Edición a cargo de Reapropiación edicionesDescargar Libro en PDF
Archivo de la categoría: Textos
[Libro] Nueva edición de Lenin filósofo – Anton Pannekoek
Dialéctica Editores y Auto Emancipación Proletaria (Perú)
[Panfleto] ¡Para mantener la revuelta debemos extenderla!
Por más anuncios, fechas de caducidad y paquete tras paquete de la más pura represión, la revuelta se mantiene y lxs proletarixs se niegan a soltarla.
Algunxs afirman que aún no se ha conseguido nada mientras la izquierda más rancia pacta con la impunidad para que volvamos a la normalidad.
Sin embargo, hoy, y a medida que los días pasan, nuestra más firme certeza es que la revuelta es lo único que nos queda a todxs lxs desposeídxs de este territorio: nuestra única garantía y situación en la que no somos meras mercancías, con la miseria total que esto conlleva.
Pero la protesta misma sufre los desgastes de su propio desarrollo y el Estado apunta a este factor como su principal fortaleza en nuestra contra.
Tras conseguir el pacto transversal de la burguesía parlamentaria y asegurarse el apoyo político en su labor represiva cada vez mas criminal, el Estado usa la difamación para también quitarle el apoyo social a las expresiones más decididas de nuestra clase. A lo largo de estas semanas hemos visto desde incipientes montajes de “saqueos” a las ferias libres, una dudosa rienda suelta de ataques dirigidos a pequeños negocios hasta la deriva armada de la histeria burguesa. Todo esto mientras se reprimía brutalmente a las barricadas en las esquinas aledañas, quedando en evidencia su estrategia: el aislamiento y la difamación del proletariado para su posterior reconducción.
Asimismo, la represión directa, el seguimiento, la detención de compañerxs en el contexto de las marchas y la política de prisiones preventivas desatada (con el consiguiente trabajo que esto significa) se ha demostrado también como parte de la misma maniobra de desmovilización. El terror hacia el movimiento: la única arma mediante la cual el Estado pretende neutralizarnos.
Ante esto, nuestra principal herramienta ha sido la organización social y en los territorios. La comunicación de nuestra clase repele la ofensiva comunicacional del Estado e identifica bien sus intentos de distracción, aporta en la contención de la prisión política, y lo más importante: revitaliza y extiende la revuelta misma dándole el salto cualitativo que necesita.
La revuelta se extiende en la movilización de nuestra clase
¡Todo el poder a las Asambleas!
¡Libertad a los Presxs Políticxs de la revuelta!
¡Vamos hacia la vida!
Oleada mundial de revueltas y situación revolucionaria
Este texto es un intento de profundizar la comprensión de la fase actual de la lucha de clases y al mismo tiempo es una expresión de cómo este esfuerzo es el resultado de la comunicación y discusión internacional que están haciendo minorías del proletariado en diferentes latitudes del mundo.
1) Creemos que estamos viviendo un período bisagra que acaba con el fuerte período de reflujo que se vivió en la década de los noventa del siglo XX. Período anticipado por las luchas del 2001 en Argentina, Ecuador, Bolivia, 2006 en Oaxaca, 2008 las revueltas por el hambre, hasta el 2011 mundial y su continuación en el 2013 en Brasil y Turquía.
2) Nos parece importante diferenciar entre la entrada en un período histórico de revolución social y que estemos ante situaciones revolucionarias. Creemos que estamos en el inicio de lo primero pero falta aún mucho para lo segundo. Es decir la crisis cada vez más fuerte del capitalismo, el desarrollo de cada vez más humanidad superflua, la crisis de la valorización, etc. van a obligar a los proletarios a luchar en defensa de sus condiciones de vida y a activar luchas cada vez más contundentes y radicales. En este sentido vivimos el inicio de un proceso de polarización social a nivel mundial.
3) Estas luchas tienen un carácter sincrónico y mundial. Tienden a alimentarse unas con otras y la dinámica será cada vez más ésta.
4) Pero estamos ante una oleada de revueltas, rebeliones, etc. No son revoluciones o situaciones revolucionarias donde podamos invertir la praxis del capital, donde estemos en disposición de desarrollar un ataque al capital y a sus relaciones sociales para poder imponer en alguna región del mundo la dictadura del proletariado contra el capital y el Estado. En nuestra opinión aún falta mucho para esto.
5) Por eso hay que leer lo que está sucediendo no como una fotografía sino como una película que conocerá flujos y reflujos. Pero es una película cuya trama es la de la polarización social cada vez más intensa y concentrada. El desarrollo de bloques sociales cada vez más antagónicos.
6) Pensarlo como una película y no como una fotografía nos ayuda a pensar la dinámica en curso y que una de las tareas más importantes que tenemos minorías como las nuestras son las de la clarificación programática a través del estudio de las lecciones del pasado, la de la coordinación y comunicación internacional entre diferentes grupos… Este tipo de cuestiones son decisivas. Hoy no se trata de realizar una insurrección victoriosa que acabe con el capital en los lugares más avanzados de la revuelta en curso (Chile e Irak) sino tratar de desarrollar al máximo los niveles de autoorganización y autonomía de clase tal y como existen (y que son una repetición fractal, impresionante, de las revueltas y revoluciones del pasado, ver las imágenes de la Plaza Tahrir en Bagdad es algo increíble) y sobre todo realizar una defensa intransigente de nuestras posiciones comunistas y anárquicas, por ejemplo en Chile la crítica a la asamblea constituyente.
7) La defensa de estas posiciones será decisiva de cara a los procesos futuros venideros. Creemos que estamos en el inicio de un período histórico que irá radicalizándose cada vez más y se irá internacionalizando también con más fuerza. Por eso nos repetimos tanto en que es importante como pensamos la dinámica en curso como una película y no como una fotografía, como decíamos más arriba. No se trata de obsesionarse ahora por la insurrección o por los reflujos de los procesos que se viven y se van a vivir necesariamente, como en Ecuador, sino pensar la dinámica en curso, y esta dinámica es revolucionaria, es hacia niveles de antagonismo social cada vez más intensos.
8) En este sentido, sí, creemos que estamos en el inicio de una nueva época de revolución social. Una época caracterizada aún solo por revueltas y rebeliones y aún no por situaciones revolucionarias en medio mundo como sucedió hace cien años, en 1919. Estamos en el inicio de una época de revolución social y de oleada revolucionaria como la que atravesó el mundo de 1910 a 1937 (sobre todo de 1917 a 1921) o de 1968 a 1980. Y esta oleada va a continuar y desarrollarse con cada vez más fuerza.
9) Como decíamos más arriba un aspecto que destaca de la actual oleada es la enorme extensión de la sincronización internacional de las revueltas en curso. Por eso creemos que podemos afirmar que la tendencia a la internacionalización de las luchas por parte del proletariado mundial será cada vez más fuerte. Es muy emblemático pensar la actual sincronía en relación a los inicios de las oleadas revolucionarias anteriores, en 1917 o 1968. Sin duda este es uno de los elementos más destacados e importantes del actual seísmo de la lucha de clases. Contra todos los negadores del internacionalismo, la lucha del proletariado será cada vez más internacional.
