NO SOMOS «CAPITAL HUMANO»

Una de las innovaciones del actual gobierno argentino fue la designación del Ministerio de Capital Humano que significó la integración de los antiguos Ministerios de Trabajo, Educación, Desarrollo Social y Cultura. Inicialmente también incluía el de Salud, aunque quedó finalmente fuera. El Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad fue suprimido, conservando únicamente una Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, transferida posteriormente al Ministerio de Justicia para ser disuelta.

La noción de capital humano sobre la que se basa la creación del Ministerio homónimo tiene como punto de partida la concepción burguesa sobre la inexistencia de clases sociales. Como veremos, subyace la idea de que todos seríamos capitalistas.

La apología del Capital, de los capitalistas y del capitalismo en general, es difundida necesariamente desde todos los gobiernos. En este caso es llevada a cabo desde una visión abiertamente liberal y en un contexto particular del mercado laboral, lo cual invita a otro tipo de críticas y volver sobre algunas cuestiones fundamentales.

 ¿Qué es?

En el programa de La Libertad Avanza (LLA) de cara a las elecciones presidenciales de 2023 podemos leer: «El capital humano de una persona es el valor de todos los beneficios futuros que se espera obtener de ella con su trabajo en el transcurso de la vida productiva». Y más adelante afirman: «es el conjunto de habilidades, aptitudes, experiencias y conocimientos de cada persona, imprescindible para la economía de un país, invirtiendo en él se aumenta la productividad y se impulsa el progreso tecnológico, además de los múltiples beneficios que se obtienen en otras áreas como las sociales o científicas.»

Estas definiciones deben mucho a la llamada teoría del capital humano (TCH), desarrollada principalmente por los economistas estadounidenses Schultz y Becker desde la década de 1960. El primero de estos estableció que los factores de producción decisivos para el incrementar el bienestar de los pobres son el mejoramiento de la calidad de la población, los adelantos en el conocimiento y el desarrollo de habilidades. Posteriormente Becker, sistematizador de los aportes de Schultz, desarrolló formalmente la TCH en su libro Human capital. Su idea básica fue considerar la educación y la formación como inversiones racionales con el fin de incrementar la eficiencia productiva y los ingresos de individuos, empresas y Estados. Supuso además que el individuo, en tanto que “agente económico”, en el momento que toma la decisión de invertir o no en su educación, arbitra entre los costos de la inversión (por ejemplo, el costo de oportunidad –salario que deja de percibir por estar estudiando– y los costos directos, es decir, los gastos de estudios) y los beneficios que obtendrá en el futuro, si continúa avanzando en su formación.

De acuerdo a la perspectiva de estos autores y otros estudios posteriores, gran parte del crecimiento económico de las sociedades occidentales podría explicarse si se introduce una variable llamada capital humano, correlacionada con el nivel de formación especializada que tienen los agentes económicos o individuos de una sociedad. Sin embargo, parece ser al revés, ellos consideran el desarrollo como producto de la formación y no la formación como un producto, una necesidad, del desarrollo.

Desde la tribuna liberal insisten con la importancia de la educación para el progreso de la nación y el mantenimiento de la sociedad de clases. Cualquier parecido con otras formas de liberalismo “progre” no es mera coincidencia, es muy similar a la idea de transformar la sociedad a través de la educación, sin comprender que la educación es producida y transformada por las necesidades capitalistas de la sociedad. Y la adaptación del contenido educativo de acuerdo a las fluctuantes necesidades del Capital en cuanto a las características de la fuerza de trabajo a explotar ha requerido siempre del Estado. De hecho, el nivel educativo local ha caído tan bajo que la iniciativa más clara de la Secretaría de Educación actual es un plan de alfabetización nacional. Sigue leyendo

DE LA NAKBA…

De Boletín La Oveja Negra

La fundación del Estado de Israel es, para los expulsados y quienes lloran a sus muertos, la Nakba («catástrofe» en árabe): el momento en que los palestinos debieron comenzar su exilio, desposesión y desarraigo. La creación de cada Estado es una catástrofe y así deberían ser conmemoradas todas. ¿No está, acaso, el Estado argentino también fundado sobre la masacre, la desposesión y la expulsión de habitantes preexistentes? Se habla a veces de Israel como “Estado ilegítimo”, pero ¿qué Estado lo sería?

En 1948 el proceso de ocupación del territorio palestino para la creación del Estado de Israel supuso el abandono forzoso de los habitantes de sus tierras y hogares. Durante décadas, esta ocupación territorial se ha ido extendiendo bajo distintas formas de violencia sistemática. En estas últimas semanas, y tras una rápida escalada del conflicto, nos encontramos ante una brutal continuación de la Nakba. Con los habitantes de Gaza desplazados, bajo un asedio continuo mediante bombardeos, incursiones terrestres, y bloqueando el acceso de la población al agua, alimentos, sanidad, electricidad y comunicación.

Mientras tanto, los funcionarios de Estado de los países occidentales únicamente condenan el ataque del 7 de octubre para alinearse con la masacre que está llevando a cabo Israel con el apoyo de EE.UU. De igual modo proceden la mayoría de los medios masivos de (in)comunicación occidentales, que asimilan cualquier protesta a antisemitismo y cualquier reivindicación de la resistencia del proletariado palestino, incluso la mera condena al ataque llevado a cabo por Israel, con el apoyo a Hamás.

Con más de 15.000 muertos, la expulsión de 800.000 árabes palestinos en 1948 fue un acto de violencia y desplazamiento en masa sin precedentes en la historia de la región. La mayoría de los refugiados palestinos se asentaron precariamente en la Franja de Gaza (en ese entonces ocupada por Egipto) y en Cisjordania (ocupada por Transjordania, hoy Jordania), así como en Siria, Líbano, Egipto, Irak. La Nakba no se ha detenido, como el nuevo éxodo que sufrieron alrededor de 300.000 refugiados palestinos en 1967 durante la Guerra de los Seis Días, cuando Israel ocupó la Franja de Gaza y Cisjordania. Hoy asistimos en vivo y en directo a otro episodio de esta catástrofe, mientras la mayor parte del mundo mira para otro lado.

