[Chile] Contra la religión y la iglesia ¡sabotaje e insumisión!

La cólera proletaria que agita en diversas ciudades del Estado chileno, hizo esta vez una peculiar demostración de fuerza y crítica antagonista en la capital Santiago el 8 de noviembre, donde compañeros anarquistas  saqueron, destruyeron e incendiaron el inmoviliario de la parroquia «la asunción».

Celebramos y  reivindicamos el contenido de estas acciones contra la mayor institución jerarca defensora del capital, misógina y pederasta, aliada de los milicos y los torturadores.

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[Chile] El “Partido del Orden” en pleno

Luego de que manifestantes increparan a un puñado de militantes del FA -que intentaron hacer un punto de prensa en Plaza de la Dignidad-, por haber pretendido pactar una paz silenciadora, toda la “clase política” se cuadra en su defensa.

Juan Latorre, de RD -sí, ¡Revolución Democrática!, así se llama ese aparato político que, hace unos años, llorara cuando el Servel no quiso autorizarle la inscripción como partido legal, debido a que su nombre le resultaba algo incómodo, y que no dudaron en asegurar que no tenían intención alguna de hacer algo remotamente calificable como “revolucionario”, obteniendo al fin el visto bueno del poder-, decíamos, que este payaso utiliza por millonésima vez el cobarde recurso retórico ese de que “los extremos se tocan”, para equiparar a la derecha más rancia y el fascismo, con la “otra ultra”, que es así como le llama este cretino a las cientos de miles de personas que no se resignan a volver a la casa tras su criminal “pacto de paz”. Y aún más: tiene la desfachatez de calificar a la mentada acción de “agresión patriarcal”. ¿Cómo nombraría este remedo de ser humano a la violencia sufrida por miles de compañeras a manos de pacos y milicos, que incluyen vejaciones sexuales y violaciones? ¿Cómo puede poner a un mismo nivel tales agresiones con una funa a un grupo de representantes del “pacto de paz”, que solo legitima la violencia represiva contra la protesta callejera? Bueno, en realidad es esperable este grado de distorsión de la realidad, en quienes no tienen idea de lucha real alguna y cuya función precisamente es la de mantener y defender la mentira generalizada.

Camila Vallejo, voz representativa del P “C”, deja atrás los matices indistinguibles que les separan de sus socios frenteamplistas, para también condenar “tajantemente” la funa. Sólo en la afiebrada mente de acérrimos derechistas, este partido y sus figuras representan una amenaza para el sistema.

Leonardo Soto, diputado “socialista”, dice que, si este es el ejemplo de lo que algunos quieren, no contemos con él. Pero por favor, Sotito, ¡qué hombre tan sagaz! Por supuesto que no queremos ni podemos contar contigo. De eso se trata precisamente, vivaz burócrata.

Miguel Crispi, otro cuico charlatán frenteamplista, encuentra que gritarles unas cuantas verdades a estos rostros públicos del FA, constituye una “agresión muy violenta”. Y unas frases después, advierte que no renunciarán a la calle. Pelmazo. Qué calle es la que conoce este tipo.

Y la guinda de la torta, el chiste que se cuenta solo, la verdad hablando por su propia boca: Karla Rubilar manifestando su “repudio absoluto” a las de muestras de rechazo popular al circo politiquero, que hoy chorrea sangre por todos sus poros.

Qué ternura ver tantas muestras de cariño y solidaridad entre quienes a veces juegan a tener diferencias irreconciliables. Sus lealtades ya están claras. Sumisión absoluta al orden que nos ahoga. Literalmente nos ahoga, con gases tóxicos y en sangre.

Pero ya está bueno de pretender hacernos lxs desengañadxs cada dos o tres días, de acusar traición a manos de quienes no podía esperarse otra cosa. Asumamos de una buena vez que nada esperamos del poder y sus lacayos, que nos tenemos solo a nosotrxs mismxs para afirmar nuestras necesidades vitales y alcanzar nuestras victorias. Y con eso nos basta y nos sobra. No los necesitamos y no los queremos.

Fortalezcámonos en nuestros espacios, botemos por la borda toda herencia del viejo mundo. Esta revuelta ha demostrado que no mendiga nada, que no está derrotada, y que no aceptará su paz de cementerio.

¡QUE SE VAYAN TODXS!

Proletarixs en Revuelta

[Chile] Asambleas territoriales: órganos autónomos de la comunidad de lucha

Afiche pegado en las calles de la ciudad de La Serena: «¡Todo el poder a las asambleas! Vida o catástrofe, el porvenir es incierto, pero hemos sabido navegar en aguas turbulentas. A construir comunidad de lucha contra la dictadura empresarial».

El terreno fértil de la insurrección en Chile trajo como su principal fruto las asambleas territoriales, instancias auto convocadas por los pobladores de todo el país como canal para resolver las necesidades inmediatas de la lucha y su propagación. En ellas se está debatiendo las medidas, horizontes y reivindicaciones de este movimiento. En muchos casos, con un fuerte carácter anti institucional y anti partidista. Las asambleas reflejan, de forma embrionaria, la necesidad real del proletariado para dotarse de órganos de poder representativos de la clase, que defiendan e impongan sus necesidades hasta el último aliento, sin tranzar con la clase política.

Estas organizaciones, aún incipientes, manifiestan el sentir y la necesidad de incidir directamente en la realidad, cuestionando la soberanía de nuestra vida al Estado y al Capital, ya que, en la práctica, organizarse colectivamente para resolver nuestros problemas, y profundizar esta lucha, expresa una disputa contra el Estado por el control y dirección de la vida en sociedad. Por ello es necesario que estas asambleas se planteen autónomas, dirigiendo el diálogo hacia los mismos explotados y no hacia la institucionalidad burocrática: son los propios intereses de clase los que están en juego y será enfrentando sus limitaciones que recuperaremos todo lo perdido, no mediando entre las bases y el Estado.

Al ser un órgano barrial, las asambleas están inmersas en la cotidianidad del territorio, por ello su funcionamiento es su principal arma. Su capacidad de cubrir expansivamente las necesidades de la lucha como el abastecimiento, la auto-defensa, la salud, el transporte, las comunicaciones, la solidaridad con sus presxs, etc. será la fuerza que las dotará de legitimidad. En este sentido, las asambleas son la expresión autónoma de la comunidad que auto-organiza sus necesidades y su lucha contra el Estado y el Capital. Es por ello, que su funcionamiento NO PUEDE agotarse en los petitorios o en la asamblea constituyente. Entendemos que muchas personas aún creen en las cantinelas social-demócratas y en que el Estado pueda resolver sus problemas inmediatos, pero sabemos que eso no ocurrirá, de hecho, se agudizará la precarización, es esencial que para cuando el estallido revolucionario comience, este preludio haya servido para sacar las mejores lecciones: fortalecer las asambleas y su carácter autónomo, que son nuestro principal triunfo hasta ahora.

Este ciclo de luchas recién inaugurado será de largo aliento. La insurrección que desbordó Chile estas últimas semanas sigue en curso y nada parece presagiar que acabará. La caja de pandora de la revolución social comenzó a abrirse y la tarea de crear poder territorial se ha puesto a la orden del día. Esto ha dispuesto las alarmas en toda la clase política, de izquierda a derecha toda la institucionalidad burguesa ha movido sus hilos para anular o cooptar estas instancias autónomas de organización. Su principal estrategia es conducir el movimiento hacia sus estrechos marcos de representatividad política, para ello dispuso de “cabildos” que sistematizan las demandas y “suben” los petitorios. Aquí el Estado es el único interlocutor posible y las posibilidades de diálogo comienzan y terminan en las soluciones que éste pueda darnos. No permitamos que las asambleas se conviertan en correas de transmisión del Estado.

