Teuchitlán es una muestra más de la putrefacción del Capital

Recibimos y publicamos:

Folleto en PDF

A comienzos de marzo del 2025 en el municipio de Tehuchitán Jalisco, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, conformado por familiares y voluntarios ocupados en la búsqueda de fosas clandestinas para la identificación de cuerpos de personas desaparecidas, se toparon con un macabro hallazgo, el cual se equiparó al de un campo de exterminio.

En el lugar de los hechos se encontraron con hornos crematorios clandestinos, restos óseos, vestimenta, calzado, cartas de despedida y varios objetos personales; que días después algunos fueron reconocidos por familiares de las víctimas desaparecidas. Se confirmó también que en esa propiedad donde se hizo el hallazgo, era un centro de operaciones y adiestramiento perteneciente al Cártel Jalisco Nueva Generación. En los días posteriores, en otros estados del país como Tamaulipas y Veracruz, otros colectivos buscadores hallaron también fosas clandestinas, sumándose a las miles de fosas encontradas en todo el país en las últimas décadas.

Desde hace años ya circulaba información en diversos reportajes acerca de la desaparición de jóvenes precarizados de clase trabajadora de entre 18 y 25 años, que eran reclutados por la fuerza por los cárteles de la droga, enganchándolos con artimañas y engaños mediante falsas ofertas de trabajo, para que, una vez acudieran a un lugar citado, fueran secuestrados para obligarlos por medio de la violencia, a trabajar para ellos[1]. En este sentido, dichos hechos arrojan por tierra el mito de que ser sicario era sinónimo de una vida de lujos y exceso (viajando en autos de alta gama, derrochando el dinero en fiestas, rodeados de mujeres, mascotas exóticas, joyas y alcohol fino), el cual ha incentivado a muchos jóvenes de zonas rurales y marginadas a unirse a las filas de los cárteles. Con el paso de los años se demuestra que ha perdido cierta credibilidad, pues los miles de muertos, desaparecidos, desplazados y familias rotas no han sido en vano y sirven de ejemplo para no tomar parte en ese negocio. Es por esto mismo, que estas mafias organizadas no tienen otra opción que recurrir a métodos cada vez más deleznables para reclutar gente que haga su trabajo sucio.

Por otro lado, la respuesta del gobierno oficial y de la izquierda nauseabunda encabezada por MORENA y los simpatizantes que le dan su “apoyo crítico”, ha sido la del negacionismo de los hechos, con un alto grado de cinismo, deslindándose de toda responsabilidad y acusando de “complot y conspiración” “orquestado por la oposición derechista para deslegitimar su gobierno”. De más está decir que poco o nada le importan los asesinatos y desapariciones, ni mucho menos dar con los culpables.

No nos extraña tal posicionamiento proveniente de una izquierda mojigata delirante, socia y servil de los grandes capitalistas nacionales y extranjeros. El actual gobierno, que se jacta de ser “progresista” y brindar “apoyos sociales”, lejos de ser la caricatura que nos pintan los derechistas que lo acusan de ser un “gobierno socialista” y hasta “comunista”, en los hechos reales no busca trastocar siquiera un poco la estructura económica y social, sino por el contrario, se ha encargado de impulsar proyectos de desarrollismo capitalista urbano y de “seguridad”[2] que solo benefician a los intereses de los sectores empresariales y conglomerados nacionales y extranjeros (turísticos e inmobiliarios), a costa de la destrucción de la naturaleza y el desplazamiento forzado de poblaciones[3]. Sigue leyendo

[Borl] Antecedentes del incidente en la feria del libro anarquista de Graz

Del 19 al 21 de septiembre de 2024 tuvo lugar en Graz, Austria, una feria del libro anarquista en la que participé activamente por invitación del colectivo organizador. Durante la feria se produjo un incidente entre uno de los asistentes y yo. Comenzó con un conflicto verbal, que más tarde se convirtió en un conflicto físico. Sin embargo, el origen del conflicto hay que buscarlo en el pasado y en un contexto que puede no haber sido evidente para las personas presentes en el evento (o ajenas a él). Por ello, he decidido escribir este texto para aclarar el contexto, la historia y el alcance del conflicto. Mi intención es también disipar la idea de que se trata de una especie de «guerra de ranas» [alusión a la Odisea de Homero] en la que las personas se enfrentan innecesariamente por trivialidades sin importancia. Tampoco se trata de una disputa puramente personal entre dos personas ni del resultado de una masculinidad tóxica. Como muestro en este texto, es en este conflicto donde se decide el futuro del movimiento anarquista y si puede sobrevivir y desarrollarse prácticamente, o si puede convertirse en una fuerza más integrada en la sociedad capitalista y ayudar a preservar el capitalismo.

Para explicar todo el contexto, no puedo limitarme a unas pocas frases. Soy consciente de que esto pone ciertos límites a mis esfuerzos. Pido a los lectores* que sean pacientes y respeten el hecho de que el material sea tan voluminoso. Confío en que quien esté realmente interesado en comprender este tema se tome el tiempo necesario para leer todo el texto, aunque ello requiera mucho tiempo y energía.

 «Mi impresión es que el método moderno de lectura se guía por la idea de que no hay que esforzarse demasiado: debe ser sencillo, lo más breve posible y proporcionar un placer inmediato. Pero, por supuesto, esto no es más que una ilusión. Nada de verdadero valor puede hacerse sin esfuerzo, o incluso sin una cierta dosis de sacrificio y disciplina».

– Erich Fromm

 * * *

 ¿Qué defiende y apoya esa persona?

Para empezar, contaré una parte de la historia en la que describo mi primera experiencia con la persona con la que me enfrenté en Graz.

En el Fluff Fest de Rokycany, el 30 de julio de 2022, la Federación Anarquista presentó una conferencia titulada «Los anarquistas y la guerra en Ucrania» (1). Esta persona participó activamente en el programa. Si tuviera que resumir brevemente el contenido de la conferencia, diría que fue una mezcla de propaganda de guerra y promoción del militarismo, envuelta en terminología de izquierdas y un intento de justificar ideológicamente por qué los anarquistas -según los ponentes- deberían participar en la guerra. Una parte importante de la conferencia estuvo compuesta por declaraciones demagógicas y acusaciones sin sentido dirigidas a los opositores, a los que ni siquiera se les dio espacio para hacer comentarios en el acto. Sigue leyendo

GUERRA DE CLASES EN BARCELONA – Jean Barrot, 1973

El siguiente texto es la traducción de un panfleto del grupo Mouvement Communiste, escrito en 1973 por Jean Barrot (alias Gilles Dauvé), en solidaridad con algunos revolucionarios españoles detenidos en España que se enfrentaban a duras condenas.

Undercurrent #8

Podría parecer una selección extraña, teniendo en cuenta que la lucha armada (que tanto dio forma a las luchas de los años 60 y 70) es prácticamente inexistente hoy en Europa, especialmente en el Reino Unido. Sin embargo, el texto no trata simplemente de la lucha armada. Trata la cuestión de la violencia en general, no de forma abstracta sino en clara conexión con el movimiento social del proletariado. Tomandolo fuera del marco limitado de la situación en España en los 70, creemos que este texto es una crítica/análisis útil del fetichismo de la violencia, una tendencia que también es visible en partes de la escena de acción directa en Gran Bretaña.

Introducción a la edición griega de 1974

El Estado español detiene a finales de septiembre de 1973 a una decena de revolucionarios, a los que presenta como «gángsters». Tres de ellos están amenazados con la pena de muerte. Podrían ser condenados por un consejo de guerra y ejecutados en 48 horas.

Si algunos de ellos robaron efectivamente bancos, lo hicieron para financiar la impresión de textos que circulan en el movimiento obrero radical de Barcelona. Y si murió un policía, eso ocurrió tras una emboscada de la policía.

Se trata de comprender lo que algunos proletarios se ven históricamente obligados a hacer. La violencia es siempre un medio para la satisfacción de una demanda: en España, donde la policía dispara a sangre fría a huelguistas desarmados, la violencia aparece directamente como una relación social. La simple escritura de textos o la circulación de panfletos conlleva la pena de muchos años de cárcel. Así, los que quieren resistir a la explotación recurren a la violencia con más frecuencia que en otros países.

La democracia ahoga las luchas obreras mediante la política y el reformismo. El fascismo tiene menos reservas y las aplasta con la violencia. Quien reconoce en el Estado el monopolio de la violencia niega a los proletarios el derecho a abolir su condición: el trabajo asalariado. Sigue leyendo

[Red Derrotista Revolucionaria]¡Proletarios “en el frente interno”! ¡Camaradas!

