Venezuela 2024: pugna interburguesa, democrática y “soberana” donde las masas populares se movilizan como carne de cañón

Pugna Interburguesa. Porque, más allá de un fraude electoral, es una lucha por el poder estatal entre dos fracciones burguesas. Por un lado, la fracción de izquierda del Capital: la burguesía burocrática, la burguesía bolivariana o “boliburguesía”, representada por el Partido Socialista Unido de Venezuela–PSUV del presidente Nicolás Maduro (sí, lectores: la Venezuela chavista nunca ha sido “comunista”, siempre ha sido capitalista). Por otro lado, la fracción de derecha del Capital: la burguesía empresarial o tradicional, la burguesía industrial, financiera y agroexportadora, representada por la Plataforma Unitaria Democrática–PUD y su candidato presidencial Edmundo González junto con la líder de la oposición María Corina Machado, quienes se declaran triunfadores de estas últimas elecciones.

Democrática. Porque lo único que realmente está en disputa hoy en Venezuela es cuál de las dos fracciones burguesas gestiona políticamente desde el Estado la dictadura democrática del Capital y su crisis. La fracción burguesa burocrática o de izquierda (Maduro, Cabello y compañía) acusa de “golpista” y “fascista” a la fracción burguesa empresarial o de derecha (González, Machado y compañía); mientras que ésta, acusa de “dictatorial” a aquélla. En suma, ambas fracciones se acusan de “anti-democráticas”. Tales discursos políticos en conflicto son los que se repiten ad náuseam en los medios de comunicación internacionales… Se trata de un falso antagonismo, porque en realidad la democracia es la dictadura social del Capital y, por tanto, de toda la burguesía sobre todo el proletariado, ya que en democracia éste tiene la “libertad” de ser explotado o morirse de hambre y la “libertad” de votar por sus amos políticos cada tantos años. En las protestas actuales no se está cuestionando esta premisa real. Al contrario, aquí la única ganadora es y será la dictadura social capitalista llamada democracia. Lo único que está en disputa es cuál de las dos fracciones burguesas la gestiona políticamente desde el Estado, con el apoyo de movilizaciones populares en las calles.

“Soberana”. Porque también está en juego la “soberanía” de Venezuela dentro de las disputas inter-imperialistas actuales. Sin duda, a EE.UU. en tanto que potencia imperialista occidental le interesa derrocar al gobierno de Maduro a fin de obtener una mejor tajada de petróleo en el mercado mundial. Para lo cual, apoya a la fracción derechista, empresarial y mafiosa de González-Machado y a otras fuerzas reaccionarias emergentes como los carteles narcoterroristas venezolanos (Tren del Llano, Tren de Aragua, etc.), quienes en conjunto llaman a “respetar la soberanía popular expresada en las urnas”. Por su parte, la fracción izquierdista, burocrática y mafiosa de Maduro-Cabello tiene una posición “antiimperialista”, “soberana” y “popular” sólo contra EE.UU., Israel, “la derecha golpista” y las “guarimbas”, pero no contra el imperialismo de China, Rusia e Irán, a quienes considera sus “aliados”, cuando en realidad son sus patrones internacionales que también ambicionan controlar totalmente su petróleo. Así como Palestina hoy es el epicentro de la guerra imperialista en Medio Oriente, así mismo Venezuela mañana podría ser el epicentro de una guerra imperialista en “el patio trasero” de EE.UU…. y de China.

Las masas populares movilizadas como carne de cañón. Porque tanto los trabajadores y los “marginales” como la “clase media” empobrecida y los pequeños propietarios que hoy están protestando y enfrentándose en las calles de Caracas se mezclan y confunden en esa masa interclasista llamada “pueblo”. Donde los trabajadores no están luchando por sus propios intereses materiales con independencia y antagonismo de clase, sino que están luchando por los intereses materiales de sus patrones de izquierda —“el pueblo chavista”, cada vez venido a menos— y de sus patrones de derecha —muchos gritan en las calles “¡Edmundo presidente!”—. Por eso son carne de cañón de esta pugna interburguesa. Obviamente, los trabajadores y el “pueblo” están cansados de tanta miseria económica y represión estatal en Venezuela. Pero no comprenden que la causa real de esa miseria no es “la dictadura comunista de Maduro” ni tampoco “el bloqueo económico de EE.UU.”, sino la crisis catastrófica del capitalismo a escala mundial. Por eso la oposición derechista está capitalizando políticamente este descontento popular generalizado y, gracias a ello, es posible que esta vez sí derrote al desgastado régimen chavista, a diferencia de en las elecciones y las protestas de la década pasada. En ese caso, no habrá fracasado el “comunismo” —inexistente en Venezuela—, sino la gestión estatista o socialdemócrata del capitalismo en crisis llamada “socialismo del siglo XXI”. Pero la explotación y la opresión de la clase capitalista sobre la clase trabajadora continuarán, al igual que la miseria.