Pese a la distancia geográfica, no escribimos estas palabras a la ligera, con indiferencia ante el sufrimiento de las víctimas y sus seres queridos. Sin embargo, para el análisis de los acontecimientos debemos, por momentos, no partir de las emociones para apreciar adecuadamente lo sucedido. Este puñado de reflexiones, tienen como objetivo denunciar la presente matanza en Palestina así como comprender la situación actual.

En su ataque a Gaza, Israel ha proclamado abiertamente una intención genocida. El 31 de octubre y el 1 de noviembre Israel arrasó Jabalía, antiguo campo de refugiados ya urbanizado, al norte de Gaza, dejando unos 190 muertos. Ante este suceso renunció un alto funcionario de la ONU quien declaro: «sé bien que el concepto de genocidio a menudo ha sido objeto de abuso político, pero la actual matanza generalizada del pueblo palestino, arraigada en una ideología colonial etnonacionalista de colonos, la continuación de décadas de su persecución y purga sistemáticas, basada en su condición de árabes y sumada a declaraciones explicitas de intenciones por parte de los líderes del gobierno y ejercito israelíes, no deja lugar a dudas.» Hasta la misma ONU declaró que «Gaza es un cementerio de niños». Al cierre de este boletín, el número de asesinados en la Franja de Gaza asciende a más de 11.000, de los cuales alrededor de 5.000 son niños. Estas cifras oficiales continúan creciendo, con miles de desaparecidos y heridos. De los 2.3 millones de habitantes en la Franja, se estima que 1.6 millones se han debido desplazar a causa de los ataques, siempre al interior del reducido territorio, principalmente desde el norte hacia el sur.

Ahora bien, la definición de genocidio propia del derecho internacional puede hacernos perder de vista los motivos de clase detrás de un ataque étnico, nacionalista y religioso sobre una población. Israel funciona como un Estado confesional, brindando ciudadanía al “pueblo judío”, y más aun brindando apoyo económico y militar a los colonos en su afán expansionista. Evidentemente, los beneficios no son por igual, se trata de una sociedad profundamente estratificada (y zonificada) incluso entre la población judía, y fundamentalmente respecto de la población árabe (dejamos de lado aquí la inmigración como mano de obra barata proveniente de países como Tailandia). Israel fomenta la etnificación de parte del proletariado en tanto judíos, enfrentándolos al resto del proletariado etnificado en tanto árabe.

Desde este boletín hemos criticado la noción de pueblo desde nuestra propia realidad como “argentinos”. Decíamos en el nro. 86: «La población existe, sin embargo, la forma de categorizarla no es natural, la manera de designarla es política. No existe a la espera de ser reconocida y tener significado, es algo totalmente construido. Sin lo que “pasionalmente” conocemos como pueblo, la razón de Estado carecería de sentido. Los propios límites geográficos gracias a los cuales se puede definir “el pueblo argentino” se establecen a partir del Estado argentino. Primero el Estado después su pueblo, jamás al revés. Es de esta manera que decenas de poblaciones y comunidades quedan encerradas en las fronteras de la Argentina. En su acepción más corriente, para que exista un territorio determinado debe existir un Estado determinado. “El pueblo” no es un dato de la naturaleza, ni una clase social, siquiera un grupo sociológico, hay que construirlo y representarlo. Acontecimientos como las guerras, los mundiales o ciertos sucesos culturales refuerzan el concepto y ayudan a experimentarlo como realidad.»

En este caso, es el Estado Israelí el que ha construido una forma bien determinada de lo que significa ser “judío” y “palestino”, reforzadas por los frustrados intentos de un Estado Palestino separado. Desde una perspectiva anticapitalista no es necesario negar diferencias étnicas, culturales, religiosas entre proletarios para hablar de clases sociales, sino comprender cómo estas son abordadas, transformadas e impuestas por los Estados. Sigue leyendo

CONTRA EL LIBERALISMO Y SUS FALSOS CRÍTICOS

Boletín La Oveja Negra #83

Genera revuelo e incomodidad, cuando no bronca y asco, la presencia de lo que podríamos denominar apresuradamente “derecha liberal” en Argentina. Nos referimos a Milei y los partidarios de “La libertad avanza”, a los youtubers reaccionarios que mezclan economía con burlas antifeministas. De manera bastante peculiar, las premisas liberales se combinan con críticas reaccionarias sobre debates actuales, como por ejemplo la cuestión del aborto. Así, ciertos defensores de un liberalismo extremo se han ido vinculando directa o indirectamente con otros sectores que versan más expresamente sobre cuestiones como el nacionalismo, la familia, la “ideología de género”, el “marxismo cultural”, todo con una buena dosis de conspiracionismo.

Los voceros de este fenómeno polemizan sobre cuestiones económicas presentándose como “expertos”, repitiendo sin cesar sus preconceptos morales, políticos y culturales, sin los cuales sus teorías económicas pierden sentido. Defienden nociones respecto del individuo, la propiedad privada y la libertad que buscan traficar por naturales a la humanidad. De este modo, abren paso a toda una concepción ideológica sobre la sociedad que se traduce en afirmaciones como: «el pobre es pobre porque quiere», «el patrón es el que más arriesga», etc., etc. Las respuestas no son mejores, una diputada del FITU calificó a Milei de «vago» por no hacer su trabajo parlamentario como ella considera debería hacerse.

Frente a la situación social de ajuste permanente que estamos viviendo, con una inflación y devaluación desmesuradas, precios de los alquileres incontrolables, salarios reales totalmente a la baja, pobreza, desempleo y precarización crecientes, las políticas económicas son presentadas como responsables y a la vez posibles salvadoras. Los economistas liberales ponen la vara bien alta, hablan de un verdadero ajuste, de reducir bruscamente el gasto público, acusan de comunista al gobierno, así como también a los “tibios” de la oposición mayoritaria. Quienes gobiernan se limitan a evitar que la situación estalle, y se nutren de sus detractores liberales para presentarse como benévolos mientras ajustan progresivamente. El ajuste brutal liberal promete dinamizar la economía y un gran despegue nacional. Pero su imposibilidad no remite únicamente al temor de un nuevo estallido social, sino a que no existe un verdadero interés o una salida clara en términos productivos que permita a la burguesía revertir la situación (ni siquiera con una nueva alza del precio de los granos). Si es importante comprender la dinámica de la sociedad capitalista y la competencia entre explotadores no es para indicarles ningún camino, sino para no caer en sus discusiones y las propuestas que nos realizan. Para entender que la lucha por una verdadera transformación de nuestras condiciones de vida se contrapone al desarrollo capitalista, en sus versiones más o menos estatistas. Sigue leyendo

¿QUEDATE EN CASA?