10) Lo más importante ahora es como se pueden dar las líneas asintóticas que comuniquen el aprendizaje revolucionario del proletariado en lucha y las lecciones programáticas del pasado llevado a cabo por minorías. Es decir como el proletariado se puede constituir en clase, en partido, ir alcanzando una claridad, a partir de su propia experiencia, que le lleve a desplegar su antagonismo contra el capital y
el valor en sus múltiples formas. Y para eso es fundamental el papel de minorías como las nuestras, como parte de la clase, nuestra participación en los momentos de las barricadas pero también en los momentos de balance, en el flujo de la lucha de clases pero también en
los reflujos que se sucederán. Por eso iniciativas como las que estáis haciendo allá son tan importantes. ¿Cuál es el papel que podemos tener las minorías revolucionarias? Es sin duda uno de los aspectos más débiles en que nos encontramos en esta nueva oleada de lucha de clases internacional. Concretamente esto significa como podemos reforzar la centralización y el debate en torno a posiciones, de experiencias, de balances… entre los diferentes grupos de las comunidades de lucha en los que tienden a organizarse los proletarios revolucionarios e internacionalistas. Y esto implica, en última instancia, fortalecer el papel de la teoría revolucionaria a la hora de saber cuál es la naturaleza del capital para romper con él, el reconocimiento del hilo discontinuo de la historia de nuestra clase y de las lecciones que se pueden extraer de las revoluciones y contrarrevoluciones del pasado y ahondar y profundizar en el papel que las minorías podemos tener desde dentro de los movimientos de clase actuales y futuros en criticar las debilidades de nuestra clase y tratar de impulsar adelante los movimientos prácticos y la clarificación en torno a los objetivos generales e históricos del proletariado. Estos aspectos nos parecen decisivos hoy.
11) Siempre hemos insistído en que nos parece muy importante tratar de analizar las relaciones de fuerza entre las clases. En última instancia un período de contrarrevolución es una época marcada por la paz social y el triunfo absoluto del capital. Son los tiempos normales del capital, de su fetichismo mercantil y de su lógica democrática. Períodos que fueron interrumpidos por períodos de lucha de clases intensos, como las oleadas revolucionarias que mencionábamos más arriba. Por eso, sí, creemos que estamos saliendo de un período de contrarrevolución y de reflujo social intenso como el de la década de los noventa. Ahora bien no existe una línea de demarcación neta entre revolución y contrarrevolución, sobre todo hay que saber que la revolución convive siempre con la contrarrevolución, que las luchas actuales despiertan la contrarrevolución por doquier por parte de la burguesía.
12) Dicho esto es muy importante como los revolucionarios analizamos las épocas de contrarrevolución para distinguirla de la actual. Como decíamos estamos ante el inicio de una época bisagra que deja atrás la fase de reflujo contrarrevolucionario de la década de los noventa. Período que ya fue anticipado con toda una serie de luchas a principios de siglo y sobre todo en el 2008-2013. En cualquier caso, la contrarrevolución de la década de los noventa, que nunca fue absoluta, se puede ver en como se debilitó la perspectiva de superar el capitalismo a través de un proceso revolucionario que coadyuvase a la consecución de la comunidad humana frente a las sociedades de clase. Este es el elemento principal de la contrarrevolución de los noventa y que todavía ondea como una pesada sombra sobre las debilidades de nuestra clase en las luchas actuales. En cualquier caso, no creemos que se pueda comparar el reflujo de los noventa con el que se inauguró a finales de los años veinte y en la década de los treinta del siglo XX, cuando era «media noche en el siglo», y la contrarrevolución se afirmó a través de los regímenes gemelos del fascismo, el estalinismo y los New Deal socialdemócratas. Contrarrevolución que redujo a algunos puñados de minorías aisladas las estructuras proletarias y de clase de la oleada revolucionaria anterior.
13) En fin, nos es muy útil este tipo de correspondencia, para poder aclararnos comúnmente. Esperamos poder haber aclarado algo, nos parece, en definitiva, que estamos solo en el inicio de una nueva época histórica marcada por la revolución social, por la polarización social que despertará antagonismos entre las clases cada vez más fuertes y virulentos. Este es el terreno fértil para que nuestra clase se construya como partido, clarificando su perspectiva histórica: su negación como clase para negar el capital y sus relaciones sociales. Pero para eso aún queda bastante, como decía Marx tras una primera oleada europea de luchas internacionales que él vivió (la de 1848): “Mientras nosotros le decimos a los obreros: tienen que atravesar 15, 20, 25 años de guerras civiles para cambiar la situación y prepararse ustedes mismos para ejercer el poder, se les dice: tenemos que tomar el poder de inmediato, o nos podemos ir a dormir».
Barbaria – Enero 2020
[Panfleto] Año nuevo: Adios al viejo mundo del Capital
Adiós al nuevo mundo del Capital
Cada 31 de diciembre, millones de personas nos preparábamos para comenzar, como nos decían, un nuevo ciclo. Pero después de la fiesta y las vacaciones, nuestras vidas seguían siendo tan miserables como antes. Nada cambiaba, sólo los números en los calendarios. El 18 de octubre, con la revuelta, comenzó algo nuevo: aquellxs que jamás habíamos cruzado una palabra en la calle nos vimos envueltxs en algo en común. Eso es lo que asusta al Estado y a la clase capitalista, por eso es que han matado y mutilado a tanta gente, y por ello es que el pasado 27 de diciembre mataron a Mauricio Fredes, la víctima más reciente de la represión policial.
Lo que ocurre en Chile, está ocurriendo en muchas otras partes del mundo, se trata de un movimiento internacional que podría llevar a la humanidad hacia otro tipo de sociedad. Si en este sistema todxs sentimos que nos falta tiempo para hacer lo que realmente queremos, no es porque la naturaleza y el tiempo del universo estén en nuestra contra, ya que lo que realmente sucede es que vivimos bajo la dictadura del capital que convierte a la vida humana en un medio para crear ganancias monetarias. Pero hemos despertado, y ya no queremos ser cosas, queremos vivir una vida creada por nosotrxs mismxs y que se adecue a nuestras necesidades y deseos.
Parece un sueño difícil, una utopía, pero no lo es. Nosotrxs participamos todos los días en la creación de un mundo que nos es ajeno y que es cada vez más funesto y nocivo. Y nosotrxs podemos cambiar esta realidad: ese será el verdadero comienzo de nuestra nueva vida. La revuelta nos ha traído verdaderos momentos de felicidad, de encuentro colectivo, de juego, de fiesta, de amor… siempre estuvimos allí, unxs al lado de los otrxs, pero hasta ahora nunca nos habíamos encontrado como seres verdaderamente humanos. La alternativa es clara: revolución o lento suicidio cotidiano, revuelta generalizada o esclavitud asalariada. Contra la dictadura de los relojes, de las alarmas, de las listas de espera… ¡que viva el tiempo infinito de la comunidad humana!
¡Feliz primer año nuevo de nuestras nuevas vidas!
¡Ya no hay vuelta atrás!
[Boletín] Ya no hay vuelta atrás: reflexiones sobre la revuelta
Compañerxs
Con la finalidad de hacer circular por entre la mayor cantidad de medios posibles las perspectivas y reflexiones anticapitalistas y radicales sobre la revuelta que estalló aquel 18 de octubre, y que sigue sacudiendo este territorio a casi dos meses de aquel estallido en la primavera más bella que hayamos tenido la suerte vivir, es que lanzamos este nuevo boletín-periódico en formato físico y digital: Ya no hay vuelta atrás.
