CONTRA EL LIBERALISMO Y SUS FALSOS CRÍTICOS

Boletín La Oveja Negra #83

Genera revuelo e incomodidad, cuando no bronca y asco, la presencia de lo que podríamos denominar apresuradamente “derecha liberal” en Argentina. Nos referimos a Milei y los partidarios de “La libertad avanza”, a los youtubers reaccionarios que mezclan economía con burlas antifeministas. De manera bastante peculiar, las premisas liberales se combinan con críticas reaccionarias sobre debates actuales, como por ejemplo la cuestión del aborto. Así, ciertos defensores de un liberalismo extremo se han ido vinculando directa o indirectamente con otros sectores que versan más expresamente sobre cuestiones como el nacionalismo, la familia, la “ideología de género”, el “marxismo cultural”, todo con una buena dosis de conspiracionismo.

Los voceros de este fenómeno polemizan sobre cuestiones económicas presentándose como “expertos”, repitiendo sin cesar sus preconceptos morales, políticos y culturales, sin los cuales sus teorías económicas pierden sentido. Defienden nociones respecto del individuo, la propiedad privada y la libertad que buscan traficar por naturales a la humanidad. De este modo, abren paso a toda una concepción ideológica sobre la sociedad que se traduce en afirmaciones como: «el pobre es pobre porque quiere», «el patrón es el que más arriesga», etc., etc. Las respuestas no son mejores, una diputada del FITU calificó a Milei de «vago» por no hacer su trabajo parlamentario como ella considera debería hacerse.

Frente a la situación social de ajuste permanente que estamos viviendo, con una inflación y devaluación desmesuradas, precios de los alquileres incontrolables, salarios reales totalmente a la baja, pobreza, desempleo y precarización crecientes, las políticas económicas son presentadas como responsables y a la vez posibles salvadoras. Los economistas liberales ponen la vara bien alta, hablan de un verdadero ajuste, de reducir bruscamente el gasto público, acusan de comunista al gobierno, así como también a los “tibios” de la oposición mayoritaria. Quienes gobiernan se limitan a evitar que la situación estalle, y se nutren de sus detractores liberales para presentarse como benévolos mientras ajustan progresivamente. El ajuste brutal liberal promete dinamizar la economía y un gran despegue nacional. Pero su imposibilidad no remite únicamente al temor de un nuevo estallido social, sino a que no existe un verdadero interés o una salida clara en términos productivos que permita a la burguesía revertir la situación (ni siquiera con una nueva alza del precio de los granos). Si es importante comprender la dinámica de la sociedad capitalista y la competencia entre explotadores no es para indicarles ningún camino, sino para no caer en sus discusiones y las propuestas que nos realizan. Para entender que la lucha por una verdadera transformación de nuestras condiciones de vida se contrapone al desarrollo capitalista, en sus versiones más o menos estatistas. Sigue leyendo

Konflikt – El verdadero fin de la historia es el fin de la guerra

Traducción del texto del grupo búlgaro Konflikt realizada por grupo Barbaria, cuyo contenido destaca por sus posiciones claramente internacionalistas contra la guerra capitalista y contra el uso del proletariado, sea del bando que sea, como carne de cañón para el mantenimiento del sistema.


«Lo que podríamos estar presenciando no sólo es el fin de la guerra fría, o la culminación de un período específico de la historia de la posguerra, sino el fin de la historia como tal: esto es, el punto final de la evolución ideológica de la humanidad y la universalización de la democracia liberal occidental como la forma final de gobierno humano».

Francis Fukuyama, 1989

Nos han mentido. Y no ha sido sorpresa. Lo han hecho antes, lo están haciendo ahora mismo y lo harán en el futuro. Nada nuevo bajo el sol. A pesar de esto nos engañaron. Un académico americano no muy conocido declaró el fin de la historia y se convirtió en el altavoz del Nuevo Orden Mundial. “El conflicto ha terminado”, declaró él. Nos dijeron que esto era “el final de la guerra y del horror del viejo mundo”. Desde McDonalds han constatado que entre dos países que venden sus hamburguesas nunca había habido guerra. Los ideólogos gritaban por una “nueva era de prosperidad occidental”. Se suponía que esto sería el “final de la pobreza”. Todo esto no era más que otra mentira.

Mientras la tinta del ensayo propagandístico de Francis Fukuyama apenas se había secado, el mundo estaba hundido de nuevo en la guerra. En 1991 América comenzó la primera de la serie de “guerras contra el terror” en Irak y el “mundo musulmán”. Mientras tanto, la desintegración de Yugoslavia trajo de vuelto a la guerra a Europa por primera vez desde 1945. Aquella guerra duró casi once años. No nos esperaba la “paz mundial”. Esto fue otra mentira.

