunas de las consignas de nuestro enemigo y determina a los proletarios a delimitarse de las mismas. Hasta en Cataluña, donde el nacionalismo parece omnipotente dirigiendo un espectáculo que arrastra al proletariado a negarse como fuerza revolucionaria, han aparecido consignas y prácticas de minorías que expresan que la fuerza revolucionaria sólo se abrirá paso fuera y contra la trampa de las banderitas nacionales.

Claro que, dicho todo esto, subrayando la importancia histórica de lo que estamos viviendo y que tiende a afirmarse en la práctica como movimiento proletario internacional e internacionalista frente a todas las tentativas de la burguesía por reprimirlo, ocultarlo, canalizarlo, deformarlo, fraccionarlo… no dudamos ni un momento que no es más que el comienzo de un proceso largo y complejo. Es difícil predecir los pulsos y desarrollos que tendrá, las idas y venidas, pero indudablemente avanza ya hacia una confrontación cada vez más internacional y generalizada, cada vez más violenta, cada vez más decisiva.

Si bien estamos ya reventando de hambre, enfermando de todas las maneras posibles y asfixiándonos por todo lo que da empuje a la economía a costa de nuestra vida y la de nuestro planeta, lo que está por venir es todavía peor. La catástrofe capitalista que se viene encima es incomparable con lo que se ha vivido hasta ahora. Las insaciables necesidades vitales de la economía capitalista piden sacrificar al ser humano y a todo lo viviente en el altar de la ganancia. Pero los proletarios hemos retomado la vía que abre la puerta a otro futuro: la pelea, la lucha intransigente por imponer una transformación radical, el ataque a las diversas instancias y representantes del capital, la afirmación en las calle de innumerables rincones del mundo de la comunidad de lucha contra el capital.

Ante la fuerza de la revuelta internacional, el capitalismo mundial responde como no puede ser de otra manera, con todo su arsenal terrorista. Durante estas semanas de protestas la democracia del capital nos recuerda que su dictadura es la más brutal que ha conocido la humanidad. Policías, antimotines y milicos salen a llenar de sangre las calles, a destrozar cuerpos, a encerrarnos, a asesinarnos, a dejarnos sin suministros y sin abastecimiento para hacernos recular, para meternos el miedo y que abandonemos las calles, para mostrarse invencible. Centenares de muertos, decenas de miles de detenidos y encarcelados, hombres, mujeres y niños mutilados y torturados por las armas que usan contra nosotros, ciudades y barrios desabastecidos para que regresemos a nuestras casas y se añore la vuelta a la tranquilidad de los cementerios.

Pese a que en algunos lugares tratamos de responder a todo ese terrorismo creando ollas y cocinas comunitarias, albergues, espacios para cuidar a nuestros hijos más pequeños mientras otros pelean en las calles, centros para tratar a los heridos y refugiar a compañeros, y también respondemos con la violencia revolucionaria, tomando por la fuerza lugares de abastecimiento, atacando a los medios de comunicación del capital, consiguiendo y repartiendo armas con las que defendernos y atacar al terrorismo del Estado, intentando que el miedo cambie de campo, intentando responder a su terrorismo expresándonos como comunidad de lucha, como comunidad solidaria, lo cierto es que aún no tenemos la fuerza suficiente para responder como se necesita al terrorismo del Estado. Es cierto, los milicos y todo su arsenal asesino no nos ha hecho retroceder, y la resistencia en las calles nos llena de determinación y coraje. Sin embargo, cuando el ejército sale a las calles a desplegar todo su terror, pese a la existencia de minorías que mantienen el pulso de la lucha y tratan de dar directivas, todavía somos incapaces de dar un salto cualitativo que cristalice en insurrección. La necesidad que hoy se nos plantea en cada revuelta es cómo profundizar y desarrollar esa insurrección.

Tenemos que retomar la senda del pasado, recordar lo que hicieron nuestros hermanos de clase entonces, cómo se cristalizaron las insurrecciones pasadas que lograron desestabilizar al Estado. Tenemos que recordar cómo se desestructuró a los cuerpos represivos, cómo se descompusieron los ejércitos, cómo enormes franjas de milicos se negaron a disparar contra la revuelta o más aún, se pasaron con la armas a su lado. La descomposición del ejército siempre fue y será un salto de calidad fundamental en toda revuelta proletaria.

Tenemos también que retomar la creación de estructuras para el abastecimiento, para la autodefensa, organizar el asalto a los centros de armamento para cristalizar las necesidades insurreccionales del enfrentamiento. Pero también necesitamos saber cuándo replegarnos en los momentos en los que la correlación de fuerzas nos es desfavorable, manteniendo la fuerza colectiva para evitar que el Estado nos barra. A veces puede ser necesario el repliegue, que no el abandono, para estructurarse, ampliar el asociacionismo y la estructuración proletaria internacional. Necesitamos también sacar a los presos, a los detenidos, etc. Pero sobre todo necesitamos que todo esto sea materializado como expresión y dirección de nuestra comunidad de lucha contra el capital. Toda tentativa de eludir la necesidad insurreccional y desarrollar en su lugar una guerra entre aparatos, o la de escindir de la propia comunidad de lucha la organización de la violencia como tarea de específica de un grupo guerrillero, son caminos que liquidan la fuerza que estamos generando. Como lo son también todas las peticiones de derechos humanos, o las exigencias de dimisiones de responsables del Estado, formas de integración democrática. Sin embargo, estamos convencidos de que nuestra comunidad de lucha aprenderá no sólo de su propia experiencia actual, sino que esa misma experiencia le hará reencontrarse con su propio pasado para buscar las formas de asumir estas necesidades. Como en Irak, donde los proletarios lanzan consignas refiriéndose a la insurrección de 1991.