Por todo el territorio y a cada día lo constatamos: la cotidianidad capitalista fue trastocada y, por más normalidad que quieran imponernos, salta a la vista que la normalidad fue desterrada en actos por la actividad creativa, disruptiva y destructora que nuestra clase, la de todxs lxs explotadxs, ha desplegado por casi dos meses por todo el territorio; ya no hay vuelta atrás.
En este primer número difundimos el texto “¿Convención constituyente o asambleas territoriales autónomas?” que hicimos circular anónimamente hace más de una semana por sitios afines. En él abordamos la importancia de las asambleas territoriales y autónomas para la prolongación y extensión del conflicto con la normalidad capitalista y, evidentemente, para fortalecer la autonomía de nuestra clase en su lucha por reapropiarse de su vida.
Alentamos la difusión de este material por todos los medios posibles, así como a continuar con la revuelta y la organización por todo el territorio, hasta que vivir valga la pena.
¡Ya no hay vuelta atrás!
[Chile] El “Partido del Orden” cierra sus filas de derecha a izquierda
Enviado al correo de Vamos hacia la vida
El 4 de diciembre se dio el “vamos” a una de las legislaciones más represivas que ha conocido este país. Es un ataque directo a nuestra clase. Le otorga al poder el marco legal ideal para sofocar nuestras luchas presentes y futuras. O eso es lo que pretenden.
Una vez más, hubo acuerdo transversal para salvaguardar su orden de miseria. Quizás causa más repugnancia la adhesión a este ataque de la clase capitalista de parte de la izquierda, principalmente del ya putrefacto Frente Amplio. En poco más de un mes, nuestra clase ha experimentado en carne propia lo que más de un siglo de luchas han debido sufrir en todo el mundo a manos de sus pretendidos representantes.
Boric, Jackson, y el resto de los siniestros personajes que pusieron su firma para hacer más fácil enviarnos a las cárceles, dispararnos y matarnos, no son sin embargo traidores. De eso ya no hay sombra de duda. Son perfectos representantes serviles de la clase capitalista, y nunca han sido otra cosa. El día de ayer, estos seres con carcasa humana, y sus camarillas políticas, han salido a dar cobardes excusas, diciendo que tal vez cometieron un error, pobrecitos ellos, ingenuos en esto de la política. Boric dice sin pudor alguno que su idea era condenar los saqueos, no la “protesta social”. Que personaje más vil. En primer lugar, las leyes actuales (que, en todo, no debemos nunca olvidar que ya son brutalmente represivas en tanto su función es asegurar la perpetuación de la normalidad capitalista, esto es, asegurar nuestra explotación evitando a toda costa cualquier sobresalto) ya castigan el saqueo. Lo que el actual paquete represivo condena específicamente es precisamente la recuperación colectiva y destrucción de la infraestructura capitalista y sus mercancías -creadas por nosotrxs mismxs, valga aclarar- en contextos de revuelta social, de protesta. Es decir, hace más duro el castigo a una expresión inmanente de las luchas proletarias (y no por ello la romantizamos y entendemos acríticamente). Incluso dice, perspicaz, que algunos de los artículos serán una herramienta para denunciar la represión policial. Claaaro. Imbécil.
Ese aparato llamado absurdamente “Revolución Democrática”, ejemplo sublime de lo que se conoce como oxímoron, que de por sí revela la bajeza intelectual y ética de sus militantes, emite una declaración donde reconoce que fue un error haber aprobado en general el proyecto porque “genera una señal confusa” y los distancia del “sentir de las mayorías sociales”. Es decir, que se equivocaron solo porque no supieron prever el desprestigio que sufrirían, no por haber avalado el endurecimiento de la represión. Son los cálculos mezquinos en materia de proselitismo lo que esta gentuza le preocupa, lo afirman abiertamente, no la sangre que podrá correr gracias a su diligente actuar al compás de la derecha más dura, que cuenta precisamente hoy con niveles históricos de rechazo.
El P”C”, por su parte, pretende jugar a ser consecuentes, sabiendo ya que su rechazo es testimonial, y el orden burgués que defiende desde siempre como partido contra revolucionario no se verá en entredicho en lo más mínimo por su aparente rechazo a algunas proyectos y pactos políticos abiertamente reaccionarios y represivos. Pero nuestra memoria no es tan frágil. No olvidamos que son el aparato de la contra-revolución por excelencia en todo el mundo, ni mucho menos su ruin actuar cotidiano en todos los espacios sociales y jornadas de protestas, en los que se han dedicado a apagar toda iniciativa autónoma y rebelde, junto a su labor parapolicial que los ha caracterizado por años –no por nada se les llama “pacos de rojo”-, golpeando y entregando compañerxs a la policía. Su mediocre radicalidad actual, y decimos mediocre pues este último ataque represivo ni siquiera contó con su abierto “rechazo”, sino apenas con su pusilánime abstención, no se la creemos ni hoy ni nunca.
Ahora que ya es más que evidente el compromiso de esta izquierda institucional y electorera con la defensa del orden social capitalista, debemos actuar en consecuencia. No es para nada un llamado a la división y al sectarismo, afirmar la necesidad de expulsar de los espacios sociales gestados al calor de la lucha, principalmente las asambleas territoriales y de las manifestaciones, a los representantes de estos aparatos políticos. No es sino una de tantas otras medidas básicas de autocuidado. No podemos compartir espacio con quienes firman con nuestros enemigos las leyes que nos encarcelarán y nos pretenden desarticular y desarmar frente a la desquiciada represión policial. Es lógica elemental.
[Chile] La manera de hacer es ser
Texto anónimo extraido de rrss
“Si no cambias la dirección, puedes terminar donde has comenzado”
Lao Tse
El mando capitalista de la producción social requiere que los proletarios se sometan voluntariamente a las condiciones que hacen de su explotación algo inexorable. El objetivo de todo capitalista es preservarse como capitalista en un medio hostil de competición entre empresas, lo cual exige que su tasa de ganancia sea lo suficientemente provechosa para seguir invirtiendo. Este dinamismo obligatorio no puede darse si no es en las condiciones del libre mercado, condiciones que sólo pueden existir cuando hay igualdad formal entre quienes venden su fuerza de trabajo y quienes la compran. Sin este tácito consentimiento a la desigualdad real que está en la base de la relación de explotación, no puede haber capitalismo.
Este es el motivo de que la represión abierta por parte de la burguesía sea más bien la excepción que la regla. El recurso a la fuerza bruta constituye una medida de su debilidad más que de su fuerza. Siempre que la burguesía desata la violencia coercitiva para mantener disciplinada a la fuerza de trabajo, lo hace a sabiendas de estar contraviniendo el fundamento de la relación social de explotación. Cuando desata la furia represiva de sus cuerpos armados, lo hace temblando de pies a cabeza. Cuando promulga leyes para amordazar y maniatar a una clase trabajadora sublevada, lo hace con el desasosiego de quien se amputa un miembro para evitar la propagación de una gangrena, sospechando que la podredumbre puede haber alcanzado ya un punto sin retorno.
