Louise Michel – Mivimet Anarchist

Louise Michel nace el 29 de mayo de 1830 en Vroncourt-la-Côte, en el departamento de Haute-Marne (Francia), y muere el 9 de enero de 1905 en Marsella (Francia). Destacada anarquista francesa y una de las principales figuras de la Comuna de París, fue también escritora, poetisa y educadora. Fue la primera en enarbolar la bandera negra, que bajo su impulso se convertirá en el símbolo del movimiento anarquista.

Juventud

Era hija natural de una sirvienta, Marianne Michel, y del hijo del terrateniente Etienne Charles Demahis. Sus abuelos paternos le dieron una educación liberal, inspirada en los ideales de Voltaire y Jean-Jacques Rousseau. En sus memorias, Louise Michel recuerda su infancia como un periodo muy feliz de su vida. Luego de la muerte de su abuelo en 1850, estudia para ser maestra pero su rechazo a prestar juramento a Napoleón III le impide entrar en la enseñanza pública. Por ese motivo, entre 1852 y 1855, abre varias escuelas libres en Audeloncourt, Clefmont y Millières (Haute-Marne), invirtiendo la herencia que le habían legado sus abuelos. Practica una enseñanza basada en los ideales republicanos y en una pedagogía innovadora, lo que levantará suspicacia entre los padres de sus alumnos y le valdrá alguna que otra amonestación por parte de las autoridades.

París

En 1856, Louise Michel se traslada a París donde se dedica a la enseñanza sin interrupción durante quince años. En 1865, abre una escuela en el 24 de la calle Houdon, y crea otra en la calle Oudot en 1868. Le interesa la literatura y publica varios textos, en particular unos poemas que firma bajo el seudónimo «Enjolras».

Conoce a Víctor Hugo, una de las personalidades más famosas y respetadas de la época, con quien mantendrá una correspondencia de 1850 a 1879. Se introduce en los ambientes revolucionarios donde traba amistad con Eugène Varlin, Raoul Rigault et Emile Eudes, y es colaboradora habitual de periódicos de la oposición como Le cri du peuple (El grito del pueblo), cuyo redactor jefe es su amigo Jules Vallès. En 1862, es socia de la “Unión de los poetas”, y en 1869 es secretaria de la «Sociedad Democrática de Moralización» que tenía por finalidad ayudar a las trabajadoras obreras.

El 1 de septiembre de 1870, la derrota de Napoleón III en la guerra franco-prusiana pone fin a la dictadura imperial. Los acontecimientos precipitan la proclamación de la república, mientras el ejercito prusiano marcha sobre París. Louise Michel entra a formar parte del Comité de Vigilancia del barrio de Montmartre, una de las asociaciones vecinales que se crean en cada distrito parisino para organizar la defensa de la capital. Allí conoce al militante blanquista Théophile Ferré con el que mantendrá una relación sentimental.

La Comuna de París

En París cercado por el ejercito prusiano, el Gobierno de Defensa Nacional refugiado en Versalles y las fuerzas republicanas radicales parisinas competían por la supremacía política desde septiembre de 1870. Louise Michel es entonces seguidora del movimiento revolucionario fundado por el republicano socialista Louis Auguste Blanqui. En los últimos meses del año, participa en sendas manifestaciones populares, y en enero de 1871, cuando las tropas del general Trochu abren fuego contra la multitud delante de la alcaldía de París, Louise, vestida de guarda nacional, responde disparando.

Está en primera fila de los acontecimientos de los 17 y 18 de marzo de 1871, que marcan el inicio de la Comuna de París. Cuando el gobierno de Versalles envía sus tropas apoderarse de los cañones de la Guarda Nacional emplazados en la colina de Montmartre, Louise Michel es presidenta del Comité de Vigilancia del distrito XVIII. Como tal, encabeza la manifestación de mujeres que impedirá que los cañones pasen a manos de los «Versalleses», y logrará que los soldados confraternicen con los guardias nacionales y el pueblo parisino.