No podemos obviar que el orden social existente no sólo combate nuestra lucha con balas y milicos que se lanzan contra las barricadas, sino con un conglomerado de ideologías y fuerzas que maniobran para destruir toda contestación social. Y lo que es más peligroso, esas mismas fuerzas, aprovechando nuestras propias debilidades y límites actuales, se presentan como parte de nuestra comunidad de lucha, llevando a muchos sectores de nuestra clase a identificarlas como tal. Las “soluciones” nacionales o nacionalistas, los espectáculos de asambleas constituyentes, los pedidos de depuraciones democráticas o cualquier otra reforma al interior del Estado son balas más dañinas que las que tiran los milicos, pues van dirigidas al corazón de nuestro movimiento. De nuestra determinación a contraponernos y enfrentarnos a esas fuerzas de la contrarrevolución depende la perspectiva revolucionaria, el latido de ese corazón comunitario.

No hay que olvidar que también es fundamental asumir todas una serie de tareas en los lugares donde la paz social no se acaba de romper. Claro que las mismas no tienen nada que ver con limitarse a la cuestión antirrepresiva o/y movilizaciones en embajadas y consulados que son terreno abonado para discursos reformistas y de derechos, con quejas y condenas contra los “excesos del Estado”. Ni por supuesto con defender la revuelta en tanto “pueblo que no aguanta mas” y que es “reprimido brutalmente”. Estas prácticas permiten precisamente a fracciones progresistas liquidar la verdadera solidaridad de clase, hacer de la revuelta y su necesidad algo de otros lugares, ajeno, lo que justifica negarla en su propio territorio defendiendo la paz democrática y los llamados a votar al mal menor. Por el contrario, la solidaridad de clase defiende la revuelta como expresión de nuestra comunidad de lucha contra el capital, como una misma lucha contra un mismo enemigo mundial. Claro que, las necesidades y tareas que se pueden asumir en los diversos lugares viene condicionada, no por la voluntad o determinación de grupos militantes, sino por la correlación de fuerzas locales. Desde luego es necesario crear instancias y comités de solidaridad, para centralizar y difundir las distintas informaciones de la lucha, así como lo que se realiza al interior de la revuelta (la sociabilidad, los saqueos, la organización comunitaria, la autodefensa, los comunicados compañeros etc.), para contraponernos a las mentiras de los medios de comunicación, a las canalizaciones socialdemócratas; para crear redes de ayuda con los refugiados, etc. En definitiva, hay que impulsar la estructuración de nuestra comunidad de lucha internacional, buscar formas de satisfacer las necesidades que se nos plantean en la lucha y saltar los obstáculos que nos encontramos.

La revuelta proletaria que hoy pone patas arriba al capitalismo mundial deja en evidencia, frente a todos los que quieren hacernos creer que la revolución es imposible, que la única alternativa del ser humano al capitalismo es la revolución mundial. La propia lucha y lo que cristaliza, nos da la certeza de que la humanidad puede destruir esta forma de vivir basada en la comunidad del dinero, mandarla al basurero de la historia, y desarrollar una nueva sociedad basada en la comunidad humana y su unidad inseparable con la Tierra.

¡Desde diferentes países y distintos escenarios, una misma lucha contra el capitalismo!

¡Organicemos internacionalmente nuestra comunidad de lucha!!

Afuera y en contra de sindicatos y partidos

¡A profundizar la lucha contra las relaciones sociales capitalistas!

Proletarios Internacionalistas

ACCIONES DE SOLIDARIDAD INTERNACIONAL CON LOS PROLETARIOS EN GUERRA CONTRA EL ESTADO CHILENO, ECUATORIANO O CUALQUIER OTRO DESDE EL TERRITORIO BAJO CONTROL DEL ESTADO MEXICANO

En solidaridad con las revueltas en Latinoamérica, desde la región mexicana.

El llamado es claro, al estallido de la huelga general, la acción y lucha directa, asambleas territoriales, ollas comunitarias, saqueos y sabotajes; acciones que si bien no exentas de sus limitaciones, imponen las necesidades humanas sobre las del capital y la dictadura del valor. El estallido social que resulta de medidas y reformas económicas e incrementos en el transporte o bienes básicos, que precarizan la vida en las distintas regiones del cono sur, así como consecuencia de la miseria generalizada; impulsan al proletario a constituirse como clase revolucionaria y decidirse a tomar las riendas de su vida en lucha directa y antagónica a las normas mercantiles del Estado-Capital o reventar de hambre.