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En muchas partes del mundo, el capitalismo está reactivando su maquinaria bélica principal para masacrar a miles y miles de proletarios. Se les bombardea y acribilla sin tregua, se les mata deliberadamente de hambre y se les priva de agua, se les obliga a dispararse, apuñalarse o gasearse en las trincheras, se les viola, tortura y mutila…

Cuando nuestra clase se enfrenta a esta carnicería, a esta horrible intensificación de la inhumanidad de la sociedad capitalista, ¡su única reacción es negarse a someterse a ella! Esto nos sale de las entrañas y al mismo tiempo es la expresión de nuestros intereses históricos de clase.

Por eso, poco después del comienzo de la guerra en Ucrania, empezaron a aparecer “incidentes” a ambos lados del frente. Los soldados de ambos ejércitos intentan cada vez más escapar al reclutamiento y evitar ser enviados al frente. Se esconden cuando pueden, y si son reclutados a la fuerza en unidades militares, intentan escapar y abandonar sus posiciones a la primera oportunidad. La situación ha llegado tan lejos que los generales ucranianos se quejan de la “desintegración total de la disciplina del ejército”. Lo mismo está ocurriendo, aunque desgraciadamente a menor escala, en otros conflictos interburgueses en Oriente Medio, Sudán y otros lugares. Tanto en Ucrania como en Rusia, oficiales del ejército y reclutadores militares han sido atacados por sus “propias” tropas.

Pero, ¿qué podemos hacer nosotros, como proletarios que vivimos en los territorios “pacíficos” del “frente interno”, para apoyar concretamente la lucha de nuestros hermanos de clase uniformados que se rebelan contra la guerra capitalista y vincularla concretamente a nuestras propias luchas? ¿Aunque tengamos la suerte de vivir lo suficientemente lejos de la “zona de la muerte” como para no sufrir los bombardeos, los misiles, la ocupación militar o la presencia de bandas ambulantes de matones de las “unidades especiales”?

Nuestras vidas siguen viéndose afectadas a diario por los recortes del “gasto social”, el deterioro de las condiciones laborales y la intensificación de la explotación, la subida de los precios de la vivienda, los alimentos, la energía y otros medios de supervivencia, el aumento del control social y la represión y la militarización general de la sociedad.

Por supuesto, esto no es nada nuevo; también conocemos esta miseria en tiempos de “paz” capitalista y luchamos contra ella con la misma intensidad. Pero durante la guerra o los preparativos intensivos para la guerra, el capital y su Estado deben concentrar una parte cada vez mayor de la producción en lo que se conoce como “economía de guerra”. Es decir, producir rápidamente armas, municiones y vehículos militares, combustible, raciones alimenticias, etc. para gastarlos con la misma rapidez en el proceso de masacrar a los proletarios, es decir, ¡al resto de nosotros! Y como cada Estado tiene que hacer esto más rápidamente y a mayor escala que el “enemigo”, esto crea una inmensa presión para hacernos trabajar cada vez más arduamente, por más tiempo y con menos medidas de seguridad, etc. Al mismo tiempo, el Estado tiene que redoblar su propaganda a favor de la nación y de la santidad de “la Patria”, “la democracia” y “la libertad” para convencernos de que nos sacrifiquemos por los intereses del Capital, los cuales nunca pueden ser los nuestros.

La primera respuesta a la pregunta de qué hacer es: ¡rebelarnos contra nuestra propia explotación! Mediante huelgas, ocupaciones, bloqueos y sabotajes de autopistas y ferrocarriles, saqueos de mercancías y su redistribución entre la clase, etc. en tiempos de guerra, atacamos la producción, valorización y reproducción del Capital necesario para el esfuerzo bélico. Pero también, al afirmar nuestros intereses de clase en oposición a los intereses de la clase dominante, ¡desbaratamos su cuento de hadas de la “unidad nacional”! Nuestros enemigos de clase también tendrán que enviar más policías y soldados para intentar reprimir nuestras luchas – y no podrán ser utilizados para ahuyentar a los desertores y refugiados, para imponer la movilización, para vigilar las fronteras… y su lealtad al Estado no es un hecho. Después de todo, los motines en el ejército ruso en febrero de 1917 se desencadenaron cuando los soldados recibieron órdenes de sus oficiales de reprimir a los trabajadores en huelga en Petrogrado.

Para que nuestro ataque a la maquinaria bélica sea directo y eficaz, debemos concentrar nuestra actividad subversiva en varias áreas:

* Desorganización de la infraestructura militar, como almacenes de municiones, ferrocarriles, puertos, aeropuertos y las carreteras utilizadas para llevar tropas y equipo militar a los frentes.

Podemos inspirarnos en nuestros hermanos y hermanas proletarios de los colectivos que han estado saboteando los ferrocarriles en Bielorrusia y Rusia desde el comienzo de la guerra para impedir el transporte de suministros militares al frente.

Los estibadores de Génova y Trieste en Italia y del Pireo en Grecia también bloquearon el envío de armas y municiones a Ucrania, Israel o para los bombardeos estadounidenses en Yemen.

* Perturbación del reclutamiento militar, la conscripción y la “busificación” de reclutas para el frente. Tanto en Ucrania (Transcarpatia, etc.) como en Rusia (Daguestán, etc.), los cerdos y las patrullas militares que vienen a detener a los hombres reclutados a la fuerza se enfrentan a sus familiares y amigos enfadados.

Si vivimos en países más alejados del frente, el Estado ha utilizado hasta ahora o bien tácticas de reclutamiento “voluntario” y de manipulación nacionalista, como los programas de educación patriótica llevados a cabo en Francia y Polonia, por ejemplo, o bien planes de servicio militar obligatorio. Si buscamos inspiración sobre qué hacer, señalemos la larga tradición de protestas y disturbios contra los reclutadores militares y los “asesores de carreras militares” en las universidades estadounidenses, que se remontan a las llamadas guerras de Vietnam y del Golfo y llegan hasta la reciente guerra de Gaza.

¿Por qué los reclutadores militares, los propagandistas nacionalistas o los buenos ciudadanos que delatan para el Estado y denuncian la resistencia de clase antimilitarista – aquellos que nos obligan a sacrificarnos por el “bien de la nación” –, por qué a estos compinches se les debería permitir vivir sus vidas en paz y con seguridad? ¡Tratémoslos como nuestro movimiento de clase ha tratado siempre a los soplones y esquiroles! ¡Los chivatos no duran mucho tiempo!

* ¡Ayudemos a escapar a los desertores, escondámoslos y pasémoslos de contrabando a través de las fronteras, pero también organicemos nuestra lucha con ellos! Ya existen redes en Rusia y Ucrania que ayudan a los soldados a escapar del ejército, y tenemos que vincularlas con nuestras propias redes de lucha. Eso significa contactos seguros, teléfonos seguros, hogares seguros, recaudación de fondos…

La historia de la lucha de clases nos muestra que la única manera de oponerse realmente a la guerra capitalista, no a favor de continuar nuestra miseria en la paz capitalista, sino por la destrucción de toda la sociedad de miseria y explotación, y por lo tanto por el fin de todas las guerras, ¡es cuando la revuelta de los proletarios en el frente y la lucha de los que están en el “frente interno” se unen prácticamente!

Recordemos la experiencia de los proletarios en Irak durante la llamada primera guerra del Golfo de 1991, cuando los desertores del ejército, muchos de los cuales habían conservado sus armas, se reunieron tanto en los humedales del sur como en las montañas del norte, ¡donde organizaron con militantes obreros la insurrección contra el Estado!

Frente a la catástrofe capitalista mundial, ¡la revolución es nuestra única perspectiva!

¡Volvamos nuestras armas contra “nuestros propios” explotadores y “nuestros propios” generales!

¡Luchemos juntos contra la guerra capitalista y contra la paz capitalista!

¡Transformemos la guerra capitalista en una insurrección de clase mundial por el comunismo!

Febrero 2025 / RED DERROTISTA REVOLUCIONARIA

rdnetwork.noblogs.org – RDNetwork@subvertising.org

El joven Marx y sus enemigos

Toda su vida Marx ha mantenido el punto de vista unitario de su teoría, pero la exposición de su teoría fue planteada sobre el terreno del pensamiento dominante precisándose bajo la forma de críticas de disciplinas particulares, principalmente la crítica a la ciencia fundamental de la sociedad burguesa, la economía política. Esta mutilación, ulteriormente aceptada como definitiva, es la que ha constituido el «marxismo».

La Sociedad del espectáculo.Guy Debord.

Esta afirmación, que comprende la obra de Marx como una totalidad en desarrollo, se contrapone a toda esa periodización de la misma que la disocia en un periodo de juventud y otro de madurez. En la medida en que dicha periodización se afirma, ya sea para defender al joven Marx frente al viejo, o viceversa, se liquida la fuerza de Marx en tanto que militante del proletariado, conduciendo ineludiblemente a una petrificación que nos arrastra hacia la ideología marxista en sus diversas variantes.

