Viktor Belash 1893-1938

Viktor Fedorovich Belash nació en 1893 en la aldea de Novospasovka (la forma ucraniana es Novospasivka), en el sur de Ucrania. Novospasovka fue también el hogar de otros anarquistas que más tarde participaron en el movimiento makhnovista, como Vassili Kurilenko y Vdovichenko. Recibió educación elemental y trabajó como ingeniero ferroviario. Ya era comunista anarquista en 1908, a la edad de quince años. Llegó a finales de 1918/principios de 1919 a Gulyai Polye para vincularse con Makhno. Aquí, en consulta con Makhno y otros partisanos, Belash recibió el encargo de organizar un congreso de reorganización militar. Fue elegido jefe de estado mayor de los majnovistas el 3 de enero en un congreso celebrado en Pologi con más de cuarenta delegados. Belash era plenamente consciente de la necesidad de una mejor organización militar. Las tropas del general blanco Denikin asesinaron a su padre, a su abuelo y a sus dos hermanos y quemaron todas sus propiedades como venganza por la implicación de Viktor en los makhnovistas, según Archinov, aunque Skirda afirma que fueron las fuerzas austriacas las que asesinaron a su padre, a su abuelo y a su primo. Según Archinov, «era miembro del Consejo de Insurgentes Revolucionarios y un hábil estratega militar. Elaboraba todos los planes relativos a los movimientos de tropas y asumía la responsabilidad de los mismos».

Después de que Makhno se viera obligado a retirarse por la frontera con Rumania el 16 de agosto de 1921, a consecuencia de múltiples heridas, Belash dirigió las operaciones contra los rojos en su ausencia.

Fue capturado por los bolcheviques el 23 de septiembre de 1921, tras ser gravemente herido en la batalla de Znamenka. Fue encarcelado en la prisión de Kharkov, donde fue condenado a muerte. Durante su estancia en prisión, la Cheka le animó a escribir sus memorias, lo que pudo hacer con gran detalle gracias a sus notas militares y su diario de campaña. Llenó tres grandes cuadernos con sus memorias. Extractos de las mismas aparecieron en el número 3 de Letopsis Revoliutsii (Anales de la Revolución), mayo-junio de 1928, con muchos cambios de texto por parte de los censores soviéticos. Liberado por el gobierno soviético en virtud de una amnistía en 1923, fue desterrado a Krasnodar, en la región de Kuban. Allí trabajó como mecánico para la Unión de Cazadores. En diciembre de 1937, durante las purgas masivas de Stalin, fue detenido y fusilado al año siguiente. Fue rehabilitado póstumamente en abril de 1976 por «insuficiencia de pruebas».

Su hijo, Alexander, veterano de la Segunda Guerra Mundial, pudo obtener el manuscrito de la obra de su padre en los archivos del Estado y lo publicó, con otros documentos hasta entonces desconocidos, en 1993. Ha demostrado ser, con sus minuciosos detalles, una fuente extremadamente valiosa sobre el movimiento makhnovista, aunque debe leerse con precaución, siendo conscientes de que Belash escribía en clave y protegía a Makhno y a otros partisanos que aún vivían. Los éxitos militares de los makhnovistas se debieron en gran parte a la capacidad organizativa de este obrero anarquista.

NICK HEATH

[Libro] COMUNISMO ANTIBOLCHEVIQUE – PAUL MATTICK

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Paul Mattick, in memoriam

En febrero de 1981 moría en Cambridge (Massachussets) Paul Mattick. El hecho de que no fuera un santón del marxismo oficial o académico, contribuyó lo suyo a que su muerte pasara completamente desapercibida de los media, casi del mismo modo, como su vida y trabajo teórico, centrado en la crítica del capital en proceso, fueron soslayados por los círculos oficiales del debate marxista.

Casi tres años después, presentamos dos artículos, inéditos en castellano, que iban a formar parte, entre otros, del último libro que Paul Mattick preparaba en el momento de su muerte.

Es difícil resistir la tentación del elogio sincero del compañero muerto, sobre todo, para quienes somos en tan gran medida deudores del pensamiento marxiano desarrollado por P. Mattick. Sin embargo, lo evitaremos. Eludiremos la retórica fácil del panegírico, aunque sólo sea por lo contradictorio que resultaría tratándose de quien, como él, defendiera planteamientos tan alejados del «culto a la personalidad». Huiremos, igualmente, de cualquier veleidad propiciadora de la fetichización de su pensamiento. Nada más distante del sistema teórico-crítico de P. Mattick que la posibilidad de su encorsetamiento en la categoría de un «ismo» cualquiera incluído el marxismo o el «consejismo».