Los proletarios más conscientes de nuestra condición de clase sabemos la importancia de compartir y asumir su lucha como nuestra, acompañarlos en esta guerra de clases superando toda barrera nacional, sabemos que como sujetos históricos nos desenvolvemos bajo la misma dominación con distintas facetas y fronteras, compartimos la impotencia y las lágrimas, así como los breves momentos de victoria que de cualquier modo nos dejan una lección de vida para las futuras generaciones. En ese sentido una cantidad no definida de proletarios salvajes decidimos mandar nuestro gesto de solidaridad fraterna cortando las vías de comunicación y circulación mercantil en distintos puntos de la Ciudad de México, en el marco de una convocatoria global en apoyo a la causa de inicio. Sigue leyendo

[Radio] Programa 39 de Temperamento – ESPECIAL REVUELTAS EN ECUADOR Y CHILE

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Participan compañeras y compañeros de aquellas regiones.
Grabado el 23 de octubre del 2019

En este programa:
-Audio desde barricada en Santiago de Chile (21 de octubre)
Desde Ecuador:
-Balance y perspectiva de la revuelta
– ¡Esto no se ha acabado! ¡Esto no ha hecho más que empezar!
Panfleto anarquista distribuido en Quito (18 de octubre)

Desde Chile:
-Audio agitación revolucionaria en Santiago de Chile (19 de octubre)
– Desde Villa Olímpica: Situación general del movimiento
-Compañero analiza fortalezas y debilidades de la revuelta – Violencia proletaria y autoorganización en los barrios
– Audio: ¡La Revolución es posible!

-Saludos internacionalistas!

Nos acompañan: Raza Humana – Los Prisioneros – Disturbio Menor – Marcel Duchamps – Chico Trujillo – Los Jaivas

[Folleto] Guerra de clases en Ecuador

Textos radicales surgidos al calor de la revuelta social de octubre del 2019

Los materiales que compilamos y publicamos en este folleto, fueron elaborados por proletarios que participaron activamente en el vórtice de la lucha de clases que recientemente tuvo lugar en la región ecuatoriana. Son materiales surgidos al calor de la lucha real y su propósito no se ha limitado a “informar o analizar los hechos”, sino que manifiestan de forma clara y firme las necesidades de dar un impulso a la lucha que rompa y supere definitivamente los convencionalismos reformistas y nacionalistas en los que la burguesía siempre busca encuadrar los álgidos combates del proletariado.

Otro hecho importante que caracteriza el contenido de  estos textos, es remarcar las fortalezas de una lucha que pese a las condiciones adversas en las que se desarrolló, se afirmó nuevamente como una de las tantas manifestaciones contundentes del enfrentamiento que nuestra clase sostiene históricamente contra el orden del capitalismo.

De igual manera, vimos imprescindible incluir en esta publicación dos textos más que fueron elaborados por camaradas que radican en otros países, y que a pesar de no haber estado presentes en el conflicto, sus posiciones parten de la misma línea, es decir, de la solidaridad de clase y el empuje hacia la revolución, afilando las armas de la crítica y la crítica armada.

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Contenido

-Introducción Breve análisis del «paquetazo» y las próximas protestas en este país desde la crítica radical Ecuador, 9 de octubre de 2019: 7mo día de Paro Nacional y 1er día de Huelga General. Panfleto de un@s proletari@s cabread@s de la región ecuatoriana por la revolución comunista anárquica mundial, desde «donde las papas queman» Ecuador: breve balance y perspectiva de las jornadas de lucha proletaria en octubre del 2019, al calor de los últimos hechos y debates al respecto  Solidaridad de Clase, -Comunidad de Lucha  Esto no se ha acabado, esto no ha hecho nada más que empezar Lenin Moreno y el progresismo La normalidad ya está rota

[Ecuador] breve balance y perspectiva de las jornadas de lucha proletaria en octubre del 2019, al calor de los últimos hechos y debates al respecto

«El proletariado es arrojado a la lucha de clases por su propia naturaleza de clase asalariada y explotada, sin necesidad que nadie le enseñe nada; lucha porque necesita sobrevivir. Cuando el proletariado se constituye en clase revolucionaria consciente, enfrentada al partido del capital, necesita asimilar las experiencias de la lucha de clases, apoyarse en las conquistas históricas, tanto teóricas como prácticas, y superar los inevitables errores, corregir críticamente los fallos cometidos, reforzar sus posiciones políticas por medio de la toma de conciencia de sus insuficiencias o lagunas y completar su programa; en fin, resolver los problemas no resueltos en su momento: aprender las lecciones que nos da la propia historia. Y ese aprendizaje sólo puede hacerse en la práctica de la lucha de clases de los distintos grupos de afinidad revolucionarios y de las diversas organizaciones del proletariado.» Agustín Guillamón. Proletariado y clases sociales, hoy (2013)

A pesar de las debilidades, contradicciones, lastres ideológicos y errores prácticos que estuvieron presentes en el movimiento social real que protagonizó las recientes jornadas de octubre de este año en Ecuador, a saber: falta de radicalidad y autonomía frente al Estado Capitalista, aceptar el diálogo y la negociación con el gobierno, pedir la intermediación de la ONU, división entre algunas dirigencias y algunas bases del movimiento indígena, pacifismo de algunos sectores de este movimiento, deponer las medidas de hecho, pensar en nuevas elecciones de gobierno, ausencia de algunos sectores de trabajadores, presencia de algunos políticos oportunistas que quisieron pescar a río revuelto, discursos y símbolos nacionalistas y populistas, falta de claridad, organización y ofensiva; a pesar de esto, en los hechos lo que ocurrió en Ecuador durante los 11 días de Paro Nacional fue una verdadera revuelta proletaria con tintes insurreccionales que logró desafiar y hacer retroceder un paso al Estado burgués que controla este territorio. Se hizo lo que se pudo hacer, lo que las fuerzas realmente existentes permitieron hacer, ni más ni menos; concretamente, obligar a derogar parcialmente las últimas medidas de austeridad capitalista o el «paquetazo» impuesto por el gobierno de Moreno (el decreto ejecutivo 883), desde las calles ganadas mediante la lucha día tras día y noche tras noche. Pero, como dijo Marx, un paso adelante del movimiento real vale más que una docena de programas.