Presentación a Páginas Malditas de Reapropiación ediciones.

La socialdemocracia ha hecho de Marx un utensilio apto para servir a la reproducción social capitalista. Las múltiples formas bajo las que se materializa esta fagocitación emanan de las particularidades propias de cada fracción de la socialdemocracia. La lista es interminable: el Marx demócrata, politicista, economista, filósofo, humanista, marxista, leninista, estalinista, ecologista, etc. El método para conseguir semejante proeza se basa en descuartizar la obra de Marx, destruir la globalidad de la misma, haciendo de los diferentes niveles de abstracción una contraposición utilizando categorías, frases y pasajes que se desconectan de los diversos momentos de la totalidad. Tampoco se puede negar, obviamente, que el mismo Marx colaboró lo suyo descargando una nutrida variedad de excrementos que abonaron el campo sobre el que proliferan todos esos escuderos de la burguesía.

Posiblemente, el corte epistemológico entre un joven Marx filosófico y un Marx maduro científico desarrollado por Althusser es uno de los ataques más populares contra Marx. Althusser y sus epígonos rellenan miles de páginas con todo tipo de detalles y comparaciones que nos muestra al joven Marx apresado en las contradicciones filosóficas y adherido a la posición humanista de Feuerbach. Habría que desechar toda la producción teórica de ese periodo juvenil, y sus reminiscencias en la Ideología alemana, pues se enmarca dentro de los límites de la filosofía clásica alemana. La abolición del trabajo, del Estado, del dinero, etc., serían aboliciones al interior de un sistema filosófico sin relación alguna con las verdaderas contradicciones sociales y su superación. En ese sistema filosófico habría un ser humano que responde al yo sensible feuerbachiano, una actividad limitada al pensamiento ético y un objeto de dicha actividad que se queda en lo sensible. La enajenación del ser humano sería percibida desde un enfoque filosófico que concibe la separación del sujeto y el objeto, en concreto del hombre y la objetivización de sus fuerzas naturales, como un desajuste a superar desde la propia filosofía que defiende la primacía del sujeto y el retorno a una supuesta identidad originaria.

Evidentemente si así fuera habría que dar la razón al corte epistemológico. Ahora bien, hay que tragarse muchos sapos para aceptar esta falsificación. Pero la misma tiene una fuerza social evidente y quien se pone las gafas althusserianas está totalmente convencido de la autenticidad de lo falso.

Es cierto que el método que utiliza Marx para cristalizar sus posiciones, que podríamos definir por una parte como una dialéctica de la conservación y la superación (que contiene, claro está, la negación), facilita la operación de estos especialistas de la adulteración, pues la escisión de momentos particulares de la conservación respecto a la totalidad en desarrollo que los engloba, elimina la negación que sufren en el proceso de superación, permitiendo la amalgama y liquidación del contenido. Es la misma maniobra que se emplea cuando se asimila la concepción del valor de Marx al valor-trabajo ricardiano. De esta forma, se puede presentar aquí o allá a Feuerbach o Ricardo escribiendo a través de la pluma de Marx. Se trata de un extrañamiento de la teoría. Sigue leyendo

[alayhesarmaye] Siria, la guerra, la repartición… y el destino de las masas trabajadoras

Fuente en inglés: https://againstwagelabor.com/2024/12/16/syria-war-partition-and-the-fate-of-the-working-masses/

Original en persa: https://alayhesarmaye.com/2024/12/09/_/5212/

/ GUERRA DE CLASES / Presentamos aquí una breve contribución de un grupo de camaradas de Irán sobre los recientes acontecimientos en Siria. Estos camaradas, que se autodenominan “Trabajadores Anticapitalistas”, publican el blog “Contra el Capital [علیه سرمایه], y recientemente les abrimos nuestras columnas cuando publicamos nuestro boletín sobre las importantes luchas de clases en Irán en 2022 (ver nuestro boletín nº15).

Uno de los puntos abordados en el texto que apreciamos especialmente (aparte, por supuesto, de los recordatorios de la primacía de la lucha de clases y de la abolición de la esclavitud asalariada, del capital y del Estado, del rechazo del circo electoral, de la crítica a los partidos políticos y a los sindicatos…) es el que niega los particularismos que segmentan y dividen a la población proletaria – ¡nuestra clase! – en diferentes comunidades e identidades, y reafirma así el internacionalismo:

Uno de los principales ejes del engaño, el lavado de cerebro y la desorientación que practican los medios de comunicación burgueses de derecha e izquierda en todo el mundo es la narrativa de que Siria es un país formado por árabes, kurdos, turcos, turcomanos, yazidíes, musulmanes, cristianos, alauitas, judíos y suníes. Es la droga o veneno más mortífero inyectado históricamente en la conciencia humana por las clases dominantes, sus gobiernos y, en innumerables ocasiones, por el sistema capitalista con sus abrumadoras fuerzas de coerción. Esta narrativa pretende destruir la existencia social unificada de los trabajadores y la base de su lucha por la liberación, poniéndolos unos contra otros e impidiendo su lucha radical y común contra las verdaderas raíces de la explotación, la opresión y la miseria.”

Esta crítica de los camaradas iraníes coincide plenamente con lo que dijimos hace unos años cuando revisamos los mitos e imposturas desarrollados por los adoradores de la llamada “Revolución en Rojava” (ver nuestro boletín nº13):

Lo que nos importa a nosotros, proletarios revolucionarios, militantes comunistas o anarquistas (más allá de las etiquetas), no es lo que nos “diferencia”, no es nuestra “singularidad”, el hecho de que seamos “checos” o “franceses” o “británicos” o “americanos” mientras que otros son “kurdos” o “asirios” o “caldeos” o “suníes” o “chiíes”, etc. Lo que nos importa, por el contrario, es lo que nos unifica como comunidad humana y militante contra la dictadura global y universal del Capital, que se materializa para todos nosotros en la explotación, la alienación, la mercantilización de nuestros cuerpos y nuestras vidas, la miseria, la guerra, la muerte… Lo importante para nosotros es mostrar y afirmar en voz alta nuestro desprecio por cualquier comunidad nacional, comunidad de ciudadanos, comunidad popular, por cualquier comunidad democrática en el sentido más profundo de lo que es la democracia, es decir, no una simple forma (democracia parlamentaria, “obrera”, directa, cantonal, municipal, etc.) sino la esencia del capitalismo y, por tanto, la negación del antagonismo de clase y la dilución del proletariado (clase revolucionaria) en esa entidad burguesa que es el Pueblo, la Nación y, en última instancia, el Estado. Lo que importa por encima de todo es el hecho de que somos, o nos convertimos, en hermanos de la miseria y la explotación, en hermanos de la revolución, y que lo reconocemos conscientemente.

La humanidad ha sido separada de sí misma, de la naturaleza, de su actividad y producción, para ser transformada en esclavos, siervos y proletarios modernos. Los hombres se separan de su verdadera comunidad humana y se vinculan en una falsa comunidad de “algo”: multiétnica, multicultural, multinacional… El internacionalismo no es la adición de varios o incluso diferentes nacionalismos, ni siquiera de todos los nacionalismos, sino, por el contrario, su negación completa y consumada…”

Entonces, qué, ¿¡“el orden reina en Damasco”!? parafraseando a Rosa Luxemburgo… En cierto modo, ¡tenderíamos a responder “sí”! La caída de Bashar y de su régimen baasista, que había reinado durante seis décadas con asesinatos en masa, torturas, violaciones, detenciones y siglos de encarcelamiento impuestos a todos aquellos que se atrevían a levantar un poco la cabeza… la desaparición de esta muy odiada camarilla de gestores capitalistas en favor de otra facción más “limpia” (sic), menos desacreditada (sic), impulsada o al menos tolerada por una amplia sección transversal del partido del orden capitalista mundial (EE, UE, Turquía, Israel, petro-monarquías…), todo esto parece realmente, si no una operación policial para reprimir la acción directa de nuestra clase, al menos una operación para mantener el orden o restablecer el orden en el “caos sirio”… aunque el orden capitalista también se acomoda muy bien con una cierta cantidad de desorden y desestabilización…

Pero también tenderíamos a responder “no”, en el sentido de que, en el más alto nivel de abstracción, la revolución se alimenta de la podredumbre de la contrarrevolución y se enriquece así del enfrentamiento entre dos clases, dos proyectos, dos mundos… Estos últimos acontecimientos podrían tender a reactivar las dinámicas sociales adormecidas desde hace algunos años, las brasas de la revuelta de 2011 siguen calientes y sólo esperan volver a encender un material tan inflamable como siempre: Las contradicciones sociales que enfrentan a clases con intereses antagónicos… No hace falta más que ver los vídeos que nos han llegado de Siria para ver los rostros radiantes de todos esos seres humanos, esos proletarios, cantando, bailando, celebrando, en las plazas públicas de las ciudades, barrios y pueblos liberados del yugo de los torturadores baasistas, mientras que la nueva policía (la del HTS) aún no se ha impuesto realmente, o al menos aún no ha sofocado esos gritos de alegría y de lucha…

También queremos señalar aquí que las luchas de nuestra clase no están ciertamente ausentes de estos acontecimientos (aunque nos llegue muy poca, demasiada poca información al respecto): algunos han hablado de “manifestaciones de solidaridad” en el sur de Siria en el momento de la caída de la ciudad de Alepo, de “levantamientos populares” que habrían tenido lugar paralelamente al avance del HTS sobre Damasco, principalmente en torno a la ciudad rebelde de Suwayda…

Y no olvidemos que, tras años de silencio, nuestra clase levantó la cabeza en varias ocasiones en 2019, 2022 y 2024 en la gobernación de Idlib, gobernada y gestionada con mano de hierro precisamente por la camarilla del HTS ahora en el poder en Damasco, y que nuestra clase organizó allí manifestaciones contra la carestía de la vida, contra la escasez, contra la represión… enfrentándose a los esbirros de las milicias islamistas.

