[Chile] El “Partido del Orden” cierra sus filas de derecha a izquierda

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Enviado al correo de Vamos hacia la vida

El 4 de diciembre se dio el “vamos” a una de las legislaciones más represivas que ha conocido este país. Es un ataque directo a nuestra clase. Le otorga al poder el marco legal ideal para sofocar nuestras luchas presentes y futuras. O eso es lo que pretenden.

Una vez más, hubo acuerdo transversal para salvaguardar su orden de miseria. Quizás causa más repugnancia la adhesión a este ataque de la clase capitalista de parte de la izquierda, principalmente del ya putrefacto Frente Amplio. En poco más de un mes, nuestra clase ha experimentado en carne propia lo que más de un siglo de luchas han debido sufrir en todo el mundo a manos de sus pretendidos representantes.

Boric, Jackson, y el resto de los siniestros personajes que pusieron su firma para hacer más fácil enviarnos a las cárceles, dispararnos y matarnos, no son sin embargo traidores. De eso ya no hay sombra de duda. Son perfectos representantes serviles de la clase capitalista, y nunca han sido otra cosa. El día de ayer, estos seres con carcasa humana, y sus camarillas políticas, han salido a dar cobardes excusas, diciendo que tal vez cometieron un error, pobrecitos ellos, ingenuos en esto de la política. Boric dice sin pudor alguno que su idea era condenar los saqueos, no la “protesta social”. Que personaje más vil. En primer lugar, las leyes actuales (que, en todo, no debemos nunca olvidar que ya son brutalmente represivas en tanto su función es asegurar la perpetuación de la normalidad capitalista, esto es, asegurar nuestra explotación evitando a toda costa cualquier sobresalto) ya castigan el saqueo. Lo que el actual paquete represivo condena específicamente es precisamente la recuperación colectiva y destrucción de la infraestructura capitalista y sus mercancías -creadas por nosotrxs mismxs, valga aclarar- en contextos de revuelta social, de protesta. Es decir, hace más duro el castigo a una expresión inmanente de las luchas proletarias (y no por ello la romantizamos y entendemos acríticamente). Incluso dice, perspicaz, que algunos de los artículos serán una herramienta para denunciar la represión policial. Claaaro. Imbécil.

Ese aparato llamado absurdamente “Revolución Democrática”, ejemplo sublime de lo que se conoce como oxímoron, que de por sí revela la bajeza intelectual y ética de sus militantes, emite una declaración donde reconoce que fue un error haber aprobado en general el proyecto porque “genera una señal confusa” y los distancia del “sentir de las mayorías sociales”. Es decir, que se equivocaron solo porque no supieron prever el desprestigio que sufrirían, no por haber avalado el endurecimiento de la represión. Son los cálculos mezquinos en materia de proselitismo lo que esta gentuza le preocupa, lo afirman abiertamente, no la sangre que podrá correr gracias a su diligente actuar al compás de la derecha más dura, que cuenta precisamente hoy con niveles históricos de rechazo.

El P”C”, por su parte, pretende jugar a ser consecuentes, sabiendo ya que su rechazo es testimonial, y el orden burgués que defiende desde siempre como partido contra revolucionario no se verá en entredicho en lo más mínimo por su aparente rechazo a algunas proyectos y pactos políticos abiertamente reaccionarios y represivos. Pero nuestra memoria no es tan frágil. No olvidamos que son el aparato de la contra-revolución por excelencia en todo el mundo, ni mucho menos su ruin actuar cotidiano en todos los espacios sociales y jornadas de protestas, en los que se han dedicado a apagar toda iniciativa autónoma y rebelde, junto a su labor parapolicial que los ha caracterizado por años –no por nada se les llama “pacos de rojo”-, golpeando y entregando compañerxs a la policía. Su mediocre radicalidad actual, y decimos mediocre pues este último ataque represivo ni siquiera contó con su abierto “rechazo”, sino apenas con su pusilánime abstención, no se la creemos ni hoy ni nunca.

Ahora que ya es más que evidente el compromiso de esta izquierda institucional y electorera con la defensa del orden social capitalista, debemos actuar en consecuencia. No es para nada un llamado a la división y al sectarismo, afirmar la necesidad de expulsar de los espacios sociales gestados al calor de la lucha, principalmente las asambleas territoriales y de las manifestaciones, a los representantes de estos aparatos políticos. No es sino una de tantas otras medidas básicas de autocuidado. No podemos compartir espacio con quienes firman con nuestros enemigos las leyes que nos encarcelarán y nos pretenden desarticular y desarmar frente a la desquiciada represión policial. Es lógica elemental.