Esta victoria parcial del 13 de octubre (con cierto sabor a derrota por nuestros muertos y por la permanencia del actual gobierno de ladrones y asesinos y sus nefastas reformas laborales), fue el resultado de todas las acciones directas de masas realizadas desde el 3 de octubre: se tomaron instituciones gubernamentales, pozos petroleros, carreteras, hicieron marchas y cacerolazos, piquetes y barricadas, saquearon algunos comercios, quemaron regimientos policiales y tanques de guerra, capturaron y retuvieron policías y militares, le hicieron huir al presidente a Guayaquil, instauraron la Comuna de Quito como epicentro del Paro Nacional… Con tales acciones, en 11 días hicieron lo que no hicieron en 11 años. 11 días de ruptura parcial, temporal y precaria pero real de la normalidad capitalista, sobre todo al interior de las protestas mismas: ruptura del trabajo asalariado y la circulación de mercancías (por algo fue un paro), de la propiedad privada y el dinero, sustituyéndolas por la solidaridad y la gratuidad (en los centros de acopio y las ollas comunitarias); a lo cual le acompañó a toda hora la discusión y toma colectiva de decisiones en las asambleas, y la valiente autodefensa desde las barricadas contra la brutal represión de los perros guardianes uniformados de los ricos y poderosos. En pocas palabras, en esos 11 días de Paro Nacional lxs explotadxs y oprimidxs en lucha de este país crearon y vivieron embriones de comunismo y anarquía; embriones espontáneos, caóticos, contradictorios, localizados, de corta duración, pero reales. Todo esto no fue poca cosa, fue un acontecimiento histórico con eco mundial, considerando que las masas proletarias del campo y la ciudad de esta «mitad del mundo» estuvieron dormidas o inactivas durante tantos años, y ya no lo están más. Estallaron cual volcán y siguen calientes. Y lxs anticapitalistas autónomxs que participamos como una parte más de ellas, también.

Los muertos y heridos en combate por parte del terrorismo de Estado tampoco son poca cosa. No fueron «muertes accidentales», fueron crímenes de Estado. ¡Ni perdón ni olvido! Por eso, negarlos o hacerlos de menos es una falta de respeto y hasta una muestra de cinismo para con ellos, sus seres queridos y sus compañeros. Una actitud pésima y rechazable, no sólo de algunos derechistas sino incluso de algunos izquierdistas locales. Muy por el contrario, lo mínimo que hay que hacer en estos momentos de «post-guerra» de clases (porque lo que hubo aquí fue una guerra de clases que aún no termina) es: solidarizarse con los compañeros detenidos y con las familias de los compañeros caídos; denunciar y oponerse activamente al terrorismo de Estado/gobierno asesino, que en estos momentos está haciendo represión selectiva a modo de venganza contra miembros de organizaciones sociales que participaron del paro, por lo cual toca cuidarnos; estar alertas e impedir nuevas medidas de austeridad maquilladas y «focalizadas» (nuevo decreto ejecutivo); estar atentxs también al inicio de las privatizaciones para oponerse a las mismas, y a las movilizaciones anunciadas para fines de este mes contra las reformas laborales flexiblizadoras/precarizadoras aún vigentes; y, mantener la movilización y organización social que se dio espontáneamente para poder «acumularla», radicalizarla y generalizarla a mediano y largo plazos con una perspectiva autónoma y revolucionaria. En ese sentido, esto acaba de empezar. La lucha sigue. Hasta el fin. Porque no se trata de sobrevivir menos mal, sino de vivir de verdad. Y no se trata de cambiar de amo, sino de dejar de tenerlo.

Es la insatisfacción de necesidades concretas del día a día, y no una u otra ideología, lo que lleva a la clase trabajadora a enfrentarse a la clase patronal y su Estado. En el seno de esta lucha, surgen y se desarrollan minorías conscientes, organizadas y activas que se esfuerzan por mantener viva la memoria, las lecciones y la llama rojinegra de la revolución proletaria. Pero una cosa es ser revolucionario y «ensuciarse las manos» en la lucha de clases real y contradictoria, estar ahí «donde las papas queman», viviendo la solidaridad y la combatividad de nuestra clase proletaria en carne propia, aportando y aprendiendo lo más que se pueda (tanto en las barricadas como en los centros de acopio y las asambleas), siempre con autonomía y criticidad, al mismo tiempo que con humildad y sin prejuicios ideológicos ni huevadas personales o grupusculares; y otra cosa es decir ser revolucionario desde la comodidad de la cama, la pantalla, el escritorio o la vereda, además desde una ideología eurocentrista/racista, obrerista, pacifista y purista que dice ser «comunista» e «internacionalista». O desde una ideología «marxista-leninista-maoísta» a «la vanguardia». O desde una ideología «anarquista» nihilista o valeverguista. Da igual. La revolución social no es un hecho ideológico sino un hecho real o material y, por lo tanto, impuro y contradictorio, que hay que saber asumirlo como tal mientras se está luchando codo a codo junto a las masas y otras minorías, porque así toca hacerlo contra el enemigo de clase común cuando estalla la guerra social como aquí estalló.