No vamos, tampoco, a cometer la pretensiosidad de intentar glosar en unos párrafos una obra que, como la desarrollada por P. Mattick a lo largo de su vida de activista, por su extensión y riqueza en sugerencias, superaría los límites e intenciones de lo que no pretende ser más que una presentación. Por eso mismo, pensamos que lo mejor que se puede hacer es dar a conocer su obra tal y como es: una sistematización rigurosa, precisa y crítica del desenvolvimiento histórico de la contradicción representada por el antagonismo Capital-Proletariado. Este es el motivo principal que nos mueve y al que queremos contribuir con la difusión de los dos artículos que a continuación presentamos.

Con todo, no queremos dejar pasar la ocasión de hacer algún comentario sobre la significación en la teorización del comunismo de este desconocido, -el cual pretendemos que lo sea menos-, cuya obra supone una aportación de indudable importancia a la hora de la elucidación teórica de las posibilidades reales del Comunismo, en tanto resultado de la acción de clase proletaria.

Pero, además, traemos a colación un nombre y una obra por lo significativos que pueden ser en unos momentos, como los actuales, en los que la generalizada abjuración del marxismo, lejos de inducirnos a la superación del mismo hacia la realización del Comunismo, viene a invitarnos al repliegue en los cenáculos de la ideología, de las formas culturales y a la liquidación, simple y llana, de la perspectiva de la lucha de clases. Los planteamientos críticos del tipo de los expuestos por P. Mattick abren nuevas posibilidades de comprensión de la contradictoriedad del Capital más allá de la apariencia engañosa de los fenómenos coyunturales. Y es, precisamente, por eso, porque se ubica en los resquicios de la contradictoriedad, por lo que la teorización deviene CRITICA, reflexión de una práctica que se proyecta en el sentido cambiante de la realidad configurada por la relación Capital-Proletariado.

 Quien contra viento y marea supo desentrañar en plena euforia keynesiana los límites de la economía mixta y los elementos de persistencia-latencia de crisis en las nuevas formas de la dominación del capital, incluso en coyunturas donde otros se dejaban obnubilar por el despliegue fascinante y espectacular de la circulación de las mercancías y anunciaban el final de la sociedad de clases (hombre unidimensional marcusiano), creemos que tiene algo que decir en estas horas oscuras en las que vivimos y en las que la práctica y reflexión comunistas parecen definitivamente colapsadas.

Paul Mattick, fue uno de esos «hijos proscritos» de Marx que, como R. Luxemburgo, Korsch, A. Pannekoek, H. Gorter, O. Ruhle, conjuraron el servilismo de la ortodoxia sin por ello obviar la crítica comunista marxiana diluida en los diversos sucedáneos ideológicos del marxismo.

La recuperación del nódulo fundamental de la sistematización crítica de Marx, que se concretaba en la teoría de la acumulación, como teoría de la crisis – o sea, el reconocimiento del capital en proceso, como contradicción–, lo que venía a conferir a la obra marxiana el carácter de arma teórica del proletariado frente a la ideología burguesa, cobra especial relevancia en Mattick en lo que respecta no ya a la tarea continuadora de la obra de Marx, sino de lo que esta contiene de expresión de la realidad cambiante del proletariado, haciendo exigible la profundización- superación de las aserciones fundamentales del propio Marx.

Es en este sentido, en el que hacemos una llamada de atención a propósito de la obra de P. Mattick. Es decir, sobre el hecho de que su perspectiva de teorización, así como la verificación empírica, en la realidad de la crisis rampante, de sus aseveraciones nos proporcionan los elementos fundamentales de continuación de la crítica de la Economía Política – real, práctica–, desde las bases históricas que representan la dialéctica Capital-Proletariado.

Por encima de todo, se trata de una reflexión formuladora de la realidad práctica de la lucha de clases; pero es más que mera constatación: es, por su propia naturaleza, una incitación a la continuación del combate concreto, cotidiano y colectivo del Proletariado por el Comunismo.

Revista Etcétera, marzo 1984.