Un ejemplo sudamericano de la catástrofe y la contrarrevolución capitalistas a escala mundial. Porque la crisis económica, política y social en Venezuela hoy es sólo un ejemplo particular localizado de la crisis capitalista general en todo el mundo: desde Haití hasta Palestina y Kenia están peor que Venezuela. Por lo tanto, el problema no es tal o cual gobierno de tal o cual país, el problema es el capitalismo mundial y su catástrofe actual. Por otro lado, un período histórico-mundial de carácter contrarrevolucionario como lo es el presente se caracteriza, en términos de lucha de clases, precisamente por pugnas interburguesas como esta, protestas democráticas e incluso revueltas e insurrecciones populares; pero, no por ello deja de ser un período contrarrevolucionario donde la burguesía mundial se encuentra a la ofensiva y sigue teniendo la sartén por el mango. No toda movilización de masas es revolucionaria, también existen movilizaciones reaccionarias de derecha y de izquierda como esta.

Por lo expuesto, la posición de los verdaderos comunistas o proletarios revolucionarios de todas partes frente a Venezuela hoy sólo puede ser: Ni chavismo ni oposición ni intervención imperialista. Acción directa, independiente e internacionalista del proletariado por sus propios intereses materiales hasta destruir y superar el Capital, el Estado, el mercado, la democracia, la nación y la sociedad de clases, mediante la producción de relaciones sociales realmente comunistas entre los individuos de diversos territorios. Ese y sólo ese sería un poder revolucionario para sepultar el capitalismo y la contrarrevolución. Siendo conscientes de que esto no ocurrirá sino hasta que el proletariado de la región venezolana y de todo el mundo aprenda por sí mismo que si sigue luchando por tal o cual fracción de la burguesía está condenado a seguir derrotado y bajo su dictadura democrática y “soberana”. Tarde o temprano, la explotación, la miseria, la opresión y la lucha de clase lo empujarán a ello.

Proletarios Hartos de Serlo

Quito, agosto de 2024

Venezuela : Capitalisme et Lutte de Classes

Les trois prises de position qui suivent ont été publiées entre 2013 et 2015 par divers camarades de lutte. Bien que deux années se soient écoulées depuis, nous sommes convaincus de ce que leur contenu ne manque pas d’actualité, et tout au contraire, le bilan qui y est fait correspond assez à ce qui se passe dernièrement dans la région des Caraïbes.

Comme chacun le sait, les matériaux que nous publions sur ce blog ont toujours eu pour objectif de s’écarter de la roue idéologique qui est présente tout autant dans les médias de gauche que de droite. Si notre réalité locale nous dépasse généralement, par conséquent ce qui se passe en dehors de nos frontières encore plus. Cependant, se limiter à abandonner tout effort pour susciter des critiques, à les divulguer et les discuter, n’a pas de raison d’être. Des contributions comme celles-ci ne doivent pas être comprises comme étant définitives, mais bien comme des efforts qui font partie d’un processus continu, comme de simples (mais nécessaires) contributions pour forger nos propres alternatives de lutte, autonomes et véritablement révolutionnaires à partir de la critique radicale. De toute évidence, donner une réponse précise à toutes les implications concernant le terrain pratique de la lutte, ainsi que les innombrables tâches que comporte son organisation, tout cela ne sera pas résolu en quelques lignes écrites, ni ne s’obtiendra mécaniquement ou à court terme, et encore moins avec volontarisme et immédiatisme. Les échecs et les revers constants doivent se produire dans les rues pour entrevoir les progressions.

Pendant ce temps, décrivant un peu la question que nous abordons, il nous semble pertinent de souligner et de résumer les éléments suivants : se placer sous la bannière du faux antagonisme « impérialisme yankee contre démocratie socialiste latino-américaine », c’est accepter aveuglément de se précipiter dans le vide, c’est prendre part à un simulacre d’opposition qui va nous conduire inévitablement à ce que les choses restent en l’état (ou qu’elles deviennent pires qu’auparavant). C’est pour cela que lorsque nous brandissons la consigne « Ni chavisme ni opposition », nous ne sommes pas en train d’utiliser un simple slogan perturbant, loin de là, nous sommes en train d’exposer sans détours une réalité qui a été mystifiée et déformée pendant des années par toutes les fractions de la bourgeoisie.

L’autoproclamée révolution bolivarienne n’est pas le moins du monde opposé au capitalisme. Le socialisme du XXI° siècle, c’est du réformisme tout court, encadré dans la continuité des tâches démocratiques bourgeoises, à savoir : la défense de l’économie, de la valeur, de l’État, de la nation, du progrès développementaliste.