Louise mantiene una destacada labor social y militante en los apenas dos meses que dura la sublevación parisina. Anima el «Club de la Revolución» y sus milicias, y consigue del alcalde del distrito de Montmartre, Georges Clemenceau, la creación de comedores para los niños del barrio. Organiza también un servicio de guarderías infantiles en toda la capital, y apoya ideas muy novedosas como la creación de escuelas profesionales y de orfanatos laicos.

Cuando las tropas del gobierno de Versalles asaltan París en abril-mayo de 1871, combate, fusil en mano, en las barricadas de Clamart, Neuilly e Issy-les-Moulineaux. Participa como enfermera, recogiendo y atendiendo a los heridos, y recluta mujeres para llevar las ambulancias. Como guarda del 61º batallón de Montmartre, lidera un batallón femenino cuyo coraje destacará en las últimas batallas libradas por los comuneros, en el cementerio de Montmartre y en Clignancourt, donde muchas de sus compañeras pierden la vida. Louise logra escapar, pero se entrega a las autoridades a los pocos días, para obtener la liberación de su madre que había sido arrestada en su lugar. Théophile Ferré es detenido a su vez: será ejecutado en noviembre de 1871 y Louise le dedicará el poema les oeillets rouges (los claveles rojos). En diciembre de 1871, es llevada ante el 6° consejo de guerra bajo la acusación de intento de derrocar al gobierno e incitar a los ciudadanos a tomar las armas en defensa propia. La condenan a diez años de destierro después de haber declarado en el juicio:

No me quiero defender. Pertenezco por entero a la revolución social. Declaro aceptar la responsabilidad de mis actos.(…)Ya que, según parece, todo corazón que lucha por la libertad sólo tiene derecho a un poco de plomo, exijo mi parte. Si me dejáis vivir, no cesaré de clamar venganza y de denunciar, en venganza de mis hermanos, a los asesinos de esta Comisión.

Deportación a Nueva Caledonia

Deportada a Nueva Caledonia en el vapor «Virginie» el 8 de agosto de 1873, después de cumplir 20 meses en prisión, colabora con quienes luchaban por la independencia política de esa colonia francesa. Por esta época la prensa de Versalles le adosó los motes de la Louve rouge, la Bonne Louise (la loba roja y la buena Louise). Traba entonces una relación duradera con Henri Rochefort, un famoso polemista, y conoce a Nathalie Lemel, otra figura activa en la Comuna de París, que acerca a Louise a las ideas anarquistas. Permanece en Nueva Caledonia por siete años, rechazando el tratamiento especial que se reservaba a las mujeres. Durante esos años, desarrolla una labor educativa con los nativos canacos, por los que tomará partido en la revuelta de 1878, a diferencia de muchos otros deportados comuneros. Funda el periódico Petites Affiches de la Nouvelle-Calédonie y publica Légendes et chansons de gestes canaques. En 1879, se le permite instalarse en la isla de Noumea y se le autoriza a retomar su labor docente, primero como maestra de los hijos de los deportados franceses, y luego en escuelas de niñas.

Regreso a Francia

Amparada por la amnistía parcial concedida a los participantes en la Comuna de París, Louise Michel regresa a París en 1880. El pueblo parisino le reserva una calurosa bienvenida y es ovacionada por la multitud. Dos meses más tarde, su obra La miseria se publica por entregas con enorme éxito. Su pasión militante permanece inalterada, y multiplica conferencias y intervenciones en mítines. En 1883, en un mitin en París, Louise Michel, para desmarcarse de los socialistas autoritarios y parlamentaristas, se pronuncia a favor de la adopción de la bandera negra por los anarquistas (socialistas libertarios).

Este nuevo compromiso no tarda en formalizarse en acciones concretas. En 1883, Louise Michel encabeza, junto con Emile Pouget, una manifestación de desempleados que culmina con el saqueo de tres panaderías, y con enfrentamientos con la policía. A las pocas semanas, Louise se entrega a las autoridades, y es condenada a seis años de prisión. Será amnistiada por el presidente de la República, Jules Grévy, en 1886. En 1887, se declara públicamente en contra de la pena de muerte. Un año más tarde, es víctima de un atentado perpetrado por un monárquico. Herida de bala, se negará a denunciar a su agresor.