Puede que los patricios romanos hayan sido más fuertes cuando enviaban a sus legiones a aplastar las rebeliones de esclavos, y puede que la alianza entre la nobleza y el clero haya expresado su fuerza en la carnicería que desató contra los campesinos anabaptistas. Pero esa correlación entre el ejercicio de la fuerza armada y el poder social no se aplica a la burguesía. No porque la burguesía sea menos brutal y despiadada que las clases explotadoras que la precedieron, sino porque su poder tiene una base muy diferente. El poder de las clases dominantes del pasado descansaba en gran medida sobre la base fija e inmutable de sus lazos territoriales y sanguíneos, mientras que el poder de la burguesía depende casi exclusivamente de la valorización del valor, un dinamismo ciego en continua aceleración que tiende cada vez más hacia una creciente fluidez y desarraigo. El poder de los capitalistas es el poder de generar entropía a través de la valorización, entropía que a su vez no hace más que disolver progresivamente los fundamentos sociales de su poder.
Esta dinámica tiene la consecuencia, por otra parte, de que la clase a la que el capital explota difiere en un aspecto crucial de las clases explotadas del pasado. En el caso del proletariado su posición no depende de atavismos inamovibles, sino del proceso dinámico-entrópico de la valorización, proceso que disuelve sin cesar cualquier base objetiva de un posible poder político y económico del proletariado. Pero al mismo tiempo que la producción capitalista le niega al proletariado la posibilidad de fundar su poder en factores externos a él mismo, le obliga a convertirse en una potencia productiva de primer orden, siendo la reproducción ampliada de su propia actividad social la condición sine qua non de su existencia física. El proletario que no amplía continuamente su potencia subjetiva en relación con los otros tiende a la inexistencia social, del mismo modo que la vida subjetiva tiende a cero en ausencia de actividad social. La producción de la Gemeinwesen, de la comunidad humana como realidad material y espiritual, no es para los proletarios una elección libre en el sentido en que podría serlo escoger una ocupación o un pasatiempo en compañía de otros. Es, en cambio, la condición misma de su vida y lo que su propia actividad va haciendo de ellos en el transcurso de su existencia. De pronto una masa de proletarios se descubre capaz de organizar de manera espontánea una insurrección, empleando en ello recursos psicoafectivos, culturales, técnicos y materiales que sólo ayer nadie imaginaba que pudiesen aplicarse a ello. La revelación sublime consiste en esto: en esta masa que hasta ayer parecía ser puro automatismo y pasividad, habita una potencia capaz de desplegarse sin freno. Ahora bien: esta potencia, que es capaz de convulsionar un país y al mundo entero mostrándose como un poder real, no depende de ninguna forma exterior, de ninguna implementación material o institucional dispuesta previamente al estallido; proviene exclusivamente de una interioridad, de una fuerza del todo inmaterial, del ser subjetivo y social del proletariado. Su poder emana de su sociabilidad, de su vida misma, y no de equipamiento o institución alguna. No es otra cosa lo que expresa el grito: “Somos choros, peleamos sin guanaco”.
Es la iniciativa, creatividad e ingenio, es la fuerza comunicativa y la expresividad, la empatía, lo que funda el poder social de los proletarios, y lo saben. Quienes no lo saben aún lo suficiente, temen que todo ello pueda sucumbir frente a las aventuras represivas emprendidas por la burguesía. Pero lo único que queda comprometido en ese caso son las formas exteriores en que se manifiesta la potencia del proletariado: ciertas modalidades prácticas de su lucha, cierta técnica, ciertos hábitos ligados a una fijación excesiva en las formas y por ello a una fijación excesiva en lo que le ata a las reacciones de sus enemigos. Quienes sí saben que para el proletariado el poder es sólo un efecto colateral del ejercicio de la potencia de su ser, saben que la libertad no es jamás un objetivo a alcanzar. La libertad es ante todo la libertad de autodeterminarse en el transcurso mismo de la acción, de la vida y de la lucha. Los alardes represivos del enemigo son exactamente el negativo opuesto de nuestra potencia: lo único que nos muestran es que estamos obligados a amar la libertad y que si no obedecemos a este mandato estamos perdidos.
Los seres humanos a menudo ignoramos nuestra propia potencia y por diversas razones tendemos a perseverar en esa ceguera. Esto nos hace a veces capitular a un paso de la victoria, creyendo que debíamos medirnos con la vara del enemigo y viéndonos a nosotros mismos, de esta forma, más débiles de lo que somos. Pero todo aquel que haya librado una batalla sabe que en determinado momento es inevitable imponernos nuestra propia medida con independencia de quienes siendo menos que nosotros pretenden ser más. Por otro lado, estando ya instalados en la experiencia de un despertar telúrico, son tantas las libertades que nos hemos tomado que sería por decir lo menos extraño que no nos tomemos ahora la libertad de reinventarnos, a nosotros y a nuestra lucha, justo en el momento en que la burguesía pretende habernos inmovilizado maniatándonos con unas cuantas leyes. Es necesario sopesar esto con cuidado: ellos esperan que reaccionemos ciegamente a su reacción. Que nos abstengamos de seguir luchando o que nos arrojemos desesperados contra la valla que nos han puesto por delante, yendo en masa a la carnicería o propinando golpes aislados que sin detener la megamáquina le dan brío a su violencia represiva. Cualquiera de estas reacciones nos mantendría presos de, precisamente, el juego de reacciones a que el enemigo quiere reducirnos. Pero nosotros no estamos determinados por la forma exterior de nuestras acciones, ni por nuestros hábitos, ni por las reacciones que hemos suscitado en el enemigo, ni por las que nosotros mismos hemos tenido: estamos determinados por nuestras relaciones internas en tanto humanidad en contradicción consigo misma. La contradicción es el campo de la libertad, y esto significa que no estamos peleando para ser libres, sino que estamos peleando porque ya somos libres. No usar esta libertad para proseguir la lucha bajo nuestros propios términos es la única derrota posible. Seguir haciendo lo mismo con la esperanza de obtener resultados diferentes sería perpetuar la contradicción sin superarla.
A nuestros hermanos de clase asesinados, mutilados, torturados y hechos prisioneros, el Estado no les hizo eso por lo que sus acciones son en sí mismas, sino por lo que representan. Las barricadas no han sido prohibidas con penas de cárcel porque hayan paralizado la economía nacional, sino porque son el signo visible de una potencia que podría llegar a paralizarla si se lo propone, y que no lo haría precisamente con barricadas. A Rodrigo Campos no lo procesaron para compensar la rotura de un torniquete, sino para hacer audible ante todos el latigazo como símbolo. No han disparado a los ojos porque sí. Todo esto lo sabemos. Lo que no está tan claro es si hemos sacado las conclusiones correctas y necesarias. EVADIR: quizás no hemos prestado suficiente atención al hecho de que esta consigna haya estado en el centro de la explosión. Evadir es negar el fundamento metafísico de esta sociedad y el mecanismo que le da vida: “se paga por vivir”. Todo lo que vino después no ha sido otra cosa que esa impugnación acrecentada. La exigencia de salarios más altos y tarifas más bajas, de un sistema previsional que no sea un robo, de mejores servicios sociales, responde al anhelo de “pagar menos por vivir”. Pero este anhelo no es sólo eso: expresa aun embrionariamente la revelación de que “no hay que pagar por vivir”. Esta revelación ya se ha manifestado, sólo necesita ser expresada como necesidad para convertirse en un imperativo práctico capaz de cambiar las reglas del juego. Las evasiones en el transporte público podrían continuar y masificarse sin que nadie transgreda ninguna de las leyes represivas vigentes. Podrían extenderse -tal como fueron las “autorreducciones” en la Italia de los años setenta- a los servicios de agua potable, electricidad, gas y conectividad. Podría convertirse en una oleada imparable de robos hormiga hechos en masa en todas partes sin pausa. Podría derivar en un movimiento de desobediencia social y económica efectuado por millones de personas de mil maneras diferentes, transgrediendo muchas normas, pero ninguna ley. Podría suceder que las relaciones de comercio habituales lleguen a verse tan perturbadas que no haya otra forma de proporcionar alimentos y suministros a la población que mediante una política de racionamiento. Pero un capitalismo de barracas es una imposibilidad práctica.