Sabemos que cualquier intento por humanizar el Capital se topará con una crisis mundial de valorización en proceso, que esta vez trae añadida una crisis ambiental que, para muchos expertos, comporta la crisis terminal del Capitalismo. Desde Grecia hasta Ecuador, gobiernos de izquierda tuvieron que ceder ante las exigencias del banco mundial y aplicar paquetes de austeridad que precarizan a los mismos de siempre: la clase trabajadora. La socialdemocracia siempre será el “paco bueno” cuidando las garantías del FMI y de sus burguesías nacionales por sobre cualquier otro interés.

Hasta ahora, este movimiento se ha llevado a cabo principalmente en las calles, la protesta callejera espontánea ha paralizado el país principalmente a partir del enfrentamiento con la policía y la interrupción de la circulación capitalista. Barricadas, cacerolazos, saqueos e incendios han sido parte del arsenal proletario para enfrentarse al poder. Su contenido es “contra todo”, contra la totalidad del sistema que nos mata lentamente. El movimiento asambleario está llamado a ser quien dote de contenido a la protesta callejera, quien ponga en el tapete las soluciones reales a las necesidades del pueblo, así como también, quien anime las actitudes y valores que posibiliten una nueva forma de vida: la solidaridad, el espíritu de comunidad, el cuidado recíproco y la ofensiva insurgente serán la debacle del modo de producción capitalista.

Sin embargo, es necesario y URGENTE que estas asambleas se extiendan a los lugares de trabajo, principalmente a los sectores productivos estratégicos. Que instalen el cuestionamiento radical del modo de vida capitalista hasta las últimas consecuencias y se traslade el horizonte productivo de la capitalización infinita a la satisfacción de las necesidades humanas. Ejemplos históricos como los Cordones industriales o los Comandos Comunales pueden ser vitales para comprender el transito que cursamos. Ningún cambio será posible si los trabajadores no tenemos el poder de los medios de vida y producción en nuestras manos, si no tomamos el control de la riqueza que generamos para decidir <cómo> y <para qué> producir. No se trata de aprender a gobernar y auto-gestionar el Capital, se trata de crear una nueva forma de vivir. La economía entera depende de nosotros y temblarán cuando sepan que nos dimos cuenta de aquello.

La historia nos demostró que el Estado, como forma de garantizar las condiciones de vida, siempre será una forma de garantizar la dominación de una clase por otra, de perpetuar el Capitalismo. Con o sin cambio de constitución, el Estado siempre velará por perpetuar la explotación, dejando intactas las verdaderas bases de todo, la propiedad privada y el trabajo asalariado. Al fragor de esta lucha, vamos creando nuestras propias herramientas para destituir lo existente y forjar un mundo nuevo. El preludio de la revolución ya comenzó.

¡¡¡TODO EL PODER A LAS ASAMBLEAS TERRITORIALES!!!

***

¡LIBERTAD A TODXS LXS PRESXS DE LA REVUELTA PROLETARIA!
¡VAMOS HACIA LA VIDA!

La revuelta no para y la conflictividad aumenta: lxs proletarixs comienzan a atacar los barrios de la burguesía comercial mientras el gobierno anuncia un nuevo paquete represivo tras reunirse los altos esbirros de la «seguridad». El Estado sabe que su lucrativo oasis está en juego y lo defenderá con uñas y dientes.

¡A extender la solidaridad de clase y la organización!

La caza de brujas ha comenzado. Históricamente, ante la posibilidad de perderlo todo en una revolución social, la burguesía despliega todo su aparato terrorista para dividir e intimidar a las masas insurrectas. En la región chilena, ante la gran revuelta social que la sacude, la democracia -verdadera dictadura del capitalismo-, ha lanzado a la calle a sus sicarixs armados, al ejército y a la policía militarizada, para reprimir masiva y cruelmente con el consentimiento pleno de un Estado que promete impunidad y jugosos beneficios monetarios a quienes demuestran su lealtad masacrando, torturando y violando al proletariado en lucha.

Ahora, estamos asistiendo al comienzo de una represión selectiva hacia objetivos de la población civil, personas que el Estado, es decir, la clase dominante, considera como sus más temibles enemigos: mujeres en contra de la violencia patriarcal, defensores de la naturaleza, centros de estudiantes, juntas de vecinos, sindicatos de trabajadores combativos, profesores, etc. Frente a una revuelta generalizada e incontrolada, y ante la perspectiva de una posible revolución social, a la burguesía asustada no le temblará la mano para arruinar la vida de las personas que se han atrevido a romper con la pasividad suicida que caracteriza la “normalidad” de este sistema.

El Profesor Roberto Campos quiere ser castigado ejemplarmente: así pretenden amedrentar a la población: “¿Es usted un profesional con un prontuario penal intachable?”. Eso no importa. Por osar patear un torniquete -símbolo por excelencia de nuestra esclavitud a la mercancía, al pagar para vivir y vivir para pagar- usted será arrojado en aislamiento a la Cárcel de Alta Seguridad, lugar donde el Estado encierra a quienes cataloga como los más peligrosos subversivos. Y, justamente, esta clase de proletarixs son los que más amenazan actualmente al capital, pues con sus acciones ponen en peligro la continuidad de la totalidad del sistema, rompen la normalidad capitalista e inflan de coraje y valentía a las masas rebeldes. Este es solo un caso, sabemos de al menos 400 compañerxs de clase que se encuentran en prisión. El movimiento autoorganizado en asambleas, las minorías revolucionarias, junto a todxs quienes participan del movimiento deben exigir su libertad.

¡Libertad y solidaridad para todxs lxs presxs de la revuelta de Octubre!
¡Exigimos el esclarecimiento inmediato de los crímenes realizados por las fuerzas armadas y la policía durante la represión!
¡No más presxs ni desaparecidxs por luchar!

[Radio] Programa 40 de Temperamento- ESPECIAL TESTIMONIOS Y REFLEXIONES DESDE CHILE y CATALUNYA -CRITICA AL NACIONALISMO

http://blog.temperamento-radio.com/content/images/size/w1000/2019/11/PlacaTempe40.jpg

Grabado el 1 de Noviembre del 2019

Descargar o escuchar audio

-Audio: Niñas contra el toque de queda
-¿Neoliberalismo?
-Testimonios desde el Desierto de Atacama:
Compañeros de El Sol Ácrata desde Calama y Antofagasta
-Audio: ¡Por nuestrxs caidxs!
-Datos de la represión
-Testimonios desde el Sur:
Compañero argentino desde Punta Arenas
Compañero de Radio Kurruf desde Temuco
-Audio: Efecto Psicoterapéutico
-Recomendamos: Asambleas territoriales en tiempo de revueltas
Desde Villa Olímpica – Santiago de Chile
Link: http://rcvo.cl/2019/10/31/conversatorio-asambleario-i/
-Disturbios en Catalunya y la trampa del nacionalismo.
-Grupo Barbaria desde la región española

Nos acompañan: Ground Zero –  Illapu – Asamblea Internacional del Fuego – Accidente – Los Planetas – Decima Víctima

[CHILE] ¡ABAJO EL ESTADO POLICIAL! ¡LIBERTAD A TODXS LXS PRESXS DE LA REVUELTA!

“Terrorismo: dominación por el terror” (Diccionario de la RAE)

Desde la gran insurrección del 18 de octubre el Estado ha mostrado su verdadera cara, el terrorismo, que siempre está por debajo de su supuesta legalidad y legitimidad democrática.