Por sus discursos incendiarios es arrestada nuevamente y nuevamente liberada. Se exilia entonces a Londres (Inglaterra) en 1890, donde gestionará una escuela libertaria durante varios años. A su regreso a Francia en 1895, una manifestación de simpatizantes le da la bienvenida. El mismo año, funda el periódico Le libertaire junto con Sébastien Faure. Adoptará una actitud moderada en la defensa del caso Dreyfus.

Durante los diez últimos años de su vida, sus actividades fueron constantemente vigiladas por la policía y fue detenida en numerosas ocasiones. Considerada ya como una figura destacada del anarquismo, multiplica las conferencias en Londres, París y toda Francia, y mantiene una participación activa en numerosas acciones reivindicativas a pesar de su avanzada edad. En 1896, participa en Londres en el Congreso internacional socialista de los trabajadores y de las uniones sindicalistas obreras. Escribe Memorias de la Comuna en 1898.

En 1904, a la edad de 74 años, recorre Argelia con su amigo Ernest Girault para dar una serie de conferencias.

Louise Michel muere de una pulmonía en enero de 1905, en la habitación n° 11 del Hotel Oasis de Marsella, mientras daba una serie de conferencias para trabajadores. Miles de personas acudirán a su funeral en París.

Su legado social

Activa luchadora de la Comuna de París, educadora popular, y feminista, Louise Michel sigue siendo hoy en día una figura emblemática del anarquismo francés y del movimiento obrero en general.

Todo poder encarna la maldición y la tiranía; por eso me declaro anarquista

Luchadora incansable, altruista, dedicada a la causa de los más desvalidos, su personalidad exhibía un profundo coraje. Vivió en una época en que todavía las mujeres casi no tenían ningún derecho, y fue en muchos aspectos una excepción.

En las numerosas reseñas que se han publicado sobre su vida, se ha reiterado el hecho de que hubiese vestido ropa masculina, intentando así convertir en un acto de reivindicación feminista lo que, al parecer, no fue más que una anécdota puntual. Sería tal vez más realista atenerse a las propias declaraciones de Louise Michel al respecto en el juicio de diciembre de 1871, teniendo en cuenta la franqueza inquebrantable que siempre demostró tener frente a sus acusadores:

  • El presidente (del tribunal): ¿Al parecer Usted llevó diversos trajes durante la Comuna?
  • Louise Michel: Vestía como de costumbre. Sólo añadía un cinto rojo sobre mi ropa.
  • El presidente: ¿No vistió en varias ocasiones un traje de hombre?
  • Louise Michel: Sólo una vez, el 18 de marzo; iba vestida de guarda nacional para no llamar la atención.

No hay constancia de que Louise Michel hubiese llevado vestimenta masculina ni antes ni después de aquel momento. Su feminismo se inscribía en el conjunto de su lucha a favor de la igualdad, no solamente de género, sino social y política.

Aunque su obra literaria cuente con pocos ensayos teóricos y varios poemas, leyendas y cuentos, algunos para niños, Louise Michel es recordada principalmente por su activismo en pro de la revolución social. Su novela La miseria anticipa la crisis social de los suburbios de la grandes urbes francesas, a principios del siglo XXI. En reconocimiento a su labor docente, con frecuencia se pone su nombre a escuelas primarias y secundarias en muchas ciudades francesas.

En la Guerra Civil española, dos batallones de brigadistas internacionales llevaban el nombre de Louise Michel.

Hasta 1916, una manifestación recordatoria le rendía homenaje cada año en su tumba en Levallois-Perret. Desde 1937, una estación del Metro de París lleva su nombre. En 2004, el jardín situado al pie de la basílica del Sagrado-Corazón en Montmartre, París, fue rebautizado en su honor.

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