[Libro] Capitalismo y Comunismo – Gilles Dauvé

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Cualquier definición económica del comunismo permanece dentro del ámbito de la economía, es decir, de la separación del tiempo y el espacio productivo del resto de la vida. El comunismo no se basa en la satisfacción de las necesidades tal como existen ahora o incluso como podríamos imaginarlas en el futuro. Es un mundo en el que las personas establecen relaciones y se involucran en actos que les permiten alimentarse, cuidarse, alojarse y enseñarse… a sí mismos. El comunismo no es una organización social. Es una actividad. Es una comunidad humana.

La presente edición además de Capitalismo y comunismo incluye: En este mundo pero no de este mundo, Comunización y El renegado Kautsky y su discípulo Lenin

[Libro] Militancia y pensamiento político de Amadeo Bordiga de 1910 a 1930 – Vol. I, II y III

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De 1912 a 1926 la acción y pensamiento político de Amadeo Bordiga encarnaron la lucha del marxismo revolucionario en Italia.

Ya antes de la Primera Guerra Mundial, la izquierda marxista del PSI expresó en los congresos de Reggio Emilia (1912) y Ancona (1914), el surgimiento de una mayoría capaz de enfrentarse al reformismo, el sindicalismo y el nacionalismo.

Dentro de esta ambigua mayoría (de la Fracción Intransigente) se delineó la formación de una extrema izquierda (la Fracción Intransigente Revolucionaria), que tendió siempre a soluciones más radicales y clasistas. Esta extrema izquierda del PSI, en los congresos de Bolonia (mayo de 2015), Roma (febrero de 1917) y Florencia (noviembre de 1917) sostuvo posiciones muy próximas a las de los bolcheviques, como fueron la negación de la ayuda obrera a las tareas de defensa nacional y la consigna de derrotismo revolucionario, lanzada por Bordiga tras Caporetto (derrota italiana de octubre de 1917).

La fundación de Il Soviet (diciembre de 1918), órgano de la Fracción Abstencionista, supuso la defensa decidida de la revolución rusa y de la dictadura del proletariado, así como un claro planteamiento de la función del partido revolucionario.

La Fracción Abstencionista se planteó, desde el primer momento, la escisión del PSI de los revolucionarios. Su objetivo y su tarea principal en los años 1919 y 1920 fue extender la fracción a nivel nacional para fundar el Partido Comunista. En el II Congreso de la Internacional Comunista, la Fracción Abstencionista abandonó el abstencionismo como criterio táctico fundamental, y Amadeo Bordiga tuvo una intervención decisiva en el endurecimiento de las condiciones de admisión a la Tercera Internacional.

En todo momento, la acción y el pensamiento de Amadeo Bordiga tienen un marco italiano e internacional, íntimamente entrelazados, como correspondía a la militancia en el movimiento comunista internacional.

En enero de 1921, en el Congreso de Livorno del PSI, Bordiga dirigió y protagonizó la escisión de los comunistas y la fundación del PCI. Fue el máximo dirigente del PCI desde su fundación hasta el IV Congreso de la IC (diciembre de 1923).

La asimilación de los clásicos marxistas constituye una impronta imborrable y una constante referencia en los textos programáticos bordiguistas. Este dominio teórico, unido a la experiencia adquirida por Bordiga en la lucha contra el oportunismo imperante en la Segunda Internacional, le prepararon para enfrentarse a las crecientes disidencias entre el PCI y la IC con una capacidad crítica excepcional, dotada de una característica coherencia, rigor e intransigencia que la hacían temible y respetada a la vez.

El nuevo oportunismo, que hacía mella en la Internacional Comunista, se caracterizaba por una permanente adecuación del análisis histórico del capitalismo al cambio producido en las condiciones y situaciones inmediatas de la lucha del proletariado.

Amadeo Bordiga comprendió, analizó y denunció el carácter del oportunismo comunista. Del mismo modo, supo captar los primeros síntomas de abandono de los principios programáticos comunistas. Y se enfrentó hasta el último momento, en el seno de la propia Internacional, a la progresiva degeneración oportunista y contrarrevolucionaria del movimiento comunista internacional. No porque creyera que aún era posible evitar la derrota de la oleada revolucionaria iniciada en 1917, sino para dar testimonio y facilitar en el futuro la restauración teórica y organizativa del partido revolucionario.

En 1926, la Izquierda del PCI había culminado un largo proceso de formación ideológico y programático, caracterizado por las tensiones y enfrentamientos con la Internacional Comunista.