Tomado del boletín La Oveja Negra #75

El alquiler de una casa consiste básicamente en que los propietarios sacan la máxima ventaja económica de sus propiedades en el estado en que se encuentren: ¿puede el interés de los propietarios ser idéntico al del resto de la sociedad?

Durante los últimos diez años el mercado inmobiliario ha crecido a nivel mundial, esto es importante si tenemos en cuenta que la crisis económica del 2008 estuvo precedida de un ciclo de auge y caída de los precios de la vivienda. Asimismo, desde el inicio del confinamiento generalizado, cuando todo atisbaba una crisis económica profunda, el mercado inmobiliario continuó su ciclo ascendente.

En Argentina, por el contrario, se ha retraído el mercado de compra y venta de inmuebles. Esto se debe, además de a los bajos salarios y a la inestabilidad de los precios, a la ausencia de créditos accesibles para la compra de viviendas. Por esto, se trata de un país donde una gran parte de la población debe alquilar. Lo que significa, por otro lado, una mayor cantidad de viviendas comercializadas como mera inversión de sus propietarios, como ahorro frente a la devaluación de la moneda local o como fuente de ganancia a través de la renta.

Es así también que las pujas entre propietarios e inquilinos han tomado una importancia preponderante en la región, y el Estado ha debido intervenir al respecto. Durante el 2020 se aprobó una nueva ley de alquileres, así como se fue extendiendo desde marzo de 2020 el congelamiento de alquileres y la suspensión de desalojos mediante el llamado Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU).

A comienzos de marzo de este año, el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat Jorge Ferraresi anunció que no habría una nueva extensión de dicho decreto, pese a la evidente catástrofe social en la que estamos sobreviviendo. Esto implica que a partir del 1° de abril los inquilinos endeudados quedarán en la calle y habrá abundantes juicios de embargos.

Este DNU que prohíbe los desalojos del sector formal o con contrato, mantiene el precio del alquiler de marzo de 2020 y prorroga contratos de alquiler de manera automática. Pero cabe destacar que cada una de las renovaciones del DNU fue avisada por el gobierno a pocos días de finalizar la prórroga. Lo cual, ante la desesperación provocada por la incertidumbre y la presión de las inmobiliarias, obligó a miles de personas a buscar casas para alquilar cada vez más caras, no pudiendo hacer uso del decreto, en una situación de desocupación y precarización laboral crecientes y con salarios realmente congelados.

La falta de vivienda es otra gran problemática social de la región que se ha agravado en el 2020. La toma de tierras en Guernica (Buenos Aires), si bien fue emblemática no fue la única. Allí unas 2.500 familias (10.000 personas aproximadamente) se asentaron en terrenos destinados a un barrio privado y resistieron durante dos meses, hasta que fueron reprimidos ferozmente. Estas tomas de tierras en varias ciudades, así como las recuperaciones territoriales que viene realizando el proletariado mapuche en lucha en tierra patagónica, provocaron la reacción de la burguesía en defensa de la propiedad privada, tema que circuló en los medios durante algunas semanas.

En medio del debate sobre si debía o no extenderse el DNU, propietarios y empresarios salieron a combatir en defensa de la propiedad privada y en contra de nuestra supervivencia. Grandes diarios y canales del país hicieron su parte, ocultando o falseando información, confundiendo e infundiendo más miedo a los inquilinos. Mientras tanto, la Cámara de Propietarios y las inmobiliarias del país, de la mano de Juntos por el Cambio, presentaron un proyecto para que se derogue en su totalidad la ley 27.551 o “nueva ley de alquileres; la cual, más allá de los pocos beneficios que presenta para los inquilinos, en muchas ocasiones no es más que papel mojado ya que, como siempre, “la casa se reserva el derecho de admisión”.

Mientras el salario real disminuye notoriamente, con recortes en muchos sectores o aumentos completamente por debajo de la inflación, el peso argentino sigue devaluándose a un ritmo acelerado, con el impacto en los precios y en el costo de vida que esto significa. Esta situación se aceleró en el 2020, pero viene repitiéndose de manera cíclica desde hace décadas. En los últimos cuatro años el costo de la canasta básica para una “familia tipo” se ha multiplicado por 4,5, así como muchos alimentos básicos en diez años han aumentado el 1.200%. En el último año los alquileres subieron un 61,6%, y sólo entre enero y febrero un 9%.

Aun contando con las migajas del DNU, el 35,7% de los inquilinos hoy tiene una deuda de alquiler con los propietarios de, por lo menos, tres meses impagos. Esto significa que se hallan ante una situación de inminente desalojo. Las familias sostienen desde hace meses su nivel de vida a fuerza de deudas varias. Una primera ola de desalojos comenzó en Guernica, donde un 80% de las familias habían llegado allí porque no podían seguir pagando el alquiler y, posiblemente, le siga una segunda después del 31 de marzo.

Sumado a este ataque al salario, durante el año pasado se acrecentó la enorme masa de desempleados. Millones de personas viven en la pobreza, ni siquiera llegan a la canasta básica. Según cifras oficiales uno de cada tres argentinos es pobre (más de 14,3 millones de personas, cifra que asciende a prácticamente la mitad de la población si se toma en cuenta la franja de 0 a 14 años). El hambre es una consecuencia inevitable, que se suma al empeoramiento de la calidad de los alimentos y los problemas de nutrición.

La vivienda en el capitalismo no es más que una mercancía que hoy casi no podemos permitirnos alquilar con un sueldo básico. Ya era una mercancía imposible de comprar para cualquier proletario joven, ahora se convirtió en una mercancía de lujo que se dificulta incluso rentar. Un relevamiento mostró que en la ciudad de Buenos Aires en 2001 el 68% de las viviendas eran habitadas por sus dueños y sólo el 22% por inquilinos. Diez años después, las primeras bajaron al 56% y las segundas aumentaron al 30%. Cifras que seguramente continuarán profundizando dicha tendencia, con las consecuencias evidentes de que la vivienda sea cada vez más un mero negocio para su propietario y no un lugar para vivir. Casas destrozadas, departamentos de 20m2, lugares húmedos, sin ventilación y sin los servicios básicos, pensiones de hacinamiento… y así y todo, las exigencias de los propietarios mediadas por las inmobiliarias hacen parecer que queremos habitar un palacio.