Otra mentira fue la de “prosperidad universal”. La reconstrucción capitalista en Europa del Este ha llevado a la unificación de millones de personas. En toda Europa del Este los trabajadores han pagado el precio de esta reestructuración, mientras los ricos de la parte occidental ganaban millones. En Rusia esto fue totalmente catastrófico. La estimación media de vida disminuyó seis años. Millones de personas se quedaron sin trabajo ya que alcanzaron “prosperidad”.

Hoy también, más de tres décadas después del denominado “fin de la historia”, más de treinta años después de “la paz y la prosperidad”, la guerra ha vuelto a Europa. A unos pocos cientos de kilómetros más allá de nuestras costas obreros se matan entre sí por las ganancias de los ricos. Las acciones de las empresas armamentísticas crecen, mientras hospitales son bombardeados y niños asesinados. Los millonarios que llamamos oligarcas en Rusia y los oligarcas a los que llamamos millonarios en Occidente, festejan como vampiros con la sangre de los trabajadores de Rusia y Ucrania. Sigue leyendo

Mujer, patriarcado y capitalismo

Si se echa la vista atrás en la historia, cabría preguntarse si acaso el capitalismo no está acabando con el patriarcado. Igualdad jurídica entre mujeres y hombres, independencia económica creciente de las primeras respecto a los segundos, división sexual del trabajo cada vez menos marcada, disminución de la homofobia, cuestionamiento de la transfobia, actitudes más abiertas respecto a la sexualidad: al mirar estos fenómenos, que se evidencian con claridad en los países de viejo capitalismo pero que van ganando extensión mundial conforme se desarrolla históricamente este sistema, resulta sugerente pensar que el patriarcado quedó en el pasado con las sociedades precapitalistas, cuando el destino de la mujer y de los niños estaba marcado por el patriarca familiar. Hay quien llega a reducirlo a los tiempos bíblicos, considerando más apropiado hablar de sistema sexo/género como concepto neutral y ahistórico.

Pero si es esto es así, surge una nueva dificultad: al acabar con el patriarcado, ¿el capitalismo estaría acabando con la desigualdad real entre hombres y mujeres? ¿O habría que definir un nuevo concepto, una nueva teorización sin solución de continuidad con las sociedades anteriores? ¿Cómo se explicarían entonces los rasgos comunes entre unas y otras? ¿Y las diferencias? ¿Cuáles son las causas que reproducen esta desigualdad?

Adelantaremos ya que para nosotros el patriarcado sigue siendo un rasgo estructural en el capitalismo. También creemos que sigue siendo un concepto válido para entender la situación de la mujer, la compresión de la sexualidad, el papel social de la infancia, el cuidado en la enfermedad, la dependencia y la vejez y, en general, la organización de la reproducción biológica del ser humano en toda sociedad de clases y los imaginarios, roles e identidades que se producen en ella. Sigue leyendo

Nuestra sangre = su dinero / MATANZA DE PROLETARIOS AFRICANOS EN MELILLA HAGAMOSELO PAGAR MUY CARO

Al menos 37 de nuestros hermanos (y muchos más heridos, agredidos, humillados, expulsados) han sido brutalmente asesinados en la valla de Melilla, esa frontera artificial (como todas) que separa a los proletarios de Europa y África pero que aúna los intereses de la burguesía española y marroquí (entre otras) en mantener a raya las “temidas” migraciones.

Los/as burgueses/as de todo pelaje y sus politiquillos/as asquerosos/as (izquierda/derecha), no tienen ningún problema en ponerse de acuerdo para explotar y masacrar al proletariado: bien sea en los tajos, las guerras o las fronteras.

La represión y el racismo son elementos consustanciales a la sociedad capitalista y una prioridad para sus Estados, esto, por desgracia, no es novedad. El gobierno español, de izquierdas, ha felicitado y celebrado la matanza y la policía española ha colaborado en la misma, junto a la marroquí. Ese gobierno que iba a parar el fascismo, que vociferaba por un frente amplio contra Vox y su basura, evidencia que son la misma mierda, la otra cara de la moneda brutal del capital, la violencia necesaria y extrema para mantener sus intereses y su poder.

Esta masacre no deja de inscribirse en sus juegos macabros de intereses en el momento actual de crisis y guerra. Los nuevos pactos con Marruecos, la escasez de gas por la guerra de Ucrania, la necesidades estratégicas de Europa y la competencia frente a los capitalistas del este y de oriente; fuerzan un incremento de la represión en las fronteras y el pago (con la sangre de los nuestros) de las deudas adquiridas.