Estas divergencias no se resolvieron mediante una escisión, con ocasión de la acusación de fraccionalismo hecha al Comité de Entente (junio de 1925), a causa de la decidida oposición de Bordiga, contrario a la ruptura definitiva con el PCI y la IC.

El Congreso de Lyon del PCI (enero de 1926), supuso la definitiva derrota organizativa de la Izquierda, dada su imposibilidad de presentarse como fracción o tendencia en el seno del partido, así como de defender sus posiciones políticas.

La intervención de Amadeo Bordiga en el VI Ejecutivo Ampliado de la Internacional fue la última posibilidad que tuvo la Izquierda del PCI de utilizar una tribuna internacional para defender el programa comunista fundacional. El brusco enfrentamiento entre Stalin y Bordiga, en torno a la cuestión rusa y la teoría del socialismo en un solo país, señalaba la definitiva derrota de las concepciones revolucionarias en el seno del movimiento comunista internacional.

Bordiga constató que la llamarada revolucionaria internacional iniciada con el Octubre ruso había sido definitivamente apagada por el alud contrarrevolucionario. Reconocida esta derrota histórica del proletariado, rechazó todo activismo y mística de la vanguardia y la organización, abrazó una concepción férreamente determinista de las posibilidades revolucionarias y personalmente consideró inútil su militancia activa en la clandestinidad impuesta por el fascismo. Sigue leyendo

[Libro] COMUNIDAD Y COMUNISMO EN RUSIA – Jacques Camatte

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Publicado originalmente en Invariance nro.4 (1974) se trata de una serie de artículos sobre la revolución rusa pero no de una cronología o historización de los sucesos. Sino sobre las pocisiones de Amadeo Bordiga en cuanto a la cuestión rusa, la cuestión de la comunidad en Rusia (mir y posibilidades de revolución), campesinos, subsunción, partido, soviets y la correspondencia entre Karl Marx y Vera Zasulich sobre las posibilidades de la revolución en Rusia sin atravesar un período de transición capitalista.

“El capital sin clase capitalista es lo único que puede realizar el Modo de Producción Capitalista, como lo afirman Ricardo, Marx y Bordiga. En occidente no es posible eso hasta que el capital se ha constituido en comunidad material y ha derruido los viejos presupuestos estatales. En la U.R.S.S. ha sido la restauración del despotismo, el medio, por así decirlo, para escamotear a la clase capitalista (en el área asiática la tendencia es idéntica), de forma que no domine según su propio ser; pero la intervención cada vez mayor del capital mundial, a través sobre todo de los EE.UU., tenderá a realizar una adecuación más rigurosa entre él (el capital) y el poder de dominación sobre la sociedad.”

Entrevista a Amadeo Bordiga

Retrato de prontuario de A. Bordiga, en 1926

Lo que sigue es una entrevista que Amadeo Bordiga respondió por escrito al periodista Edek Osser en junio de 1970, poco antes de su muerte. El texto fue publicado originalmente en Storia Contemporanea número 3, en septiembre de 1973. Bordiga también habló con Edek Osser para una entrevista filmada, cuyos extractos aparecen en un documental sobre el ascenso del fascismo. Traducción: A. V.  https://rentry.co/entrevbordiga

***

En noviembre de 1917, usted participó en Florencia en una conferencia secreta de la corriente «revolucionaria intransigente» del Partido Socialista. En esa ocasión, usted exhortó a los socialistas a aprovechar la crisis militar y a tomar las armas para asestar un golpe decisivo a la burguesía. ¿Cuál fue el resultado de su propuesta? En su opinión, ¿la situación revolucionaria había alcanzado su madurez en Italia?

