Mujer, patriarcado y capitalismo

Si se echa la vista atrás en la historia, cabría preguntarse si acaso el capitalismo no está acabando con el patriarcado. Igualdad jurídica entre mujeres y hombres, independencia económica creciente de las primeras respecto a los segundos, división sexual del trabajo cada vez menos marcada, disminución de la homofobia, cuestionamiento de la transfobia, actitudes más abiertas respecto a la sexualidad: al mirar estos fenómenos, que se evidencian con claridad en los países de viejo capitalismo pero que van ganando extensión mundial conforme se desarrolla históricamente este sistema, resulta sugerente pensar que el patriarcado quedó en el pasado con las sociedades precapitalistas, cuando el destino de la mujer y de los niños estaba marcado por el patriarca familiar. Hay quien llega a reducirlo a los tiempos bíblicos, considerando más apropiado hablar de sistema sexo/género como concepto neutral y ahistórico.

Pero si es esto es así, surge una nueva dificultad: al acabar con el patriarcado, ¿el capitalismo estaría acabando con la desigualdad real entre hombres y mujeres? ¿O habría que definir un nuevo concepto, una nueva teorización sin solución de continuidad con las sociedades anteriores? ¿Cómo se explicarían entonces los rasgos comunes entre unas y otras? ¿Y las diferencias? ¿Cuáles son las causas que reproducen esta desigualdad?

Adelantaremos ya que para nosotros el patriarcado sigue siendo un rasgo estructural en el capitalismo. También creemos que sigue siendo un concepto válido para entender la situación de la mujer, la compresión de la sexualidad, el papel social de la infancia, el cuidado en la enfermedad, la dependencia y la vejez y, en general, la organización de la reproducción biológica del ser humano en toda sociedad de clases y los imaginarios, roles e identidades que se producen en ella. Sigue leyendo

Nuestro horizonte es el mundo

La parcialidad

Cuando hace años escribimos un texto llamado Por qué no somos feministas y nos comenzamos a posicionar abiertamente en contra del feminismo, yo tenía mis dudas. Muchas dudas. Es complicado tomar la decisión de ser crítica con aquello con lo que te identificas casi ciegamente y que ha formado tu ADN militante. Es difícil enfrentarse a la honestidad que supone ponerse en cuestión a uno mismo en lugar de dejarse arrastrar por los mantras aparentemente bienintencionados de alrededor. ¿Quién quiere que se le acuse de no defender a las mujeres, de no luchar por su “liberación”? ¿Quién desea ser señalado como alguien que excluye a las personas trans y justifica así la violencia contra ellas? ¿Quién querría que se le identificara con la peor ralea machista y casposa de esta sociedad? Nadie. Y queriendo huir de esta censura reaccionaria, es fácil defender de forma acrítica todo tipo de dogmas. Con los ojos cerrados, con el carnet entre los dientes y los pantalones bajados.

Pero hay que negarse. Hay que negarse a ser acríticos, porque no es gratuito. El feminismo es una de las principales ideologías parciales que triunfan actualmente en nuestra sociedad. Que sea una ideología, una lucha, parcial significa que no persigue un cambio total del mundo en que vivimos, que no tiene una visión integral de la explotación, dominación y opresión de los seres humanos viendo la vinculación entre estas relaciones de explotación y dominación en su conjunto, sin negarlas. En cambio, se centra en un aspecto concreto de esta opresión, tomándolo como motivo vertebrador de la lucha. Esto conlleva la defensa de la reforma en lo tocante al interés concreto de cada movimiento, en lugar de la afirmación de la revolución para construir otro mundo. Por lo tanto y a pesar de que en muchas ocasiones nace de una honesta voluntad de lucha, esta es, entre otras cosas, una forma de colaborar con la separación entre unos seres y otros, con la atomización que nos impone el capitalismo.

Según mi propia experiencia, una característica recurrente en todo tipo de asambleas y grupos feministas es la ausencia de contenido. No se habla de contenido. No se debate lo importante. Incluso en los grupos que tienen una posición clara con respecto a alguno de los temas candentes, no hay lugar para el cuestionamiento reflexivo, para analizar y pensar juntas de dónde vienen y hacia dónde van las mujeres de este mundo. Un poco por miedo a no estar de acuerdo en nada, un poco por preservar la falacia de la unidad de las mujeres, un poco por la lógica activista. Y cuando, de casualidad y “arriesgando la vida”, se pone sobre la mesa alguna pregunta, solo caben dos posiciones: se desata el cisma. Sigue leyendo

Cuadernos de Negación #14 NOTAS SOBRE TRABAJO DOMÉSTICO

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Poner al trabajo doméstico, o mejor dicho el trabajo de reproducción de la  fuerza de trabajo, en el lugar que corresponde significa vincular inmediatamente la opresión particular de las mujeres a su fundamento material: la reproducción capitalista. Se trata necesariamente de poner en cuestión la familia, la monogamia, la sexualidad y los cuidados, sin aislar todo esto del trabajo, el salario, el antagonismo social y el Estado.

Esto nos da también una indicación para la lucha, donde la opresión y la explotación se encuentran indisolublemente vinculadas. No para hacer el trabajo doméstico más eficiente sino para asumir su condición de clase y de sexo. Para que no haya ni clases ni división sexual del trabajo.

Luchar para ver más allá de las cuatro paredes de los hogares, pero también dentro de ellos.