También hay que recordar que desde 2023 han estallado en Suwayda numerosas manifestaciones, a veces violentas – el llamado “levantamiento de la dignidad” –, aquí contra el régimen de Bashar, acompañadas de huelgas, ocupación de edificios públicos, bloqueos de carreteras, etc., y que nada de esto puede atribuirse a ninguna especificidad local concreta: aquí pertenencia a la “comunidad drusa”, allí a la “comunidad suní”, etc. ¡hasta la saciedad!

Y ahora les toca a nuestros camaradas “Trabajadores Anticapitalistas”…

GdC. Sigue leyendo

Por un año de LUCHA y SOLIDARIDAD

Estamos atravesando tiempos de continuas convulsiones, caracterizadas por la acumulación al unísono y sin precedentes de crisis ideológicas, económicas, institucionales, políticas, climáticas, demográficas, geo-estratégicas, etc., causantes de inestabilidad social y una creciente actividad bélica en la que se involucran multitud de países.

Se están rompiendo deliberadamente los esquemas que los imperialismos venían imponiendo a nivel mundial y que hoy están remodelando para no perder los privilegios que su sistema les otorga.

Se trata por tanto del desarrollo de su nueva «revolución» que les lleva a una pugna por el control y posesión cada cual de más avances tecnológicos, industriales, territoriales, económicos, etc., como única garantía para no perder, a favor de otros capitalistas, el estatus socio-económico que cada uno ha venido sustentando, así como sus cuotas de poder.

En definitiva, que desde hace algún tiempo ya, el mundo está inmerso en una guerra de carácter global, aunque no entendida como tradicionalmente se venían concibiendo los enfrentamientos, o sea, únicamente mediante la fuerza militar agresiva, sino que junto a ella se han incrementado las llamadas guerras asimétricas, híbridas, mediáticas, ideológicas, y puramente económicas, en un combinado de elementos militares, tácticas policiales, ataques financieros, técnico-digitales, cibernéticos…

Varias cuestiones nos están quedando claras en todo este maremágnum que el sistema está montando y desarrollando desde hace años:

  • a) Que el enfrentamiento que hoy existe a nivel mundial no es más que el resultado de las luchas de poder entre capitalistas.
  • b) Que el principal objetivo que persiguen es que, de una u otra forma, en unas u otras manos de los que pugnan por asentar su hegemonía, queden aseguradas sus prebendas y su poder.
  • c) Que el sistema capital-imperialista fundamentado en la explotación de unos seres humanos por otros se perpetúe mediante el uso y abuso del poder y la represión de una minoría sobre la gran mayoría de la humanidad.
  • d) Que los causantes de todas estas crisis que en sus distintas facetas aquejan hoy a la sociedad, y todo el desorden mundial existente, no son originados más que por los grandes capitalistas y el desarrollo de su sistema de explotación.
  • e) Que en todo este proceso, la clase trabajadora es siempre quien sufre las consecuencias más devastadoras: el hambre, las enfermedades, el frío, la carencia de las necesidades vitales, los éxodos migratorios e incluso las muertes originadas en unos enfrentamientos que nos son impuestos contra otros trabajadores que no conocemos, pero que son nuestros hermanos de clase.
  • f) Nos queda claro que estas guerras no son de los trabajadores. No es nuestra guerra y por tanto no merecemos ni morir en ellas ni sufrir por ellas.

Nuestra lucha como clase trabajadora debe estar, en todo momento, enfocada y activa contra quienes nos explotan y colaboran con nuestros explotadores, pactando recortes económicos y sociales y pérdida o eliminación de derechos, abocándonos con ello a la miseria.

Contra quienes nos dominan y continuadamente con su insaciable egoísmo originan la destrucción del planeta.

Contra quienes con sus ansias de poder nos hacen sufrir las consecuencias desastrosas de sus  enfrentamientos y sus guerras, sean de la índole que sean.

Contra quienes con su sistema están llevando a los trabajadores a la más vejatoria degradación física, mental, personal y colectiva.

Contra ellos, contra sus métodos represivos, quien los dirige y los pone en práctica,… debe centrarse toda nuestra lucha.

[extraído de SOLIDARIDAD DE CLASE, nº 18]

[Asamblea] “Imagina esto: los gobernantes inician una guerra – ¡y nadie va a la guerra!”

  • Para quién el desastre y para quién la salvación. La movilización forzada y la deserción masiva en Ucrania vuelven al centro de la agenda
  • Durante el largo y caluroso verano, los soldados ucranianos y rusos batieron récord de aumento deserciones
  • ¿La hora de la fragmentación? El asesinato de Farion en el contexto de los procesos de descomposición de los ejércitos beligerantes

Para quién el desastre y para quién la salvación. La movilización forzada y la deserción masiva en Ucrania vuelven al centro de la agenda

Fuente en ruso: https://assembly.org.ua/vsyo-treshhit-po-shvam-opaseniya-razvala-fronta-usilivayutsya-s-rostom-dezertirstva-i-busifikaczii/

El comienzo del otoño ha estado marcado por el deterioro de la situación en los frentes de Ucrania. Día tras día se desmoronan las defensas en la región de Donetsk, en la región de Kharkov las tropas rusas se acercan al río Oskol entre Kupyansk y Borovaya, y en la región de Kursk también han recuperado el control de varios asentamientos, aunque el ejército ucraniano sigue atacando en algunos lugares. La euforia de la victoria ha sido sustituida de nuevo por la rabia, y allí donde hay derrotas, aumenta la presión sobre los “enemigos del pueblo” internos.

En las redes sociales se siguen viendo casi a diario escenas de movilización en Járkov y la región. Se retuerce a alguien en el suelo, que supuestamente le pertenece, o se le sube a un coche en brazos, o las mujeres han golpeado a su víctima. El 6 de septiembre, un oficial del TCZK1 golpeó a un transeúnte cerca de la entrada de la calle Amosova en Saltov (Korchagintsev) supuestamente porque “se negó brutalmente” (¡sic!) a mostrarles sus documentos. Con el comienzo de la invasión ucraniana de la región de Kursk, este tipo de contenido se redujo mucho, porque la atención del público se desvió temporalmente. Y ya a finales de agosto todo esto volvió a la rutina diaria. Y es que los TCZKistas sudan, ¡y sus clientes son los que no participan!

A menudo se oye que los cazarrecompensas van armados, por lo que no se puede ir contra ellos con las manos desnudas. Según las estadísticas de Opendatabot, publicadas el 12 de septiembre, desde el comienzo de la guerra a gran escala hasta principios de este mes, en Ucrania se buscaban 270 mil armas. Van desde ametralladoras y lanzagranadas, pero lo más frecuente es que se pierdan o roben AK-74 y fusiles de caza. Los líderes absolutos son las regiones de Donetsk y Zaporizhzhya (52.628 y 31.984 ejemplares, respectivamente), la ciudad de Kiev (27.159), seguidas de las regiones de Lugansk, Khárkov y Sumy (unas 20 mil armas en cada una). Las cifras son decentes incluso para los estándares de 1918. Es decir, hay armas de sobra, no hay nuevos Makhnovistas dispuestos a garantizar la seguridad de sus calles y barrios – es mejor venderlas en el mercado negro o simplemente esconderlas. La infografía está aquí; confirma lo que “Asamblea” informó a mediados de verano sobre la disponibilidad de armas de fuego. Sigue leyendo

[AW2024] Informe de Praga

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Sobre la semana de acción y el congreso contra la guerra / Praga / 20-26 mayo 2024 / “Juntos contra las guerras capitalistas y la paz capitalista.”

