La escalada represiva continúa. No terminábamos de reponernos del golpe que fue la desaparición y muerte de Santiago en manos de Gendarmería cuando nos enteramos que otra fuerza del aparato de control del orden burgués asesinaba de un tiro por la espalda a Rafael Nahuel durante un intento de desalojo de la comunidad Lafken Winkul Mapu. «Un mapuche murió baleado tras un enfrentamiento con la Prefectura en Villa Mascardi» se apresuró a titular el diario Clarín.
El Estado no ahorra en su poder de fuego, apoyo logístico e institucional para atacar a quienes luchan contra la explotación y la opresión. El asedio a las comunidades mapuche en conflicto, así como a los solidarios con esta lucha, va en total sincronía con sus medios de comunicación. La burguesía unida festeja la represión sobre los hermanos mapuche, y algunos pobres infelices se embriagan escuchando el brindis desde fuera de la fiesta.
Hoy los únicos denunciados por la muerte de Santiago son los acusados por el gobierno: siete miembros de la Lof y un amigo de Santiago, denunciados por falso testimonio por el mismo Ministerio de Seguridad responsable de su muerte. Mientras que, por el asesinato de Rafita, siguen procesados quienes tuvieron la angustiante tarea de bajarlo muerto, a pesar de que hasta las pericias han dejado en claro la cacería realizada por el llamado Grupo Albatros de la Prefectura.
PDF: «la oveja negra #52»