En condiciones así, la necesidad de apropiación directa de los bienes de consumo no podría llegar muy lejos adoptando la forma acostumbrada del saqueo. Pero eventualmente podría llevar a los choferes de camiones a sumarse a la desobediencia masiva y a entregar esos bienes a las asambleas en vez de a los supermercados. Esa misma tendencia podría terminar imponiendo a quienes producen los bienes la necesidad de liberarlos sin la mediación del comercio. La interrupción del ciclo de valorización que ello supondría haría inviable la adquisición mediante el salario, abriendo la vía hacia la distribución directa. Sería un bucle de retroalimentación tendiente a la comunización progresiva de todo. En el transcurso, el Estado estaría obligado a prohibir prácticamente todo con excepción de los actos de compraventa, erosionando así la libertad formal que es su propio fundamento.
No cabe imaginar un proceso tal sin que tenga lugar una proliferación de violencias, que en cualquier caso sería el despliegue cinético de la enorme violencia potencial ya contenida en la propia forma social capitalista. De lo que se trata no es tanto de evitar la violencia estatal, que es inevitable, sino de cómo hacerle frente desde la posición de ventaja que nos brinda la masividad y sobre todo la potencia social que nos habita. Todo depende de cuán capaz sea el proletariado de determinar por sí mismo la dinámica de la lucha, fijando él las reglas del juego. Allí donde se le quiera imponer el enfrentamiento directo en condiciones donde sólo puede salir herido de muerte, tendrá que evitarlo llevando la desobediencia a un plano diferente. Allí donde se le quiera arrastrar a un callejón sin salida tendrá que saber crear una vía imprevista; tendrá que animarse a detener aquello que se suponía no podía parar de moverse, a movilizar aquello que se suponía indefectiblemente quieto, a crear un vacío en el que se precipite cada golpe dirigido contra él. Tendrá que sorprender al enemigo privándole de cada superficie sobre la que esperaba apoyarse para seguir golpeándole, imponiéndole un desgaste progresivo. Cansarlo, agotar sus fuerzas, hasta que le resulte más costoso seguir luchando que abandonar. Todas las armas y recursos materiales no son nada sin el ánimo que hace falta para ponerlos en acción.
Tiene una importancia clave que la lucha sea no sólo en pos de objetivos económicos y políticos, sino que su propio desenvolvimiento sea la demostración práctica de que vivir sin pagar es una forma de vida superior que la actual, y hacerlo con una elocuencia tal que cada vez sean menos los que quieren seguir malviviendo como lo hacían. Esto supone para el proletariado dejar atrás todo aquello a lo que estaba acostumbrado, desaferrarse de la forma de vida que le constituye como proletariado. Pues bien, si algo ha quedado claro en estas semanas es que esto no sólo es posible, sino que se ha vuelto hasta cierto punto inevitable y es, si se lo piensa bien, lo mejor que podría pasarnos. Asumirlo implicaría, para empezar, que dejemos de pedirle respeto a quienes han demostrado no ser en absoluto respetables; y que llevemos nuestra dignidad recién recobrada hasta su última consecuencia: la autodeterminación total.
[Chile] ¿Convención constituyente o asambleas territoriales autónomas?
Nota de Vamos hacia la vida: hemos recibido y compartimos otro interesante texto anónimo sobre la relevancia de la autoorganización y autonomía de nuestra clase para profundizar la ruptura que comenzó aquel 18 de octubre. Solo a través de la organización horizontal y autónoma en asambleas territoriales, en centros productivos y educativos, por fuera y en contra del Estado y las organizaciones que pretendan cooptar nuestra lucha hacia el politicismo y la gobernabilidad, es que las personas reestablecen sus lazos comuntarios, se hermanan en la lucha y constatan en la práctica que todo es posible si actuamos juntxs. El siguiente texto es un esfuerzo en profundizar y problematizar en esto.
¿Convención constituyente o asambleas territoriales autónomas?
I
La rebelión del 18/10 fue espontánea, popular, masiva y anárquica. La “válvula de descompresión” que se intenta instalar desde arriba es jerárquica, elitista, institucional y “democrática”.
En efecto, pareciera que esta insurrección a nivel nacional casi no tiene precedentes históricos. Tal vez dos estallidos con los que notoriamente tiene más en común serían los de abril de 1957 en Valparaíso, Concepción y Santiago, y el movimiento de las ocupaciones en junio/mayo de 1968 en Francia.
En el primer movimiento, el proletariado de esas tres ciudades se alzó espontáneamente con un leve desfase temporal (30 de marzo en Valpo, 1 de abril en Conce y 2 de abril en Stgo.) a raíz del alza de precios del transporte, gatillando una insurrección intensa y breve que para ser derrotada obligó a retirar la policía de las calles y sacar al Ejército. Varias decenas de muertos, y el Gobierno echó atrás el alza[1].
En el segundo, la fuerte represión al movimiento estudiantil generó una huelga general espontánea, boicoteada por los partidos burgueses (sobre todo por el Partido “Comunista” Francés) y sus sindicatos. Tras un mes de una verdadera explosión popular de creatividad y combates callejeros con la policía, el movimiento empieza a decaer cuando se reorganiza el partido del orden incluyendo manifestaciones masivas por la paz social, y finalmente llegando a acuerdos de reformas económicas entre la patronal, los sindicatos, y el gobierno. Uno o dos muertos en todo el proceso (las vidas valen menos mientras más te adentras en el Tercer mundo), y el estallido del 68 adquiere una dimensión global (EE.UU., Córdoba, México, Japón, Checoslovaquia y un largo etc.)[2].
Vamos hacia la vida: sobre la COP25
Octavilla repartida el 6 de diciembre de 2019 contra la cumbre de la COP25, organizada en Madrid por el gobierno de Pedro Sánchez para evjtar el foco internacional sobre la represión de la revuelta en Chile. Aquí el .pdf distribuido en la manifestación.
***
Vamos hacia la vida
Contra el capital y su danza de muertos, nosotros vamos hacia la vida.
Vamos hacia un ciclo de luchas cada vez más intenso y profundo, cada vez más internacional, que tiene una y la misma raíz: la necesidad de defendernos como especie contra un mundo que se está agotando.
Esta revuelta no tiene nada que ver con los libros, ni con los planes educativos, ni con las campañas publicitarias que apelan a la responsabilidad ciudadana. No es una revuelta que mire a los gobiernos para exigirles un mejor comportamiento, una gestión de nuestra miseria un poco más social, un poco más verde. Es una rebelión generalizada por la vida, contra un sistema que al mismo tiempo que expulsa trabajo y nos convierte en población sobrante, destruye a un ritmo exponencial la biosfera para alimentar a sus máquinas y producir más mercancías: dinero para generar dinero para generar dinero, caiga quien caiga.
Esta huida hacia adelante del capital no puede detenerla ningún Estado, porque el Estado sólo puede administrar unas relaciones sociales que se están pudriendo por dentro. La izquierda y la derecha poco importan en ello: Piñera y Sánchez trabajan codo con codo para garantizar la paz social. Allí torturan y asesinan a nuestros compañeros de clase. Aquí, para la cumbre de la COP25, construyen una jaula de oro desde la que hacer cantar a algunos pájaros debidamente domesticados.