La dominación capitalista usa formas democráticas (“un hombre/un voto”, decían) para poder imponer su dictadura social y extenderse a todo el cuerpo social en tanto sistema productor y reproductor de tiempo muerto y mercancías. Eso no es para nada incompatible con usar formas de abierto terrorismo estatal: en 1973 y 2019, en dictadura y democracia, el Estado es uno solo, y la continuidad de sus formas de prevenir y controlar la revuelta salta a la vista: secuestros, torturas, violaciones, agresiones, y encarcelamiento masivo. Sigue leyendo

REVUELTA INTERNACIONAL CONTRA EL CAPITALISMO MUNDIAL

La revuelta proletaria ha explotado a lo largo del mundo confluyendo violentamente en diferentes rincones del mismo. Chile, Ecuador, Irak, Haití, Francia, Líbano, Hong Kong, Colombia, Bolivia, Honduras, Argelia, Sudán… son algunos de los lugares donde en estos últimos meses hemos salido a las calles desatando toda la cólera acumulada durante años. Bastó el anuncio de una subida del subte en Chile, de la tasa de combustible en Francia, del precio del pan en Sudán, un impuesto en las llamadas por redes sociales y en la gasolina en Líbano, o que quitaran los subsidios al combustible en Ecuador, para que como en Irak o Haití, saliéramos desesperados y furiosos ante la imposibilidad absoluta de vivir.

La insaciable sed de ganancia de la burguesía mundial está llevando a la vida en la Tierra a límites inimaginables, la contradicción entre las necesidades de valorización y la vida humana explosionan desde hace años en revueltas que hoy, con la concentración en el tiempo de decenas de revueltas, anuncian una nueva agudización del antagonismo de clases a nivel internacional. Cada barricada, cada protesta que se alza contra los sucesivos aumentos de nuestra explotación, cada corte de ruta, cada saqueo, es un llamamiento del proletariado mundial a luchar contra el deterioro de nuestras condiciones de vida, a extender y afirmar la negación de este mundo, a empuñar y levantar de nuevo la bandera de la revolución social.

Lo que nos anuncian las revueltas que hoy se generalizan por el mundo capitalista no es otra cosa que la reemergencia del proletariado, el regreso del viejo topo que nunca dejó de cavar. La llamada primavera árabe, la revuelta social en Grecia, en Turquía, en Ucrania, o las recientes luchas en Brasil o Venezuela, eran la antesala de un movimiento internacional e internacionalista que hoy lleva el miedo a todos los representantes del capitalismo mundial e insufla esperanzas y fuerzas a los proletarios de todo el planeta.

Desde el gobierno de turno que ejecuta las medidas que imponen las necesidades económicas y suponen siempre una subida de los precios de lo imprescindible para vivir; desde el patrón que nos explota directamente en el trabajo sacándonos nuestra última gota de energía; desde el mercado que nos arroja al desempleo en un mundo en el que si no tienes billetes en el bolsillo sobras y vas directo el matadero; pasando por el banco, o mejor dicho, por los bancos mundiales que aumentan nuestro grado de explotación con todo tipo de medidas de expoliación que hace que esos mismos billetes valgan cada vez menos en nuestras manos; desde cada chute más de ganancia que ejecuta la burguesía mundial a costa de envenenar el aire, el agua, la tierra, nuestra sangre o lo que comemos, pasando por todas esas innumerables organizaciones, sindicatos y partidos de izquierda y de derecha que representan “alternativas” al interior del capital y que sirven para perpetuarnos en nuestra condición de esclavos… a todos y cada uno de ellos van siendo señalados por el fuego de la revuelta como responsables de nuestros sufrimientos, como representantes del capitalismo mundial.

La potencia que ha mostrado nuestra clase en estos meses ha conseguido trastocar incluso los encuadramientos que en algunos lugares la burguesía lograba imponer para fagocitar nuestra lucha. En Hong Kong, el encuadramiento interburgués recula por la fuerza de la lucha internacional que arrincona algunas de las consignas de nuestro enemigo y determina a los proletarios a delimitarse de las mismas. Hasta en Cataluña, donde el nacionalismo parece omnipotente dirigiendo un espectáculo que arrastra al proletariado a negarse como fuerza revolucionaria, han aparecido consignas y prácticas de minorías que expresan que la fuerza revolucionaria sólo se abrirá paso fuera y contra la trampa de las banderitas nacionales.

Claro que, dicho todo esto, subrayando la importancia histórica de lo que estamos viviendo y que tiende a afirmarse en la práctica como movimiento proletario internacional e internacionalista frente a todas las tentativas de la burguesía por reprimirlo, ocultarlo, canalizarlo, deformarlo, fraccionarlo… no dudamos ni un momento que no es más que el comienzo de un proceso largo y complejo. Es difícil predecir los pulsos y desarrollos que tendrá, las idas y venidas, pero indudablemente avanza ya hacia una confrontación cada vez más internacional y generalizada, cada vez más violenta, cada vez más decisiva.

Si bien estamos ya reventando de hambre, enfermando de todas las maneras posibles y asfixiándonos por todo lo que da empuje a la economía a costa de nuestra vida y la de nuestro planeta, lo que está por venir es todavía peor. La catástrofe capitalista que se viene encima es incomparable con lo que se ha vivido hasta ahora. Las insaciables necesidades vitales de la economía capitalista piden sacrificar al ser humano y a todo lo viviente en el altar de la ganancia. Pero los proletarios hemos retomado la vía que abre la puerta a otro futuro: la pelea, la lucha intransigente por imponer una transformación radical, el ataque a las diversas instancias y representantes del capital, la afirmación en las calle de innumerables rincones del mundo de la comunidad de lucha contra el capital.

Ante la fuerza de la revuelta internacional, el capitalismo mundial responde como no puede ser de otra manera, con todo su arsenal terrorista. Durante estas semanas de protestas la democracia del capital nos recuerda que su dictadura es la más brutal que ha conocido la humanidad. Policías, antimotines y milicos salen a llenar de sangre las calles, a destrozar cuerpos, a encerrarnos, a asesinarnos, a dejarnos sin suministros y sin abastecimiento para hacernos recular, para meternos el miedo y que abandonemos las calles, para mostrarse invencible. Centenares de muertos, decenas de miles de detenidos y encarcelados, hombres, mujeres y niños mutilados y torturados por las armas que usan contra nosotros, ciudades y barrios desabastecidos para que regresemos a nuestras casas y se añore la vuelta a la tranquilidad de los cementerios.

Pese a que en algunos lugares tratamos de responder a todo ese terrorismo creando ollas y cocinas comunitarias, albergues, espacios para cuidar a nuestros hijos más pequeños mientras otros pelean en las calles, centros para tratar a los heridos y refugiar a compañeros, y también respondemos con la violencia revolucionaria, tomando por la fuerza lugares de abastecimiento, atacando a los medios de comunicación del capital, consiguiendo y repartiendo armas con las que defendernos y atacar al terrorismo del Estado, intentando que el miedo cambie de campo, intentando responder a su terrorismo expresándonos como comunidad de lucha, como comunidad solidaria, lo cierto es que aún no tenemos la fuerza suficiente para responder como se necesita al terrorismo del Estado. Es cierto, los milicos y todo su arsenal asesino no nos ha hecho retroceder, y la resistencia en las calles nos llena de determinación y coraje. Sin embargo, cuando el ejército sale a las calles a desplegar todo su terror, pese a la existencia de minorías que mantienen el pulso de la lucha y tratan de dar directivas, todavía somos incapaces de dar un salto cualitativo que cristalice en insurrección. La necesidad que hoy se nos plantea en cada revuelta es cómo profundizar y desarrollar esa insurrección.

