“Los violentos y los prevaricadores, son responsables no sólo del mal que infligen a sus víctimas, sino también de aquel al que les inducen a continuación los agravios sufridos”(A. Manzoni, I promessi sposi)
Se podría sintetizar así, con las palabras del para nada revolucionario Manzoni, nuestra opinión sobre los trágicos sucesos de París.
Jóvenes nacidos y crecidos en las periferías que quizás hasta hace un par de años no habían leido las suras del Corán, que ahora están dispuestos a morir y hacer morir por un nuevo califato islámico.El llamado “Fanatismo religioso” en sí explica nada. La explicación de una violencia furiosa y sin discriminación no se encuentra en el Cielo de las promesas sino en la Tierra de las humillaciones.
Desde 1991 las tropas occidentales (incluyendo aquellas italianas) han exportado su espléndida civilidad del diálogo y de la paz con el trueno de las bombas y las masacres. Una matanza como aquella de París, ha sido y es la realidad cotidiana en Iraq, Afghanistan, Palestina, Siria, Libano, Mali, Somalia… Aun no han pasado dos meses desde que en una plaza en Ankara, el mismo nùmero de personas muertas en París vio el final de sus vidas volar por los aires por una bomba puesta por el gobierno turco de Erdogan contra la oposición curda.
Basta comparar la reacción de las instituciones y media occidental con respecto a las dos masacres para evidenciar la hipocrecia de las lágrimas de Estado y del “somos todos franceses”. Es evidente que los muertos occidentales valen infinitamente más que todos los otros.
A parte del financiamento directo de la CIA a los grupos islámicos para destruir este o aquel gobierno, es la guerra permanente desencadenada del capitalismo para acaparrar los recursos energéticos y dividirse las zonas de influencia mundial. La condición objetiva que creó un escenario ideal para el ISIS. Las matanza de Gaza y de Falluja de por si han hecho la más potente propaganda anti occidental que se pueda imaginar.
Como decía alguien, es demasiado tarde para los discursos de los maestros de escuela declamadas a una humanidad donde tres cuartos se ahogan. La violencia no habíamos querido verla. Hicimos como si no pasara nada, porque era lejano. Sorprenderse ahora es una hipocrecía.
Estamos en guerra. “Nosotros les haremos lo que ustedes nos hacen en Siria” pareciera que fueron estas las palabras gritadas en el tiroteo al Bataclan.
La lógica del “somos todos franceses” es la que nutre la guerra global (también el ISIS). Reflexionemos. Si se considera legitimo bombardiar casas y hospitales en Irak, Afghanistan o en Siria con el pretexto de eliminar a este o aquel tirano local, ¿porqué no se debería considerar legítimo disparar sin criterio alguno a los franceces por las políticas imperialistas de Hollande y de las multinacionales para las que trabaja?
Si los atentadores de Paris son terroristas, ¿no son mucho más terroristas los militares de la OTAN?. ¿Es más cobarde hacerse explotar, o desenganchar bombas desde la comodidad de un avión?
Estamos en guerra. El estado de asedio declarado de Francia es el mismo que venía decretado en la Algeria colonial. Faltan sólo los campos de concentramiento. Militares con el pasamontañas están ya patrullando algunas ciudades italianas.
Non nos hagamos ilusiones. No existe control policial o militar que pueda protegernos del gesto más tremendo y más sencillo: disparar a la masa. Quien piensa que pueda canjear sus ya pocas libertades en cambio de la seguridad prometida del Estado, perderá las mismas y no obtendrá las segundas.
La guerra de la civilización contra la barbarie es una falsedad. Es más, quien está combatiendo activamente el ISIS sin la violencia indiscriminada hacia la población civil son los guerrilleros y guerrilleras kurdas. Pero estos quieren también auto organizar su territorio, sus recursos y su cultura, asi que sus bases vienen bombardeadas de Erdogan con el apoyo de todos los capitalistas del mundo.
Es mejor un Califato que la revolución social.
Quien quiere compactar un pueblo y las instituciones (“somos todos franceces”) da razón a la guerra global, osea al ISIS.
Tiempo en el que millones de corazones se hincharon de odio.
Tiempo en el que nos transformamos todos en potenciales objetivos de GuerraLa senda a seguir es otra: Disociarse de las políticas de robo y de muerte llevadas a cabo en nuestro nombre; demostrar practicamente que Renzi, Hollande, Obama, Merkel, etc. no nos representan. Que los primeros responsables de una guerra que está volviendo al remitente son ellos. Ellos y toda la clase dominante.
¡Desertemos el frente occidental!
¡Ni guerra entre pueblos, ni paz entre clases!
¡Fuera la OTAN de Medioriente!
# Anarquistas y antimilitaristas