Pero la burguesía está desconcertada.
La burguesía tiene miedo.
La burguesía tiene razón.
Desde Francia a Hong Kong, desde Haití a Ecuador, desde Irak e Irán a Chile, una oleada de luchas está atravesando el planeta, y sólo es el comienzo. Nos levantamos contra un mundo que subordina toda forma de vida a la producción de cosas muertas. Nos levantamos contra un sistema social que da de comer a las máquinas mientras nos mata de hambre. Es la lógica del capital que sufrimos como especie, pero que sólo podemos destruir como clase: la única respuesta a la catástrofe capitalista es la revolución internacional contra la mercancía y el Estado, por la comunidad humana, por la vida, hacia la vida.
Que tiemblen de miedo.
Contra los bufones del Capital, afirmemos nuestra memoria histórica
“Los encapuchados no son anarquistas son conservadores» una frase repugnante cargada de cinismo, expresada por parte del nuevo títere de la burguesía que ocupa la silla presidencial, quien a su vez ha sido respaldado por la iglesia evangelista, energúmenos mojigatos, misóginos e inquisidores a los cuales ahora les da cobertura y privilegios políticos y económicos.
Y por si fuera poco, durante la formación de su Partido, se atrevió a usurpar el nombre de un periódico revolucionario de una organización anarquista del siglo pasado, tergiversando su significado histórico, todo para beneficio de su partido y su gobierno mezquino que está al servicio del capitalismo, dándole continuidad con sus proyectos extractivistas (minería, fracking), su tren maya y el reforzamiento del aparato represivo del Estado mediante su guardia nacional.
***
Ricardo Flores Magón, fue anarquista hasta su muerte y nunca se vendió a los poderosos ni aceptó puestos en el gobierno de ninguna índole cuando el caudillismo se los ofreció a cambio de abdicar de sus posiciones anti capitalistas y anti estatistas.
Pero desde su deceso en noviembre de 1922 en las mazmorras de la prisión en Kansas EEUU, año con año el Estado capitalista mexicano [a través de los diversos partidos políticos que han detentado el poder hasta la actualidad] ha intentado recuperar su figura con el propósito de volver a matarlo y también sepultar su verdadero legado de lucha por los oprimidos, solo limitándose a resaltar alevosamente sus inicios en el liberalismo juarista; y al mismo tiempo, negando sus posiciones radicales que sostuvo y desarrolló durante más de la mitad de su vida.
Magón nunca titubeo en afirmar que: “Gobierno es lo mismo que tiranía; gobernante es lo mismo que opresor. Un gobierno, cualquiera que sea su forma, ya sea republicano o monárquico, no es otra cosa que una institución creada para defender las personas y los intereses de la clase rica, contra las posibles agresiones de la clase pobre a esas personas y a esos intereses. Quien crea que el gobierno es una institución creada para proteger al débil, está en un error, pues ni la historia, ni los hechos actuales demuestran que el gobierno sea un ángel tutelar de los desheredados.”
Es por eso, que es una contradicción detestable el hecho de que hoy desde las tribunas parlamentarias, electorales y partidistas pretendan rendirle homenajes y culto a su personalidad, pues eso se contrapone por completo a lo que Magón y el PLM reivindicaban.
Aun así, pese a todo intento de cooptación y “recuperación”, la historia oficial nunca podrá apropiarse de sus acciones propagandísticas y organizativas que dejaron fuerte huella en los obreros y campesinos que se abalanzaron a la lucha contra los explotadores, ya sea mediante grupos armados (en Baja California, Sonora, Chihuahua etc.) o la prensa agitativa-revolucionaria, que trascendió más allá de las fronteras de este país México (su influencia del periódico Regeneración en países como Cuba, Argentina, Italia, EEUU y España, entre otros lo demuestra).
Hoy todavía, el legado de Ricardo Flores Magón y el grupo que encabezaba [Partido Liberal Mexicano], sigue presente inspirando a la agitación, la autonomía y la revuelta de hombres y mujeres contra este sistema opresor; por ello insistimos, su legado no reside en las instituciones y partidos políticos del Estado, pues por el contrario, éste solo puede encontrase contundentemente en las luchas que han ocurrido en Atenco, Oaxaca, Guerreo, Chiapas, Ayotzinapa, Matamoros y decenas de lugares más que han exacerbado la lucha de clases contra este sistema de muerte y miseria.
Hoy más nunca es necesario reivindicar su memoria histórica como algo que forma parte del combate por nuestra emancipación, así como romper con las mismas estructuras e instituciones que Magón y el PLM combatieron en su día y hoy pretenden enlodarlo.
¡Ninguna unión con la izquierda reformista!
¡Muerte al nacionalismo, las fronteras y el trabajo asalariado!
¡Ni del PRI ni de MORENA, ni de ningún gobierno!
¡El legado de Magón y el PLM pertenece a los explotados que luchan contra el Estado y el Capitalismo!
***
—— Algunxs del subsuelo por la destrucción de la sociedad mercantil generalizada ——- Noviembre 2019
[Chile] Breve reseña sobre los acontecimientos de la última semana a un mes del inicio de la revuelta
La revuelta que comenzó el 18 de octubre hoy cumple un mes, y la pura compilación de los documentos con perspectivas anticapitalistas y compañeras que van surgiendo al calor de la revuelta se nos hacen un poco insuficientes. Es por eso que redactamos este texto con una suerte de cronología de los sucesos de la última semana, a un mes del inicio de la revuelta.
En esta breve reseña, escrita al calor de los acontecimientos, tratamos de condensar algunos de los puntos que nos parece importantes para documentar y dar cuenta a otrxs de los sucesos, a ratos vertiginosos, que siguen sucediéndose en esta región. En este caso retratamos los hechos de la última semana del primer mes de revuelta. Evidentemente no solo son los acontecimientos que consideramos más importantes: en realidad, nuestra documentación tiene que ver con los acontecimientos a los que tenemos acceso. La región chilena es sacudida por una revuelta que abarca todo el territorio y es evidentemente más lo que ignoramos de lo podemos conocer por cuenta propia, de manera que nuestra narrativa está inevitablemente supeditada a los hitos que han marcado los últimos días, a nuestra experiencia cotidiana, la de nuestrxs compañerxs y la que podemos acceder mediante los medios de comunicación de los que disponemos. Sigue leyendo
[Chile] El “Partido del Orden” en pleno
Luego de que manifestantes increparan a un puñado de militantes del FA -que intentaron hacer un punto de prensa en Plaza de la Dignidad-, por haber pretendido pactar una paz silenciadora, toda la “clase política” se cuadra en su defensa.