Primer breve intento de evaluar un experimento lleno de promesas… pero que resultó ser un fiasco organizativo

A MODO DE “PREÁMBULO”

Empecemos por situarnos. Era una tarde de otoño, estábamos unos cuantos camaradas reunidos en torno a una mesa, degustando unos platos que llevaban horas cociéndose a fuego lento, saboreando unas cervezas locales u otras bebidas sin alcohol (dependiendo de los gustos y elecciones de cada uno), y charlábamos sobre los últimos acontecimientos en la guerra de Ucrania, los sucesos en Israel y Gaza, y más prosaicamente, el rumbo cada vez más marcado hacia la guerra generalizada. Aparte de y en oposición a todos los análisis geoestratégicos propios de la burguesía y la extrema izquierda del capitalismo, lo que enfatizábamos por encima de todo era la necesidad de organizar y coordinar, en resumen, ¡de centralizar a nivel internacional una auténtica actividad revolucionaria y derrotista contra la guerra y la paz capitalista!

Así pues, preveíamos un encuentro internacional entre varios grupos y camaradas que ya conocíamos y con los que ya habíamos tenido la oportunidad de asumir una serie de tareas prácticas: debates internacionales, traducción de diversos materiales programáticos así como de materiales de agitación y propaganda, publicación y distribución de numerosas contribuciones, etc. sin ningún espíritu sectario o partidista. Una reunión de un máximo de dos días, durante un fin de semana, nos pareció no sólo apropiada para este tipo de encuentro, sino que también correspondía a las débiles fuerzas militantes que nosotros, y suponemos que otros camaradas, tenemos en este periodo en el que el proletariado no tiene aun globalmente la iniciativa, y en el que las minorías revolucionarias consecuentes son poco numerosas y están muy aisladas en relación con el resto de nuestra clase.

Pero muy rápidamente, los compañeros que iban a organizar este evento en Praga empezaron a pensar “más grande” (demasiado grande, lo sabremos más tarde). Al encuentro internacional inicial se unieron ahora una (“pequeña”) feria del libro anarquista y un “concierto de bienvenida”. Así que aquí estamos ya con tres eventos, una tarde y dos días completos.

Muy rápidamente también, estamos tratando de reaccionar y destacar lo que creemos que es esencial, para nosotros y para las necesidades activistas que queremos satisfacer. Esto es lo que escribimos a los camaradas que iniciaron la organización:

Lo más importante para nosotros en vuestra propuesta es la “conferencia no pública”, es decir, una discusión práctica sobre cómo organizar actividades revolucionarias derrotistas.

De este debate esperamos lo siguiente:

  • que contribuya a la consolidación y organización de las fuerzas revolucionarias y de clase y aumente las posibilidades de acción en la lucha contra la guerra y en la lucha de clases en general;
  • que nos ayude a coordinar nuestra respuesta a la guerra como ataque del capital contra el proletariado: panfletos conjuntos y campañas de agitación simultáneas, intercambio de información y sugerencias, relaciones y acción práctica;
  • que nos ayude a clarificar aún más nuestro programa de clase, no sólo en lo que se refiere a la lucha contra la guerra capitalista, sino también en lo que se refiere a la lucha por la realización del proyecto comunista de comunidad humana, del que es parte integrante.

Creemos que es necesario que sólo participen en esta “conferencia” aquellos individuos y grupos que no sólo suscriban los puntos del programa propuesto, sino que sobre todo los pongan en práctica. No nos preocupa el acuerdo teórico sobre puntos concretos, sino la actividad práctica de los participantes individuales.

Lo que está claro, y hoy más que nunca nos criticamos por ello, es que no fuimos lo suficientemente firmes para imponer lo necesario y rechazar lo superfluo, lo accesorio, dejamos que las cosas fueran demasiado lejos y que la estructura de los camaradas siguiera su camino “libre”. Luego vino el plan de una “semana de acción” con diversas actividades repartidas en varios días, y una “conferencia no pública” como colofón. Como extra, los organizadores querían incluso convocar una manifestación callejera. Nos dijimos que si nosotros (nuestra pequeña estructura militante) no éramos capaces de organizar tales acontecimientos, sin duda (más que probablemente, pensábamos) estos camaradas en los que confiábamos plenamente sí lo eran… La forma en que se desarrollaron los acontecimientos demostró que estábamos equivocados… Sigue leyendo

[AW2024] Sobre un Encuentro Antimilitarista en Praga en mayo de 2024, la Semana de Acción

Siempre pensé que todo el mundo estaba en contra de la guerra, hasta que descubrí que hay quienes están totalmente a favor, sobre todo quienes no tienen que ir a ella.” Erich Maria Remarque

Desde el comienzo de la invasión/agresión de las fuerzas armadas rusas en Ucrania – aunque el conflicto allí no empieza desde el 2022, sino desde el 2014 – muchos grupos, partidos, organizaciones, iniciativas, individuos de la izquierda radical del capital se han unido, formal o informalmente y según su posición/teoría/ideología, a una de las partes beligerantes y han justificado esta guerra. Esto significa justificar y defender ideológicamente los intereses de una facción del capital.

Ya sea la llamada posición “pro-rusa”, que no es suficientemente criticada, que se define a sí misma como la posición anti-imperialista, que está muy extendida mundialmente y legitima la invasión del ejército de la Federación Rusa en Ucrania cercando a los Estados miembros de la OTAN. Según este punto de vista, se trata de una guerra contra el imperialismo de la OTAN, es decir, EEUU y sus títeres. En esta narrativa, sólo el imperialismo juega un papel, las limitaciones del capitalismo que lo preceden no juegan ningún papel en absoluto. Qué malvado es Occidente.

O la llamada posición “proucraniana”, que también se critica demasiado poco, que también se define como una posición antiimperialista, sólo que con el añadido de la llamada liberación nacional, como liberación final del yugo imperialista ruso, que debe defenderse de las limitaciones imperialistas deterministas de Rusia. Como si se tratara de una guerra contra el imperialismo ruso, que intenta conseguir un nuevo imperio por la fuerza de las armas. En esta narrativa, ni el capitalismo ni las limitaciones imperialistas que van de la mano con él desempeñan papel alguno. Qué malos son los rusos.

Y por último, la posición llamada “pacifista”, que no anhela otra cosa que la guerra pacífica del capitalismo, en la que miles de refugiados se ahogan en el Mediterráneo, miles y miles de refugiados, empujados por la miseria, el hambre, los desastres medioambientales – todos ellos causados por el capitalismo – cruzan el Sáhara y son arrojados por los contrabandistas por el camino, miles en todo el mundo mueren de hambre, son explotados, etc. Esta posición quiere el fin de los conflictos armados y militares y de las guerras, pero no hace nada con sus causas. Esta posición piensa que el capitalismo puede llevar a cabo sus masacres sobre todas las especies de este planeta sin la fuerza armada. Porque la paz no es más que un alto el fuego en una guerra sin fin. Esto es lo que nos enseña la historia, esto es lo que nos enseña el dominio del capitalismo. Sigue leyendo

[PHS] Volante internacionalista contra la guerra entre Irán e Israel

¡NI CON IRÁN (Y PALESTINA) NI CON ISRAEL (Y EE.UU.)!
¡POR LA DERROTA DE AMBOS ESTADOS CAPITALISTAS EN GUERRA!
¡POR LA SOLIDARIDAD CLASISTA Y COMBATIVA ENTRE LOS PROLETARIOS DE AMBAS REGIONES, TAL COMO EN RUSIA Y UCRANIA!

Estas consignas expresan hoy la posición invariante de los comunistas internacionalistas frente a esta y a toda guerra capitalista: el derrotismo revolucionario y el internacionalismo proletario. ¿Por qué?:

➊ Porque la guerra capitalista siempre se hace contra el proletariado: en este caso, si hoy el Estado burgués de Irán está atacando el territorio dominado por el Estado burgués de Israel es, sobre todo, para someter al combativo proletariado de la propia región iraní; más precisamente, para justificar la represión sobre sus luchas contra la explotación (p. ej. en el sector petrolero y de la salud) y llevarlo al matadero de la guerra “en defensa de la patria”. Lo mismo aplica contra el proletariado de la región israelí que se rehúsa a ir a la guerra de sus patrones asesinos y matar a sus hermanos de clase al otro lado de la frontera (los llamados refuseniks); y, contra el proletariado de la región palestina que protesta contra el gobierno burgués, hambreador y represivo de la Autoridad Nacional Palestina y Hamás. En fin, en toda guerra capitalista los únicos ganadores son los burgueses y los únicos perdedores son los proletarios de cualquier país, ya que en realidad este no es un conflicto de naciones, sino un conflicto de clases llevado al plano internacional.