Un socialdemócrata nacido a fines de 1800, Otto Bauer, señalaba: «Sólo los socialdemócratas podrían pacificar a los desempleados y evitar que los trabajadores caigan en la tentación de embarcarse en empresas revolucionarias». Hoy en Argentina es la socialdemocracia peronista la que intenta calmar las aguas con migajas como la renovación sucesiva del DNU. El congelamiento por un año del precio de los alquileres, mientras no suben los sueldos y se pierden cantidad de puestos de trabajo, es un acuerdo de clase con el cual algunos sectores de la burguesía se sintieron atacados. Tomaremos algunos extractos del libro El monstruo de la vivienda:

«El único interés que el Estado tiene en controlar los alquileres es en evitar que suban demasiado para que no ejerzan presión sobre los empresarios de aumentar los salarios. Los políticos a menudo utilizarán un control de alquileres que aplique sólo para una pequeña parte de las viviendas totales o le ponga límites muy débiles a los aumentos, todo esto para demostrar que algo están haciendo por “el pueblo trabajador”. (…)

Las medidas a favor de los inquilinos se aprueban para protegerse del movimiento de los inquilinos. El control de alquileres se aprueba para controlar a los arrendatarios del proletariado. Pero los movimientos de capital no sólo dependen de la legislación gubernamental. Los límites en el derecho de los dueños a desahuciar a sus inquilinos o a cometer abusos con la seña y los depósitos son avances reales, pero que no dañan al capital invertido en el alquiler de viviendas. Especialmente cuando el mercado está estable, el dueño no necesita desahuciar inquilinos continuamente, y siempre hay maneras de saltarse las leyes. El control efectivo de alquileres es distinto. Por definición, el control de alquileres tiene que limitar las ganancias de los dueños. Puesto que ser un arrendatario, como cualquier otro tipo de negocio, implica obtener una ganancia, el control de alquileres permite que alquilar casas sea un negocio menos competitivo. (…) Cuanto más dure el control de alquileres, mayor es el incentivo para que los dueños pongan su dinero en otro negocio. Un control de alquileres serio que pueda durar indefinidamente, necesariamente va a llevar a una desinversión en el negocio de la vivienda.

El control de alquileres es un precio máximo legal que se impone a una mercancía. Empuja los flujos de valor, mientras diferentes líneas de negocio compiten por la inversión. Habitualmente, una industria cuyos productos tienen mucha demanda puede subir sus precios y atraer más capital. Cuando existe un fuerte control de alquileres, la demanda real de casas supera la oferta pero los precios no pueden subir, por lo que o bien se elimina el control de alquileres o se forma un mercado negro, en el que las viviendas se alquilan por encima de sus niveles legales –lo que mina la efectividad del control de alquileres. Si se toman medidas enérgicas contra el mercado negro y los alquileres se mantienen estrictamente al nivel fijado, no sólo será el negocio de los dueños el que se volverá poco competitivo. Al abandonar el capital, el negocio del alquiler de vivienda, el mercado de casas disminuye. (…) Con el tiempo, esto causa escasez de vivienda. El Estado se enfrenta entonces a una decisión: acabar con el control de alquileres, enfrentarse a una crisis de vivienda o convertirse él mismo en arrendatario.»

En Argentina, nos encontramos hoy en una situación en la cual no hay mucho para repartir. El Estado no construirá viviendas sociales como décadas atrás, siquiera permite la ocupación de terrenos sin agua potable ni electricidad. La cuestión de la vivienda es sin duda una bomba pronta a estallar.

Cuando arremete la angustia porque “unos tienen tanto y otros tan poco”, debemos recordar que unos tienen tanto a condición de que otros tengan tan poco. La propiedad privada no es simplemente una relación de los humanos con las cosas, es una relación entre humanos que se tratan como cosas. Y aún en estas condiciones de atropello y sin razón causa burla, cuando no rechazo, proclamar la necesidad de la abolición de la propiedad privada. Un viejo manifiesto de 1848 decía: «Os horrorizáis que queramos abolir la propiedad privada. Pero, en vuestra sociedad actual, la propiedad privada está abolida para las nueve décimas partes de sus miembros; la misma existe precisamente porque no existe para esas nueve décimas partes. Nos reprocháis, pues, el querer abolir una forma de propiedad que no puede existir sino a condición de que la inmensa mayoría de la sociedad sea privada de propiedad.»

EL TRABAJO ES LA PESTE

El trabajo mata. El trabajo enferma. «Me matan si no trabajo y si trabajo me matan.» La existencia del trabajo mata, tengamos o no un empleo. Matan e invalidan los automóviles que transportan o van y vienen del trabajo. Matan, invalidan y enferman las máquinas del taller y la fábrica. Mata, golpea y humilla la división sexual del trabajo. Mata y envenena la producción de alimentos y materias primas. Mata y hambrea y la falta de trabajo. Mata mediante suicidio y enferma la falta de trabajo.

En un mundo con trabajo jamás habrá suficiente para todos. El desempleo es una condición del mundo del trabajo. El desempleo es un rasgo permanente y estructural de la sociedad capitalista, que precisa de una masa de desocupados para garantizar bajos costos salariales y condiciones laborales siempre deficientes. En otras palabras, si todos estuviésemos empleados o tuviésemos la posibilidad de cambiar de un empleo a otro podríamos exigir siempre mejores sueldos o mejores condiciones laborales sin el fantasma del desempleo pisándonos los talones.

Sin embargo, nuestra realidad es que quienes somos privados de nuestros medios de producción generalmente debemos vender nuestra fuerza de trabajo para sobrevivir. Aunque existen otras posibilidades como sobrevivir a costa de ayudas estatales o del robo o la estafa, lo cual se asemeja bastante a un laburo.

El término proletariado es relativamente antiguo, tiene más de 2000 años y se rastrean sus orígenes en el Imperio romano. Los proletarii (los que crían hijos) eran quienes conformaban la clase social más baja (la sexta clase), los pobres sin tierra. Exentos del servicio militar y de impuestos, carecían de propiedades y solamente podían aportar prole (hijos) para engrosar los ejércitos del imperio. El término fue rescatado por Karl Marx, seguramente en sus estudios de Derecho romano, para identificar en el capitalismo a la clase sin propiedades ni recursos más que su fuerza de trabajo y sus hijos. Los proletarios modernos que, privados de medios de producción propios, nos vemos obligados a vender nuestra fuerza de trabajo para poder existir.