Juan Latorre, de RD -sí, ¡Revolución Democrática!, así se llama ese aparato político que, hace unos años, llorara cuando el Servel no quiso autorizarle la inscripción como partido legal, debido a que su nombre le resultaba algo incómodo, y que no dudaron en asegurar que no tenían intención alguna de hacer algo remotamente calificable como “revolucionario”, obteniendo al fin el visto bueno del poder-, decíamos, que este payaso utiliza por millonésima vez el cobarde recurso retórico ese de que “los extremos se tocan”, para equiparar a la derecha más rancia y el fascismo, con la “otra ultra”, que es así como le llama este cretino a las cientos de miles de personas que no se resignan a volver a la casa tras su criminal “pacto de paz”. Y aún más: tiene la desfachatez de calificar a la mentada acción de “agresión patriarcal”. ¿Cómo nombraría este remedo de ser humano a la violencia sufrida por miles de compañeras a manos de pacos y milicos, que incluyen vejaciones sexuales y violaciones? ¿Cómo puede poner a un mismo nivel tales agresiones con una funa a un grupo de representantes del “pacto de paz”, que solo legitima la violencia represiva contra la protesta callejera? Bueno, en realidad es esperable este grado de distorsión de la realidad, en quienes no tienen idea de lucha real alguna y cuya función precisamente es la de mantener y defender la mentira generalizada.
Camila Vallejo, voz representativa del P “C”, deja atrás los matices indistinguibles que les separan de sus socios frenteamplistas, para también condenar “tajantemente” la funa. Sólo en la afiebrada mente de acérrimos derechistas, este partido y sus figuras representan una amenaza para el sistema.
Leonardo Soto, diputado “socialista”, dice que, si este es el ejemplo de lo que algunos quieren, no contemos con él. Pero por favor, Sotito, ¡qué hombre tan sagaz! Por supuesto que no queremos ni podemos contar contigo. De eso se trata precisamente, vivaz burócrata.
Miguel Crispi, otro cuico charlatán frenteamplista, encuentra que gritarles unas cuantas verdades a estos rostros públicos del FA, constituye una “agresión muy violenta”. Y unas frases después, advierte que no renunciarán a la calle. Pelmazo. Qué calle es la que conoce este tipo.
Y la guinda de la torta, el chiste que se cuenta solo, la verdad hablando por su propia boca: Karla Rubilar manifestando su “repudio absoluto” a las de muestras de rechazo popular al circo politiquero, que hoy chorrea sangre por todos sus poros.
Qué ternura ver tantas muestras de cariño y solidaridad entre quienes a veces juegan a tener diferencias irreconciliables. Sus lealtades ya están claras. Sumisión absoluta al orden que nos ahoga. Literalmente nos ahoga, con gases tóxicos y en sangre.
Pero ya está bueno de pretender hacernos lxs desengañadxs cada dos o tres días, de acusar traición a manos de quienes no podía esperarse otra cosa. Asumamos de una buena vez que nada esperamos del poder y sus lacayos, que nos tenemos solo a nosotrxs mismxs para afirmar nuestras necesidades vitales y alcanzar nuestras victorias. Y con eso nos basta y nos sobra. No los necesitamos y no los queremos.
Fortalezcámonos en nuestros espacios, botemos por la borda toda herencia del viejo mundo. Esta revuelta ha demostrado que no mendiga nada, que no está derrotada, y que no aceptará su paz de cementerio.
¡QUE SE VAYAN TODXS!
Proletarixs en Revuelta
La fuerza de la ciénaga: Contra todo nacionalismo
Lo más destacado de la situación en Cataluña durante los últimos años no ha sido la movilización permanente, el número de personas que han participado en ella o el contenido de las reivindicaciones. Lo que resulta más llamativo es la ausencia de una contestación inequívoca al Procés que no venga desde posiciones nacionalistas españolas, en un juego de espejos entre imágenes reaccionarias. Las oposiciones firmes, desde posiciones de crítica social y revolucionaria, al movimiento nacionalista catalán se podrían contar con los dedos de una mano, siempre limitadas a tomas de posición de compañeros aislado.
Bien podríamos decir que el Tsunami ha afectado sobre todo a las filas de quien deberían haberse opuesto de forma inequívoca. Lo que queda de todo esto es un panorama desolador y una demostración más de lo insustancial y vacío de la crítica social de hoy en día.
Decía Paul Valéry que ya está todo dicho pero que la gente tiene tan mal oído que hay que repetirlo de nuevo. No es agradable recordar verdades de Perogrullo.
El llamado conflicto catalán tiene su origen en las disputas entre las oligarquías y burguesías de Barcelona y Madrid. Vamos, en como se reparten la plusvalía y los beneficios entre estos grupos mafiosos en un periodo de recursos escasos y de profunda crisis y transformación del capitalismo mundial. Sigue leyendo
Apuntes críticos sobre la coyuntura actual en Ecuador un mes después del Paro Nacional, desde los dos bandos de la lucha de clases
Desde el bando del Gobierno o del Estado burgués:
1. Existe represión selectiva, tanto legal como policial y mediática, contra dirigentes indígenas, sindicales y estudiantes, brigadistas médicos incluidos, que participaron en el Paro, a modo de venganza y “castigo ejemplar”.
2. Las FF.AA. de este país se están preparando para la Contrainsurgencia: se trata de una declaración de guerra del Estado contra los luchadores sociales arriba mencionados y, en especial, contra los supuestos “19 grupos violentos” y “células anarquistas” (inexistentes), a las cuales están rastreando y van a erradicar, dicen. Al igual que ha pasado en otros países, el Estado ecuatoriano se está inventando un nuevo enemigo interno para justificar su brutal e hipócrita terrorismo y para atemorizar a la población, porque en el fondo tiene miedo de las masas proletarias después del Paro, de lo que son capaces de hacer y de que vayan a hacerlo de nuevo. Para lo cual, pide que se cambien algunas leyes y que les den más dinero y equipamiento. Para colmo, Presidencia le rinde homenaje a policías y militares en el Palacio de Carondelet por su “excesiva generosidad” en el “uso progresivo de la fuerza” durante el Paro; Palacio que, por cierto, sigue rodeado con rejas y alambres de púas. Además, les está dando “terapia” a los policías que se quedaron “traumados” por haber sido “secuestrados” durante el Paro… sí claro, pobrecitos. Lo dicho: brutal e hipócrita terrorismo de Estado. Sigue leyendo
[Chile] Asambleas territoriales: órganos autónomos de la comunidad de lucha
El terreno fértil de la insurrección en Chile trajo como su principal fruto las asambleas territoriales, instancias auto convocadas por los pobladores de todo el país como canal para resolver las necesidades inmediatas de la lucha y su propagación. En ellas se está debatiendo las medidas, horizontes y reivindicaciones de este movimiento. En muchos casos, con un fuerte carácter anti institucional y anti partidista. Las asambleas reflejan, de forma embrionaria, la necesidad real del proletariado para dotarse de órganos de poder representativos de la clase, que defiendan e impongan sus necesidades hasta el último aliento, sin tranzar con la clase política.
Estas organizaciones, aún incipientes, manifiestan el sentir y la necesidad de incidir directamente en la realidad, cuestionando la soberanía de nuestra vida al Estado y al Capital, ya que, en la práctica, organizarse colectivamente para resolver nuestros problemas, y profundizar esta lucha, expresa una disputa contra el Estado por el control y dirección de la vida en sociedad. Por ello es necesario que estas asambleas se planteen autónomas, dirigiendo el diálogo hacia los mismos explotados y no hacia la institucionalidad burocrática: son los propios intereses de clase los que están en juego y será enfrentando sus limitaciones que recuperaremos todo lo perdido, no mediando entre las bases y el Estado.