➋ Porque los Estados hacen la guerra para acumular más capital, territorio y poder: en este caso, si hoy el Estado de la burguesía ayatola de Irán (socia de China) y el Estado de la burguesía sionista de Israel (socia de EE.UU.) se están disputando militar y políticamente el territorio dominado por su subordinada, la burguesía islamista de Palestina (y de Líbano), es por el control de la fuerza de trabajo, petróleo y gas, centros industriales, puertos, etc. de toda esa zona geográfica del mercado mundial llamada Medio Oriente. También hacen la guerra como válvula de escape para la crisis capitalista o la caída de la tasa de ganancia y la desvalorización mundial, reactivando la industria y el comercio de armas, repartiendo e invirtiendo el plusvalor extraído a los trabajadores. Tal es el motor económico de toda guerra imperialista. Y esta guerra no es la excepción, con el agravante de que podría convertirse en una guerra nuclear de gran escala.

➌ Porque estar a favor de uno u otro Estado capitalista en guerra es caer en la trampa de los falsos bandos, el nacionalismo, el sentimentalismo, la confusión y el oportunismo. Trampa promovida por los medios de desinformación masiva que, para colmo, han hecho de la guerra algo “normal” y hasta un distractor de otras catástrofes cotidianas. Es caer en el terreno de la burguesía y la socialdemocracia. Es una posición antiproletaria y contrarrevolucionaria que debe ser denunciada y combatida como tal, sobre todo contra las variopintas izquierdas del Capital. El “antiimperialismo” y la “liberación nacional” en realidad siempre han sido apéndices de la guerra imperialista y el capitalismo de Estado (mal llamado “comunismo”). Por el contrario, los proletarios no tenemos patria y los comunistas siempre luchamos por los intereses de nuestra clase mundial en contra y más allá de los intereses de cualquier Estado, nación, “pueblo”, religión, etc.

➍ Porque bajo el capitalismo no existe “guerra justa” ni “guerra santa” entre naciones. La única “guerra justa” que puede existir es la guerra de clases global para abolir el capitalismo, la guerra y la sociedad de clases misma; esto es, transformar la guerra imperialista en revolución comunista internacional. Evidentemente, faltan muchos desastres, guerras, revueltas e insurrecciones para llegar a ese punto de no-retorno. Mas no por ello es menos verdadero ni necesario en esta época de catástrofe económica, social, ecológica y, para colmo, amenaza inminente de guerra nuclear. Por lo tanto, Comunismo o Extinción.

➎ Porque, a pesar de la contrarrevolución mundial que todavía reina, mantener con intransigencia la posición de derrotismo revolucionario e internacionalismo proletario resulta una práctica necesaria, defensiva y clarificadora tanto frente al terrorismo de los Estados capitalistas en guerra como frente al oportunismo confusionista de las izquierdas del Capital que los apoyan. Una práctica defensiva hasta que el proletariado mundial esté en condiciones de pasar a la ofensiva revolucionaria y mandar a todos los Estados, los mercados, las patrias, las guerras y las clases al basurero de la historia. Los proletarios con y sin uniforme de las regiones rusa y ucraniana que hoy vuelven sus armas contra sus jefes militares, que desertan de “sus propios” ejércitos, que protestan contra “sus propios” Estados y que organizan redes internacionalistas de solidaridad con los desertores, son el ejemplo concreto y actual de derrotismo revolucionario. El ejemplo a seguir por los proletarios de Medio Oriente y otras regiones del planeta azotadas por la guerra.

Proletarios Hartos de Serlo
Región ecuatoriana, Octubre de 2024

Ver también:

Debate sobre este volante digitalizado en PDF aquí.

Precisiones Sobre El Derrotismo Revolucionario

El texto que publicamos a continuación es parte del próximo número de nuestra revista Revolución, dedicado a la guerra imperialista y al derrotismo revolucionario.
Hemos decidido adelantar su difusión tanto por el retraso que tenemos con la revista, así como por la importancia de este documento en las discusiones que se están dando en sectores de nuestra comunidad de lucha que asumen las tareas internacionalistas del derrotismo revolucionario.

***

No puede extrañarnos, en absoluto, que el derrotismo revolucionario vuelva a estar a la orden del día en nuestra comunidad de lucha. Sólo hay que echar un vistazo a cómo vivimos hoy buena parte del proletariado: bajo las bombas. Y los “privilegiados” que no viven pendientes del sonido de los cazas o del crujir de las botas de los milicos, sufren en sus carnes el dolor de sus hermanos de clase y el esfuerzo de guerra desarrollado por todos los Estados.

Es totalmente natural que, ante el baño de sangre que inunda el viejo mundo, nuestra clase no sólo se resista a ser carne de cañón, sino que manifieste también su rechazo apuntando con sus armas a los agentes directos de la carnicería. Frente a las banderas hediondas de la patria, bajo cuyos pliegues son masacrados miles de proletarios, la amenaza de derrotismo revolucionario atormenta a los ejércitos de la burguesía.

Aclaremos ya, antes de nada, contra las concepciones caricaturales emanadas del medio podrido izquierdista o ultraizquierdista, que el derrotismo revolucionario no es un ideal a alcanzar, una bonita consigna lanzada por revolucionarios para que los proletarios dejen de matarse entre ellos y vuelvan sus fusiles contra “sus” propios oficiales, ni una concepción que algunos “revolucionarios”, aportadores de conciencia, importan desde el exterior a la clase proletaria. El derrotismo revolucionario es una práctica social, o mejor aún, una determinación primaria que emana de las contradicciones sociales que genera la guerra imperialista en nuestra clase. Si vuelve al centro de las preocupaciones de la comunidad de lucha contra el capital, desplazando otra serie de cuestiones, no es porque aparezca en la “agenda” de algunos militantes revolucionarios, sino porque la generalización de la guerra espolea a nuestra clase a contraponerse a la misma.

Existen, evidentemente, números obstáculos materiales para la organización y el desarrollo de la práctica derrotista, como puede comprobarse por el desarrollo impresionante de la guerra imperialista. Se trata de un conjunto de límites que obstaculizan el desencadenamiento de esa fuerza imponente, y que configuran el estado actual en el que se encuentra el proletariado como clase. En general, son los mismos límites y debilidades que afectan en todos los ámbitos de la lucha proletaria, desde la más elemental defensa material de sus condiciones de vida hasta las revueltas de nuestra época. El principal límite lo constituye la correlación de fuerzas internacional, producto de la derrota histórica de nuestra clase, de la cual no ha conseguido zafarse todavía. Esa derrota contiene una serie de implicaciones (desgarramiento de su experiencia, debilitamiento de su asociacionismo, descomposición de su fuerza unitaria, ideologización de su programa revolucionario…) que sólo pueden ser enfrentadas en el desarrollo mismo de la lucha contra el capital, al empujar a los explotados a hacerse cargo de su propia derrota para vencer al enemigo. La revolución social es un proceso histórico en el que la derrota es parte de su proceso contradictorio de afirmación.

La estructuración como dirección revolucionaria de su propia experiencia de lucha, catalizada a través de sus minorías de vanguardia, ha marcado siempre el devenir de la guerra contra la burguesía en los momentos de crisis generalizada. Creer que puede surgir una perspectiva revolucionaria al margen de la lucha proletaria inmediata contra la explotación y su inherente dimensión histórica, o peor aún, considerar que la misma se circunscribe al interior de la reproducción capitalista, y por lo tanto no puede aspirar a ninguna ruptura con la relación social vigente, significa remar en favor del desarrollo de la guerra imperialista y el mantenimiento de la esclavitud asalariada.

Por consiguiente, el derrotismo revolucionario, como contraposición proletaria a la guerra, no puede escindir su acción actual de su práctica histórica. Zarandea a todos aquellos que se colocan en su perspectiva para que profundicen en el conocimiento de su propia praxis y sus límites, en la complejidad de los laberintos que propone el enemigo, precisando cada vez con mayor claridad el arduo camino que descompone a los ejércitos de la burguesía, poniendo entre la espada y la pared el orden social existente. Es en el seno de esa práctica derrotista, de las discusiones desarrolladas al interior de nuestra comunidad de lucha, fuera y contra del espectáculo escolástico y doctrinario, donde enmarcamos esta pequeña contribución.

Partiendo del ABC del derrotismo de nuestra clase, queremos precisar algunas cuestiones que se contraponen a las caricaturas y análisis reduccionistas que se levantan bajo su bandera. El objeto del texto es claro, contribuir a delimitar el terreno derrotista revolucionario de los diversos simulacros y eventos teológicos, especialmente de lo que denominamos “derrotismo simplista”, y, al mismo tiempo, impulsar a todos los militantes revolucionarios a centralizar juntos las tareas que nos exige el momento actual.

Por el estado de borrador en el que se encuentra esta contribución, inmersa en discusiones y clarificaciones, hemos preferido presentar el documento en forma de tesis.

