La muerte de Mbaye Ndiaye el jueves 15 de marzo, mientras huía de una redada de la Policía Municipal de Madrid (como reconocieron inicialmente medios de comunicación como El Mundo o Europa Press, haciéndose eco de la misma jefatura de la Policía), no es un hecho ni puntual ni casual. Y es importante entender el porqué.
Son continuas las redadas que sufren los «manteros» de origen africano en todas las grandes ciudades de la región española como Madrid. Los perros guardianes del capital defienden con uñas y dientes la correcta circulación de las mercancías, el altar de la propiedad privada, la ley y el orden de nuestra miseria. Esa es la raíz de la tan cacareada legalidad democrática, la defensa de los negocios de los grandes centros comerciales, la garantía estatal de que el capital seguirá manteniendo su democrática tasa de beneficio en contra de nosotros.
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PDF: «No al racismo de Estado Abajo el Capital y sus fronteras»