Al ser un órgano barrial, las asambleas están inmersas en la cotidianidad del territorio, por ello su funcionamiento es su principal arma. Su capacidad de cubrir expansivamente las necesidades de la lucha como el abastecimiento, la auto-defensa, la salud, el transporte, las comunicaciones, la solidaridad con sus presxs, etc. será la fuerza que las dotará de legitimidad. En este sentido, las asambleas son la expresión autónoma de la comunidad que auto-organiza sus necesidades y su lucha contra el Estado y el Capital. Es por ello, que su funcionamiento NO PUEDE agotarse en los petitorios o en la asamblea constituyente. Entendemos que muchas personas aún creen en las cantinelas social-demócratas y en que el Estado pueda resolver sus problemas inmediatos, pero sabemos que eso no ocurrirá, de hecho, se agudizará la precarización, es esencial que para cuando el estallido revolucionario comience, este preludio haya servido para sacar las mejores lecciones: fortalecer las asambleas y su carácter autónomo, que son nuestro principal triunfo hasta ahora.
Este ciclo de luchas recién inaugurado será de largo aliento. La insurrección que desbordó Chile estas últimas semanas sigue en curso y nada parece presagiar que acabará. La caja de pandora de la revolución social comenzó a abrirse y la tarea de crear poder territorial se ha puesto a la orden del día. Esto ha dispuesto las alarmas en toda la clase política, de izquierda a derecha toda la institucionalidad burguesa ha movido sus hilos para anular o cooptar estas instancias autónomas de organización. Su principal estrategia es conducir el movimiento hacia sus estrechos marcos de representatividad política, para ello dispuso de “cabildos” que sistematizan las demandas y “suben” los petitorios. Aquí el Estado es el único interlocutor posible y las posibilidades de diálogo comienzan y terminan en las soluciones que éste pueda darnos. No permitamos que las asambleas se conviertan en correas de transmisión del Estado.
Sabemos que cualquier intento por humanizar el Capital se topará con una crisis mundial de valorización en proceso, que esta vez trae añadida una crisis ambiental que, para muchos expertos, comporta la crisis terminal del Capitalismo. Desde Grecia hasta Ecuador, gobiernos de izquierda tuvieron que ceder ante las exigencias del banco mundial y aplicar paquetes de austeridad que precarizan a los mismos de siempre: la clase trabajadora. La socialdemocracia siempre será el “paco bueno” cuidando las garantías del FMI y de sus burguesías nacionales por sobre cualquier otro interés.
Hasta ahora, este movimiento se ha llevado a cabo principalmente en las calles, la protesta callejera espontánea ha paralizado el país principalmente a partir del enfrentamiento con la policía y la interrupción de la circulación capitalista. Barricadas, cacerolazos, saqueos e incendios han sido parte del arsenal proletario para enfrentarse al poder. Su contenido es “contra todo”, contra la totalidad del sistema que nos mata lentamente. El movimiento asambleario está llamado a ser quien dote de contenido a la protesta callejera, quien ponga en el tapete las soluciones reales a las necesidades del pueblo, así como también, quien anime las actitudes y valores que posibiliten una nueva forma de vida: la solidaridad, el espíritu de comunidad, el cuidado recíproco y la ofensiva insurgente serán la debacle del modo de producción capitalista.
Sin embargo, es necesario y URGENTE que estas asambleas se extiendan a los lugares de trabajo, principalmente a los sectores productivos estratégicos. Que instalen el cuestionamiento radical del modo de vida capitalista hasta las últimas consecuencias y se traslade el horizonte productivo de la capitalización infinita a la satisfacción de las necesidades humanas. Ejemplos históricos como los Cordones industriales o los Comandos Comunales pueden ser vitales para comprender el transito que cursamos. Ningún cambio será posible si los trabajadores no tenemos el poder de los medios de vida y producción en nuestras manos, si no tomamos el control de la riqueza que generamos para decidir <cómo> y <para qué> producir. No se trata de aprender a gobernar y auto-gestionar el Capital, se trata de crear una nueva forma de vivir. La economía entera depende de nosotros y temblarán cuando sepan que nos dimos cuenta de aquello.
La historia nos demostró que el Estado, como forma de garantizar las condiciones de vida, siempre será una forma de garantizar la dominación de una clase por otra, de perpetuar el Capitalismo. Con o sin cambio de constitución, el Estado siempre velará por perpetuar la explotación, dejando intactas las verdaderas bases de todo, la propiedad privada y el trabajo asalariado. Al fragor de esta lucha, vamos creando nuestras propias herramientas para destituir lo existente y forjar un mundo nuevo. El preludio de la revolución ya comenzó.
¡¡¡TODO EL PODER A LAS ASAMBLEAS TERRITORIALES!!!
***
¡LIBERTAD A TODXS LXS PRESXS DE LA REVUELTA PROLETARIA!
¡VAMOS HACIA LA VIDA!
La revuelta no para y la conflictividad aumenta: lxs proletarixs comienzan a atacar los barrios de la burguesía comercial mientras el gobierno anuncia un nuevo paquete represivo tras reunirse los altos esbirros de la «seguridad». El Estado sabe que su lucrativo oasis está en juego y lo defenderá con uñas y dientes.
¡A extender la solidaridad de clase y la organización!
La caza de brujas ha comenzado. Históricamente, ante la posibilidad de perderlo todo en una revolución social, la burguesía despliega todo su aparato terrorista para dividir e intimidar a las masas insurrectas. En la región chilena, ante la gran revuelta social que la sacude, la democracia -verdadera dictadura del capitalismo-, ha lanzado a la calle a sus sicarixs armados, al ejército y a la policía militarizada, para reprimir masiva y cruelmente con el consentimiento pleno de un Estado que promete impunidad y jugosos beneficios monetarios a quienes demuestran su lealtad masacrando, torturando y violando al proletariado en lucha.
Ahora, estamos asistiendo al comienzo de una represión selectiva hacia objetivos de la población civil, personas que el Estado, es decir, la clase dominante, considera como sus más temibles enemigos: mujeres en contra de la violencia patriarcal, defensores de la naturaleza, centros de estudiantes, juntas de vecinos, sindicatos de trabajadores combativos, profesores, etc. Frente a una revuelta generalizada e incontrolada, y ante la perspectiva de una posible revolución social, a la burguesía asustada no le temblará la mano para arruinar la vida de las personas que se han atrevido a romper con la pasividad suicida que caracteriza la “normalidad” de este sistema.
El Profesor Roberto Campos quiere ser castigado ejemplarmente: así pretenden amedrentar a la población: “¿Es usted un profesional con un prontuario penal intachable?”. Eso no importa. Por osar patear un torniquete -símbolo por excelencia de nuestra esclavitud a la mercancía, al pagar para vivir y vivir para pagar- usted será arrojado en aislamiento a la Cárcel de Alta Seguridad, lugar donde el Estado encierra a quienes cataloga como los más peligrosos subversivos. Y, justamente, esta clase de proletarixs son los que más amenazan actualmente al capital, pues con sus acciones ponen en peligro la continuidad de la totalidad del sistema, rompen la normalidad capitalista e inflan de coraje y valentía a las masas rebeldes. Este es solo un caso, sabemos de al menos 400 compañerxs de clase que se encuentran en prisión. El movimiento autoorganizado en asambleas, las minorías revolucionarias, junto a todxs quienes participan del movimiento deben exigir su libertad.
¡Libertad y solidaridad para todxs lxs presxs de la revuelta de Octubre!
¡Exigimos el esclarecimiento inmediato de los crímenes realizados por las fuerzas armadas y la policía durante la represión!
¡No más presxs ni desaparecidxs por luchar!