Mientras tanto los generales del capital occidental (bajo las banderas de la OTAN) cenan y festejan en el Museo del Prado, mientras se arman y preparan las próximas ofensivas de una guerra que ya está aquí, que siempre fue guerra contra nuestra Clase. Nuestro gobierno de izquierdas se jacta, ante los suyos. prometiendo que doblará su presupuesto en armas. Nos dicen que para defender la democracia (esa abominable forma de dictadura del capital) y nuestro “modo de vida”… ¿qué vida?, ¿la de la explotación, la miseria y la muerte?, ¿la de nuestros hermanos asesinados en la valla?

Decenas de miles de proletarios migrantes, de hermanos/as, compañeros/as, seres humanos, han muerto estos últimos años como sacrificios en el altar fagocitador de la acumulación del capital, de sus beneficios, en las fronteras defendidas por la democracia del capital. Todas esas muertes no son casuales, es un resultado más de la catástrofe capitalista, como la de tantos otros proletarios/as anónimos/as. No está de más recordar todas las muertes y torturas en los CIE, en el “cementerio” Mediterráneo, o a manos de la policía, como la muerte del “mantero” Mbaye en 2018, que levantó la rabia de cientos de proletarios migrantes y también nativos, contra la policía (ese brazo armado del Estado) Es necesario recuperar esa rabia, unidos como una misma clase, contra nuestros verdugos.

El racismo es consustancial a este sistema, la violencia que sufren los/as compañeros/as migrantes es una violencia que sufren como proletarios/as (seres humanos desnudos frente a la violencia del capital), su reacción es nuestra reacción, su lucha nuestra lucha, la de una clase que tiene que romper con todas las separaciones y diferencias que nos atan a las miserias de este mundo.

Solidaridad y lucha contra el racismo de Estado y su violencia policial

Por la unidad de clase del proletariado

Abajo el capital, sus Estados y sus fronteras

Grupo Barbaria – 30 de junio de 2022

Comentario crítico sobre la orientación política del texto de “Colectivo contra el Capital – Movimiento Comunista” – Kolektivně proti Kapitálu – Mouvement Communiste

Ninguna guerra excepto la de clases!

El artículo escrito y enviado por los compañeros del proyecto Proletarchiv responde críticamente al texto del colectivo: “Colectivo contra el Capital – Movimiento Comunista” – Kolektivně proti Kapitálu – Mouvement Communiste (KPK/MC). Como su título indica, cuestiona no sólo las posiciones adoptadas por el KPK/MC, sino también por otros grupos y organizaciones en relación con la guerra en Ucrania.

De ello se desprende que al publicar este artículo crítico no estamos participando en una guerra privada contra el KPK/MC. Por el contrario, con ello queremos subrayar en términos generales la crítica comunista a la guerra burguesa contra todo «apoyo crítico», » legítima defensa contra el ataque imperialista», etc., que (voluntaria o involuntariamente) arrastran al proletariado a la guerra burguesa, lo sacrifican en el altar de la patria y la nación y lo convierten en carne de cañón.

Por lo tanto, contra el intento del KPK/MC de subordinar la defensa del proletariado al régimen democrático como supuestamente más favorable a la lucha de clases, contra su definición del derrotismo revolucionario como «apoyo crítico a la resistencia», el texto publicado a continuación plantea la única posición posible de los comunistas contra la guerra: la lucha del proletariado contra su «propia» burguesía y su «propio» Estado-nación. El derrotismo revolucionario, que no puede significar otra cosa que el proletariado debe luchar contra el enemigo que está en su «propio» país para lograr su derrota y contribuir así a la unificación del proletariado mundial sobre una base revolucionaria. Citando directamente el texto, «El objetivo de la resistencia de los proletarios, sin embargo, debe ser a la burguesía y al capital y no, según el KPK/MC, una de las partes en conflicto. Si han de derramar sangre, es sólo por sus propios intereses. [Es decir, durante la lucha revolucionaria, para que no haya que derramar más sangre. Nota de TV] La paz no como utopía burguesa, sino como consigna movilizadora, y como meta en el futuro tras la superación del capitalismo mediante la guerra de clases.»

Otro punto fuerte del texto es cómo define al Estado, es decir, como «violencia organizada de una clase contra otra». Esta definición se opone claramente a la definición socialdemócrata del Estado (sea cual sea la familia ideológica que la utilice, «anarquistas», leninistas, sindicalistas…) que lo identifica con un «gobierno» que, según esta lógica, debe ser derrocado, apoyado (como sugiere ahora el KPK/MC en el caso de Ucrania) o tomado sin que se produzca un verdadero cambio social.

Contra el apoyo al «movimiento democrático» que recomienda el KPK-MC, explicando que «la dictadura abierta es un terreno menos favorable para la lucha de clases que la democracia liberal», el texto declara claramente que el interés del proletariado no es defender una forma contra otra, sino organizarse como clase en defensa de sus propios intereses: «Los comunistas no son demócratas que persiguen una política democrática enriquecida por una crítica del capitalismo, ni son los que esperan un terreno democrático adecuado para su lucha de clases, ni instan a los proletarios a luchar por procedimientos democráticos. « Sigue leyendo

¿»Revolución en Rojava»? ¿»Antiestatal»? ¿»Anticapitalista»? ¿O una nueva mistificación?