De plus, ni Hugo Chavez ni Maduro n’ont été des dictateurs fascistes, tout au contraire, ils sont aussi démocrates que leurs homologues exigeant « la libération des prisonniers politiques au Venezuela » (évidemment en se référant exclusivement aux prisonniers de la MUD). Tous les citoyennistes, conservateurs, démocrates qui cyniquement et hypocritement s’indignent et dénoncent la répression policière menée par le gouvernement bolivarien, simultanément dans « leurs propres pays », agissent aussi comme complices, dénonciateurs, commanditaires et même participants directs à la répression et au massacre des prolétaires précaires, paupérisés et marginalisés qui luttent contre l’exploitation et le pillage effectué par les entreprises pétrolières, gazières et minières.

La lutte révolutionnaire que nous revendiquons pour détruire le Capital doit s’opposer dans la même veine à tous les États nationaux, en les réduisant à moins que des décombres ; indépendamment de l’adjectif qui les caractérise, l’idéologie qu’ils proclament, ou le personnage ou le groupe qui est à la tête ; ceci est une affirmation incontournable de notre programme historique.

[Materiales]

PDF: Venezuela : Capitalisme et Lutte de Classes

Text: Venezuela : Capitalisme et Lutte de Classes

Venezuela: Capitalismo y Lucha de Clases

Los tres posicionamientos que aparecen a continuación, fueron publicados desde el año 2013 al 2015 por parte de diversos compañeros de lucha. Pese a que han transcurrido dos años desde entonces, estamos convencidos de que su contenido no carece de actualidad, y por el contrario, el balance que realizan corresponde bastante a lo que últimamente acontece en aquellas tierras del mar Caribe.

Como ya es de conocimiento común, los materiales que difundimos en éste blog siempre han apuntado a salirse de la rueda ideológica que está presente por igual en los medios de izquierda y derecha. Si nuestra realidad local generalmente nos rebasa, por consiguiente lo que ocurre fuera de nuestras fronteras aun más. No obstante, limitarse a abandonar todo esfuerzo por generar crítica, divulgarla y discutirla, no tiene razón de ser. Aportes como estos no deben entenderse como algo definitivo, sino como esfuerzos que son parte de un proceso continuo, simples (pero necesarias) contribuciones para forjar alternativas de lucha propias, autónomas y verdaderamente revolucionarias a partir de la crítica radical. Evidentemente, dar una respuesta certera a todas las implicaciones que conciernen al terreno práctico de la lucha, así como las innumerables tareas que conlleva organizarla; no se resolverán en unas líneas escritas, ni se conseguirán mecánicamente ni a corto plazo, ni mucho menos con voluntarismos inmediatistas. Fracasos y descalabros constantes tendrán que ocurrir en las calles para vislumbrar avances.

Mientras tanto, esbozando un poco sobre el tema que abordamos, vemos pertinente enfatizar y sintetizar lo siguiente: Encuadrarse bajo las banderas del falso antagonismo «imperialismo yankee vs democracia socialista latinoamericana» es aceptar ciegamente marchar hacia el desfiladero, es tomar parte en un simulacro de oposición que inevitablemente nos llevará a que las cosas sigan igual (o peor que antes); por ello, cuando enarbolamos la consigna “Ni chavismo ni oposición”, no estamos haciendo uso de un simple slogan disruptivo, lejos de eso, estamos exponiendo sin tapujos una realidad que durante años ha sido mistificada y tergiversada por todas las facciones de la burguesía.

La autodenominada revolución bolivariana no se contrapone en lo más mínimo al capitalismo. El Socialismo del Siglo XXI es reformismo a secas, enmarcado en la continuidad de las tareas democrático-burguesas, es decir: la defensa de la economía, del valor, del Estado, del la patria, del progreso y el desarrollismo.

Por otra parte, ni Hugo Chavez ni Maduro han sido dictadores fascistas, muy por el contrario, son tan demócratas como sus homólogos que exigen “la liberación de presos políticos en Venezuela” (obviamente se refieren exclusivamente a los presos de la MUD). Todos los ciudadanistas/derechistas/demócratas que cínica e hipócritamente se indignan y denuncian la represión policial que lleva a cabo el gobierno bolivariano, simultáneamente en “sus propios países” ellos también fungen como cómplices, delatores, auspiciadores y hasta participes directos en la represión y masacre a los proletarios precarios, pauperizados y marginados que luchan contra la explotación y el saqueo que realizan las empresas petroleras, gaseras y mineras.

La lucha revolucionaria que reivindicamos para destruir al Capital, ha de combatir en el mismo tenor a todos los Estados nacionales, reduciéndolos a menos que escombros; sin importar el adjetivo que les caracterice, la ideología que pregonen, o el personaje o grupo que esté a la cabeza; esa es una afirmación ineludible de nuestro programa histórico.

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