Sí, en noviembre de 1917 participé en Florencia en la conferencia secreta de la fracción «revolucionaria intransigente» del Partido Socialista. Esta fracción había constituido la mayoría del PSI y le había impuesto su dirección desde 1914. La dirección del Partido, al ser informada sobre esta conferencia, no sólo no la impugnó sino que, de hecho, envió a sus propios representantes. Fue en esa ocasión que conocí a Antonio Gramsci, quien mostró gran interés en mi discurso. Mi impresión hasta el día de hoy es que su inteligencia poco común le llevó, por una parte, a compartir y estar completamente de acuerdo con mis propuestas marxistas radicales, las que parecía haber oído por primera vez; y, por otra, a articular una crítica sutil, precisa y polémica, que ya se desprendía de las diferencias de fondo entre las posiciones de nuestros respectivos periódicos: Il Soviet, con sede en Nápoles, del que yo era editor, y L’Ordine Nuovo que Gramsci dirigía en Turín. La oposición de nuestros puntos de vista había quedado clara para mí desde que anuncié en nuestro periódico la fundación de la revista de Gramsci. En ese breve artículo señalé que su declarado pragmatismo revelaba una tendencia gradualista que sin duda le llevaría a hacer concesiones a un nuevo tipo de reformismo, e incluso al oportunismo de derecha.

Mi lectura de las fuerzas en juego en ese momento no se refería sólo a Italia, sino a toda la situación europea. Obviamente, entonces condené sin vacilaciones a los partidos socialistas de Francia, Alemania y demás, que habían traicionado abiertamente las enseñanzas marxistas sobre la lucha de clases, optando en cambio por la nefasta política de armonía nacional, unidad sagrada y apoyo a la guerra emprendida por los gobiernos burgueses. Mi discurso puso al descubierto, de manera doctrinaria, la falsa justificación ideológica que se esgrimía para apoyar la guerra impulsada por la Entente contra las Potencias Centrales, a la que nuestro enemigo jurado, el intervencionismo militar italiano, se había adherido. La base de mi posición era repudiar la falsa preferencia que los belicistas de todas las naciones mostraban por las democracias parlamentarias de los regímenes burgueses, en contra de los llamados regímenes feudales, autocráticos y reaccionarios de Berlín y Viena, por no hablar del régimen moscovita. Tal como había venido haciendo en el movimiento durante décadas, seguí la crítica formulada por Marx y Engels, intentando mostrar lo estúpido que era esperar que una futura Europa democrática surgiera del triunfo militar de la Entente.

La posición que tomé en ese momento coincide con lo que Lenin llamó «derrotismo y repudio a la defensa de la madre patria». Planteé la afirmación de que la revolución proletaria podría haber triunfado si los ejércitos de los estados burgueses hubieran sido derrotados por sus enemigos extranjeros, predicción que la historia confirmaría luego en Rusia en 1917. Es cierto, entonces, que en Florencia propuse que debíamos aprovechar los desastres militares de nuestro Estado monárquico y burgués para impulsar la revolución de clases.

Nuestra propuesta no coincidía con la línea política de la dirección del partido, que se había atascado en la vergonzosa fórmula acuñada por Lazzari de «ni apoyo ni sabotaje». Sin embargo, los participantes en la conferencia (que ya constituían de facto el ala izquierda del Partido Socialista) parecían apoyarla totalmente. Para nosotros, el hecho de que el partido italiano no se adhiriese a la política de guerra del gobierno, negándose a darle su voto de confianza o a apoyar la financiación militar correspondiente, no bastaba. No tenía sentido afirmar esa línea y al mismo tiempo oponerse al sabotaje, que Lenin describiría más tarde como «transformación de la guerra entre Estados en guerra civil entre proletariado y burguesía». Mi posición, por lo tanto, no era exactamente que en Italia existieran las condiciones para librar una guerra armada contra el poder de las clases propietarias; sino más bien otra, mucho más amplia, que fue confirmada más tarde por el curso de la historia: a saber, que mientras la guerra se libraba en Europa nosotros podíamos y debíamos intensificar el conflicto revolucionario en los frentes más oportunos (esos que Lenin llamaría luego «el eslabón más débil de la cadena»). El conflicto se extendería sin duda a todos los demás países. El mencionado falso mérito del partido italiano, en su empeño por negarse a apoyar la guerra mientras que al mismo tiempo rechazaba el sabotaje revolucionario, fue más tarde invocado de manera espuria por Serrati y sus seguidores, cuando se opusieron a expulsar a la derecha reformista (que era, de hecho, tanto socialdemócrata como socialpatriota) durante la fundación de una nueva Internacional que pudiese redimir el vergonzoso fracaso de la Segunda (un resultado que yo había previsto en nombre de los socialistas de izquierda en el Congreso de Roma en febrero de 1916). Esto queda demostrado por el hecho de que el PSI se había negado a seguir el único camino estratégico que, desde que Lenin, de regreso a Rusia, articuló sus tesis clásicas en abril de 1917, cumplía las predicciones doctrinarias y los objetivos históricos del marxismo revolucionario. Desde un punto de vista histórico, lo que parece indiscutible es que si los delegados de la conferencia de Florencia hubieran decidido ir a votar, habrían apoyado la audaz tesis de torpedear de cualquier manera posible la política de guerra del Estado capitalista. Dado que las conclusiones de una consulta como la que proponíamos tendrían que haber implicado a los órganos centrales del partido, mi propuesta habría conducido -en un giro saludable- a aplicar en la práctica las medidas correctas. Pero no podíamos esperar que la dirección emprendiera tal curso de acción, pues ya se había negado a convocar en mayo de 1915 una huelga general contra los preparativos de guerra, tal como lo habíamos exigido; porque ya había levantado la consigna de «no apoyar ni sabotear»; y porque había tolerado, en un momento crucial de la guerra, que la bancada parlamentaria socialista siguiera a su líder, Turati, voceando la consigna chovinista: «Nuestra patria está en el Monte Grappa», comportamiento que no se diferenciaba del de los socialtraidores franceses y alemanes. Sigue leyendo