En unos viejos manuscritos de Marx, de 1844, señalaba que: «en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. (…) Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su carácter extraño se evidencia claramente en el hecho de que tan pronto como no existe una coacción física o de cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste. El trabajo externo, el trabajo en que el hombre se enajena, es un trabajo de autosacrificio, de ascetismo. En último término, para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que éste no es suyo, sino de otro, que no le pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a sí mismo, sino a otro.» Sigue leyendo

PROGRE-EXTRACTIVISMO

Apenas asumido Rodolfo Suárez como gobernador de la provincia de Mendoza, ingresó el primer proyecto del Ejecutivo a la Cámara de Senadores: la Reforma de la Ley Provincial 7722, que flexibiliza el uso de productos químicos como cianuro y ácido sulfúrico en la explotación minera. Tal reforma buscaba fundamentalmente permitir que se activaran 19 proyectos mineros que sin ésta no podían desarrollarse, debido a las sustancias químicas utilizadas. Y, entre otros puntos, hacer que la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de cualquier emprendimiento minero no necesite pasar por la Legislatura. El 20 de diciembre pasado, y solo restando su reglamentación, la reforma fue aprobada en ambas cámaras con acuerdo entre la nueva oposición y el nuevo gobierno: en lo importante no hay diferencias partidarias.

El Capital siempre es extractivista. La maquinaria capitalista depreda la naturaleza, también la humana. El capitalismo no es solo una relación de clase de explotación y dominación, sino también una relación de alienación de la sociedad con la naturaleza, en la cual tanto el proletariado como la naturaleza no humana (comprendida como fuerza productiva) se transforman en objetos dominados y saqueados. La razón capitalista ve “recursos” donde hay naturaleza y desde sus inicios se ha desarrollado en base a la extracción de “recursos naturales” del planeta. La economía mundial está basada en este conjunto de extracciones. Sigue leyendo

[Radio] LUCHAS EN ARGENTINA CONTRA LA MEGAMINERÍA – CRÍTICAS URGENTES

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Grabado el 03 de enero del 2020

En este programa:

– Audio folleto “Adiós al viejo mundo del Capital” (31 de diciembre de 2019 – Chile).

– Actualidad de la lucha en Argentina contra la megaminería.

– Críticas urgentes: latinoamericanismo, antiimperialismo y antineoliberalismo.

– Lectura del fragmento de “El persistente atractivo del nacionalismo”, Fredy Perlman.

– Comentamos: suscripciones Biblioteca Alberto Ghiraldo, publicaciones La Oveja Negra y Pólvora.

Nos acompañan: Naturaleza Muerta – Frío y Vacío – Tensión – Corrupted – Mueran Humanos

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[Radio] Programa 40 de Temperamento- ESPECIAL TESTIMONIOS Y REFLEXIONES DESDE CHILE y CATALUNYA -CRITICA AL NACIONALISMO

http://blog.temperamento-radio.com/content/images/size/w1000/2019/11/PlacaTempe40.jpg

Grabado el 1 de Noviembre del 2019

Descargar o escuchar audio

-Audio: Niñas contra el toque de queda
-¿Neoliberalismo?
-Testimonios desde el Desierto de Atacama:
Compañeros de El Sol Ácrata desde Calama y Antofagasta
-Audio: ¡Por nuestrxs caidxs!
-Datos de la represión
-Testimonios desde el Sur:
Compañero argentino desde Punta Arenas
Compañero de Radio Kurruf desde Temuco
-Audio: Efecto Psicoterapéutico
-Recomendamos: Asambleas territoriales en tiempo de revueltas
Desde Villa Olímpica – Santiago de Chile
Link: http://rcvo.cl/2019/10/31/conversatorio-asambleario-i/
-Disturbios en Catalunya y la trampa del nacionalismo.
-Grupo Barbaria desde la región española

Nos acompañan: Ground Zero –  Illapu – Asamblea Internacional del Fuego – Accidente – Los Planetas – Decima Víctima

[Radio] Programa 38 de Temperamento – ESPECIAL LUCHA EN ECUADOR

http://blog.temperamento-radio.com/content/images/size/w1000/2019/10/WhatsApp-Image-2019-10-16-at-11.20.42.jpeg

Grabado el 15 de octubre del 2019

En las primeras semanas de octubre se desató en Ecuador una revuelta proletaria como hacía mucho no se veía en esta región del mundo.
Recopilamos voces, testimonios, escritos y reflexiones a fin de entender mejor y por fuera de la información burguesa, aciertos y debilidades de lo que esta ocurriendo allí.-

En este programa:
-Audio compañero de Ecuador (13 de octubre)

Contexto del inicio de la revuelta
Paquetazo – CONAIE
Llegada de comunidades indígenas a Quito
-Audio compañera argentina en Ecuador (9 de octubre):
Organización comunitaria, huelga y represión.-

-Audio compañero de grupo Barbaria (región española):
Precarización de la vida y lucha internacional – Irak, Haití, Hong Kong, Francia, Argelia, Sudán.-

Extensión de la revuelta, toma de pozos petroleros, aparición de francotiradores estatales.
Negociación de la CONAIE
-La Paz – texto del fanzine compañero «Somos Pueblo», escrito al calor de los hechos
-Testimonio anónimo sobre la potencia creadora del proletariado en lucha.-

«Allí donde las masas laboriosas no se dejen subyugar, donde cultiven el amor de la independencia, donde concentren y fijen su espíritu y su voluntad de clase, ellas crearán siempre sus propios movimientos sociales históricos y obrarán según su propio entendimiento (…)
¡Proletarios del mundo!: Bajad a vuestras profundidades y buscad en ellas la verdad; creadla vosotros mismos. Que en ninguna otra parte la encontraréis.»