Tenemos que retomar la senda del pasado, recordar lo que hicieron nuestros hermanos de clase entonces, cómo se cristalizaron las insurrecciones pasadas que lograron desestabilizar al Estado. Tenemos que recordar cómo se desestructuró a los cuerpos represivos, cómo se descompusieron los ejércitos, cómo enormes franjas de milicos se negaron a disparar contra la revuelta o más aún, se pasaron con la armas a su lado. La descomposición del ejército siempre fue y será un salto de calidad fundamental en toda revuelta proletaria.

Tenemos también que retomar la creación de estructuras para el abastecimiento, para la autodefensa, organizar el asalto a los centros de armamento para cristalizar las necesidades insurreccionales del enfrentamiento. Pero también necesitamos saber cuándo replegarnos en los momentos en los que la correlación de fuerzas nos es desfavorable, manteniendo la fuerza colectiva para evitar que el Estado nos barra. A veces puede ser necesario el repliegue, que no el abandono, para estructurarse, ampliar el asociacionismo y la estructuración proletaria internacional. Necesitamos también sacar a los presos, a los detenidos, etc. Pero sobre todo necesitamos que todo esto sea materializado como expresión y dirección de nuestra comunidad de lucha contra el capital. Toda tentativa de eludir la necesidad insurreccional y desarrollar en su lugar una guerra entre aparatos, o la de escindir de la propia comunidad de lucha la organización de la violencia como tarea de específica de un grupo guerrillero, son caminos que liquidan la fuerza que estamos generando. Como lo son también todas las peticiones de derechos humanos, o las exigencias de dimisiones de responsables del Estado, formas de integración democrática. Sin embargo, estamos convencidos de que nuestra comunidad de lucha aprenderá no sólo de su propia experiencia actual, sino que esa misma experiencia le hará reencontrarse con su propio pasado para buscar las formas de asumir estas necesidades. Como en Irak, donde los proletarios lanzan consignas refiriéndose a la insurrección de 1991.

No podemos obviar que el orden social existente no sólo combate nuestra lucha con balas y milicos que se lanzan contra las barricadas, sino con un conglomerado de ideologías y fuerzas que maniobran para destruir toda contestación social. Y lo que es más peligroso, esas mismas fuerzas, aprovechando nuestras propias debilidades y límites actuales, se presentan como parte de nuestra comunidad de lucha, llevando a muchos sectores de nuestra clase a identificarlas como tal. Las “soluciones” nacionales o nacionalistas, los espectáculos de asambleas constituyentes, los pedidos de depuraciones democráticas o cualquier otra reforma al interior del Estado son balas más dañinas que las que tiran los milicos, pues van dirigidas al corazón de nuestro movimiento. De nuestra determinación a contraponernos y enfrentarnos a esas fuerzas de la contrarrevolución depende la perspectiva revolucionaria, el latido de ese corazón comunitario.

No hay que olvidar que también es fundamental asumir todas una serie de tareas en los lugares donde la paz social no se acaba de romper. Claro que las mismas no tienen nada que ver con limitarse a la cuestión antirrepresiva o/y movilizaciones en embajadas y consulados que son terreno abonado para discursos reformistas y de derechos, con quejas y condenas contra los “excesos del Estado”. Ni por supuesto con defender la revuelta en tanto “pueblo que no aguanta mas” y que es “reprimido brutalmente”. Estas prácticas permiten precisamente a fracciones progresistas liquidar la verdadera solidaridad de clase, hacer de la revuelta y su necesidad algo de otros lugares, ajeno, lo que justifica negarla en su propio territorio defendiendo la paz democrática y los llamados a votar al mal menor. Por el contrario, la solidaridad de clase defiende la revuelta como expresión de nuestra comunidad de lucha contra el capital, como una misma lucha contra un mismo enemigo mundial. Claro que, las necesidades y tareas que se pueden asumir en los diversos lugares viene condicionada, no por la voluntad o determinación de grupos militantes, sino por la correlación de fuerzas locales. Desde luego es necesario crear instancias y comités de solidaridad, para centralizar y difundir las distintas informaciones de la lucha, así como lo que se realiza al interior de la revuelta (la sociabilidad, los saqueos, la organización comunitaria, la autodefensa, los comunicados compañeros etc.), para contraponernos a las mentiras de los medios de comunicación, a las canalizaciones socialdemócratas; para crear redes de ayuda con los refugiados, etc. En definitiva, hay que impulsar la estructuración de nuestra comunidad de lucha internacional, buscar formas de satisfacer las necesidades que se nos plantean en la lucha y saltar los obstáculos que nos encontramos.

La revuelta proletaria que hoy pone patas arriba al capitalismo mundial deja en evidencia, frente a todos los que quieren hacernos creer que la revolución es imposible, que la única alternativa del ser humano al capitalismo es la revolución mundial. La propia lucha y lo que cristaliza, nos da la certeza de que la humanidad puede destruir esta forma de vivir basada en la comunidad del dinero, mandarla al basurero de la historia, y desarrollar una nueva sociedad basada en la comunidad humana y su unidad inseparable con la Tierra.

¡Desde diferentes países y distintos escenarios, una misma lucha contra el capitalismo!

¡Organicemos internacionalmente nuestra comunidad de lucha!!

Afuera y en contra de sindicatos y partidos

¡A profundizar la lucha contra las relaciones sociales capitalistas!

Proletarios Internacionalistas

[CHILE] YA NO HAY VUELTA ATRÁS: LA AUTOORGANIZACIÓN Y SUS DESAFÍOS

MÁS ALLÁ DEL SENTIDO COMÚN DE ESTA SOCIEDAD ENFERMA

Estos días de revuelta nos parecen más largos de lo habitual. Vemos imágenes de una semana atrás y se nos hacen extrañamente antiguas. Todo lo contrario a lo que ocurría antes, cuando todo era “normal”, cuando la rutina muchas veces angustiante consumía implacable e imperceptiblemente nuestros días.

“Chile despertó”, se lee y escucha en todas partes. Y si bien esta explosión de rabia se nos presenta como el repentino abandono de un pesado letargo, tampoco es exacto decir que simplemente estábamos dormidxs o absolutamente engañadxs; son muchos los precedentes de agitación social que podemos citar (lo más reciente: el tenaz movimiento de estudiantes secundarixs, las diversas y masivas manifestaciones feministas contra la violencia patriarcal-capitalista, la revuelta comunitaria en Quintero-Puchuncaví contra la devastación ambiental, la continuidad de la resistencia de las comunidades Mapuche, y un rico etcétera de valiosas experiencias). La lucha siempre ha estado presente. Lo mismo en todas partes del mundo. Pero el pasado 18 de octubre se abrió una grieta profunda en la coraza de esta sociedad, acostumbrada al aislamiento y la sumisión. Y ya nada volverá a ser igual. Nos demostramos que somos miles, millones, hermanadxs en el rechazo a la miseria cotidiana y en los deseos de construir colectivamente un mundo mejor. A partir de entonces, la totalidad del discurso oficial de la dominación, a través del gobierno, su supuesta oposición, y la prensa en general, ha quedado en entredicho. Hoy todo nos parece posible. Por eso debemos, ahora más que nunca, permanecer despiertxs, evitando caer en los cantos de sirena con los que buscarán aplacarnos. Sigue leyendo

[CHILE] PRIMER DETENIDO BAJO LA LEY DE SEGURIDAD INTERIOR DEL ESTADO POR LAS REVUELTAS DE OCTUBRE: ROBERTO CAMPOS

El jueves 17 de octubre del 2019, la insistente agitación y desobediencia ante un nuevo aumento en el pasaje del tren subterráneo estallaba en cada evasión masiva y consecutiva represión a lo largo de Santiago, principalmente protagonizada por estudiantes secundarios.