Obviamente aquí y en todas partes falta mucho para la revolución comunista anárquica mundial propiamente dicha, aún no existen las condiciones y las fuerzas para ello, pero por algo se empieza después de tanto letargo histórico. La emergente y actual lucha proletaria en Ecuador (las masas indígenas son parte de las masas proletarias del campo, no «un sector no explotador», además que también salimos a luchar las masas proletarias de la ciudad) es parte de toda una oleada internacional de luchas proletarias (Haití, Hong Kong, Francia, Argelia, Irak, etc.) que hoy por hoy está cerrando un ciclo histórico de contrarrevolución (con medidas de austeridad y represión estatal a la orden del día en todas partes) y abriendo un nuevo ciclo de ascenso e intensificación de la lucha de clases, en medio de la actual crisis capitalista mundial.

El papel de las minorías revolucionarias en todo esto, como siempre, es contribuir a desarrollar la autonomía y la ruptura proletaria en todo sentido, es decir contribuir a que lxs explotados y oprimidxs podamos liberarnos por completo y de raíz del Capital y del Estado con cabeza y mano propias; y, a que nos reapropiemos del programa invariante de la revolución social, forjado al calor de la lucha histórica del proletariado mundial, para hacerlo realidad de una vez por todas: abolición y superación de la propiedad privada, el trabajo asalariado (en todas sus formas), el valor, el dinero, las clases, el Estado, el mercado, las patrias, las razas, los géneros y toda otra forma de separación y opresión entre los seres humanos y sobre la naturaleza, para así poder vivir en comunidad y libertad reales.

Pero eso sólo es posible participando en las luchas sociales reales, metiendo y «ensuciándose las manos», cometiendo errores y aciertos, pasos en falso y pasos en firme, avances y retrocesos, victorias y derrotas; siendo parte activa e incidente de las masas en revuelta, de la clase explotada y oprimida en pie de lucha por sus necesidades materiales, para desde ahí (y no desde la ideología, la comodidad ni el cinismo) poder sacar y aplicar las lecciones empíricas y teóricas aprendidas, para desde ahí poder criticar y superar en la práctica nuestras debilidades y contradicciones con la perspectiva clara y firme de hacer la revolución hasta el fin, es decir hasta derrocar todo este sistema de explotación, miseria y muerte. Por ello, desde la resistencia y la dignidad que sólo la lucha otorga, decimos: por nuestros muertos y nuestras vidas, ¡ni un minuto de silencio, toda una vida de combate! ¡La solidaridad es nuestra mejor arma y les hará temblar de nuevo!

 Un@s proletari@s cabread@s de la región ecuatoriana por la revolución comunista anárquica mundial
Kito, 17 de octubre del 2019

 

[Radio] Programa 38 de Temperamento – ESPECIAL LUCHA EN ECUADOR

http://blog.temperamento-radio.com/content/images/size/w1000/2019/10/WhatsApp-Image-2019-10-16-at-11.20.42.jpeg

Grabado el 15 de octubre del 2019

En las primeras semanas de octubre se desató en Ecuador una revuelta proletaria como hacía mucho no se veía en esta región del mundo.
Recopilamos voces, testimonios, escritos y reflexiones a fin de entender mejor y por fuera de la información burguesa, aciertos y debilidades de lo que esta ocurriendo allí.-

En este programa:
-Audio compañero de Ecuador (13 de octubre)

Contexto del inicio de la revuelta
Paquetazo – CONAIE
Llegada de comunidades indígenas a Quito
-Audio compañera argentina en Ecuador (9 de octubre):
Organización comunitaria, huelga y represión.-

-Audio compañero de grupo Barbaria (región española):
Precarización de la vida y lucha internacional – Irak, Haití, Hong Kong, Francia, Argelia, Sudán.-

Extensión de la revuelta, toma de pozos petroleros, aparición de francotiradores estatales.
Negociación de la CONAIE
-La Paz – texto del fanzine compañero «Somos Pueblo», escrito al calor de los hechos
-Testimonio anónimo sobre la potencia creadora del proletariado en lucha.-

«Allí donde las masas laboriosas no se dejen subyugar, donde cultiven el amor de la independencia, donde concentren y fijen su espíritu y su voluntad de clase, ellas crearán siempre sus propios movimientos sociales históricos y obrarán según su propio entendimiento (…)
¡Proletarios del mundo!: Bajad a vuestras profundidades y buscad en ellas la verdad; creadla vosotros mismos. Que en ninguna otra parte la encontraréis.»

Piotr Archinov

Nos acompañan: Jaime Guevara – Juan Pino y  Quemando Palabras – Los Natas – Décima Victima – Partícula Mu

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Panfleto directo desde las entrañas de la guerra de clases en Ecuador

De unos compas de Ecuador:

Ecuador, 9 de octubre de 2019: 7mo día de Paro Nacional y 1er día de Huelga General. Panfleto de un@s proletari@s cabread@s de la región ecuatoriana por la revolución comunista anárquica mundial, desde «donde las papas queman»:

Estamos luchando en las calles junto a las masas proletarias de la ciudad y del campo. No hay tiempo ni copiadoras disponibles para sacar y repartir este panfleto en papel. Es más agradable y provechoso vivir la experiencia de la rebelión que escribir acerca de ella.

Hicimos huir al presidente-títere de los empresarios y banqueros ladrones del Palacio de Carondelet y nos tomamos la Asamblea Nacional, mediante acciones directas masivas y redes de solidaridad de clase, a pesar del terrorismo de su Estado (estado de excepción, brutal represión policial y militar, cientos de detenidos, decenas de heridos, varios muertos, toque de queda).

No sabemos cuándo ni cómo va a concluir la situación actual. Pero sí sabemos que la lucha social continúa y debe continuar, teniendo claro y firme las siguientes reivindicaciones mínimas e innegociables:

* Derogar todo el paquetazo económico, no sólo el alza de pasajes.

