Marx contra el Estado
El carácter de la Comuna
La mayor objeción a Marx sobre la cuestión del Estado y el parlamentarismo, recae en el Manifiesto del Partido Comunista (publicado en el año de 1848), el cual en la parte final aboga por la toma del Estado, haciendo a la par concesión a la burguesía “radical” en Alemania. Sin duda tales posiciones contenidas en ese libelo han sido puestas en tela de juicio por la Historia, por lo que encontrarles una justificación sería absurdo. No obstante, limitarnos a una simplona crítica sin comprender el contexto histórico en que se escribió, nos llevaría a estancarnos en un ámbito meramente superficial o en el peor de los casos, en un reducto puritano e ideológico.
El manifiesto de Marx y Engels, fue un proyecto realizado a petición de la Liga de los Comunistas, una organización conformada desde antes que ellos participaran en ésta. Muchas de las organizaciones comunistas de aquel entonces, habían sido incapaces de romper de lleno con muchas concepciones socialdemócratas, incluyendo la que concierne al Estado. Marx y Engels no estaban exentos de acuñar posiciones erróneas propias de su época. Toda esa situación, generó un terreno de cultivo apto para la separación entre reformistas y revolucionarios.
«Debemos subrayar aquí que las oscilaciones y ambigüedades de Marx y Engels, con respecto a la Socialdemocracia misma, contribuyeron a su obra contrarrevolucionaria. En efecto, durante años las fundamentales críticas programáticas efectuadas por ellos no fueron dadas a publicidad, haciéndose los propios Marx y Engels cómplices de este ocultamiento, por razones de “oportunidad”: las críticas públicas y hasta la ruptura formal con esa organización fueron postergadas “para más adelante”. A la muerte de Marx, como es sabido, Engels se compromete mucho más con la política programática y organizativa de la socialdemocracia, llegando a apoyar la práctica organizativa de esa organización burguesa para los obreros y hasta a darle su toque de “autoridad” para expulsar a los mejores militantes clasistas: es el caso de “Die Jungen” » [1].
Tal error ha tenido un peso histórico trascendental (reflejado principalmente desde la II y III Internacional), el cual hasta la fecha ha sido muy bien explotado por los revisionistas y oportunistas de toda calaña, no solo contribuyendo así a la mitificación, sino también empantanando la discusión revolucionaria y exacerbando la falsa dicotomía marxismo/anarquismo. Sigue leyendo →