El ser precede a la conciencia. Dicho de otra forma, la conciencia es un atributo del ser. Sin una teorización de las experiencias históricas del proletariado no existe teoría revolucionaria, ni avance teórico. Entre la teoría y la práctica puede existir un lapsus de tiempo, más o menos largo, en el que el arma de la crítica se transforma en la crítica de las armas. Cuando un movimiento revolucionario hace su aparición en la historia rompe con todas las teorías muertas, y suena la hora anhelada de la acción revolucionaria, que por sí misma vale más que cualquier texto teórico, porque pone al descubierto sus errores e insuficiencias. Esa experiencia práctica, vivida colectivamente, hace estallar las inútiles barreras y los torpes límites, fijados durante los largos períodos contrarrevolucionarios. Las teorías revolucionarias prueban su validez en el laboratorio histórico.
Conocer, divulgar y profundizar en el conocimiento de la historia revolucionaria, negando las falacias y deformaciones esculpidas o escupidas por la “sagrada” historiografía burguesa, desvelando la auténtica historia de la lucha de clases, escrita desde el punto de vista del proletariado revolucionario, es ya, en sí mismo, un combate por la historia, por la historia revolucionaria. Combate que forma parte de las luchas de clases, como cualquier huelga salvaje, la ocupación de fábricas, una insurrección revolucionaria, “La conquista del pan” o “El Capital”. La clase obrera, para apropiarse de su pasado, ha de combatir las visiones socialdemócratas, neoestalinistas, catalanistas, liberales y neofranquistas. El combate proletario por conocer su propia historia es un combate, entre otros muchos más, de la guerra de clases en curso. No es puramente teórico, ni abstracto o banal, porque forma parte de la propia conciencia de clase, y se define como teorización de las experiencias históricas del proletariado internacional, y en España debe comprender, asimilar y apropiarse, inexcusablemente, las experiencias del movimiento anarcosindicalista en los años treinta. Sigue leyendo