* Derogar el estado de excepción y el toque de queda.

* Derrocar todos «los poderes» del gobierno de Moreno, sus jefes y sus secuaces.

* No negociar ni ceder con el Estado de los ricos y poderosos que nos matan de hambre y a bala. No dejarse robar por la burguesía y los políticos oportunistas de derecha ni de izquierda el poder que hemos ganado en las calles estos días. No exigir nuevas elecciones y nuevo gobierno. Ya basta del mismo libreto político de mierda de siempre. Autogobierno de las masas.

* Mantener las Asambleas en todas partes para autoorganizar la movilización, la solidaridad, el abastecimiento, la salud y la autodefensa de nuestra gente.

* Exigir la devolución de todo el dinero robado por empresarios, banqueros y políticos, para poder mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora del campo y la ciudad.

* Expulsar a la Minería y al FMI.

* Liberar a los compañeros detenidos.

* Romper el cerco mediático y denunciar el terrorismo económico y policial del Estado.

* Llamar a la solidaridad de clase internacional concreta en todo el mundo.

Proletari@s en lucha de este país:

Ganemos o perdamos, hemos despertado del letargo histórico, respondido a los ataques de todo tipo de la clase dominante, hecho cosas que no se han hecho en muchos años, y estamos aprendiendo en la práctica varias lecciones importantes durante estos días de intensa lucha de clases.

Ganemos o perdamos, mantengamos encendida la llama de la lucha proletaria para poder construir y sostener a mediano y largo plazo una fuerza social autónoma con la capacidad y la claridad necesarias y suficientes para tomar el poder no del Estado burgués, al cual hay que destruirlo de raíz, sino sobre nuestras vidas. Para hacer la revolución social hasta el fin, es decir la abolición y la superación positiva de la propiedad privada, la mercancía, el trabajo asalariado, el dinero, la sociedad de clases, el Estado, la patria y toda forma de opresión entre los seres humanos y sobre la naturaleza.

¡No se trata de sobrevivir menos mal, sino de vivir de verdad!

¡No se trata de cambiar de amo, sino de dejar de tenerlo!

¡Viva el Paro Nacional y la Huelga General!

¡Guerra de Clases e Insurrección!

¡Comunas Libres en todo el país!

¡Por la Transformación y la Comunización de Todo lo existente!

¡Vamos hacia la Vida!

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Si estás de acuerdo, favor difundir. Copia y pega. Contrainforma. Resiste y protesta desde todos los frentes de lucha.

[Ecuador] Breve análisis del «paquetazo» y las próximas protestas en este país desde la crítica radical

La organicidad que traspasa fronteras es la norma, y cuando se impone la calma en un país, el proletariado de otra región toma el relevo. -Proletarios Internacionalistas-

El polvorín social que actualmente recorre el centro y diversas  provincias de la finca ecuatoriana, no es algo repentinamente casual, y es por eso que desde los años 2014 y 2015 ya habían acontecido revueltas proletarias en esa región como respuesta a los ataques que impone la dictadura de la economía.

Este mes de octubre del 2019, el combate en las calles y la solidaridad ejemplar que se ha gestado entre oprimidos, revive el conflicto tras unos breves años de paz social.

Sin duda, esta situación regresó a primer plano en la palestra una realidad que buscaba ser nublada por la burguesía y sus ideólogos: la realidad de la lucha de clases, que ante los hechos, propios y extraños tuvieron que callarse, cuando antes ladraban acerca de la superación de todo enfrentamiento de clase.

Los acontecimientos de Ecuador, pese a todas las contradicciones y debilidades que el proletariado pueda arrastrar en este proceso; afirman nuevamente una realidad concreta: que el proletariado no es un concepto ambiguo, pasajero ni de identidad elegida; es la condición material y concreta de los que no poseemos más que manos y cerebro para vender al capitalista. Y que la lucha no es de ideologías “buenas” contra ideologías “malas”, es la lucha del proletariado revolucionario contra la burguesía y su Estado, es la lucha de una clase desposeída y dominada contra el armatoste de la sociedad que la aprisiona, más allá de cualquier aspiración redentora por obra de una “bonita idea”.
Es una labor de repetida tergiversación de la realidad donde la burguesía, sus voceros ideológicos y sus medios nos dirán que “somos clase media, ciudadanos, indígenas, estudiantes, ecuatorianos, venezolanos”… toda esa parafernalia solo tendrá el objetivo de que nuestro potencial subversivo sea atomizado, parcelado e impotente… y así poder ser canalizado para que pidamos más democracia, más reformas, mejores gobernantes… en suma, unas migajas efímeras para seguir en el vertedero.
Analistas políticos dicen muchas cosas, se atascan periódicos, páginas web, programas de tv y radio de bastante palabrería de todo tipo. Al fin de cuentas nadie dirá lo debe decirse: que ya no podemos ni queremos vivir así, bajo las imposiciones de la clase dominante y su sistema de reproducción de estas nauseabundas condiciones de existencia, y que por ello, la única solución para terminarlo es destruyendo la raíz de todo esto.

Los ideólogos orates que llaman al dialogo, la calma y a buscar vías de paz. Evidencian en estos momentos lo obsoleto de su discurso, pues son los hechos los que demuestran que cada vez que los trabajadores, los parados y los precarios se llenan de valor para expresar su rabia, ahí sin falta estarán los gases lacrimógenos y las balas de goma, las masacres, los asesinatos y las detenciones, las cárceles estarán copadas, los guettos llenos de droga y violencia. Todo para calmarnos, callarnos, reprimirnos, porque lo que más teme la burguesía y su Estado, es al proletariado en lucha.

