El joven Marx y sus enemigos

Toda su vida Marx ha mantenido el punto de vista unitario de su teoría, pero la exposición de su teoría fue planteada sobre el terreno del pensamiento dominante precisándose bajo la forma de críticas de disciplinas particulares, principalmente la crítica a la ciencia fundamental de la sociedad burguesa, la economía política. Esta mutilación, ulteriormente aceptada como definitiva, es la que ha constituido el «marxismo».

La Sociedad del espectáculo.Guy Debord.

Esta afirmación, que comprende la obra de Marx como una totalidad en desarrollo, se contrapone a toda esa periodización de la misma que la disocia en un periodo de juventud y otro de madurez. En la medida en que dicha periodización se afirma, ya sea para defender al joven Marx frente al viejo, o viceversa, se liquida la fuerza de Marx en tanto que militante del proletariado, conduciendo ineludiblemente a una petrificación que nos arrastra hacia la ideología marxista en sus diversas variantes.

Presentación a Páginas Malditas de Reapropiación ediciones.

La socialdemocracia ha hecho de Marx un utensilio apto para servir a la reproducción social capitalista. Las múltiples formas bajo las que se materializa esta fagocitación emanan de las particularidades propias de cada fracción de la socialdemocracia. La lista es interminable: el Marx demócrata, politicista, economista, filósofo, humanista, marxista, leninista, estalinista, ecologista, etc. El método para conseguir semejante proeza se basa en descuartizar la obra de Marx, destruir la globalidad de la misma, haciendo de los diferentes niveles de abstracción una contraposición utilizando categorías, frases y pasajes que se desconectan de los diversos momentos de la totalidad. Tampoco se puede negar, obviamente, que el mismo Marx colaboró lo suyo descargando una nutrida variedad de excrementos que abonaron el campo sobre el que proliferan todos esos escuderos de la burguesía.

Posiblemente, el corte epistemológico entre un joven Marx filosófico y un Marx maduro científico desarrollado por Althusser es uno de los ataques más populares contra Marx. Althusser y sus epígonos rellenan miles de páginas con todo tipo de detalles y comparaciones que nos muestra al joven Marx apresado en las contradicciones filosóficas y adherido a la posición humanista de Feuerbach. Habría que desechar toda la producción teórica de ese periodo juvenil, y sus reminiscencias en la Ideología alemana, pues se enmarca dentro de los límites de la filosofía clásica alemana. La abolición del trabajo, del Estado, del dinero, etc., serían aboliciones al interior de un sistema filosófico sin relación alguna con las verdaderas contradicciones sociales y su superación. En ese sistema filosófico habría un ser humano que responde al yo sensible feuerbachiano, una actividad limitada al pensamiento ético y un objeto de dicha actividad que se queda en lo sensible. La enajenación del ser humano sería percibida desde un enfoque filosófico que concibe la separación del sujeto y el objeto, en concreto del hombre y la objetivización de sus fuerzas naturales, como un desajuste a superar desde la propia filosofía que defiende la primacía del sujeto y el retorno a una supuesta identidad originaria.

Evidentemente si así fuera habría que dar la razón al corte epistemológico. Ahora bien, hay que tragarse muchos sapos para aceptar esta falsificación. Pero la misma tiene una fuerza social evidente y quien se pone las gafas althusserianas está totalmente convencido de la autenticidad de lo falso.

Es cierto que el método que utiliza Marx para cristalizar sus posiciones, que podríamos definir por una parte como una dialéctica de la conservación y la superación (que contiene, claro está, la negación), facilita la operación de estos especialistas de la adulteración, pues la escisión de momentos particulares de la conservación respecto a la totalidad en desarrollo que los engloba, elimina la negación que sufren en el proceso de superación, permitiendo la amalgama y liquidación del contenido. Es la misma maniobra que se emplea cuando se asimila la concepción del valor de Marx al valor-trabajo ricardiano. De esta forma, se puede presentar aquí o allá a Feuerbach o Ricardo escribiendo a través de la pluma de Marx. Se trata de un extrañamiento de la teoría. Sigue leyendo