Comunismo #67 LENINISMO Y CONTRARREVOLUCIÓN Parte I, II y III

PDF: Comunismo #67

LENINISMO Y CONTRARREVOLUCIÓN III

LA MENTIRA DE LA REVOLUCIÓN LENINISTA (Tercera parte)

– La mentira de la revolución leninista – El terrorismo capitalista del Estado bolchevique

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LENINISMO Y CONTRARREVOLUCIÓN parte II

LENINISMO Y CONTRARREVOLUCIÓN parte I

En este mundo, pero no de este mundo – Gilles Dauvé

De: Anarquía & Comunismo

Nota de A&C: Este texto de Gilles Dauvé fue escrito (2012) para unos compañeros de Lituania que deseaban publicar el ensayo Capitalismo & Comunismo (1972). Algunos aspectos de este texto, podrían ser de especial interés para las personas que vivieron en los antiguos Estados “socialistas” (como Lituania), pero los temas mencionados aquí conciernen a todos los que se preocupan de la crítica radical de este mundo dominado por el capital.

El texto original puede ser encontrado en el sitio web de Troploin  (www.troploin.fr) tanto como en Libcom (libcom.org). Alentamos la lectura del material contenido en ambos sitios.

Sobre Gilles Dauvé y Troploin hay varios textos disponibles en español. Entre ellos, recomendamos Cuando las insurrecciones mueren,  Comunización (2011) y Declive y re-surgimiento de la perspectiva comunista.

La traducción de este texto fue realizada por un comunista por la anarquía.

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En este mundo, pero no de este mundo.

Para los vencedores, el botín.

La historia está escrita por los vencedores. En 1970, la palabra comunismo era un sinónimo para aquello que existía en la URSS y en otros regímenes similares. Ahora no tiene otro significado socialmente aceptable que designar aquello que solía existir en la URSS y en otros regímenes similares. Para las personas que viven en los países antiguamente burocráticos, el comunismo se ha convertido en una palabra odiada, un símbolo de opresión (lo cual es suficientemente malo) en el nombre de la libertad (lo que lo hace aún peor).

Sin embargo, hay una confusión igual de grande en los países que nunca formaron parte del bloque “socialista”. En Francia, por ejemplo, done aún existe el llamado Partido Comunista (aunque en decadencia), o en Inglaterra donde el CPGB se disolvió después de 1991, es tan difícil como en Lituania plantear la cuestión comunista. Las miradas críticas del capitalismo son algo cotidiano, tanto en los medios como en el discurso académico, pero el comunismo ya no se aborda seriamente ni como amenaza, ni como promesa. La confusión se ha complementado con la oscuridad. Sigue leyendo

Anarquía & Comunismo N°10: [Especial] A 100 años de la Revolución Rusa

-A 100 años de la Revolución Rusa: Una introducción histórica. -La oleada revolucionaria de 1917/1923. –Dossier: extractos de Grandizo Munis y Victor Serge sobre la cuestión rusa. -Arbeit Macht Frei, o la concepción socialdemócrata de la transición al socialismo. -Leninismo y contrarrevolución: correspondencia revolucionaria sobre la revolución rusa. -Epílogo: Revolución a título humano

PDF: Boletín A&C N.10 | Link: Boletín A&C

Ya son 10 números de Anarquia & Comunismo, boletin teórico-agitativo, y esfuerzo editorial algo intermintente, que se dispone a ser un material útil para la dilucidación de nuestro estadio histórico y la posibilidad de su superación revolucionaria.

