Apuntes para una comunidad en lucha
Para nosotros comunicar tiene que ver con poder transmitir emociones, mensajes, y hechos que experimentamos diariamente y que son parte de nuestra vida cotidiana. Tiene que ver con nuestra capacidad de traducir la insatisfacción con esta vida aburrida y miserable. Con poder romper ese aislamiento que nos mantiene impotentes, y descubrir que nuestras realidades son parte de un mismo tejido, de una misma clase. El cuestionamiento en torno a la comunicación es crucial para ejercer una práctica viva como comunidad. El individualismo ha impactado nuestras relaciones sociales al punto de que nuestra comunicación ha sido suplantada por los medios masivos de comunicación, los celulares touch y las redes sociales de internet. Ante esto, debemos recalcar que existe un mundo tras ese espectáculo de superficialidad y plástico, que es todo aquello que tenemos en común en nuestras realidades y que la televisión nos esconde. Partiendo de esta base, una comunicación que apunte a la comunización de la vida debe partir por establecer los puntos de lucha que los proletarios poseen en común.
Cada día que pasa bajo la tediosa rutina por sobrevivir en este mundo capitalista nos hace encontrarnos ante la urgencia de poder visibilizar nuestros conflictos comunes, y de poder aunarlos en un UNICO conflicto social ; vemos a la tierra y sus recursos naturales saqueada por un sistema económico que extrae recursos a un ritmo cada vez mayor, producto de un progreso tecnológico orientado al dominio y a la ganancia de los ricos que no parará hasta que las consecuencias para nuestro entorno sean desastrosas. Nuestra tiempo y energía arrebatados por el trabajo que nos chupa cual vampiro el tiempo que podríamos dedicar al regocijo de nuestros hijos, al desarrollo de relaciones humanas autenticas, o simplemente al disfrute de nuestra creatividad. La educación de nuestros hijos orientada a la adaptación de un sistema que los transformará en futuros esclavos de esta mundo según su capacidad de pago. Nuestra capacidad de sobrevivir dependiendo de la taza de cesantía de la economía de turno. Nuestras pensiones vergonzosamente arrebatadas por empresas multinacionales que ganan dinero a costa de nuestro tiempo y sacrificio. Nuestros alimentos manipulados con químicos que nos envenenan poco a poco. Nuestra salud despojada de nuestros cuidados comunitarios y solidarios en manos de quienes se enriquecen con nuestro sufrimiento. Nuestra situación es indigna. Nuestra vida no nos pertenece, nos la robaron. Sigue leyendo