En todo caso, durante estos últimos años de crisis social mundial hemos atestiguado la ruptura de la cotidianeidad burguesa, ya nada es lo mismo, y poco a poco se va configurando en las mentes de los obreros, los parados, los inmigrantes ilegales, los presos, etc., que del Estado ya no se puede esperar nada, más que su ataque, que ya sea la izquierda o la derecha en el gobierno, la porra del policía siempre caerá en la jeta del quien tiene hambre, está endeudado y tiene que trabajar para sobrevivir. Y esto ya lo hemos visto, desde Europa, Asia, el Norte de África hasta América Latina, la normalidad ya está rota.   [Materiales]

Nota breve del 05/10/2019, 3er día del Paro Nacional: fuertes protestas sociales con acciones directas y brutal represión policial y militar en todo el país bajo estado de excepción. La lucha proletaria aquí y ahora sigue y seguirá al menos hasta que se derogue todo el paquetazo (no sólo el alza de pasajes) y que se vaya todo este gobierno burgués. Actualización de los últimos hechos en curso pendiente y apenas sea humanamente posible desde las calles.

Reproducimos a continuación un material a manera de posicionamiento y balance realizado por compañeros de aquella región, el cual ha circulado en las calles durante estos días.

***

Las últimas medidas económicas del gobierno ecuatoriano son medidas de austeridad en tiempos de crisis capitalista, que las han aplicado y las aplican gobiernos de derecha o «neoliberales» y gobiernos de izquierda o «socialistas del siglo XXI» de todo el mundo por igual, porque eso es lo que les determina a hacer la lógica misma del modo de producción capitalista, el cual se fundamenta en, o vive a costa de, la explotación de la clase trabajadora. En efecto, en tiempos de crisis el Capital siempre aplica en todas partes la misma política económica contra nuestra clase: ajuste de cinturones o mayor empobrecimiento, y aumento de la explotación.
En el caso concreto del último «paquetazo» de Moreno, lo primero lo consigue aumentando el costo de la vida debido al aumento del precio de la gasolina (pues aquí se sabe que «si sube la gasolina, sube todo»); y lo segundo, con todas las reformas laborales flexibilizadoras y precarizadoras impuestas (reducción de sueldos, de pensiones jubilares, de vacaciones, de personal, contratos flexibles, teletrabajo, etc.).
Por lo tanto, el problema no es sólo el «paquetazo» ni el gobierno «neoliberal» de Moreno ni el FMI. El problema de fondo es cómo el Capital nos ataca directa y avasalladoramente a la clase trabajadora en tiempos de crisis, y cómo podemos responder. La lucha es el camino, sin duda. Pero también es necesario analizar autocrítica y estratégicamente la lucha de nuestra clase.
Así pues, cuando al calor de la misma lucha concreta el proletariado desborda el terreno democrático y ciudadano, que es el terreno de lucha de la burguesía y su Estado, así como también el encasillamiento por parte de los sindicatos y partidos de izquierda que sólo quieren cooptar y dirigir la lucha proletaria para poder negociar con la clase dominante sus propios fines particulares y arribistas; cuanto esto pasa, la respuesta más contundente y legítima de la clase trabajadora frente a estos ataques de austeridad del Capital-Estado ha sido, es y será la acción directa, autónoma y antagonista por defender e imponer nuestras necesidades vitales concretas, o al menos pelear por que los ricos y poderosos no empeoren aún más nuestras ya malas condiciones materiales de existencia.
Llegado este punto, las reivindicaciones y las protestas de la clase trabajadora se generalizarían y radicalizarían, y ya no sólo el gobierno sino que todo este sistema no podría cumplir esas demandas sociales «imposibles»; sólo el derrocamiento de este sistema, del Capital y el Estado, lo podría hacer, y entonces se lucharía por esa salida revolucionaria de la crisis capitalista. Pero todavía falta mucho para ello aquí y en todas partes, sobre todo en este país donde el acumulado histórico y el nivel de la lucha de clases, a pesar de ciertos episodios rescatables, ha sido en general bajo e inconstante.
Por lo pronto, salir a protestar con las consignas «abajo el paquetazo», «abajo Moreno» y «abajo el FMI», «construir afinidad en las calles», y hacer todo esto de manera colectiva, más o menos organizada, más o menos autónoma, más o menos combativa… es necesario y está bien; pero hay que ir más allá (como se dijo esta noche en una asamblea por ahí): «abajo el gobierno», «abajo los empresarios y los banqueros», «que se vayan todos, que no quede ni uno solo», «abajo el Capital, abajo el Estado, abajo los gobiernos y todos sus lacayos».
Revertir el «paquetazo» y derrocar a Moreno (como se ha derrocado a Bucaram, Mahuad y Gutiérrez en años anteriores) serían reales «victorias» para el posible y nuevo «movimiento» de protestas sociales en este país. Pero, siendo objetivos, aquí y ahora no existen las condiciones y las fuerzas sociales reales, el nivel de lucha de clases real para ello, aunque por algo se empieza. Puede ser que este gobierno de empresarios y banqueros se salga con la suya, pero la lucha de la clase proletaria en las calles tratará de impedírselo y no será en vano. La lucha es el camino y ahí mismo, luchando, se aprende, en especial de los golpes y las derrotas, a fin de transformarlas en su contrario en próximas batallas.
El hecho de que mañana se reactive la protesta social en este país que ha estado tan «dormido» en ese aspecto durante la última década no es poca cosa. Al contrario. Impulsadas por las fuertes y ejemplares protestas de las últimas semanas de septiembre en Bolívar y Carchi, mañana podrían comenzar las jornadas de octubre o jornadas octubrinas del 2019 en Ecuador. La protesta será creciente y es posible que haya saltos. Algunas organizaciones sociales ya declararon que el 3 de octubre es el día del inicio del «paro nacional». Y ya hay algunas protestas en algunos puntos del país. Veamos qué pasa desde mañana que se vuelven a calentar las calles…
Hay que salir a protestar, sí, pero teniendo claro que este es sólo el comienzo y que hay que ir más allá. Teniendo claro, en última instancia, que los ricos y poderosos no van a pagar la crisis; que ésta no es sólo nacional y «neoliberal», sino mundial y capitalista; que ésta no se eliminará de raíz y definitivamente sino es eliminando al capitalismo, el cual nos seguirá atacando y empeorando nuestras vidas con más crisis y medidas de austeridad; que falta mucho para ello, para un nuevo ciclo (internacional y local) de luchas proletarias que altere la correlación de fuerzas sociales y le imponga al sistema capitalista una situación de crisis revolucionaria; y que, al mismo tiempo, por algo se empieza en la lucha por defender las necesidades humanas de la clase trabajadora contra las necesidades de explotación y acumulación del Capital. Pase lo que pase, en términos de lucha, organización y consciencia, alguna lección y alguna llama encendida dejarán estas próximas protestas para la clase trabajadora en esta «mitad del mundo». Ya es hora. Veamos qué pasa desde mañana en las calles…