Fue en ese momento que Roberto, un joven profesor de 35 años que realiza clases de Matemáticas y Estadísticas, decidió unirse y rebelarse contra lo que instintivamente identificó como la maquinaria que lo oprime cotidianamente. Tras volver de su trabajo se encontró con una nueva y masiva evasión, en medio de los desórdenes que ocurrían en el Metro San Joaquín (Línea 5), el joven habría roto los distintos torniquetes y validadores de la estación del metro.

Al día siguiente la acción se multiplica, la rabia se expande y estalla la revuelta imparable hasta hoy.

Pasan los días y noches de fuego, toques de queda y militares en las calles, cuando durante la tarde del 29 de octubre mientras las fuertes protestas continúan en el centro de Santiago, personal de la BIPE-PDI (Brigada de Investigaciones Especiales de la Policía de Investigaciones) detiene a Roberto Campos Weiss en su domicilio. Las imágenes de Roberto a cara descubierta destruyendo los torniquetes fue la principal y única prueba en su contra. No hay labor ni merito policial, de inteligencia o investigación como pretenden mostrar por la prensa.

El proceso es llevado por la Fiscalía Sur, denominada como especialista en casos de atentados explosivos e incendiarios, y ahora asumida sin tapujos como perseguidores políticos por excelencia. La nueva GESTAPO celebró la detención de Roberto, como el primer detenido de la revuelta y decidió formalizarlo por Daños y por la Ley de Seguridad Interior del Estado (Articulo 6, letra C: “Los que inciten a destruir, inutilizar, interrumpir o paralizar, o de hecho destruyan, inutilicen, interrumpan o paralicen, instalaciones públicas o privadas de alumbrado, energía eléctrica, de agua potable, gas u otras semejantes; y los que incurran en cualquiera de los actos antedichos con el fin de suspender, interrumpir o destruir los medios o elementos de cualquier servicio público o de utilidad pública”).

El nuevo ministro de guerra (o del interior según sea el caso), Gonzalo Blumel solicitó el máximo de penas contra Roberto señalando que: “esa persona le causó un daño profundo a cientos de miles de familias chilenas”. Claro esta que para Blumel la decena de muertos, los cientos de heridos, los más de 40 individuos que han perdido la vista y la decena de jóvenes violadxs por los mercenarios de uniforme, no valen nada al lado de 4 validadores destruidos.

Finalmente el 30 de octubre Roberto enfrentó a todo el poder judicial en el 11° Juzgado de Garantía de Santiago, donde la jueza valido el uso de la “Ley de Seguridad del Estado” y señalo 5 años como pena probable, además de indicar que “el sujeto se siente validado por la acción, y esa es una actitud aún más peligrosa”. De esta forma determinó un plazo de 90 días de investigación, prisión preventiva e ingreso a la Cárcel de Alta Seguridad

¡Solidaridad con Roberto y todxs lxs detenidxs por la revuelta de octubre!

¡A sacar a nuestrxs presxs de las cárceles!

¡A multiplicar las expresiones solidarias con quienes se encuentran tras las rejas por lucha!

¡Abajo la Ley de Seguridad Interior del Estado!

[CHILE] LOS EXPERTOS NO PASARÁN!

AVISO DE UTILIDAD PÚBLICA:

A PROPÓSITO DE LA AGONÍA DEL VIEJO MUNDO

Deploramos sus ofertas y demandas de educación, salud, transporte, pensiones, etc. ¿Por qué deberíamos aceptar seguir siendo parte de los campos de concentración donde el mercado elige sus esclavos? ¿Para qué querríamos ser “sanos funcionales” en un mundo que nos enferma? ¿Y qué ganas podríamos tener de llegar más rápido a los centros de explotación que devoran nuestra energía vital?

Poco importa que estas cosas pudieran conseguirse “gratis” con una “justa redistribución a través de los impuestos”. ¿Pagarían realmente los grandes terratenientes agrícolas del Aconcagua o las mineras? ¿O, más bien, continuarán pagando los territorios que desertifican, los ríos que secan, las aguas que contaminan?

No nos interesa perfeccionar nuestra integración a un orden que nos niega. La mirada del hambre ignora el hecho de que una vida asegurada a costa del poder y la riqueza solo es, en última instancia, una vida reducida a la economía.

El humano es el único animal capaz de realizar sus deseos cambiando el mundo y hasta ahora solo ha realizado el intercambio de su fuerza vital por la producción y acumulación de mercancías. La historia que dirigimos con cada paso del progreso no es la de nuestros deseos. Es la historia de una civilización moribunda que hoy está cerca de enterrarnos bajo el peso de su ausencia de vida.

Nos alegra ver cómo son saqueados y arden los supermercados, los bancos, los diarios, las multitiendas, los peajes, las fábricas, los trenes, pero no por el resultado, sino por el cambio de sentido que se produce en tales actos: romper lo que nos impide disfrutar de todo, no tolerar ningún obstáculo al placer.

Sin embargo, sabemos que algunos de estos actos son organizados por las fuerzas represoras del Estado para poner el levantamiento en contra de sí mismo, dividiéndolo entre quienes son pobres y defienden su lugar en el matadero y los que son más pobres y ya están hartos de vivir muriendo. Por eso no nos engañamos ¡romper símbolos no es romper el sistema!

Los amaneceres rojos o negros nos importan menos que la chispa de vida que los enciende. Nuestra pasión se dirige a la superación, a la violencia de una vida que no renuncia a nada y no a la violencia que, desbordada a fuerza de estar contenida, se repliega sobre ella misma y se muerde la cola con la rabia del perro encadenado. ¡Destruiremos lo que nos deshumaniza sin ofrecer nada a cambio!

Renegamos de todos los intelectuales y grupúsculos que se toman por conductores y representantes del “pueblo”. Son ellos quienes se sentarán a negociar con el Estado, los que acabarán diseñando medidas para reorganizar la ruina cotidiana. ¡No aceptaremos otra guía que no sea la de nuestros deseos!

Frente a la supervivencia capitalista, no tenemos otra alternativa más que intentar lo imposible: ¡la potencia de la vida realizada aquí y ahora es el arma que ninguna de sus armas podrá aplastar!

Compañerxs de la región dominada por el Estado chileno 31 de octubre 2019

[Chile] Por nuestrxs hermanxs caídos ¡Cada gesto de revuelta será en sus nombres!

El Estado, su policía y ejército han mostrado su verdadera cara. Los orgullosos defensores “del pueblo” y su gloriosa maquinaria de guerra se despliegan sin pudor como lo que siempre han sido: sicópatas, terroristas, asesinos, violadores y torturadores; defensores autómatas de la propiedad de los ricos. Si a alguien le quedaba alguna duda sobre el rol que han cumplido históricamente estos asesinos a sueldo, hoy la evidencia de su actuar sobre lxs proletarixs nos obliga solo a tomar partido: o se está con un Estado y sistema social criminal, o se está con la humanidad y su emancipación.

¡Nosotrxs no queremos volver a vernos atropellados y humillados! ¡No queremos seguir perdiendo a nuestrxs hermanxs ni queremos nunca más paz con una tropa de asesinos! ¡No nos protegen ni necesitamos que lo hagan!

No queremos reformas ni shows politiqueros para que todo vuelva a ser igual. Queremos que toda la estructura que protege y sustenta la explotación capitalista se evidencie como la más simple brutalidad armada sostenida con una supuesta legalidad que solo rige para lxs pobres. Ninguna agenda social del Estado ni ninguna nueva constitución pondrá límites a una clase que nunca ha respetado ley alguna más que la de sus propias ganancias.