1

El derrotismo revolucionario no parte de un conjunto de ideas o consignas, sino que es el resultado de las condiciones materiales de existencia del proletariado bajo la guerra imperialista. Es una práctica inmediata, primaria, surgida de las necesidades e intereses materiales de los proletarios que alberga diversos niveles de materialización y desarrollo, y cuya base es, como siempre, la lucha contra la explotación, y, por tanto, la lucha contra “su” propia burguesía1. La derrota de “su” propia burguesía equivale a la derrota de “su” propio ejército, de “su” propio Estado.

Esta práctica no depende de lo que piense tal o cual proletario, pues es el conjunto de sus intereses materiales lo que le empuja a contraponerse a la guerra imperialista y a los distintos ejércitos de la burguesía. El derrotismo está determinado por los golpes que recibe nuestra clase en la guerra, por los muertos, los heridos, las violaciones, la represión, el hambre, la desmoralización, el desgaste, el sacrificio, las humillaciones, el “esfuerzo de guerra” …, es decir, por la exacerbación de las contradicciones sociales. Sólo de ahí surge, límpidamente, como producto material inherente al proletariado, la necesidad y la posibilidad del derrotismo revolucionario. Sigue leyendo

Venezuela 2024: pugna interburguesa, democrática y “soberana” donde las masas populares se movilizan como carne de cañón

Pugna Interburguesa. Porque, más allá de un fraude electoral, es una lucha por el poder estatal entre dos fracciones burguesas. Por un lado, la fracción de izquierda del Capital: la burguesía burocrática, la burguesía bolivariana o “boliburguesía”, representada por el Partido Socialista Unido de Venezuela–PSUV del presidente Nicolás Maduro (sí, lectores: la Venezuela chavista nunca ha sido “comunista”, siempre ha sido capitalista). Por otro lado, la fracción de derecha del Capital: la burguesía empresarial o tradicional, la burguesía industrial, financiera y agroexportadora, representada por la Plataforma Unitaria Democrática–PUD y su candidato presidencial Edmundo González junto con la líder de la oposición María Corina Machado, quienes se declaran triunfadores de estas últimas elecciones.

Democrática. Porque lo único que realmente está en disputa hoy en Venezuela es cuál de las dos fracciones burguesas gestiona políticamente desde el Estado la dictadura democrática del Capital y su crisis. La fracción burguesa burocrática o de izquierda (Maduro, Cabello y compañía) acusa de “golpista” y “fascista” a la fracción burguesa empresarial o de derecha (González, Machado y compañía); mientras que ésta, acusa de “dictatorial” a aquélla. En suma, ambas fracciones se acusan de “anti-democráticas”. Tales discursos políticos en conflicto son los que se repiten ad náuseam en los medios de comunicación internacionales… Se trata de un falso antagonismo, porque en realidad la democracia es la dictadura social del Capital y, por tanto, de toda la burguesía sobre todo el proletariado, ya que en democracia éste tiene la “libertad” de ser explotado o morirse de hambre y la “libertad” de votar por sus amos políticos cada tantos años. En las protestas actuales no se está cuestionando esta premisa real. Al contrario, aquí la única ganadora es y será la dictadura social capitalista llamada democracia. Lo único que está en disputa es cuál de las dos fracciones burguesas la gestiona políticamente desde el Estado, con el apoyo de movilizaciones populares en las calles.

“Soberana”. Porque también está en juego la “soberanía” de Venezuela dentro de las disputas inter-imperialistas actuales. Sin duda, a EE.UU. en tanto que potencia imperialista occidental le interesa derrocar al gobierno de Maduro a fin de obtener una mejor tajada de petróleo en el mercado mundial. Para lo cual, apoya a la fracción derechista, empresarial y mafiosa de González-Machado y a otras fuerzas reaccionarias emergentes como los carteles narcoterroristas venezolanos (Tren del Llano, Tren de Aragua, etc.), quienes en conjunto llaman a “respetar la soberanía popular expresada en las urnas”. Por su parte, la fracción izquierdista, burocrática y mafiosa de Maduro-Cabello tiene una posición “antiimperialista”, “soberana” y “popular” sólo contra EE.UU., Israel, “la derecha golpista” y las “guarimbas”, pero no contra el imperialismo de China, Rusia e Irán, a quienes considera sus “aliados”, cuando en realidad son sus patrones internacionales que también ambicionan controlar totalmente su petróleo. Así como Palestina hoy es el epicentro de la guerra imperialista en Medio Oriente, así mismo Venezuela mañana podría ser el epicentro de una guerra imperialista en “el patio trasero” de EE.UU…. y de China.

Las masas populares movilizadas como carne de cañón. Porque tanto los trabajadores y los “marginales” como la “clase media” empobrecida y los pequeños propietarios que hoy están protestando y enfrentándose en las calles de Caracas se mezclan y confunden en esa masa interclasista llamada “pueblo”. Donde los trabajadores no están luchando por sus propios intereses materiales con independencia y antagonismo de clase, sino que están luchando por los intereses materiales de sus patrones de izquierda —“el pueblo chavista”, cada vez venido a menos— y de sus patrones de derecha —muchos gritan en las calles “¡Edmundo presidente!”—. Por eso son carne de cañón de esta pugna interburguesa. Obviamente, los trabajadores y el “pueblo” están cansados de tanta miseria económica y represión estatal en Venezuela. Pero no comprenden que la causa real de esa miseria no es “la dictadura comunista de Maduro” ni tampoco “el bloqueo económico de EE.UU.”, sino la crisis catastrófica del capitalismo a escala mundial. Por eso la oposición derechista está capitalizando políticamente este descontento popular generalizado y, gracias a ello, es posible que esta vez sí derrote al desgastado régimen chavista, a diferencia de en las elecciones y las protestas de la década pasada. En ese caso, no habrá fracasado el “comunismo” —inexistente en Venezuela—, sino la gestión estatista o socialdemócrata del capitalismo en crisis llamada “socialismo del siglo XXI”. Pero la explotación y la opresión de la clase capitalista sobre la clase trabajadora continuarán, al igual que la miseria.

Un ejemplo sudamericano de la catástrofe y la contrarrevolución capitalistas a escala mundial. Porque la crisis económica, política y social en Venezuela hoy es sólo un ejemplo particular localizado de la crisis capitalista general en todo el mundo: desde Haití hasta Palestina y Kenia están peor que Venezuela. Por lo tanto, el problema no es tal o cual gobierno de tal o cual país, el problema es el capitalismo mundial y su catástrofe actual. Por otro lado, un período histórico-mundial de carácter contrarrevolucionario como lo es el presente se caracteriza, en términos de lucha de clases, precisamente por pugnas interburguesas como esta, protestas democráticas e incluso revueltas e insurrecciones populares; pero, no por ello deja de ser un período contrarrevolucionario donde la burguesía mundial se encuentra a la ofensiva y sigue teniendo la sartén por el mango. No toda movilización de masas es revolucionaria, también existen movilizaciones reaccionarias de derecha y de izquierda como esta.

Por lo expuesto, la posición de los verdaderos comunistas o proletarios revolucionarios de todas partes frente a Venezuela hoy sólo puede ser: Ni chavismo ni oposición ni intervención imperialista. Acción directa, independiente e internacionalista del proletariado por sus propios intereses materiales hasta destruir y superar el Capital, el Estado, el mercado, la democracia, la nación y la sociedad de clases, mediante la producción de relaciones sociales realmente comunistas entre los individuos de diversos territorios. Ese y sólo ese sería un poder revolucionario para sepultar el capitalismo y la contrarrevolución. Siendo conscientes de que esto no ocurrirá sino hasta que el proletariado de la región venezolana y de todo el mundo aprenda por sí mismo que si sigue luchando por tal o cual fracción de la burguesía está condenado a seguir derrotado y bajo su dictadura democrática y “soberana”. Tarde o temprano, la explotación, la miseria, la opresión y la lucha de clase lo empujarán a ello.

Proletarios Hartos de Serlo

Quito, agosto de 2024

NO SOMOS «CAPITAL HUMANO»

Una de las innovaciones del actual gobierno argentino fue la designación del Ministerio de Capital Humano que significó la integración de los antiguos Ministerios de Trabajo, Educación, Desarrollo Social y Cultura. Inicialmente también incluía el de Salud, aunque quedó finalmente fuera. El Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad fue suprimido, conservando únicamente una Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, transferida posteriormente al Ministerio de Justicia para ser disuelta.

La noción de capital humano sobre la que se basa la creación del Ministerio homónimo tiene como punto de partida la concepción burguesa sobre la inexistencia de clases sociales. Como veremos, subyace la idea de que todos seríamos capitalistas.

La apología del Capital, de los capitalistas y del capitalismo en general, es difundida necesariamente desde todos los gobiernos. En este caso es llevada a cabo desde una visión abiertamente liberal y en un contexto particular del mercado laboral, lo cual invita a otro tipo de críticas y volver sobre algunas cuestiones fundamentales.