Piotr Archinov

Nos acompañan: Jaime Guevara – Juan Pino y  Quemando Palabras – Los Natas – Décima Victima – Partícula Mu

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SOLIDARIDAD – MEMORIA – REBELDÍA

De la desaparición y asesinato del compañero Santiago Maldonado aún quedan marcas en las calles de muchas ciudades. Afiches a medio arrancar, pintadas, esténciles y, aunque ya pasaron dos años, se nos sigue queriendo convencer de que “lo de Maldonado ya pasó”. Pero no, ahí están presentes sus más cercanos con el recuerdo de su sonrisa intacto. También siguen las luchas por su memoria –aunque con menos intensidad–, así como el conflicto mapuche donde cayó en combate y la lucha por la justicia que emprende su familia y organismos de derechos humanos.

Si bien en la masividad y en lo mediático ha quedado relegado, no sucede así para muchos compañeros y compañeras que hemos continuado realizando una acción constante por la memoria de Santiago y de todo lo ocurrido, con infinidad de actividades y materiales de difusión.

La solidaridad en torno al conflicto mapuche en Cushamen, el encarcelamiento de Facundo Jones Huala y el asesinato de Santiago Maldonado. La posterior recuperación en Lago Mascardi y el asesinato de Rafael Nahuel, pusieron sobre la mesa varios aspectos de la lucha que, aunque nada nuevos, parecían haber quedado en el olvido por esta región: la acción directa, la autonomía, la capucha, el piquete, la crítica del Estado, la democracia y la propiedad privada.

Para muchos de los que defendemos y no hemos abandonado esa perspectiva de lucha, significó un punto de encuentro, una actividad común en muchas ciudades. Es decir, una lucha en común con una perspectiva común. Esto fue posible, incluso en la distancia geográfica, por un lado, por la persistencia y permanencia de grupos y personas que no se dejaron llevar por la avalancha ciudadanista y reformista que barrió con la gran mayoría de los que se han denominado movimientos sociales. Por el otro, gracias a las expresiones de ruptura que reaparecen constantemente en el seno de nuestra clase, sobre todo en los momentos de lucha donde todo se tensiona.

Estos álgidos momentos nos dan una bocanada de aire fresco frente a la sofocante normalidad. Nos permiten poner en práctica las reflexiones de luchas pasadas, así como obtener otras nuevas. Nos permite encontrarnos, conocernos y reconocernos.

Consideramos necesario hacer una reflexión crítica sobre las luchas, coordinaciones y comunicaciones que se dieron en estos dos años. Evidentemente la dificultad de ello radica en la extensión y diversidad de este proceso. Por eso, si bien abordamos lo que conocemos más de cerca por haberlo realizado, también creemos necesario referirnos a esa acción común que, aunque descentralizada geográficamente, comparte una sensibilidad y una proyectualidad. Trataremos de asumir un compromiso profundo, intentando no ser voceros de nadie, pero hablando desde un “nosotros” más amplio, ya que nos asumimos parte de la lucha de otros tantos compañeros en distintos lugares del territorio.

Reflexionar sobre la lucha es inseparable de la misma. No son dos momentos, se trata de una acción conjunta, un movimiento común y continuo.

¿Qué características tiene la lucha por la memoria y la verdad que no pide justicia al Estado? ¿Cómo continúa la lucha antirrepresiva? ¿Qué lecciones sacamos tras dos años de coordinaciones más amplias? ¿Cómo sigue la lucha en las comunidades mapuche? ¿Qué proyectualidad tiene la lucha por y más allá de Santiago? Sigue leyendo

LA PAZ Y EL ORDEN

Aún quedan en las calles de Rosario algunos carteles de las recientes elecciones provinciales. «Ahora la paz y el orden» prometía el candidato ganador, un “peronista de ley”.

Todos los representantes de las diferentes facciones de la clase dominante consciente de sus intereses históricos, del “Partido del Orden” a lo largo de la historia y a lo ancho del planeta han estado de acuerdo. Hacia mediados del siglo XIX, con el surgimiento de los Estados modernos, la dicotomía Civilización y Barbarie se hizo carne de organización. El positivismo racionalista e higienista trazó una línea, acá lo civilizado: el trabajo, la escuela, la iglesia, los puertos, la ciudad, los edificios monumentales, en el campo las estancias como apéndice de todo aquello. Más allá lo bárbaro: “los indios”, las poblaciones rurales rebeldes. La inmensidad de la naturaleza como desierto hostil. Lo que es necesario, controlar, domesticar, atemorizar, y en ocasiones eliminar.

«Paz y Administración» dictaba el genocida Roca; «Pacificación de la Araucanía» que llevó adelante Cornelio Saavedra Rodríguez; «Paz y Orden» era el lema de Porfirio Díaz en México; «Orden y Progreso» reza la bandera del Brasil.

A principios del XX, ya con el Estado afianzado, esta dicotomía continuó pero invertida: con el surgimiento del proletariado organizado, la ciudad con sus barrios obreros llenos de mugre y conventillos sobrepoblados empezó a ser vista como corruptora y el campo y sus habitantes como lo cándido, reservorio de los más puros valores nacionales. Obviamente esto era falso, los peones rurales alzados en Santa Cruz y los obreros y hacheros rebeldes en Santa Fe no parecían muy dados al patriotismo… La clase dominante argentina hablaba del paso «de los malones indios, a los malones rojos».

Hoy los cinturones de miseria rodean las ciudades y los ex barrios obreros quedaron en decadencia. Las fábricas ya no echan humo, ya casi nadie tiene un trabajo para toda la vida. La desocupación, la precarización, la informalidad y la autoexplotación configuran hoy la vida proletaria. El mundo rural que nos rodea, más domesticado que nunca, es un enorme lote inhabitable, lleno de soja y veneno. El panorama ha cambiado, hoy la guerra de la Civilización contra la Barbarie es preventiva, contra la amenaza de un malón de pobres y hambrientos que la primera crea. Sigue leyendo

[Audio] 1º de Mayo – Anticapitalista-Internacionalista-Revolucionario

1º de Mayo – Anticapitalista-Internacionalista-Revolucionario

Compartimos aquí el audio del acto realizado en la ciudad de Rosario. Un
jornada de memoria y lucha, donde compartimos reflexiones, poesías,
lecturas, música y publicaciones con el 1° de mayo como punto de encuentro.

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¡Salud y revolución social!

REPRES(ENTAC)IONES

«Macrisis», «la policía de Mónica Fein», «la gendarmería de Bullrich», etc, etc, etc… ¿Cuándo fue que nos olvidamos que hay dos clases sociales con intereses antagónicos? ¿Cuándo fue que pensamos que el rumbo de un país lo define una persona o un grupo de personas? ¿Cuándo fue que comenzamos a preferir un gobernante a otro? ¿Cuándo fue que pensamos que hay sucesiones de gobiernos, pero no la continuidad del Estado?