Por todxs nuestrxs hermanxs caídxs ¡Cada gesto de revuelta será siempre en sus nombres! ¡La emancipación de lxs trabajadorxs será obra de lxs trabajadorxs mismxs! ¡Fin al Estado policial!

¡Abajo la constitución! ¡Revolución social!

Anónimo – Chile, 30 de octubre de 2019

Evade, desobedece, mobilizate. Reflexiones sobre el estallido social en Chile

Otra vez la coyuntura. Interludios entre la desobediencia y la acción transformadora

Hace 100 años, interpelados por el desenlace de la guerra civil que decidiría los destinos de la república de los soviets en Rusia, personajes legendarios como Lenin, Kautsky y Trotsky darán lugar a un emblemático debate sobre el poder, la democracia y la dictadura en un proceso revolucionario. En el contexto de dicho intercambio, Kautsky le pregunta a Trotsky si se atrevería “a subir en una locomotora y ponerla en marcha, confiando en que durante el viaje aprendería a conducirla”, una pregunta retórica sin otro objetivo que advertirle que: “…antes de ponerse a dirigir una locomotora hay que saber manejarla. Antes de hacerse cargo de la producción, el proletariado necesita capacitarse para dirigirla. La producción económica no tolera ninguna paralización, ninguna interrupción…”.

Algunos meses más tarde, Trotsky le responderá en los siguientes términos: “Nadie    ha aprendido a conducir una locomotora sin moverse de su despacho… nadie deja elegir al proletariado entre montar a caballo o no montar, entre conquistar el poder inmediatamente o dejarlo para más tarde”

Hoy por hoy, al otro lado del mundo, en un territorio aún más alejado que Rusia del suelo histórico europeo, la coyuntura se impone y obliga a las y los proletarios a hacerse cargo de sus destinos para poner en jaque el modelo económico que les condena y asola. Chile, emblema mundial del neoliberalismo y de la así llamada “paz social”, de la democracia y los éxitos del mercado autorregulado, ve cómo se desgarran esos velos de colores exitistas que ocultaban las marcadas desigualdades económicas, la frustración política y el endeudamiento. Una población anquilosada en la impotencia de ver cómo las alternativas se agotaban, decide salir a las calles, encontrarse y con una sola voz gritar que han aguantado demasiado, que en las condiciones actuales ya no se puede vivir en paz. Sigue leyendo

[CHILE] ASAMBLEAS DESTITUYENTES POR LA ABOLICIÓN DEL CAPITAL, ESTADO Y TRABAJO ASALARIADO

El ciudadanismo neoliberal pretende Institucionalizar la rebeldía a través de asambleas formateadas y cabildos coloniales, entre la ingenuidad bien-intencionada de algunos y la empatía asistencialista de otros solo lograrán reciclar el orden hegemónico que se reproduce en la sociedad mercado-céntrica, las fuerzas represivas y la acumulación capitalista. Iniciando así un nuevo ciclo de dominación y traición de las revueltas pasadas.

El proceso «constituyente» funciona como aparato de desarticulación de la Comunidad de Lucha encausando las respuestas a la crisis generalizada para apaciguar la cólera de lxs explotadxs y así reconstruir una nueva cotidianidad con el mismo olor que la anterior a la revuelta de Octubre. Desde barrios e instituciones gubernamentales gestionan la carnada lanzada por el consenso neoliberal para desmovilizar la rebeldía a través de diálogo, respeto y tolerancia con quienes solo merecen juicio y castigo, es decir, la burguesía y sus secuaces. Este nuevo «Pacto Social» solo traerá más de lo mismo, ESCLAVITUD Y MISERIA. Nos dicen que la Guerra entre Clases no existe y que es la «unidad nacional» nuestro único salvavidas. Ellos estipulan donde y cuando lo harás, sobre que hablarás, cuanto tiempo te tomará. Tecnócratas amigables profesionales y populares se preparan para dar fin consciente o inconscientemente al último respiro de la humanidad, la lucha final contra el Capital. Nunca podremos construir nueva vida sobre los cimientos de una realidad podrida, agrietar la cotidianidad capitalista y destruir las relaciones sociales capitalistas es tarea inmediata para impulsar un proceso revolucionario eficaz y anticapitalista que no permita la metamorfosis de ninguna forma de dominación humana.

No permitamos que se apague la llama de la revuelta, evitemos que capitalicen nuestra rebeldía y reventemos el ajuste adaptativo de la dominación capitalista. Vida o catástrofe, el porvenir es incierto, pero hemos sabido navegar en aguas turbulentas.

¡Contra lxs dirigentes, contra el Estado que roban los frutos de nuestros combates!

Chile, 28 de ocyubre 2019

ACCIONES DE SOLIDARIDAD INTERNACIONAL CON LOS PROLETARIOS EN GUERRA CONTRA EL ESTADO CHILENO, ECUATORIANO O CUALQUIER OTRO DESDE EL TERRITORIO BAJO CONTROL DEL ESTADO MEXICANO

En solidaridad con las revueltas en Latinoamérica, desde la región mexicana.

El llamado es claro, al estallido de la huelga general, la acción y lucha directa, asambleas territoriales, ollas comunitarias, saqueos y sabotajes; acciones que si bien no exentas de sus limitaciones, imponen las necesidades humanas sobre las del capital y la dictadura del valor. El estallido social que resulta de medidas y reformas económicas e incrementos en el transporte o bienes básicos, que precarizan la vida en las distintas regiones del cono sur, así como consecuencia de la miseria generalizada; impulsan al proletario a constituirse como clase revolucionaria y decidirse a tomar las riendas de su vida en lucha directa y antagónica a las normas mercantiles del Estado-Capital o reventar de hambre.

Los proletarios más conscientes de nuestra condición de clase sabemos la importancia de compartir y asumir su lucha como nuestra, acompañarlos en esta guerra de clases superando toda barrera nacional, sabemos que como sujetos históricos nos desenvolvemos bajo la misma dominación con distintas facetas y fronteras, compartimos la impotencia y las lágrimas, así como los breves momentos de victoria que de cualquier modo nos dejan una lección de vida para las futuras generaciones. En ese sentido una cantidad no definida de proletarios salvajes decidimos mandar nuestro gesto de solidaridad fraterna cortando las vías de comunicación y circulación mercantil en distintos puntos de la Ciudad de México, en el marco de una convocatoria global en apoyo a la causa de inicio. Sigue leyendo

[Chile] ESTO NO PARA: ¡YA NO VOLVEREMOS A SU NORMALIDAD!

“En el viento que siembra la tormenta, cosecharemos días de fiesta”

Canción “La vida pasa”, de Raoul Vaneigem

Después de la enorme marcha del día viernes 25 de octubre en la ciudad de Santiago, todos los medios de comunicación al unísono, junto al gobierno, hicieron un llamado a volver a la “normalidad”, pretendiendo así desmovilizar y opacar más de una semana de duros combates en las calles que se han saldado con una feroz represión nunca antes vista en “democracia” –que es solo una de las formas que adopta en determinados contextos el despotismo del capital-. Las y los hijos de la burguesía, bajan del barrio alto a “limpiar el centro de la ciudad” de los incontables grafitis y rayados con consignas que se han vuelto parte del paisaje habitual, se suspende el toque de queda, se destituye al gabinete de ministros y se anuncia por todas partes el avance hacia la concreción de un “pacto social” que, supuestamente, pondrá punto final de una vez por todas a esta crisis. Pero para las y los proletarios que hemos estado participando de la revuelta la vida nunca volverá a ser igual: hemos cambiado para siempre y llegado a un punto de no retorno.