Un proletario cabreado de la región ecuatoriana
Extraído de:
http://proletariosrevolucionarios.blogspot.com/

APORTES CRÍTICOS A «PRINCIPIOS POLÍTICOS REVOLUCIONARIOS DEL PROLETARIADO» DEL GEC

Publicamos a continuación una discusión de los años 2011-2012 en torno a un texto que produjo el disuelto Grupo de Esclarecimiento Comunista (GEC) -de Perú-, seguido del respectivo balance crítico que plasmó el también disuelto grupo Proletarios Salvajes -de Ecuador- en torno a éste. Consideramos que es un aporte bastante cualitativo que sigue vigente, sobre todo en el actual contexto donde imperan significativas debilidades, huecos y faltas de ruptura en el autodenominado movimiento revolucionario. Si bien, sabemos que los problemas del terreno práctico no se resolverán mecanicamente con la lectura de un texto, es un error por otra parte, demeritar su importancia de estos materiales,  pues nos guste o no; el legado escrito de los compañeros -que están o estuvieron- acompaña el proceso de continuidad y profundización de la perspectiva revolucionaria que nos permite romper el aislamiento y luchar en comunidad contra esta sociedad del capital.

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Breve balance crítico de las jornadas de noviembre de 1922 en Ecuador

  1. El presente balance[1] sólo es el “esqueleto” de un futuro balance más amplio y profundo de nuestra parte. De ahí su brevedad. Queda pendiente, entonces, dicha profundización de los hechos e ideas-fuerza que aquí se plantean, lo cual tomará su tiempo porque da hasta para un libro. Sin embargo, es crítico porque -como bien dijo Lukács- “el proletariado no puede ahorrarse ninguna autocrítica, pues sólo la verdad puede aportarle la victoria”, dado que así extrae y fija las lecciones de sus derrotas contra el Capital, en pos de la revolución social mundial. En este sentido, todo balance proletario y revolucionario, por más breve e inacabado que sea, es (auto)crítico o no es.

  1. Hacer esto resulta necesario por varias razones. Porque, dado su contexto internacional y su relevancia histórica, consideramos que las jornadas de noviembre de 1922 en Ecuador deben ser recuperadas del olvido e incluso la ignorancia para ser reivindicadas como un momento de la memoria del proletariado local e internacional. Porque en este país, hasta la fecha, no se ha realizado ningún balance de dichas jornadas desde una perspectiva proletaria, comunista-anárquica e internacionalista; éste sería el primero y el único de tal naturaleza. Porque, hoy en día, la explotación/dominación capitalista y la lucha proletaria en su contra continúan existiendo; la vivimos en carne propia. Porque, como proletarios, nuestro enemigo mortal sigue siendo el mismo: la Sociedad del Capital y su Estado. Porque la lucha por la reivindicación y la imposición de las necesidades humanas reales sobre tal enemigo, esto es la necesidad de revolución social, también sigue siendo la misma. En fin, porque la contrarrevolución y la revolución son invariantes, aquí y en todo el mundo… y seguimos en guerra de clases.

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Ruptura Proletaria #0

-¿Por qué Ruptura Proletaria?. –1º de Mayo contra los ataques del Capital-Estado. Sobre la reforma laboral en Ecuador. –1º de Mayo: el proletariado mundial contra el trabajo asalariado. –De la sala de clases a la lucha de clases. –Terremoto en Ecuador: catástrofe social capitalista. –Reforma laboral y disturbios en Francia. –Sus guerras. Nuestras muertes. –Carteles contra el sindicalismo y el trabajo asalariado.

Periódico de agitación comunista anárquico
Territorio dominado por el Estado ecuatoriano
Nro. 0 | Mayo 2016

PDF: «Ruptura Proletaria» #0