Reeditamos en formato A4 el dossier que hace dos meses publicamos sobre Corea del norte.
PDF: «Corea del norte_A4″
Reeditamos en formato A4 el dossier que hace dos meses publicamos sobre Corea del norte.
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No hay peligro de que en cualquier momento pueda estallar una guerra entre Estados Unidos y Corea del Norte (excepto accidentalmente; una posibilidad que no puede ser enteramente descartada). Pero, es significativo el hecho mismo de que los líderes de esos países amenacen abiertamente con usar armas nucleares, con embarcarse en una guerra total y causar la destrucción de un pueblo entero. No es sorprendente escuchar ese lenguaje furioso por parte del gobierno de Corea del Norte. Ha estado encubriendo su debilidad con fanfarroneos desde cuando podemos recordar. Pero es bastante alarmante que no suene sorprendente que el gobierno de Estados Unidos afirme la posibilidad de la destrucción total de un país. Por supuesto algunas cejas se levantaron pero no hubo un masivo grito global ante la locura total de ese escenario.
Ninguna guerra nuclear es inminente pero la guerra de palabras con Corea del Norte sirve para vacunarnos contra la idea de que eso es inconcebible. Nos están acostumbrando a la idea de que “el interés nacional” podría requerirlo, de que quienes se resisten a ello son débiles ó traidores. Es un signo más de la creciente trayectoria destructiva del mundo capitalista. Sigue leyendo
¿Debemos los proletarios tomar parte en la contienda de “Corea del Norte vs Estados Unidos/Japón/Corea del Sur”? Definitivamente NO, puesto que involucrarse para respaldar a cualquiera de los dos bandos responde a una disputa inter-capitalista ajena a nuestros intereses históricos como clase explotada. La revolución que necesitamos para destruir al Capital, no puede en forma alguna, atravesar por el apoyo a algún Estado nacional.
El Juche tiene como base el marxismo-leninismo (ideología creada por Stalin), éste se adereza con una filosofía antropocéntrica, un misticismo nacional y el “Songun” (dar prioridad central al militarismo). Todos estos principios son construidos y entrelazados desde una retórica religiosa y paternalista.
Detrás de todo el espectáculo fetichista de la hoz y el martillo que imperó en los llamados países socialistas, donde numerosos líderes de partido, diputados y presidentes vociferaban desde sus tribunas (adornadas con banderas rojas) discursos “contra el imperialismo”, “contra el capitalismo” o “a favor de la lucha armada”, prevalecieron y exaltaron con vehemencia los mismos mecanismos, ideologías y estructuras que componen la sociedad del Capital: la patria, la nación, la cultura, el trabajo, la escuela, el progreso, el desarrollo, la industria, el ejército, la familia… ¡la democracia! Ésta fórmula se repite nuevamente en en la RPDC (República Popular Democrática de Corea).
Corea del Norte no trastocó ni un ápice la estructura de la sociedad mercantil generalizada, puesto que no hubo ninguna revolución, sino por el contrario, solo un recambio que consistió en reformas sobre la distribución y gestión del Capital desde el Estado.
Kim Jong Il justifica el capitalismo “argumentando” que: “el Estado socialista necesita realizar el comercio exterior, dada la condición de que el comunismo no ha triunfado aún en escala planetaria y existen fronteras”. No obstante, un sistema que defiende fervientemente el nacionalismo se encuentra en absoluta contraposición a toda tentativa y perspectiva de revolución mundial.
El “internacionalismo” al que hacen referencia los líderes de la RPDC es un resquicio de la III Internacional, pues se basa en la diplomacia, cooperación y solidaridad entre Estados, lo cual nada tiene que ver con el interés del proletariado por la revolución mundial. Hecho que no dista mucho de la concepción de las Naciones Unidas, es decir, del internacionalismo entendido como la suma de nacionalismos que se tienen un respeto entre sí y que confluyen en bloques y alianzas, para fortalecer al capitalismo.
La crítica radical del Capital afirma sin tapujos que la RPDC es un bastión tan capitalista como cualquier otro país del globo; por lo que resulta importante clarificar este hecho y combatir toda la amalgama ideológica que se materializa mediante todos los partidos socialdemócratas y pseudo “comunistas” que pretenden llevarnos al sempiterno atolladero de la defensa del Capital nacional y su progreso, junto a la mezquina guerra imperialista.