Ya no podemos soportar más esta miserable realidad. Su “normalidad”, a la que nos quieren arrastrar, es la esclavitud del trabajo asalariado que nos roba nuestro valioso tiempo, no poder llegar a fin de mes, las enfermedades mentales que nos provoca esta locura de mundo capitalista, la paz de los cementerios, la amnesia histórica, la inexistencia de un conflicto entre clases sociales, el adoctrinamiento de la juventud proletaria a la sumisión en las cárceles-escuelas, la destrucción sin remordimientos de nuestro entorno natural, y en definitiva, una civilización y un modo de existencia suicida que nos tiene al borde de la autodestrucción como especie. ¡A la clase capitalista solo les importa que produzcamos mercancías, las hagamos circular y las vendamos!

Durante estas emotivas jornadas hemos descubierto que es realmente vivir, abriendo un camino para ir desterrando de nuestras cabezas todo lo que nos impusieron. Nos hemos encontrado colectivamente y vislumbrado que todas nuestras necesidades insatisfechas tienen su raíz en esta forma de vida inhumana que precariza todo lo que toca. Aunque parezca difícil de creer, casi no hemos gastado dinero para subsistir durante estos días, la solidaridad y el apoyo mutuo han sido casi una norma por todas partes: en las poblaciones, caceroleos, barricadas, movilizaciones, asambleas, saqueos, etc. Y esto ha sipo posible porque muchísimas personas nos hemos reconocido como iguales, como una clase que se opone a otra clase, y que quiere dejar de serlo, y que, además, ha creado espontáneamente un movimiento de asambleas en donde el proletariado se asocia y se dota de una perspectiva de lucha que pretende ser común.

Nosotras y nosotros lo queremos todo y ahora, a contracorriente de quienes quieren domesticar y encauzar la vitalidad que ha demostrado el proletariado de manera democrática en una “Asamblea Constituyente”. La lucha no amaina, a pesar del desgaste, el oportunismo, las balas y los llamados a la “paz social”. Hagamos de mañana un “super lunes” salvaje que los haga temblar.

¡TODO EL PODER A LAS ASAMBLEAS AUTOORGANIZADAS!

¡NO TENEMOS NADA QUE PERDER!

¡VAMOS HACIA LA VIDA!

Un grupo de Proletari@s «anormales» en lucha, Santiago, Región chilena en revuelta

***

«En todas partes se respira la comunidad humana emergiendo con fuerza. Ya no hay millenials, sólo una masa anónima de jóvenes que se rien de las balas porque saben que son una generación que hasta ayer sólo quería morir, y que hoy por primera vez saborea lo que es la vida. En los territorios son cada vez más quienes se suman a las asambleas para encontrar la fuente de su vitalidad, el sentido de haber soportado todos estos años lo insoportable. En los lugares de trabajo los explotados forcejean para hacer de esos talleres, oficinas y bodegas espacios de desobediencia y lucha. Poco a poco se extiende el descubrimiento de que una vida entera anhelando un cambio no puede saldarse con la aceptación de unas indignas migajas. En todas partes se respira la exaltación de estar accediendo a una verdad crucial, definitiva: no estamos solos, cada uno es una parte de todos los demás, todos darán lo suyo a quien lo necesite y cada quien dará al resto aquello que sea capaz de dar. El efecto psicoterapéutico del estallido popular se extiende como un fuego abrasador haciendo que cada uno reencuentre su centro de gravedad y quiera poner en orden sus afectos, sus relaciones, su vida en lo que tiene de común con las vidas de todos los demás. Incluso quienes consideran necesario persistir en las afecciones del viejo mundo, con tal de enseñar a los otros lo que los otros no han tenido aún necesidad de descubrir por sí mismos, incluso a ellos les es dado respirar a sus anchas. No hay juicios entre hermanos en la lucha, ni se exige a nadie lo que no surja espontáneamente desde el fondo de sí mismo. Es tanta la energía desbordada en la rebelión que cada día, cada hora que pasa, son más los muros, las amenazas y separaciones que se revelan como delgadas cáscaras vacías listas para caer derribadas de un solo golpe. La revolución es una fiesta sin tiempo, y es un mar de lágrimas contenidas por siglos, y es el restablecimiento de la verdad en el mundo. Por tí, por mi y por todos mis compañeros.»

Anónimo; región dominada por el Estado chileno,

octubre año 2019

NOTAS PROVISIONALES EN TORNO A LA “ANÁRQUICA” REVUELTA DE MASAS QUE SACUDE A LA REGIÓN CHILENA

El viernes 18 de octubre una salvaje revuelta estalló en la ciudad de Santiago y al siguiente día ya se había expandido a prácticamente todas las ciudades del país. El motivo aparente fue el alza del pasaje en la locomoción colectiva de Santiago (en los buses de Red Metropolitana de Movilidad y el Metro), pero en la raíz mostró un descontento total con el modo de vida capitalista. Un enorme e incontrolado movimiento hizo de esta manera su aparición histórica y como algunos/as compañero/as han afirmado en varios panfletos repartidos en la revuelta: “ya nada volverá a ser igual”.

Lo favorable del movimiento para la perspectiva antagonista

-Lo primero que debemos destacar es la generalización espontánea del movimiento y su crítica en los actos a la totalidad del modo de vida capitalista-neoliberal: expropiación y repartición en masa de mercancías de grandes capitalistas (supermercados, centros comerciales, farmacias, bancos, etc.), destrucción de infraestructura estatal (comisarías, edificios municipales, etc.), repudio masivo a los cuerpos represivos del Estado en un contexto “democrático” (carabineros, policía de investigaciones y milicos), y un esbozo intuitivo de crítica a la totalidad de la mercantilización de todos los aspectos de la vida cotidiana (no hay una “demanda” o “reivindicación” concreta, se quiere “cambiar todo”).

-El rol dinamizador que ha jugado y juega el proletariado juvenil, con su intransigencia programática y combatividad subversiva a toda prueba.

-Las protestas salvajes efectivamente constituyeron un daño cuantioso a la propiedad privada de los grandes capitalistas de este país: este fue el verdadero motivo de que el Estado pusiera los milicos en las calles. Esto horrorizó a la clase dominante-capitalista.

-Otro aspecto que nos ha llamado profundamente la atención es la proliferación de núcleos que practican de manera extendida la violencia ofensiva y la autodefensa contra las fuerzas represivas del Estado en las manifestaciones –tanto en el “centro”, como en los barrios periféricos-. Existe algo como “violencia proletaria de masas difusa”, que se coordina de manera solidaria en medio de las barricadas, que hace innecesaria –al menos, por ahora- cualquier tipo de especialización o profesionalización de esta actividad por grupúsculos. Hasta el momento, esto ha sido bastante efectivo.

-La fractura del aislamiento y la incomunicación a que somos sometidos a diario en este sistema que se manifiesta en: solidaridad espontánea de clase y comunicación social por fuera de los roles previamente prefabricados.

-A pesar del “Estado de emergencia”, del toque de queda, y de los milicos en las calles, el proletariado no ha tenido miedo y no ha abandonado la lucha pese a la brutal represión que ha cobrado un número aún desconocido de asesinados/as, torturados/as, desaparecidos/as y encarcelados/as. Al momento de escribir estas líneas se ha anunciado en muchas regiones, incluyendo la Región Metropolitana, el cese del toque de queda, por la presión social del proletariado que no lo ha respetado en absoluto y que manifiesta un odio visceral a los milicos.