Contenido:

Presentación. Post-data 1. Post-data 2. Trabajo doméstico o la reproducción de la fuerza de trabajo. ¿Socialización del trabajo doméstico? Electrodomésticos. Mujeres y trabajo… asalariado o no. Prostitución. Trabajo y familia. Ni clase, ni casta. Sobre la brecha salarial. ¿Pero es trabajo el trabajo doméstico? No considerarle trabajo.. Considerarle trabajo… ¿Entonces? ¿Productivo o improductivo?. Tradición, familia y propiedad. Maternidad. Familia y Estado. Perlas de la burguesía. Monogamia seriada. El culto a la virginidad femenina: moral y propiedad. Monogamia y propiedad privada.  Amor romántico y liberalismo amoroso. Hetero y homo. Sexualidad e identidad. Homocapitalismo global. ¿Cuidados? Crisis de los cuidados. ¿Eso que llaman amor es trabajo impago?

CUADERNOS DE NEGACIÓN #13 – NOTAS SOBRE PATRIARCADO

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En el ámbito político y académico se ha popularizado en las últimas décadas la noción de patriarcado. Parece un concepto de uso obligado para cualquier crítica seria de la realidad que busque la transformación social. Para algunas corrientes pareciera estar fuera de toda discusión que esta sociedad es patriarcal, incluso más fuera de discusión que si es capitalista.
Uno de los grandes problemas que encontramos al abordar la cuestión del patriarcado es asumirlo como el sujeto que determinaría la sociedad. Así, el Capital dejaría de ser el sujeto de esta sociedad, el que lo subsume todo, para dar paso a otro: el patriarcado. Hay una diferencia fundamental entre considerar el patriarcado como algo exterior al Capital y considerarlo como una realidad interna del Capital. La primera comprensión nos presenta el patriarcado por un lado y el Capital por otro, o en el mejor de los casos patriarcado y Capital como dos sujetos separados que en un momento dado se vinculan.
Por el contrario, la comprensión del patriarcado como realidad interna del Capital, lo asume en tanto que incluido y dominado, es decir subsumido. El proceso histórico de esa subsunción incluye y a su vez transforma al antiguo patriarcado. Y aunque puede mantenerse dicho vocablo, debemos tener en cuenta que no estamos hablando de lo mismo. Comprendemos el hecho de que en la propia lucha se siga nombrando al sexismo de esta sociedad como «patriarcado», aunque nos parece poco preciso. Si bien emplearlo es importante para ver la continuidad histórica del sexismo en relación a sociedades de clase anteriores, de alguna manera también oculta las condiciones del sexismo en la actualidad.
Contenido:
Presentación Nota para posibles correcciones ortográficas ¿Patriarcado? Patriarcado y Capital ¿Interseccionalidad? Definiciones e indefinciones Esclavitud y patriarcado ¿Estado patriarcal? • Alguna vez estuvo todo al revés… • Mujeres y acumulación originaria Descenso de la población y disciplinamiento Anticoncepción y trabajo Hogar, familiar y salario La domesticación de las mujeres y la redefinición de la feminidad y la masculinidad La gran caza de brujas en Europa Mujeres y colonización La imposición va por dentro Distintas opresiones, un mismo proceso • Mujeres y esclavitud • Post-data

Posmodernidad o la impostura de una falsa radicalidad

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[Recibimos y publicamos de Barbaria]

Introducción

En este texto pretendemos realizar una crítica somera a algunos de los lugares comunes ideológicos de nuestra época, lugares comunes que por comodidad llamamos postmodernos. De manera general, se pueden reconocer por la idea de que cualquier intento de buscar una emancipación radical sería un meta-relato, que buscar algún criterio de verdad u objetividad sería prueba de prepotencia y voluntad de dominio. Que no existen criterios generales y universales por los que definir la realidad del mundo y por ende no existe una búsqueda de una liberación general. Que todo es subjetivo, que la única lucha posible es la que se da desde lo cotidiano, en la microfísica de poderes, sin el riesgo de caer en esencialismos y definiciones seguras siempre peligrosas, etc.

Este texto lo escribimos desde una práctica revolucionaria y la crítica la realizamos desde la influencia que este tipo de planteamientos y autores tienen dentro de los activistas radicales que tratan de luchar contra este mundo. Por eso nos parece importante poder discutir acerca de las imposturas que se desprenden de este tipo de autores. La corriente que más ha introducido este tipo de perspectiva en “los movimientos sociales” es una versión light y reformista del movimiento autónomo histórico que tiene en Toni Negri uno de sus principales referencias y que ha hecho de las obras de Deleuze, Foucault, Guattari… presuntos manuales de radicalidad por la que tendrían que pasar los activistas “instruidos”. El reciente libro de Marina Garcés, una profesora de filosofía de la universidad y representante de este tipo de corrientes e ideas, expresa perfectamente aquello que queremos criticar. Una radicalidad aparente en formas y en los discursos que dicen querer deconstruirlo todo y una impotencia que nace desde las premisas como ella misma reconoce en el inicio del prólogo de su libro, Ciudad Princesa (pág. 11): Sigue leyendo

Temperamento Radio #31

En este encuentro: -La lucha por el aborto legal- -Actualidad desde el sur con el conflicto mapuche– -Comentarios sobre las ZAD en Francia- -Comentarios sobre la situación en Nicaragua– Nos acompañan: La Trova Pank – Tout Simplement Noir – Kortu-

Link: Temperamento Radio #31

Nueva web de la radio

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