Nuestra décima edición es una edición extendida y está dedicada a un importantísimo episodio de la historia humana, al que se le han dedicado ríos de tinta y que determinó a la civilización tal como la conocemos, pero sobre el que consideramos que aun esta cubierto por el velo de la mistificación, tanto de la izquierda leninista como libertaria.

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[FORO] 1er Asalto del proletariado contra la sociedad de clases

“No llegamos a ponderar lo suficiente lo que deben nuestras teorizaciones a nuestros fracasos. Si la Comuna de París fue un avance gigantesco, en ciertos sentidos aún no superado, también indicaba el callejón sin salida del comunalismo. Rusia ha ilustrado ya la suerte de una insurrección que se limita a una toma del poder, y España mostró lo que ocurre a las socializaciones cuando se deja intacto el Estado. Pero en cada ocasión la ‘lección’ es negativa, la contrarrevolución se fija y consolida el contenido de lo que ha intentado el proletariado” (Dauvé/Nesic, Comunización)

A 100 años de 1917 distintos expertos y medios de (in)comunicación dedican parte de su tiempo a analizar la Revolución Rusa como un curioso evento de un pasado por lejano en que tales aventuras eran posibles, y por suerte ya no.

Hace 100 años, la humanidad proletarizada había sido desangrada por el desarrollo del capitalismo y la gran guerra imperialista. El mundo ardía por los cuatro costados: no sólo en Rusia, donde se logró por un breve instante liquidar el viejo mundo, sino que en diversas insurrecciones obreras y campesinas desde Berlín y Baviera a México, Seattle y Puerto Natales, entre muchas otras, el proletariado luchaba abiertamente por la revolución social.

El capitalismo y su gran aliada, la socialdemocracia, tuvieron que reinventar diversas formas de gestión del sistema para así evitar o al menos aplazar su destrucción (“leyes sociales”, keynesianismo y “Estado de Bienestar”).

Un siglo después, estas experiencias han sido mitificadas en distintas maneras, y casi nada se sabe de este gran asalto proletario contra la sociedad de clases como proceso global.

Es por esto que para la última semana de octubre realizaremos un sin número de actividades que intentan hacer un balance sobre lo que denominamos como 1er Asalto del proletariado contra la sociedad de clases (1917-1923).”

Audio de la charla: escucha desde youtube

AUDIOS: LA CONTRARREVOLUCIÓN RUSA Y EL DESARROLLO DEL CAPITALISMO

Compartimos la exposición en torno al libro del Grupo Comunista Internacionalista Realizada el 22/04/2017 en la biblioteca Alberto Ghiraldo.

La liquidación de la revolución en Rusia es el comienzo de un proceso de contrarrevolución mundial. Ahondamos sobre el papel de la socialdemocracia en general y el papel particular de la ideología leninista frente a la lucha del proletariado contra el Estado y el Capital.

Advertimos que, aunque con algunas intervenciones, esta es la parte expositiva de la presentación, luego hubo un extenso y rico debate que por razones técncias sería imposible reproducir.

ESCUCHAR: La contrarevolución Rusa…

[Charla-Debate]: Revolución y contrarrevolución en Rusia 1917

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Lo que sucedió en Rusia, a partir de 1917, fue el ensayo de revolución proletaria más decisivo de la época moderna. Para entender su significado histórico, y extraer de ella los aprendizajes necesarios, no basta con repetir las fórmulas habituales. A la revolución rusa hay que interrogarla críticamente porque en ella están contenidas importantes cuestiones sobre el capitalismo de nuestro tiempo, y sobre las formas de su posible superación. ¿Hubo en Rusia una revolución social en verdad, o más bien una arrolladora contrarrevolución burocrática? ¿Hubo comunismo en Rusia, o tan sólo capitalismo de Estado… o capitalismo a secas? Siguiendo el hilo que va de los últimos escritos de Marx sobre Rusia y el comunismo primitivo, hasta los análisis críticos de Amadeo Bordiga y Jacques Camatte, intentaremos esbozar con precisión estas preguntas y sus consecuencias para nosotros, hoy.

Link: Revolución y contrarrevolución en Rusia 1917