Imaginemos por un momento una conversación entre dos esclavos discutiendo hasta el enojo por cual amo es mejor que el otro. Bien, es lo que a menudo hacen los esclavos asalariados.

Imaginemos a dos condenados a muerte, caminando hacia la silla eléctrica, la inyección letal o el hambre, nombrando las virtudes de sus verdugos. Eso es lo que hacen cotidianamente muchos de los condenados a trabajar hasta la muerte en el capitalismo. ¡Sí! trabajar hasta la muerte, o morir trabajando, o yendo o volviendo del trabajo, o antes de llegar a la siempre miserable, pero cada vez más lejana, jubilación. Por no hablar de quienes mueren por las penurias de la desocupación y la sucesión de trabajos informales…

Cuando dejemos de indignarnos por el “gobierno K”, el “gobierno de Macri” o el “gobierno narco–socialista” para hablar del gobierno a secas, del Estado y de la burguesía, se nos van a aclarar varios problemas. Porque no alcanza con decir que «Macri y Cristina son lo mismo» sin señalar que el problema no son los personajes sino la función que cumplen. A su vez, esa función requiere, evidentemente, que no sean exactamente lo mismo. Si lo fuesen, Macri y Cristina no podrían alternarse en el poder de acuerdo a las necesidades del Capital. Quienes sostienen que son lo mismo, son quienes quieren despejar el sillón presidencial para sentarse ellos. Para poner a la izquierda a administrar la gestión de la miseria, tener a su propio comandante en jefe, sus ministros de economía… Por eso no les molesta el rol, el papel que cumplen, solo les molesta quién lo cumple. ¿Acaso se puede hacer algo mejor en el rol de verdugo? ¿Ser más humanitario? ¿Menos verdugo?

Como ya sabemos «la injusticia no es anónima, tiene nombre y dirección» pero no basta con señalar a los responsables sin señalar su rol social. Cuando responsabilizamos al Estado y a todos sus funcionarios por sus actos más atroces, los mencionamos con nombre y apellido, como a la miserable Patricia Bullrich, para no olvidarnos que esos grises agentes del Capital son seres humanos de carne y hueso. Despersonalizar la historia es renunciar a actuar. No detestar a quienes nos gobiernan y explotan lleva al peor de los conformismos. Pero, una cosa es comprender esto y otra muy distinta es el pedido de renuncia o de justicia para luego, con cualquier “argumento”, cambiar al gobernante de turno dejando intacto su rol en la maquinaria.

En estas épocas de elecciones, tenemos que ver más allá del restringido panorama electoral que nos reduce a simples votantes, consumidores, trabajadores y nada más; tenemos que ver más allá del horizonte capitalista. Lo dice clarito la Constitución Nacional de la clase dominante: «el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por esta Constitución. Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuya los derechos del pueblo y peticione a nombre de este, comete delito de sedición». Es como en el cristianismo: dios existe porque la biblia lo dice y, casualmente, dice también que los representantes de dios en la Tierra son aquellos que la escribieron. La democracia, tal como la fe religiosa, castiga sin piedad a los herejes.

Por eso hay desaparecidos en democracia, torturados en comisarías, personas pudriéndose en la cárcel, procesamientos. Todo lo que sea necesario para la defensa de la propiedad privada y de este orden de cosas, en un gobierno o en otro. Porque es una función de clase mantenernos a raya y mantener la desigualdad social. No hay sorpresa entonces entre un gobierno y otro. ¿Qué esperaban sino represión, opresión y explotación?

Resulta que, en épocas de crisis capitalista como la actual, hay más pobres. Pero a los “progres” parece no molestarle que haya pobres, sino que haya muchos, o que haya más que antes. Aceptan sin chistar la inequidad de esta sociedad, pero parece que cuando son tantos que ya empiezan a verse en sus ciudades o sus zonas de residencia es una molestia, y ponen el grito en el cielo. Traduzcamos sus reclamos a un lenguaje sencillo: «¡Queremos que haya menos pobres, pero no acabar con la pobreza porque no se puede! ¡Por eso hay que ser realistas y en las próximas elecciones votar a tal-o-cual candidato!»

Pero es necesario identificar que esta crisis no tiene nada de argentina, así como tampoco podría serlo su verdadera solución. Los funcionarios de este u otro país responden a los intereses de empresas transnacionales que, a imagen y semejanza del Capital, no tienen patria para sus ganancias, ni fronteras para los negocios. Así como también hay cada vez menos caras visibles tras el velo de los anónimos accionistas que están detrás de las corporaciones. El Capital tiene un funcionamiento cada vez más automático, donde sus agentes, sean empresarios o políticos, están determinados por la ganancia en su toma de decisiones. Su continuidad en sus miserables roles depende de su habilidad de gestionar y hacer crecer el Capital, lo cual incluye contener a los revoltosos.

Los ricos no van a pagar las crisis, nunca las han pagado y los perjudicados somos siempre y directamente las personas proletarizadas. Las crisis son intrínsecas a la economía capitalista y no se trata de la responsabilidad de tal o cual grupo de empresarios, banqueros o Estados. El enemigo es el Capital, nacional, extranjero, privado o estatal.

El enemigo es el Capital, sea extractivista o especulador. ¿Se han dado cuenta de que se habla de especuladores y extractivistas para tampoco hablar de capitalistas a secas? ¿Qué capitalista no es especulador o extractivista? ¿En qué momento del capitalismo no ha habido extracción de recursos naturales de la Tierra para vender en el mercado mundial? Nuevamente, a algunos no les preocupa esto, sino que una economía nacional se base en dicha extracción. Pero, además, hay un extractivismo permanente que no se nombra nunca: el de nuestras vidas, que se van en cada momento de explotación para agrandar las ganancias de la burguesía y mantener en pie todo el edificio que nos chupa la sangre, cuerpo y cerebro.

Mientras exista capitalismo continuaremos oponiéndonos a todo aumento de nuestra explotación, que sufrimos no solo a través de nuestros salarios, sino de los precios, la calidad de lo que consumimos y los impuestos que debemos pagar para vivir. Como decían por ahí, antes de ser anti-capitalistas el capitalismo es anti-nosotros. Sin embargo, mientras creamos que esto es responsabilidad de un sector político o empresario particular, seguiremos enredados en la dinámica capitalista, yendo de un amo a otro, buscando consuelo hasta la muerte.