 ¿Qué es?

En el programa de La Libertad Avanza (LLA) de cara a las elecciones presidenciales de 2023 podemos leer: «El capital humano de una persona es el valor de todos los beneficios futuros que se espera obtener de ella con su trabajo en el transcurso de la vida productiva». Y más adelante afirman: «es el conjunto de habilidades, aptitudes, experiencias y conocimientos de cada persona, imprescindible para la economía de un país, invirtiendo en él se aumenta la productividad y se impulsa el progreso tecnológico, además de los múltiples beneficios que se obtienen en otras áreas como las sociales o científicas.»

Estas definiciones deben mucho a la llamada teoría del capital humano (TCH), desarrollada principalmente por los economistas estadounidenses Schultz y Becker desde la década de 1960. El primero de estos estableció que los factores de producción decisivos para el incrementar el bienestar de los pobres son el mejoramiento de la calidad de la población, los adelantos en el conocimiento y el desarrollo de habilidades. Posteriormente Becker, sistematizador de los aportes de Schultz, desarrolló formalmente la TCH en su libro Human capital. Su idea básica fue considerar la educación y la formación como inversiones racionales con el fin de incrementar la eficiencia productiva y los ingresos de individuos, empresas y Estados. Supuso además que el individuo, en tanto que “agente económico”, en el momento que toma la decisión de invertir o no en su educación, arbitra entre los costos de la inversión (por ejemplo, el costo de oportunidad –salario que deja de percibir por estar estudiando– y los costos directos, es decir, los gastos de estudios) y los beneficios que obtendrá en el futuro, si continúa avanzando en su formación.

De acuerdo a la perspectiva de estos autores y otros estudios posteriores, gran parte del crecimiento económico de las sociedades occidentales podría explicarse si se introduce una variable llamada capital humano, correlacionada con el nivel de formación especializada que tienen los agentes económicos o individuos de una sociedad. Sin embargo, parece ser al revés, ellos consideran el desarrollo como producto de la formación y no la formación como un producto, una necesidad, del desarrollo.

Desde la tribuna liberal insisten con la importancia de la educación para el progreso de la nación y el mantenimiento de la sociedad de clases. Cualquier parecido con otras formas de liberalismo “progre” no es mera coincidencia, es muy similar a la idea de transformar la sociedad a través de la educación, sin comprender que la educación es producida y transformada por las necesidades capitalistas de la sociedad. Y la adaptación del contenido educativo de acuerdo a las fluctuantes necesidades del Capital en cuanto a las características de la fuerza de trabajo a explotar ha requerido siempre del Estado. De hecho, el nivel educativo local ha caído tan bajo que la iniciativa más clara de la Secretaría de Educación actual es un plan de alfabetización nacional. Sigue leyendo

Guerra de clases 16/2024: Revuelta proletaria en Kenia – ¡Contra todas las falsificaciones burguesas!

El texto que presentamos aquí sobre la muy reciente oleada de lucha de clases que barrió Kenia (y la sigue barriendo en el momento de escribir estas líneas) no pretende ser “completo”, ni un análisis “serio”, “objetivo” o pedante de la situación. No estamos aquí simplemente para diagnosticar los males del Capital, ¡estamos aquí para ser su sepulturero! No nos sirven los análisis “eruditos” y “brillantes” de la economía política burguesa, tan apreciados por todos los colores y matices del prisma de la izquierda y extrema izquierda del capital, análisis que aplastan con el peso de sus cifras, sus porcentajes, sus gráficos, sus curvas, su logorrea… cualquier expresión de la vida de nuestra clase y de su lucha, cualquier manifestación de lo vivo. En lo que nos concierne, enviamos simple y modestamente un saludo caluroso y vibrante a nuestros hermanos y hermanas de clase en lucha en Kenia, como en todas partes de este infierno capitalista que se impone a nuestra humanidad, y les llamamos a mantenerse firmes, después de haberse sublevado, a organizarse cada vez más poderosamente para las luchas venideras…

El 18 de junio de 2024 comenzaron las manifestaciones en Nairobi, con la ocupación de la plaza frente al Parlamento Nacional y, desde el principio, enfrentamientos con las fuerzas represivas del Estado. El detonante de las protestas fue la propuesta de Ley de Finanzas 2024 del Presidente de Kenia, Sr. Ruto. Su aprobación provocaría subidas de precios en una amplia gama de productos básicos, desde el pan, los huevos, las verduras y el aceite de cocina hasta la gasolina y los productos de higiene para mujeres y niños.

Además, debido a la naturaleza de la organización del capital en Kenia, si quieres conseguir un empleo en la “economía urbana del sector servicios”, no te queda más remedio que convertirte en lo que se conoce como “autoempresario” y tienes que comprar tu propio equipo, combustible y pagar impuestos al Estado, aunque luego trabajes para una gran empresa tecnológica, una compañía de medios sociales o una agencia gubernamental local.

Esto llevó a los proletarios cuya pertenencia de clase está enmascarada por la ideología burguesa, que les da la ilusión de ser “empresarios privados”, y que eran los más afectados por los cambios, a convertirse en los iniciadores de las protestas. Y al igual que en el caso del movimiento de los “chalecos amarillos” en Francia, los principales medios de comunicación, así como la izquierda del capital con su ideología obrerista, saltaron a la oportunidad de interpretar las protestas como un movimiento “pequeño burgués”, “contra la corrupción del gobierno”, “impuestos injustos”, “por más democracia”, etc. Como en el caso de los “chalecos amarillos”, queremos hacer hincapié en la naturaleza proletaria del movimiento, que se expresa y confirma en la expropiación generalizada de bienes, los ataques a la infraestructura y los símbolos del Estado y el rechazo de cualquier mediación burguesa, a pesar del ocasional “ciudadano enfurecido” quejándose en TikTok de que la nueva ley “perjudica a su negocio”. Sigue leyendo

[AST] Conferencia “A favor de una posición antibelicista revolucionaria”

Apunta tus armas contra tus oficiales!

Fuente en alemán: https://actionweek.noblogs.org/post/2024/06/03/vortrag-fur-revolutionare-antikriegsposition/

En el marco del congreso contra la guerra celebrado el sábado en Praga, los camaradas de habla alemana de la Tendencia Social Revolucionaria Antipolítica (AST) pronunciaron una conferencia sobre el tema “A favor de una postura revolucionaria contra la guerra”. He aquí sus tesis sobre la conferencia.

La paz burguesa dentro del capitalismo es la forma no militar de lucha competitiva tanto dentro de cada Estado como entre ellos. La paz interna se basa en el monopolio del Estado sobre el uso de la fuerza. Para los ideólogos burgueses, por ejemplo, hay paz en las dos democracias de Alemania y Estados Unidos. Y, de hecho, actualmente no hay ninguna guerra civil ni en EEUU ni en Alemania. Y, sin embargo, la paz interna de los Estados significa un terror permanente a los toros, más o menos pronunciado. Los policías son los hooligans oficiales del Estado, a los que se permite hacer lo que generalmente se prohíbe a los ciudadanos, es decir, ejercer la violencia de forma ofensiva. En la República Federal de Alemania, el terror mortal de los toros ha aumentado considerablemente en los últimos tiempos. En Estados Unidos, la policía mató al menos a 881 personas entre enero y el 2 de octubre de 2022.

Por lo tanto, la paz interna en los Estados capitalistas no es otra cosa que una guerra de baja intensidad. Es una guerra unilateral librada por el Estado contra las clases bajas pequeñoburguesas y proletarias. Los social revolucionarios se esfuerzan por perturbar la paz interna mediante la guerra de clases proletaria.

Como ideología burguesa, el pacifismo defiende la paz y la cooperación entre los Estados y su desarme colectivo voluntario. Se trata de una montaña de ilusiones que se derrumba rápidamente ante la carnicería imperialista. Existe competencia entre los Estados capitalistas y la paz entre ellos no es más que la forma no militar de la competencia basada en el armamento. Los Estados nunca se desarmarán voluntariamente de forma colectiva en un grado significativo. La exigencia de que los Estados lo hagan es ilusoria. Sólo puede haber un desarme real: ¡el aplastamiento revolucionario mundial de todos los Estados! ¡Guerra de clases en lugar de paz burguesa!

En el capitalismo mundial, la paz burguesa sólo puede ser el estado entre guerras. Los pacifistas afirman que la diplomacia es una alternativa a la guerra imperialista. No les irrita especialmente el hecho de que los diplomáticos sean desplegados por los mismos Estados que despliegan e invaden ejércitos. La diplomacia es un arma de competición no militar, en la que el potencial económico y militar de los Estados desempeña siempre el papel más importante como base. La diplomacia de los Estados prepara la guerra en la paz y la paz en la guerra, pero en principio no puede impedir ni impedirá la guerra. Sigue leyendo