Descargar revista en PDF

La pregunta esencial que debemos hacernos sobre Rojava es la siguiente: ¿lo que algunos llaman la «revolución de Rojava» es realmente una revolución social o, mejor dicho, se inscribe en una dinámica de destrucción del orden social actual (es decir, del orden capitalista)? ¿O, por el contrario, no se trata más bien de un proceso de instrumentalización y de encuadramiento por parte de las instituciones socialdemócratas (y, por tanto, burguesas), bajo la apariencia de «liberación social», de un auténtico movimiento de revuelta contra la miseria y la represión del Estado, para justificar mejor sus «luchas de liberación nacional»?

El movimiento revolucionario buscó naturalmente la respuesta a esta cuestión en debates y confrontaciones de puntos de vista, testimonios y análisis a menudo divergentes, confusos y complejos. Nuestro grupo de «Guerra de Clases» también ha participado en este debate, y hemos publicado una selección de contribuciones al mismo en nuestro blog.

Y podemos decir que este debate sólo ha llevado a una conclusión: que la llamada «Revolución de Rojava» no se inscribe en absoluto en la dinámica revolucionaria «anticapitalista» y «antiestatal». Al final, no es más que una variante local de la «revolución bolivariana» o del «socialismo del siglo XXI», controlada y limitada por una poderosa maquinaria de propaganda que combina el «municipalismo libertario», el marxismo-leninismo y la «liberación nacional».

Los que hoy niegan esta conclusión no lo hacen porque sean lentos para entender o estén mal informados. Son simples seguidores de la reforma del Capital, limitándose a pintarlo de «rojo», son partidarios de la estrategia de cambiarlo todo para que lo esencial siga siendo lo mismo. Y hoy, si escuchamos mayoritariamente las voces de los partidarios de Rojava a nivel internacional (aunque menos que antes), es porque para los revolucionarios esta cuestión ya está resuelta y su actitud crítica hacia Rojava permanece inalterada (lo que no excluye que el movimiento proletario de la región retome en el futuro y se oponga a la recuperación socialdemócrata de su lucha, que nosotros, como comunistas, apoyamos plenamente).

Importantes sectores del «anarquismo» (oficial y aún menos oficial) se declaran partidarios acérrimos de la «Revolución en Rojava», que sería una «verdadera revolución» según el «eminente» intelectual David Graeber. Esto está animado y dirigido por una serie de instituciones como las «asambleas populares», los «cantones», las «comunas», los «municipios», que globalmente y fundamentalmente no impiden (e históricamente nunca han impedido) la reproducción de las mismas relaciones sociales que dominan a escala global.

¿Somos ingenuos o estúpidos para creer a «los anarquistas» cuando declaran alegremente que están en contra del «trabajo, la justicia y el ejército»? Sigue leyendo

¿Qué es eso del antifascismo revolucionario?

Al hilo del tiempo

AYER

Amadeo Bordiga abordó el tema del fascismo en numerosos artículos, entre 1921 y 1926. El fascismo era el problema número uno que el Partido Comunista de Italia (PCd´I ) debía afrontar en su acción durante estos años.

Ante todo, para comprender las tesis de Bordiga sobre el fascismo, es preciso diferenciar su pensamiento de la ideología antifascista.

Para el antifascismo, el fascismo se caracteriza esencialmente por la supresión violenta de la legalidad y las libertades políticas democráticas. Para Bordiga, dentro de la más pura ortodoxia marxista, el uso abierto de la violencia no caracteriza nada. La violencia en sí carece de significación precisa. Lo importante es analizar y concretar qué clase utiliza la violencia contra qué otra clase. Para Bordiga, el ABC más elemental del marxismo enseña que, en toda sociedad dividida en clases, la clase dominante ejerce la violencia para someter a la clase dominada.

Bordiga consideraba que la ideología que caracteriza el fascismo como una regresión a formas precapitalistas es ajena a la teoría marxista.

Las formas políticas no varían con la moda, sino que vienen determinadas por el conjunto de relaciones sociales imperantes, y su evolución depende no del azar, el capricho o la voluntad, sino del desarrollo económico y social de esa sociedad, esto es, de los cambios que se operan en esa estructura de relaciones sociales en su contacto con los acontecimientos históricos.

En el pensamiento de Bordiga, la aceptación por el proletariado de la ideología antifascista suponía defender la democracia, renunciando a sus intereses de clase, o lo que es lo mismo, renunciando a afirmarse como clase revolucionaria. Sigue leyendo