Esta sociedad mercantil generalizada es una sociedad de la representación. No simplemente por la democracia representativa o por la importancia de las apariencias. Es que, el corazón de este mundo, la mercancía, se muestra con un rostro que no es el suyo y nunca expresa su naturaleza profunda. Las mercancías no se detienen, al momento del intercambio, a decirse qué son. Se relacionan entre sí en función de una forma exterior, de un envoltorio: cada una envuelve una porción de trabajo que le es indiferente. Y puesto que todo es mercancía, nuestro mundo es una sociedad de la representación.

Las relaciones sociales en el capitalismo se encuentran invertidas: son relaciones entre cosas donde los seres humanos somos reducidos a un medio. En tales circunstancias, no es de extrañar que las representaciones se confundan con lo representado, que los intereses de los gobernantes se confunden con los de los gobernados, los de los explotadores con los de los explotados. Y defendiendo a nuestros representantes nos olvidamos de defendernos a nosotros mismos.

Extraído de la Oveja Negra #62

[Acto] 1° de Mayo Internacionalista, Anticapitalista y Revolucionario

Proponemos un nuevo acto del 1° de mayo para encontrarnos y compartir una jornada de agitación y reflexión. Habrá oradores, recitados, música en vivo y feria de materiales.

Miércoles de 17:00 a 20:00 hs.
Plaza Sarmiento (Entre Ríos y San Luis – Rosario)


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¿Cuándo fue que nos olvidamos que hay dos clases sociales con intereses antagónicos? ¿Cuándo fue que pensamos que el rumbo de un país lo define una persona o un grupo de personas? ¿Cuándo fue que comenzamos a preferir un gobernante a otro? ¿Cuándo fue que pensamos que hay sucesiones de gobiernos, pero no la continuidad del Estado?

Como ya sabemos «la injusticia no es anónima, tiene nombre y dirección» pero no basta con señalar a los responsables sin señalar su rol social. Cuando responsabilizamos al Estado y a todos sus funcionarios por sus actos más atroces, los mencionamos con nombre y apellido para no olvidarnos que esos grises agentes del Capital son seres humanos de carne y hueso. Despersonalizar la historia es renunciar a actuar. No detestar a quienes nos gobiernan y explotan lleva al peor de los conformismos. Pero, una cosa es comprender esto y otra muy distinta es el pedido de renuncia o de justicia para luego, con cualquier “argumento”, cambiar al gobernante de turno dejando intacto su rol en la maquinaria.

En estas épocas de votaciones tenemos que ver más allá del restringido panorama electoral que nos reduce a simples votantes, consumidores, trabajadores y nada más, tenemos que ver mas allá del horizonte capitalista. No es de extrañar que las representaciones se confundan con lo representado, que los intereses de los gobernantes se confunden con los de los gobernados, los de los explotadores con los de los explotados. Y defendiendo a nuestros representantes nos olvidamos de defendernos a nosotros mismos.

¿NUNCA MÁS QUÉ?

El Estado de la República Argentina es, como cualquier Estado, una institución genocida. Una maquinaria basada en el asesinato, la coacción masiva y el terror. Desde sus inicios hasta el día de hoy, y hasta el día que muera junto a todos los Estados.

Tras la independencia y con el avance del mercado moderno se hizo fundamental disciplinar a las poblaciones atándolas a un trabajo fijo, desterrando para siempre el libre vínculo con el resto de la naturaleza. Por un lado, se dictaban normas como la Ley de vagos y la obligación para los habitantes de las zonas rurales de portar la papeleta de conchabo, al tiempo que se extendía la demarcación de tierras y los títulos de propiedad sobre ella. Los fortines para el exterminio indígena y los batallones para las guerras civiles se nutrieron de pobres y desposeídos para usarlos como carne de cañón.

En tal sentido, la Guerra del Paraguay (o Guerra de la Triple Alianza) constituye uno de los hechos fundacionales del Estado argentino. Entre 1864 y 1870 Argentina, Uruguay y Brasil aliados con Gran Bretaña invadieron y arrasaron el Paraguay, unidos bajo la bandera del libre comercio, la libre navegación de los ríos y los empréstitos ingleses para financiar la guerra. En esos días Paraguay constituía el principal competidor de la industria y el comercio británico en la región, siendo el país más industrializado de América del Sur. Se estima que producto de esta masacre murió más de la mitad de la población del Paraguay, entre ellos más del 80% de los varones en edad militar. Como trofeo, la naciente burguesía argentina consiguió la anexión de la actual Formosa para su explotación.

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[Folletos] LA SEMANA DE ENERO. A CIEN AÑOS y LA INSURRECCIÓN DEL ’19

El primer mes de este año trae consigo una negra efemérides: el aniversario de la Semana de enero, una de las huelgas más largas y sangrientas ocurridas en territorio argentino, en la semana del 7 al 14 de enero de 1919 bajo el gobierno del caudillo radical Hipólito Yrigoyen.
Hace un siglo se llevó adelante un movimiento que conmovió a la sociedad por su alcance y trascendencia. Lo que en principio aparecía como un conflicto parcial en los talleres Vasena derivó en la Semana Trágica.
Todo aparece como desmesurado en las jornadas de larga semana de enero de 1919, es que todo entonces fue desmesurado.
Compartimos entonces estos dos nuevos materiales que esperamos sean inspiradores para continuar en la lucha contra toda opresión y explotación:

 

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LA SEMANA DE ENERO. A 100 AÑOS (formato de página A4)

  • A 100 años de la Semana Trágica
  • Enero 1919, memoria de las llamas
  • La Liga Patriótica Argentina
  • Perón en la Semana Trágica de 1919
  • Vasena (tango anónimo)
  • «La algarabía de la chusma desbordada» (carta del monseñor Ussher)
  • «La Semana Trágica» (Juana Rouco Buela)
  • Testimonio de Vicente Saccomano
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LA INSURRECCIÓN DEL 19. SEMANA TRÁGICA

Publicado originalmente en Le Chien. Marzo de 2015, Buenos Aires. Se trata de una suerte de comic sobre aquellos sucesos. (Formato de página A3)