-Pese a todos los esfuerzos del Estado por volver a “cierta normalidad” y de la difamación de los medios masivos de comunicación, ésta ha sido imposible de restaurar, ya que nuestra clase a continuado protestando a diario sin necesidad siquiera de “pedir permiso” para hacerlo –todas las manifestaciones han sido “ilegales”-.

-La realidad de la lucha ha desbordado los intentos de “espectacularizar” la revuelta de la prensa: el proletariado a reconocido que la función social-esencial de la prensa es distorsionar los hechos y montar un relato afín a los intereses de la clase dominante –los/as periodistas son los “voceros” del capital-.

-El movimiento, en el contexto de la revuelta, se está dotando –embrionariamente- de órganos de lucha con arraigo territorial, en base a la conformación de asambleas autoorganizadas de vecinas y vecinos, que se encuentran en diversos barrios y poblaciones construyendo desde abajo una perspectiva anticapitalista que se contraponga a la precarización de la vida. Consideramos estos espacios de asociatividad proletaria estratégicos para conformar una comunidad de lucha, debido a que expresa la necesidad de autoactividad por parte de los/as mismos/as proletarios/as de manera autónoma a cualquier intervención externa a ellos/as mismos/as.

-Un sector importante del proletariado ha rechazado en bloque las propuestas de “reformas” con las que el gobierno ha intentado apagar el fuego de la revuelta: son consideradas migajas indignas, lo que tiene al Estado en jaque, al menos, hasta el momento.

-No existe ningún “sector político” capaz de autoproclamarse representante y ente válido para dialogar con el gobierno: cuestión que tiene a la burguesía desconcertada. Es una revuelta sin líderes. De ahí, “lo anárquico” de este movimiento.

Las contradicciones y los límites que las minorías revolucionarias deben combatir en el seno del movimiento

-Durante las megamarchas efectuadas el día viernes 25 de octubre, que solo en la ciudad de Santiago convocaron según cifras oficiales a más de 1.500.000 manifestantes, se expresó masivamente un sentimiento de identificación patriótica y de unidad nacional, en detrimento de una perspectiva de clase del conflicto social. Ejemplo de esto fue la proliferación de banderas chilenas –que habían estado ausentes- y un ambiente festivo y pacifista que prevaleció durante toda la jornada, siendo esto valorado por el mismo gobierno como una oportunidad que “abre caminos de futuro y esperanza”.

-El titubeo que han demostrado ciertos sectores organizados del movimiento obrero de participar de la revuelta –por ejemplo, los mineros de la empresa estatal CODELCO y los sindicatos pertenecientes a la Coordinadora Nacional de Trabajadoras y Trabajadores NO+AFP-, con la digna excepción de la Unión Portuaria de Chile (UPCH) y el gremio de la construcción agrupado en el combativo sindicato SINTEC: lo que no ha estado exento de contradicciones, límites y un desarrollo desigual dependiendo de la ubicación geográfica.

-El eco que en ciertos sectores sociales ha hecho el rumor esparcido por la prensa y el gobierno de que existe una oleada de saqueos que tiene como objetivos casas de particulares y pequeños negocios –los que han sido casos muy particulares y poco numerosos-. Esto se ha expresado en el fenómeno de los “chalecos amarillos”, vecinos/as organizados/as en cuadrillas que defienden sus barrios de inexistentes saqueadores. Esto es peligroso porque es caldo de cultivo para corrientes ultraderechistas-neofascistas y porque enfrenta a proletarios/as contra proletarios/as.

-La existencia de militantes de partidos tradicionales y de la “nueva izquierda” –que es más de lo mismo- en las asambleas y cabildos autoorganizados, que intentan cooptar y suplantar la autodirección del movimiento para imponer sus posiciones y convertirse en interlocutores válidos para negociar con el poder.

-A pesar de los grandes saltos cualitativos que ha dado el movimiento en su vasta extensión, no ha podido cuajar y consolidar una lectura claramente de clase, debilidad que demuestra una gran tarea pendiente que debe ser subsanada por la proyección del movimiento. Esto ha significado, sobre todo desde las megamarchas, el resurgir de una identificación como “clase media” de algunos sectores del proletariado promovida por los partidos del orden y los medios masivos de comunicación.

-La revuelta encontró a las minorías revolucionarias desorganizadas y fragmentadas, lo que, sin embargo, no significó que participaran de inmediato en el movimiento, intentando brindar orientaciones por medio de los actos y la propaganda, a pesar de sus limitados medios. La izquierda y el leninismo en general no se quisieron mezclar con los incontrolados, se desmarcaron de la revuelta, e incluso sus sectores más tradicionales condenaron los saqueos a grandes empresas, y tardaron al menos tres días en demostrar su presencia en las calles. Esto pone de manifiesto la necesidad de constituir un movimiento abiertamente anticapitalista que agrupe a los sectores más radicales de la clase.

Perspectivas provisionales

Pese a lo que ocurra en el desenlace de esta gran coyuntura, es claro que se ha producido una ruptura irreversible, una grieta, que marca un cambio de época para nuestra clase en esta región. Lo que han vivido en estos días miles y miles de proletarios/as sin previa experiencia de lucha, difícilmente podrá ser borrado de la memoria combativa de nuestra clase. Esta revuelta ha brindado una oportunidad única que no debe ser desaprovechada: ha quedado claro que solo luchando se imponen las reivindicaciones y las mejoras concretas en las condiciones de vida del proletariado. Nos hemos dado cuenta de nuestra propia fuerza. La revuelta generalizada, anuncia la posibilidad latente de un cambio revolucionario posible, de la reconciliación de la especie humana consigo misma y su entorno natural, a pesar del previo desprecio que manifestaban sectores del entorno subversivo de nuestra región –con discursos del tipo “humano=plaga” o que el “pueblo está muerto”-. El proletariado no ha muerto, no somos solo capital variable, tenemos un enorme papel que desempeñar para liquidar este mundo capitalista y ha quedado demostrado en la práctica. Por ahora, la lucha continúa en la calle y en las asambleas contra el pacto social que nos quieren imponer y la recuperación reformista. Esta revuelta cuestionó intuitivamente los cimientos de la estructura social capitalista y eso no se podrá borrar de la memoria histórica. Nosotros/as vamos más allá, vamos hacia la vida.

Algun@s Proletari@s en lucha de la Región chilena

Mañana del sábado 26 de octubre – Primavera subversiva del 2019

¿CHILE DESPERTÓ?

No, lo que ha despertado es el proletariado que habita y es explotado/oprimido dentro de las fronteras territoriales del estado-nación creado por las clases dominantes en esta parte del planeta.

Pretender subsumir a la clase trabajadora al estado burgués por medio de sus dispositivos democráticos y ciudadanistas es la estrategia que intentarán aplicar las derechas e izquierdas para contener la lucha de clases y evitar que el estallido social se profundice y desemboque en una situación revolucionaria. Para lograr tal objetivo combinarán métodos persuasivos e ideológicos («recuperar la democracia») con el terrorismo de estado expresado en la presencia militar y policial en las calles («combatir la violencia y la delincuencia»).

No debemos como clase dejarnos engañar otra vez por la demagogia y el oportunismo de los burócratas y politiqueros que la burguesía contrata para «representarnos», los «delincuentes de terno y corbata», ni tampoco entregarnos mansamente con los brazos caídos a la barbarie fascista que preparan los verdugos uniformados.

Solo la clase unida y organizada podrá transformar esta crisis del modelo capitalista en Chile en una salida revolucionaria.

Por la Autonomía y Emancipación de los Trabajadores!

Comunismo y Anarquía hasta el fin!

Anónimo, fines de octubre de 2019.