Carta de Fernando Bárcenas 2/nov/2015

Hoy podemos escuchar hablar de la “delincuencia” y sobre los “incansables esfuerzos” de las autonombradas autoridades por “erradicar” lo que ellos llaman “deficiencias sociales”, como suelen hacer los contribuyentes y funcionarios de ese proyecto socio-económico que la mayoría de la gente “libre” vota y elige.

Sin embargo el propósito de mi intervención no es el de elevar ni adular las propuestas tecno-industriales  como suelen hacerlo los medios de desinformación, sino todo lo contrario; ante todo, cuando escribo al exterior trato de hacerlo con la intención de iniciar un intercambio de ideas, de romper con el aislamiento  que los muros generan para el olvido colectivo de quienes caen en sus entrañas  de cemento, pero sobre todo para intentar aportar datos e ideas que nos hagan avanzar colectivamente  hacia una reflexión más amplia y profunda sobre la libertad y la privatización de la misma, sobre la importancia de la solidaridad entre oprimidos y la necesidad de rebelión que aquí y ahora se nos presenta…

Pretenden que desempeñemos un papel de pasividad generalizada y para encargarse de ello, han desarrollado los más perversos e inhumanos métodos de dominio.

Uno de ellos y sin duda de los más violentos es el de las drogas ya que viene acompañado del terror de estado al inundar primeramente las grandes capitales y los lugares de mayor conflicto social…

Y ante esto cabría preguntarse ¿Por qué?

Y la respuesta la veo a diario circundando mi realidad exterior… el control social se sostiene mediante  el miedo y la intimidación.

Así pues, el territorio controlado por  “el narco” en realidad lo es por el estado ya que estos funcionan como paramilitares y filtros de corrupción para deslindar la responsabilidad de los gobernantes y administradores, dando pie a sí mismo a la justificación del aparato represivo…

Todos sabemos que el dominio imperialista se sostiene mediante la guerra y este necesita de ella para justificar su existencia… ahora en esta fase de expansionismo imperialista/capitalista, una guerra que no se puede vender está perdida de antemano y así como los grandes estadistas  fascistas han sabido utilizar la propaganda para hacer que la sociedad avale sus propuestas bélicas, el estado mexicano se vale de las mismas artimañas publicitarias, implementando con más fuerza que nunca la narco-cultura  en el seno de la sociedad patriarcal que la asimila como realidad inmediata, así logra hacerse del control militar de las zonas más rebeldes criminalizando a los que se oponen a ese dominio y haciéndoles pasar por “delincuentes” y como la mentira ya está asimilada por la conciencia colectiva es fácil hacerles creer esto, desviando por completo la realidad; ejemplos claros de esto son los últimos acontecimientos ocurridos en Tlatlaya, Ayotzinapa y cientos de miles de casos más que son distorsionados por el mito de la “delincuencia organizada”  como a nivel mundial lo es el “terrorismo”.

Todo esto es parte del show mediático que oculta tras de sí las verdaderas intenciones del dominio que es la de la aplicación de las políticas de exterminio y control social…

El estado no persigue el tráfico de drogas y tampoco le interesa acabar con la “delincuencia”… ya que le es de utilidad política y económica.

Existen actualmente 240,000 presas en México y los delitos no han disminuido, por el contrario se han incrementado, esto pone en duda al sistema penitenciario y nos ayuda a destruir ese mito de que la cárcel es para “reinsertar” o “rehabilitar”, mito que se desvanece por completo al constatar que la droga permanece con mayor afluencia que nunca aún dentro de la cárcel.

Esto significa que el problema no está en las 240,000 personas ya presas, sino en el seno de la sociedad y el proyecto socio-económico del estado.

Aún más porque a la cárcel se viene a arrojar a lxs más pequeños “delincuentes” que al igual que todo aquel que no acepta el proyecto estatal es criminalizado y culpado de todas las problemáticas sociales, mientras los traficantes y grandes capos se dan la gran vida  y se cagan de la risa en buena convivencia con los gobernantes y la policía… Enriqueciéndose a costa de hundir más en la miseria a los demás, asimilando el más puerco espíritu de la sociedad capitalista en que todo se hace negocio (droga, sexo infantil, trata de blancas, negocio de inmigrantes, etc.) esta es la realidad de nuestros días, una realidad de miseria y muerte, de la cual es responsable como cualquiera de estos traficantes, cualquier persona que participa en el proyecto neoliberal  del estado…

No podemos quedarnos con los brazos cruzados ante tanta crueldad. No podemos desviar la mirada y hacer como si no pasara nada, porque entonces nos estaremos convirtiendo en cómplices de un crimen terrible como lo es la sociedad carcelaria en la que actualmente vivimos, no nos convirtamos en verdugos y jueces de personas que un día fueron nuestro vecinos o amigos los cuales por causa de la droga, la pobreza o el instinto terminaron pudriéndose en el desagüe de la cárcel que es el lugar al que se arroja cobardemente todo aquello que por su dureza y realidad, nos es difícil mirar a la cara y que al estado le interesa ocultar…

Y por eso mismo debemos doblemente luchar contra ello, pues el día de mañana podemos ser cualquiera de nosotrxs, o nuestrxs hijxs, padres, hermanxs o amigxs quienes ocupemos una celda de castigo… nadie estará a salvo de las fauces de su régimen hasta que no lo erradiquemos…

Solidaridad con todxs lxs presxs humanos y no humanos, que resisten en el cautiverio como consecuencia de esta sociedad capitalista…

Por la destrucción de la sociedad carcelaria!

Con todo mi amor y rabia contenida.

Fernando Bárcenas    A

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